Lo que puede aprender Espa?a de la vuelta al cole en el mundo

En este agosto extra?o marcado por la pandemia, la preocupaci¨®n crece cada d¨ªa en el verano de muchos profesores, padres y alumnos. Un miedo en aumento, a medida que suben los rebrotes, a que Espa?a no est¨¦ bien preparada para reabrir las escuelas en septiembre y retomar las clases presenciales con seguridad. Por mucho que la ministra de Educaci¨®n, Isabel Cela¨¢, haya lanzado una y otra vez mensajes de confianza, y por mucho que la...

En este agosto extra?o marcado por la pandemia, la preocupaci¨®n crece cada d¨ªa en el verano de muchos profesores, padres y alumnos. Un miedo en aumento, a medida que suben los rebrotes, a que Espa?a no est¨¦ bien preparada para reabrir las escuelas en septiembre y retomar las clases presenciales con seguridad. Por mucho que la ministra de Educaci¨®n, Isabel Cela¨¢, haya lanzado una y otra vez mensajes de confianza, y por mucho que las comunidades hayan dedicado buena parte de junio y de julio a difundir sus protocolos de seguridad para la vuelta al cole, crecen las voces de profesores y de padres que auguran desastres y se est¨¢n movilizando para reclamar m¨¢s medios (sobre todo, para reducir los alumnos por clase). Algunas familias amenazan, incluso, con no llevar a sus hijos al colegio.

A la espera de la Conferencia de Presidentes auton¨®micos que Pedro S¨¢nchez anunci¨® para finales de agosto para preparar la vuelta al cole, puede ayudar a situar el debate observar algunas escuelas del resto del mundo que ya han retomado las clases. El principal punto en com¨²n es la necesidad de recuperar, en la medida de lo posible, las clases presenciales. La cuesti¨®n es c¨®mo hacerlo sin que los centros escolares se conviertan en focos de propagaci¨®n del virus.

Uno de los modelos m¨¢s parecidos al que se est¨¢ perfilando en Espa?a es el alem¨¢n. En ambos pa¨ªses existe un gran nivel de autonom¨ªa de las regiones en cuanto a la organizaci¨®n escolar. Y en ambos casos resulta clave el concepto de grupo de convivencia estable: intentar reducir al m¨ªnimo el contacto entre las clases para que si se detecta un positivo solo haya que aislar al grupo al que pertenece, sin tener que cerrar autom¨¢ticamente toda la escuela.

En Espa?a, las comunidades elaboraron sus protocolos justo despu¨¦s de la declaraci¨®n de la nueva normalidad. Y est¨¢n inspirados en el optimismo sobre la epidemia que reinaba entonces. El plan gallego contempla, por ejemplo, que los alumnos puedan estar sin mascarilla dentro de clase guardando un metro de distancia, en vez del metro y medio que recomendaron los ministerios de Sanidad y Educaci¨®n y han adoptado las dem¨¢s comunidades. Las mayor¨ªa de autonom¨ªas prev¨¦, adem¨¢s, formar grupos burbujas, que son estancos, no tienen relaci¨®n con los estudiantes de otras clases, y pueden relacionarse con sus compa?eros de aula sin mantener distancia ni usar mascarillas, de hasta 25 alumnos en infantil y primaria. Y grupos de tama?o todav¨ªa mayor (aunque utilizando mascarilla) en las etapas educativas posteriores.

Los protocolos de las autonom¨ªas contemplan entre tres y cuatro niveles de organizaci¨®n de los centros, con restricciones crecientes a medida que empeora el contexto sanitario. A finales de junio todas esperaban poder empezar en el nivel de alerta inferior. Pero a la vista de la evoluci¨®n del virus es posible que tengan que empezar, al menos, en el siguiente escal¨®n, que incluye grupos m¨¢s reducidos y que los alumnos, al menos a partir de la ESO, asistan a clase en d¨ªas o semanas alternos.

Alemania. Grupos separados. Los ni?os berlineses cruzaban el lunes pasado las puertas de sus colegios en medio de una gran algarab¨ªa. Grandes mochilas con reflectores fluorescentes, los nervios propios del primer d¨ªa de colegio despu¨¦s del verano¡­, y la mascarilla. Este a?o no entran todos a la misma hora, para evitar aglomeraciones en la puerta. A¨²n as¨ª, queda claro que el roce es inevitable y el riesgo de contagio, evidente. Profesores, padres y alumnos cruzan los dedos y se resignan a ser parte de la suerte de experimento epidemiol¨®gico que este a?o implica la vuelta al cole.

