El rebrote del matadero que dej¨® sin fiestas a ?scar y Pedrajas
Un repunte de casos de coronavirus provoca el confinamiento de dos pueblos de Valladolid
Mal a?o para ser quinto. La generaci¨®n que cumple 18 a?os en ?scar (6.300 habitantes) y Pedrajas de San Esteban (3.300), dos pueblos de Valladolid, no podr¨¢ celebrarlo como lo hicieron sus mayores, cuyos nombres decoran contenedores ¡ªKintos 98 se lee en uno de ellos¡ª, pe?as, locales no tan deteriorados como parece y tapias abandonadas y no tan abandonadas. Un rebrote de coronavirus procedente de un matadero av¨ªcola ubicado en la carretera que une ambas localidades, con un colosal castillo en la cima del p¨¢ramo que las alberga, ha provocado el doble confinamiento y ha arruinado un verano que ya se vaticinaba descafeinado. Y, para colmo, inoportuno: la cuarentena forzada la acord¨® una juez, a instancias de la Junta de Castilla y Le¨®n, el pasado s¨¢bado, d¨ªa grande de las fiestas de ?scar ¡ªaunque la pandemia ya hab¨ªa anulado gran parte de los festejos¡ª y tres d¨ªas antes de San Esteban, patr¨®n de Pedrajas.
La medida de dos semanas se lleva con resignaci¨®n. Al menos pueden salir y moverse por sus municipios, aunque no irse. O como dice Quint¨ªn Mart¨ªn junto a otras cinco personas en una terraza de Pedrajas: ¡°Con pan y vino se hace el camino¡±. Paciencia, vaya, comentan Maribel Mar¨ªn y Andr¨¦s Herrero. Y con otro refr¨¢n sentencian la sensaci¨®n sanitaria en esta comarca: ¡°Mucho ruido y pocas nueces¡±. Hasta el momento se han computado 49 positivos, en su mayor¨ªa asintom¨¢ticos y afectados con incidencia leve, y hay al menos otros 44 individuos en seguimiento. La juez apreci¨® que m¨¢s all¨¢ de los casos procedentes del matadero se hab¨ªa advertido ¡°trasmisi¨®n comunitaria¡± y que lo mejor ser¨ªa el cierre que solicitaba la Junta y que afecta a casi 11.000 personas de la comarca.
La versi¨®n oficial sobre el origen de los contagios apunta a una comida de los trabajadores de Av¨ªcola de ?scar el pasado 11 de julio, a ra¨ªz de la cual comenz¨® a propagarse la covid-19 por ambos municipios. Pelayo Hidalgo, director general de la compa?¨ªa, asegura que les constan 26 positivos en su equipo y que se est¨¢ analizando a las 150 personas en n¨®mina. ¡°El foco no se origina en el ¨¢mbito laboral, sino en las relaciones personales, y gracias a las medidas adoptadas por la empresa se ha detectado un foco que afecta a toda la comarca¡±, asevera Hidalgo. Pero entre los contagiados de esta zona hist¨®ricamente vinculada a la madera existe otra explicaci¨®n.
Uno de ellos, que pide anonimato, recela de esa teor¨ªa porque desde la reuni¨®n del d¨ªa 11 hasta los primeros casos, a partir del d¨ªa 22, pasaron varios d¨ªas sin que nadie evidenciara s¨ªntomas. De hecho, sostiene que de los primeros contagiados ninguno acudi¨® al encuentro se?alado como g¨¦nesis del rebrote. Una de sus sospechas procede del barrio de Las Delicias de Valladolid, donde vive uno de sus compa?eros infectados y donde ya hubo otro repunte, y de otros empleados que viajaban los fines de semana a ver a su familia en Navalmoral de la Mata (C¨¢ceres), donde tambi¨¦n ha habido casos. Este empleado destaca que a ¨¦l le realizaron las pruebas el viernes 24, pero el lunes 27 fue a trabajar y entonces le confirmaron el positivo. A su juicio, sin querer tampoco ¡°demonizar a la empresa¡±, que mantiene la actividad, tanto la plantilla como los gerentes se descuidaron: ¨¦l confiesa que el agobio de los equipos de protecci¨®n le hizo desprenderse ocasionalmente de ellos, pero que tampoco fue reprendido.
