¡°Decid¨ª hacerme la PCR tras ver en Instagram la noticia del foco en la discoteca¡±
Bilbao se convierte en el mayor n¨²cleo de casos de Euskadi, donde este jueves muri¨® una persona por coronavirus, de nuevo con los j¨®venes en el punto de mira
Viernes. 31 de julio, en Bilbao. Festivo de San Ignacio de Loyola en Bizkaia y Gipuzkoa. Sol radiante y contexto normalmente formidable para que el goteo de chavales que visita unas carpas instaladas en el hospital de Basurto (Bilbao) disfrutase en cualquier playa. Pero la pandemia ha revolucionado los c¨®digos del verano y ahora acudir a un garito de moda nocturno se ha convertido en una actividad de riesgo. El servicio vasco de salud ¡ªOsakidetza¡ª ha pedido a los asistentes a la discoteca bilba¨ªna Back&Stage del pasado 18 de julio que se sometan a una PCR tras constatar al menos siete positivos con el ¨²nico nexo de haber frecuentado la sala de fiestas aquella madrugada. La capital vizca¨ªna se ha convertido en el principal n¨²cleo afectado con 88 nuevos casos este viernes, los mismos que el jueves, sobre los 244 de todo Euskadi, y un fallecido en el hospital de Txagorritxu (Vitoria), el primero en la ¨²ltima quincena.
La t¨®nica de este acusado ascenso se mantiene en la actividad nocturna, afirman portavoces de Osakidetza, y aspiran a que las restricciones en los aforos, la anticipaci¨®n del horario del cierre y la obligatoriedad del uso de la mascarilla pronto se traduzca en una reducci¨®n de los casos. No creen, no obstante, que pueda hablarse de focos sino de repuntes inconexos. Un factor que consideran clave para la expansi¨®n de la covid-19, a?aden, radica en la movilidad exterior, que contrasta con un Bilbao mucho menos activo que en otras ¨¦pocas del a?o. La poblaci¨®n aprovecha el buen tiempo o los fines de semana para desplazarse a segundas residencias, al pueblo o a lugares vacacionales y all¨ª, seg¨²n las sospechas oficiales, contraen la enfermedad aunque luego se la confirmen en la ciudad y engrosen as¨ª las listas. ¡°La clave es minimizar el contacto social¡±, insisten. El epidemi¨®logo Jes¨²s Molina destaca que el periodo estival dificulta ¡°cambiar h¨¢bitos de ocio¡± arraigados entre los j¨®venes, un colectivo al que hay que ¡°concienciar¡± para que adquiera la ¡°sensaci¨®n de problema¡± y olvide el pensamiento de que el virus supondr¨¢ poco m¨¢s que un catarro.
Los portavoces de Osakidetza revelan que otro aspecto que trata de impedirse es que los contagios entre los j¨®venes, cuya mayor vida social puede traducirse en m¨¢s infecciones, extiendan la covid-19 a sus familiares. Esta preocupaci¨®n se aprecia, en mayor o menor medida, entre aquellos que a lo largo de la ma?ana han visitado las carpas blancas de Basurto tras conocer el llamamiento del Gobierno vasco, que ha emplazado a unas 350 personas. La m¨¢s afectada es una chica de pelo morado y negro que no quiere revelar su nombre y que habla por tel¨¦fono a paso apurado seg¨²n abandona la improvisada instalaci¨®n.
¡ª¡±?Estoy arrepentida de haber salido de fiesta y de haberla cagado as¨ª!¡±¡ª, exclama, sin querer agregar nada m¨¢s.
M¨¢s pausado se muestra Jos¨¦ Luis Babio, de 18 a?os y con pendientes en la oreja. Cuenta este muchacho que vio ¡°en Instagram por la noche¡± que varios colegas compart¨ªan la indicaci¨®n oficial y que por eso decidi¨® hacerse la prueba y pasar el tr¨¢mite del ¡°palito que parece que se mete hasta el cerebro, pero no es tan desagradable¡±. Babio reside con sus abuelos y ha preferido prevenir para actuar si da positivo. Aquella noche percibi¨® mascarillas, separaci¨®n entre grupos y poco l¨ªo en la pista, aunque otros de los j¨®venes que salen posteriormente de Basurto s¨ª recuerdan algo de baile, bastante afluencia y no tantos tapabocas como ser¨ªa recomendable. Los portavoces de Back&Stage prefieren no pronunciarse y destacan que han seguido ¡°los pasos¡± que les han encomendado las autoridades.
Otras cuatro chicas que se dirigen hacia la carpa relatan que aunque ellas no acudieron a la discoteca aquella noche, ha dado positivo una persona que s¨ª estuvo all¨ª y con la que s¨ª han mantenido contacto, aunque no prolongado. Sin embargo, mejor no correr riesgos ni comprometer a sus familias, subrayan. Arkaitz Serrano, de 18 a?os, cuenta que un amigo se encuentra con fiebre y dificultades respiratorias, por lo que la cuadrilla de 20 amigos se asomar¨¢ por Basurto. La familia est¨¢ ¡°preocupada¡±, admite el chaval, quien asegura haber mantenido una ¡°vida normal¡± durante las casi dos semanas trascurridas desde aquel 18 de julio. ¡°Back estaba como un d¨ªa normal y hab¨ªa mucha gente sin mascarilla, incluso bailando¡±, sostiene, y confiesa que al principio ¨¦l se cubr¨ªa nariz y boca pero pronto se retir¨® la protecci¨®n tanto para beber como porque nadie en su entorno la utilizaba: ¡°Soy el primero que se la quitaba¡±.
Hubo quienes aquella noche optaron por un reservado, como Endika Mart¨ªn, de 30 a?os. ¡°Hab¨ªa ambiente¡±, dice, pero no apreci¨® escasez de mascarillas. Sus amigos y ¨¦l, que celebraban un cumplea?os, solo se las bajaban para tomarse las copas, sostiene. Mart¨ªn es empleado de un supermercado y cree que es m¨¢s posible contagiarse ah¨ª que en una discoteca. Jon Guerrero, de 32, relata que no ha evidenciado s¨ªntoma alguno y que, salvo que haya sido asintom¨¢tico, no habr¨¢ pasado nada. ?l ha seguido trabajando con normalidad, pero admite que vive solo y que eso lo deja m¨¢s tranquilo. A su espalda, los protagonistas de una paulatina peregrinaci¨®n de chanclas, ropa veraniega y gafas de sol tratan de descubrir si el coronavirus se ha colado en el c¨®ctel de este verano an¨®malo.
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