El curso ha arrancado como todos los a?os en Alemania de forma escalonada en los distintos Estados, pero a diferencia de otros a?os, las incertidumbres se acumulan. El cierre de dos escuelas en el norte del pa¨ªs la primera semana de apertura al detectarse contagios da una idea del reto. Y se teme sobre todo la bajada de las temperaturas, las fiebres y los resfriados, que obligar¨¢n a que los ni?os se queden en casa al m¨ªnimo s¨ªntoma.

En Alemania, cada land traza las l¨ªneas generales para la reapertura y luego cada centro desarrolla su propio plan de higiene. Solo en Renania del Norte-Westfalia, el land que acumula m¨¢s infecciones, la mascarilla es obligatoria en las aulas. En el resto, los alumnos deben llevarla en pasillos y patios, pero pueden quit¨¢rsela una vez que est¨¦n sentados.

En Finlandia, la distancia de seguridad se ha fijado en dos metros

Una de las claves es el mantenimiento de grupos fijos y que los ni?os de distintas clases no jueguen entre ellos, para que si hay una infecci¨®n la cuarentena solo afecte a los integrantes de su aula. Las clases deben estar ventiladas en todo momento y a los alumnos se les recuerda que deben lavarse las manos a menudo y cumplir las instrucciones higi¨¦nicas.

Escocia. Sin distancia entre alumnos. El martes pasado empezaron a volver a clase los 700.000 alumnos escoceses de infantil, primaria y secundaria. Lo hicieron entre medidas de seguridad que ponen el ¨¦nfasis en la higiene continua y los controles (los profesores pueden someterse a un test en el momento que quieran), pero no fijan distanciamiento m¨ªnimo entre alumnos, aunque s¨ª entre ellos y los profesores: de al menos dos metros, siempre que sea posible. Escocia registra una cifra alta de muertes por coronavirus, pero baja de contagios (352 por cada 100.000 habitantes desde el inicio de la pandemia, menos de la mitad que Espa?a) y el Gobierno esgrime estudios que apuntan a que los ni?os se contagian menos, tienen s¨ªntomas m¨¢s leves y transmiten menos la enfermedad. Sin embargo, el principal sindicato docente (EIS) ha protestado porque las medidas de seguridad le parecen insuficientes.

De momento, ¡°algunos padres creen que el regreso a la escuela ha estado muy bien organizado¡±, pero tambi¨¦n les han llegado noticias de algunos problemas. ¡°Por ejemplo, hay que tomar decisiones sobre d¨®nde almuerzan los ni?os, con qui¨¦n pueden mezclarse fuera de las clases y en el transporte¡±, explica un portavoz de la National Parent Forum of Scotland, la organizaci¨®n que representa a las familias de los alumnos. ¡°Es el comienzo de la reapertura y habr¨¢ m¨¢s decisiones que tomar y, probablemente, m¨¢s protocolos por venir¡±, a?ade.

Finlandia. Clases de 15 a 17 alumnos. El mi¨¦rcoles volvieron a clase los alumnos finlandeses. Por la ma?ana, el profesorado del colegio de It?keskus, en la zona oriental de Helsinki, mostraba su satisfacci¨®n, pues pr¨¢cticamente todos los estudiantes (de un total de 460) se hab¨ªan presentado. Seg¨²n la directora del centro, Jutta-Riina Karhunen, no deber¨ªa haber problemas para mantener la distancia de seguridad, establecida en dos metros, pues las clases son peque?as, de 15 a 17 alumnos. ¡°Hemos unificado los comedores con el gimnasio para ganar espacio. Adem¨¢s, hemos escalonado las horas de comida, en ning¨²n momento habr¨¢ m¨¢s de 50 alumnos almorzando al mismo tiempo. Tambi¨¦n se trata de mantener los grupos cohesionados y no mezclarlos¡±, explica. El uso de mascarilla es opcional.

En Finlandia, con 382 casos confirmados en el ¨²ltimo mes (en Espa?a han sido 80.715), las autoridades conf¨ªan en que esas medidas ser¨¢n suficientes, apoy¨¢ndose adem¨¢s en investigaciones que se?alan que ni en Suecia, donde los colegios se han mantenido abiertos durante toda la pandemia, ni en Finlandia, que reabrieron en mayo antes de las vacaciones, los centros fueron fuente de contagios. Si la situaci¨®n empeora, tienen un plan b: los alumnos de seis a 11 a?os seguir¨ªan asistiendo, pero los mayores pasar¨ªan a ir a clase en semanas alternas.

