¡°Si ligo con alguien esta noche me l¨ªo con ella. El virus no me asusta¡±
Viernes noche en Madrid: litronas compartidas al raso en grupos peque?os, pocas mascarillas y menos discotecas. Varios rebrotes ponen el foco sobre los j¨®venes, que relajan las normas cuando salen con sus amigos
Una discoteca en C¨®rdoba, una fiesta en Zarautz (Gipuzkoa), una celebraci¨®n en la playa en Vilassar de Mar (Barcelona)... En la ¨²ltima semana, varios rebrotes han puesto el foco sobre los j¨®venes. De hecho, Fernando Sim¨®n les pidi¨® el pasado jueves que traten de divertirse en grupos m¨¢s peque?os y de no mezclarse con otros grupos. Un recorrido nocturno el pasado viernes por los lugares de ocio de los chavales en la capital ofrece algunas pistas: muchos han perdido el miedo al virus y relajan las normas cuando est¨¢n con sus amigos ¡ªno usan mascarilla, comparten la bebida¡ª y pocos renunciar¨ªan a compartir fluidos con un extra?o por culpa de la pandemia, aunque en general se juntan en grupos peque?os y evitan las aglomeraciones.
20.00. Parque Madrid R¨ªo
Grupos de chavales se re¨²nen al atardecer en el c¨¦sped de Madrid R¨ªo junto al centro cultural Matadero. Uno de ellos es el formado por Alexandra, Alba, Carmen, ?lvaro y Virginia, todos de 17 a?os, que charlan sobre chupetones -tema adolescente por excelencia- sentados en una s¨¢bana. Nadie se tapa la boca. ¡°Estamos preocupados por el virus. Ya no hacemos botell¨®n, como mucho fiestas en casa, y solo gente que nos conocemos¡±, dice Alexandra, que lleva unos shorts y una camiseta que deja ver su ombligo. ¡°Yo creo que s¨ª se respetan las normas, el jueves no fue nadie a Cibeles a celebrar la liga del Madrid¡±, tercia ?lvaro. ¡°Con los desconocidos solemos guardar las distancias¡±, apunta Alba. ¡°Nos echan la culpa siempre de todo, pero nadie habla por ejemplo de los abuelos que hacen aglomeraciones en la playa aunque no puedan entrar¡±, dice Carmen.
Mar¨ªa, Elena, Rub¨¦n y otras cinco amigas de Zaragoza de entre 26 y 27 a?os se sientan m¨¢s all¨¢, charlando cerca y sin mascarilla, mientras beben latas de cerveza. ¡°Creo que la mayor¨ªa de los j¨®venes no cumple las normas¡±, arranca Mar¨ªa. ¡°Ya no hacemos botell¨®n e intentamos estar siempre al aire libre, aunque es verdad que estamos muy juntos¡±, comenta Elena. ¡°No tendr¨ªa problema en liarme con alguien que conociera una noche, aunque al no salir de fiesta es m¨¢s dif¨ªcil. Eso s¨ª, Tinder est¨¢ a tope¡±, a?ade. ¡°Los j¨®venes hacemos m¨¢s cosas por la noche, quiz¨¢ hay menos miedo y m¨¢s inconsciencia. Yo no voy a pensar que me voy a morir y desde ese punto de vista ego¨ªsta pasas un poco m¨¢s de las normas¡±, se?ala Rub¨¦n.
En el skatepark cercano al Matadero la cosa cambia. Guzm¨¢n, Miguel y Luis y otros colegas -de 19 a 22 a?os-, se apoyan en la valla mientras se pasan de unos a otros un porro y una litrona. ¡°No llevamos mascarilla porque estamos haciendo deporte¡±, se lanza Guzm¨¢n, sin camiseta, tras apurar un trago de cerveza. ¡°Compartimos el litro porque todos nos conocemos, aqu¨ª la gente se junta solo con su grupo¡±, a?ade Miguel. ¡°En una discoteca la gente se pega m¨¢s, pero aqu¨ª solo estamos con quienes conocemos¡±, tercia Luis. En otro grupo se encuentran Bruno y Jorge, de 17 a?os. ¡°Aqu¨ª nadie se pone la mascarilla, pero nos la ponemos al salir. Y cada uno tenemos nuestra botella¡±, dice Bruno. ¡°Me liar¨ªa con alguien que conociera el mismo d¨ªa, no est¨¢ la cosa para decir que no¡±, se?ala Jorge.
21.30. Jardines del templo de Debod
En la oscuridad del parque junto al templo de Debod, un grupo de unos 25 chavales de entre 16 y 30 a?os bebe cerveza y calimocho y charla en corrillos. El trasiego de un corro a otro es constante. Algunos bailan al ritmo de un altavoz. Varios est¨¢n borrachos y, con cada trago, se relajan las normas. ¡°Los j¨®venes no tenemos m¨¢s culpa que los dem¨¢s. Tenemos derecho a salir. Si alguien no se quiere contagiar, que no salga, pero que no nos impida ser felices. No voy a dejar de salir con mis amigos por el coronavirus¡±, se arranca Hades, de 17 a?os, que debe su nombre al amor por la mitolog¨ªa griega de su madre. ¡°Si conozco un rollo de una noche me liar¨ªa con ella, no est¨¢ el mar para tirar peces¡±, contin¨²a este estudiante que viste todo de negro, lleva pantal¨®n largo y mascarilla ¡ªque no usa¡ª a juego.
