El debate de la ¡®vuelta al cole¡¯ en Estados Unidos se convierte en un barrizal pol¨ªtico
Las vacaciones terminan sin un consenso nacional sobre el regreso o no a las aulas, tras una primavera de clases virtuales que ahondaron las desigualdades, y el debate se ti?e de batalla electoral
Condado de Montgomery, Maryland, uno de los 13.506 distritos escolares en los que se divide Estados Unidos. Despu¨¦s de m¨¢s de un mes debatiendo, consultando a padres, profesores y profesionales m¨¦dicos, la autoridad educativa decide que los colegios p¨²blicos cerrar¨¢n y todas las clases ser¨¢n virtuales. Los centros privados, en cambio, se disponen a abrir. Semanas despu¨¦s la autoridad del condado les dice que no pueden. El gobernador del Estado le corrige y dice que s¨ª pueden abrir. Las instrucciones confusas, las tensiones, se repiten por todo el pa¨ªs. ¡°?Los colegios deben abrir en oto?o!¡±, tuitea el presidente Trump, desesperado por cualquier se?al que indique un regreso a la normalidad en un pa¨ªs devastado, econ¨®mica y socialmente, por la pandemia. El Congreso, atascado en la negociaci¨®n de un segundo paquete de rescate a la econom¨ªa, no aprueba los fondos que legisladores de uno y otro partido coinciden en que son necesarios para la reapertura segura de las aulas. Los Centros de Control de Enfermades (CDC) urgen a abrir, entre acusaciones de haber sucumbido a las presiones de la Casa Blanca. Anthony Fauci, prestigioso epidemi¨®logo del equipo de trabajo del coronavirus en el Gobierno, defiende que la opci¨®n por defecto debe ser abrir las aulas. El secretario general de la ONU defiende que cerrar los colegios puede causar ¡°una cat¨¢strofe generacional¡±. La mayor¨ªa de los padres dice que prefiere que sus hijos vuelvan a clase, pero a medias. Y el arranque del curso escolar en Estados Unidos, el pa¨ªs m¨¢s golpeado por la pandemia del coronavirus, se hunde en un barrizal de campeonato.
Las vacaciones de verano terminan sin nada parecido a un consenso nacional sobre c¨®mo afrontar el inicio del curso escolar en medio de la pandemia, y la ansiedad crece en las familias. El equilibrio entre los riesgos del coronavirus y el impacto acad¨¦mico, econ¨®mico y social de mantener las escuelas cerradas se ha convertido en el ¨²ltimo gran tema que polariza al pa¨ªs y, con elecciones presidenciales en noviembre, se ha ensuciado r¨¢pidamente con tintes pol¨ªticos.
Se supo c¨®mo cerrar las aulas, pero nadie parece tener idea de c¨®mo abrirlas. El curso ha empezado ya en algunas partes del pa¨ªs y en otros muchos distritos a¨²n no se ha tomado la decisi¨®n final sobre c¨®mo hacerlo. En el condado de Cherokee, en Georgia, la semana pasada abrieron los colegios y se detectaron 13 casos de covid entre los alumnos, lo que oblig¨® a imponer cuarentenas a m¨¢s de 300 menores. ¡°Nuestros padres quer¨ªan una elecci¨®n para sus hijos, y se la ofrecimos. No es perfecta, y lo sabemos, pero la perfecci¨®n no es posible en una pandemia¡±, resum¨ªa el viernes la autoridad escolar en un mensaje a la comunidad.
Hasta la fecha, de los 20 mayores distritos escolares de ense?anza primaria y secundaria, 17 planean abrir solo en modo remoto, seg¨²n un estudio de Education Week, un sitio independiente de noticias de educaci¨®n. Pero la ciudad de Nueva York, que constituye de lejos el distrito m¨¢s grande del pa¨ªs con m¨¢s de un mill¨®n de alumnos, anunci¨® la semana pasada que planea un sistema h¨ªbrido.
La ense?anza remota abre una brecha social evidente. Las familias con m¨¢s recursos buscan profesores particulares para sus peque?os o los trasladan a centros privados; las m¨¢s pobres se preocupan por c¨®mo podr¨¢n seguir sus hijos las clases online, qui¨¦n se quedar¨¢ con ellos en casa y c¨®mo podr¨¢n alimentarlos sin las comidas escolares. ¡°La ausencia de opciones educativas presenciales perjudica desproporcionadamente a los ni?os con pocos ingresos, a los pertenecientes a minor¨ªas y a aquellos con discapacidades¡±, reconoc¨ªan los CDC en un informe de finales de julio.
Otra brecha se abre entre distritos rurales y urbanos: el 55% de los segundos, frente al 4% de los primeros, planea empezar las clases de manera enteramente virtual. Tambi¨¦n hay contrastes de color pol¨ªtico: las escuelas en territorios republicanos tienden m¨¢s a abrir sus aulas, y las de territorios dem¨®cratas tienden a optar por f¨®rmulas no presenciales. De 153 distritos en los que gan¨® Hillary Clinton en 2016, contemplados en el estudio de Education Week, el 67% planea un arranque de curso enteramente virtual. De los 307 distritos estudiados en los que gan¨® Trump, el 58% planea abrir entera o parcialmente las aulas.
¡°Todos los colegios pueden abrir. Si alguien puede hacerlo, somos nosotros, que tenemos la mejor tasa de infecciones del pa¨ªs¡±, dijo el dem¨®crata Andrew Cumo, gobernador del Estado de Nueva York, que fue el m¨¢s golpeado por la pandemia pero ahora presenta una tasa de pruebas positivas respecto a las totales del 1%. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud recomienda abrir los colegios en distritos que registren una tasa menor del 5% durante dos semanas, y ese es el umbral que han adoptado muchos distritos escolares. Pero los gobernadores de otros Estados, como los republicanos Ron DeSantis y Greg Abbot, de Florida y Texas, han ido m¨¢s all¨¢ y han animado a los colegios a abrir aunque la pandemia siga sin controlarse.
Ante las tres opciones disponibles, seg¨²n un sondeo de The Washington Post llevado a cabo entre el 24 y el 31 de julio, el 44% de los padres prefiere que sus escuelas ofrezcan una mezcla de clases online y presenciales; el 39% prefiere todo virtual, y el 16% elige todo presencial. Los sindicatos de maestros insisten en que no es seguro abrir las aulas y el segundo m¨¢s grande del pa¨ªs, la Federaci¨®n Estadounidense de Profesores, ha publicado una resoluci¨®n de apoyo a eventuales huelgas contra ¨®rdenes de volver a las aulas.
Las presiones de Trump y su Administraci¨®n, cuya sinton¨ªa con la comunidad de educadores es escasa, ha endurecido la resistencia de muchos profesores a volver a las aulas. Pero crece tambi¨¦n la presi¨®n a los sindicatos desde otros frentes: todos saben que la reactivaci¨®n de la econom¨ªa y la vuelta al trabajo requerir¨¢n que el sistema escolar funcione. A nadie se le escapa tampoco que la experiencia esta primavera con la ense?anza remota ha estado lejos de ser satisfactoria para muchas familias y ha profundizado las desigualdades sociales y econ¨®micas. Y en un verano que muchos centros han dedicado a dise?ar la reapertura de las clases o sistemas h¨ªbridos, muchos se?alan que se ha hecho poco por mejorar la calidad de la ense?anza online para este nuevo curso
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