Uruguay. Asistencia opcional. Tras un breve periodo de cierre, las escuelas uruguayas se fueron reabriendo poco a poco, empezando por las rurales, a partir del 22 de abril. Se acondicionaron los espacios para asegurar medidas de higiene y distanciamiento de 1,5 metros y se redujo a cuatro horas el tiempo de permanencia en la escuela (desde la semana pasada, en secundaria se elev¨® a seis). Los grupos de alumnos, divididos en dos o tres, van a clase unos d¨ªas a la semana y se trata de completar la docencia a trav¨¦s de la Red.

En todo caso, la asistencia a la escuela no es obligatoria desde el inicio de la crisis sanitaria. Seg¨²n un informe de Unicef citado por la BBC, esa voluntariedad pudo ¡°haber amortiguado los temores y habilitado un per¨ªodo de adaptaci¨®n que permiti¨® a las familias ir ganando confianza¡±. Ahora, sin embargo, resulta un problema ¡°para un grupo de alumnos cuyo derecho a la educaci¨®n se est¨¢ viendo menoscabado¡±, explica por tel¨¦fono la secretaria general de la Federaci¨®n Uruguaya de Maestros, Elbia Pereira. La pandemia ha afectado al pa¨ªs menos que a otros: registra 40,7 casos por 100.000 habitantes.

Muchos distritos de EE UU dar¨¢n clases ¡®online¡¯. En M¨¦xico ser¨¢n por televisi¨®n

Tailandia. Vuelta a la normalidad (o casi). Tailandia lleva m¨¢s de dos meses libre de coronavirus, seg¨²n sus autoridades, por lo que el jueves todas las escuelas recuperaron su horario normal despu¨¦s de un largu¨ªsimo periodo de adaptaci¨®n que comenz¨® al retomar las clases en julio. Durante este mes y medio, los alumnos estaban obligados a mantener un metro y medio de distancia y los colegios e institutos han desplegado soluciones como el uso de una especie de cub¨ªculos de pl¨¢stico para separar los pupitres, cuya imagen ha dado la vuelta al mundo. A partir de ahora, la distancia ya no es necesaria, pero se seguir¨¢n haciendo controles de temperatura y los estudiantes debe entregar a los profesores un informe sobre donde estuvieron el d¨ªa anterior al salir de la escuela.

EE UU. Todas las modalidades. El viernes pasado, 1.100 estudiantes y profesores del distrito escolar del condado de Cherokee, al norte de Atlanta (Georgia), permanec¨ªan en cuarentena por un brote que ha obligado a cerrar dos institutos apenas unos d¨ªas desp¨²es de reabrirlos. Este foco ha impactado de lleno en el encendido debate ¡ªcon fuertes tintes pol¨ªticos¡ª que recorre todo Estados Unidos sobre la vuelta a clase en el pa¨ªs con m¨¢s casos de covid del mundo: 5,3 millones.

La decisi¨®n no ser¨¢ ¨²nica, pues est¨¢ principalmente en manos de los 13.506 distritos escolares en los que se divide el pa¨ªs. As¨ª, mientras el curso ya ha comenzado en algunos puntos con la reapertura de escuelas, en otros han decidido que la educaci¨®n seguir¨¢ siendo a distancia y muchos a¨²n no han tomado una determinaci¨®n.

El condado de Cherokee ha optado por un plan h¨ªbrido. En este caso, los padres eligieron entre volver a clase o seguir el curso online (opci¨®n que tom¨® el 20%). A los que van a clase no se les exigen distancias m¨ªnimas, ni controles de temperatura (deben hacerlos las familias) ni uso obligatorio de mascarilla para los alumnos; s¨ª para los profesores cuando la distancia no sea posible.

Con informaci¨®n de Ana Carbajosa (Berl¨ªn), Adri¨¢n Soto (Helsinki), Pablo Guim¨®n (Washington), El¨ªas Zald¨ªvar (Jerusal¨¦n), Carlos Salinas (M¨¦xico), J. A. Auni¨®n (Madrid) e I. Zafra (Valencia).

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