Otro de sus compa?eros, recluido y que tambi¨¦n demanda anonimato, recalca que la plantilla se siente ¡°molesta¡± por c¨®mo se ha cargado contra esa comida sin dar opci¨®n a pensar que la difusi¨®n ocurriera en el ¨¢mbito laboral. Ambos trabajadores sostienen que se comparten vestuarios, ba?os o comedores y creen que eso propicia contagios. ¡°Se hicieron las cosas bien, pero no siempre se puede mantener la distancia trabajando¡±, subraya uno, que recalca que, ante la complejidad para detectar el camino que sigue este virus, les irrita la rotundidad con la que se ha apuntado a aquella comida ya lejana en el tiempo.
Luis Mar¨ªa Mart¨ªn y Alfonso Romo, alcaldes de ?scar y Pedrajas, respectivamente, han defendido a la empresa y piden responsabilidad y cautela a sus vecinos. El regidor de Pedrajas, no obstante, matiza que entre los 17 positivos de su pueblo no todos proceden del matadero: ¡°Algo habremos hecho mal¡±. Y pide cancelar cualquier comida o encuentro familiar, porque siente que ¡°se incrimina¡± a los j¨®venes, pero los mayores tampoco cumplen las medidas por completo.
Los habitantes de ambos lugares reivindican a esos chavales tan deseosos de fiestas pero que han tenido que asumir la decisi¨®n. Jonathan Mart¨ªn, presidente de la asociaci¨®n hostelera de ?scar, lo sentencia: ¡°Todos los a?os hay fiestas, ya tocar¨¢ el a?o que viene, estoy alucinando con la responsabilidad que est¨¢n teniendo¡±. Una mujer comenta en una terraza que sus hijos han comprado una piscina para remojarse en el patio. Las pa?oletas que cuelgan de los balcones tendr¨¢n que esperar para anudarse al cuello de los quintos y que la mayor preocupaci¨®n de las fiestas sea no mancharlas demasiado de calimocho.
La Guardia Civil intenta evitar cualquier reuni¨®n en las pe?as
Si algo caracteriza a los pueblos castellanoleoneses es la movilidad cuando llegan las fiestas. Los j¨®venes, y no tan j¨®venes, se saben de memoria los patronos y los d¨ªas se?alados de cada lugar y as¨ª comienza una peregrinaci¨®n que dura casi todo el verano. Verbenas, colegas y pocas preocupaciones: c¨®ctel inmejorable. Pero el 2020 ha arrancado esta tradici¨®n. Y, por si acaso, hay muchos ojos vigilantes.
Las autoridades y la Guardia Civil, que circula junto a Protecci¨®n Civil por estos dos n¨²cleos, tratar¨¢n de eliminar cualquier amago de reuni¨®n en las pe?as de los mozos. La normativa lo proh¨ªbe taxativamente, pero mejor evitar males mayores.
Jes¨²s Herrero y Gonzalo Renc¨®n, que degustan un gint¨®nic en un bar de Pedrajas, expresan su ¡°solidaridad¡± con los m¨¢s j¨®venes. Ellos est¨¢n curtidos en estas fiestas locales y saben que ya habr¨¢ ocasi¨®n de conmemorarlas. No queda otra que esperar y tragar con la situaci¨®n. ¡°Ahora ya no es igual y hay menos chavales, pero si cuando yo ten¨ªa 18 a?os me quitan los quintos, me matan¡±, rememora Roberto, el camarero, testigo de la conversaci¨®n, y a sus 49 a?os remata con un lac¨®nico ¡°es lo que te toca vivir¡± mientras sirve otra copa.
Cuentan los lugare?os de ambos pueblos que mucha gente, habitualmente presente en la semana festiva, ha preferido elegir esas fechas para irse de vacaciones. El confinamiento forzoso, en el que se recomienda pero no se obliga a permanecer en casa, mengua tambi¨¦n la vida en las calles y bares, relatan. A cambio, se ven varios grupos de ciclistas que aprovechan para pedalear: deporte, salud y distancia f¨ªsica para disfrutar de estos paisajes con un importante legado mud¨¦jar. Los pinos, cuyos pi?ones est¨¢n muy cotizados en las mejores cocinas, les dan sombra mientras este extra?o verano avanza sin dejar de dar sorpresas.
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