Junto a ¨¦l est¨¢ Dani, de 18 a?os. ¡°El litro lo compartimos entre dos o tres, pero nos conocemos todos¡±, se justifica. ¡°Nos han dejado encerrados dos meses y est¨¢bamos deseando salir a la calle. Pero tambi¨¦n se ven abuelos que llevan la mascarilla en la barbilla en el metro¡±, contin¨²a. Y Jaxon Navarr¨®n, mexicano de 21 a?os, de aspecto g¨®tico, ha perdido el miedo a la pandemia: ¡°Trabajo en un tanatorio, he tratado con la muerte y he aprendido que la vida no vale nada si no se la disfruta¡±, explica mientras le pasa un litro a un colega. ¡°Si ligo con alguien esta noche me l¨ªo con ella. El virus no me asusta¡±, a?ade el joven, que lleva una mascarilla de guerra con pinchos que parece sacada de la pel¨ªcula Mad Max.
¡°Es injusto que culpen a los j¨®venes de los rebrotes, veo gente sin mascarilla de todas las edades, aunque es verdad que en los bares y estando con colegas es m¨¢s f¨¢cil quit¨¢rtela¡±, se?ala Leyre D¨ªaz, de 18 a?os. ¡°Al principio cumpl¨ªamos m¨¢s las normas, pero est¨¢ claro que se ha perdido mucho el miedo y nos hemos relajado¡±, dice su amiga Sara Mart¨ªnez, de 17. D¨ªaz puntualiza: ¡°Es cierto, hay menos miedo, pero con los rebrotes puede volver. Yo intento no acercarme mucho a las personas mayores de la familia. Si te la cargas, te la cargas t¨² sola¡±. Algunos de ellos continuar¨¢n la fiesta en pubs de Arg¨¹elles, mientras otros se ir¨¢n a casa.
23.00. Barrio de Malasa?a
La mayor¨ªa de las plazas de Malasa?a, una m¨ªtica zona de marcha de la capital, est¨¢n invadidas por las terrazas. La presencia policial disuade de hacer botell¨®n, aunque pueden verse peque?os grupos bebiendo latas de cerveza. Cuando suben los efluvios alcoh¨®licos van desapareciendo las mascarillas de quienes caminan por la calle. En la plaza del Dos de Mayo hay una decena de estudiantes universitarias que charlan sentadas en el suelo, todas sin cubrirse la cara. ¡°Obviamente, los j¨®venes cumplimos menos las normas. Pero tambi¨¦n mucha menos gente va a las discotecas. Creo que era innecesario abrirlas¡±, comenta Clara, de 20 a?os. ¡°No solemos hacer botell¨®n en la calle, pero s¨ª intentamos hacer fiestas caseras. Realmente juntarse en una plaza es igual que hacerlo en una terraza de un bar, pero todas est¨¢n llenas¡±, sigue. ¡°Me podr¨ªa liar con alguien que conozco, pero no con un completo desconocido¡±, dice sobre esa cuesti¨®n.
Medianoche. Barrio de Lavapi¨¦s
En la plaza Nelson Mandela, en Lavapi¨¦s, uno de los barrios famosos por eso que llaman la multiculturalidad, los grupos de chavales sentados tambi¨¦n son reducidos. Huele a marihuana por todas partes. ?lex, Carlos, Ana, Guille, Elena y Mar¨ªa, de 22 a 25 a?os ¡ªunos universitarios, otros trabajan¡ª, comparten dos litros de cerveza. Ni rastro de mascarilla. ¡°Nos pasamos el litro porque somos conocidos, aunque sabemos que est¨¢ mal¡±, se justifica Ana. ¡°Pero es la primera vez que salimos de fiesta por Madrid desde el confinamiento. Ten¨ªamos muchas ganas. Luego vamos a ir a bailar a alg¨²n pub¡±, se?ala ?lex. ¡°No tendr¨ªa problema en un l¨ªo de una noche¡±, dice Elena. ¡°Es verdad que se le est¨¢ perdiendo el miedo al virus, da cosilla. Pero tambi¨¦n queremos intentar llevar la vida que llev¨¢bamos antes¡±, dice Guille. ¡°Si est¨¢s cerca de personas de riesgo vas a tener m¨¢s cuidado. Yo viv¨ªa con mis padres y no sal¨ªa, pero ahora vivo con compa?eros de piso y ya no me importa tanto¡±, se?ala Mar¨ªa. ¡°Las discotecas son un sitio donde es m¨¢s f¨¢cil contagiarse, porque vas borracho y descontrolas m¨¢s¡±, cuenta Carlos. Y pasa el litro de cerveza.
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