Una ventana contra la soledad de los ancianos
Una gran cristalera sirve a los internos de una residencia de Barcelona para mantener el contacto con sus familias
Nunca pensaron que el gran ventanal que separa el patio de la residencia de la calle servir¨ªa un d¨ªa para combatir la soledad. Tras meses de aislamiento de los ancianos en los geri¨¢tricos y con las visitas restringidas, los mayores que viven en la residencia Centre Parc del barrio barcelon¨¦s de Sants se sienten aliviados de contar, al menos, con una ventana para comunicarse con los suyos.
El recinto tiene un patio con una vidriera que da directamente a la calle. A trav¨¦s de ella, residentes y familiares pueden encontrarse, separados por apenas unos cent¨ªmetros. Algunos parientes charlan largo rato con sus mayores, cara a cara, pero por el m¨®vil; otros pasan a saludarles varias veces al d¨ªa para que no se sientan solos.
Manoli Lafuente, de 64 a?os, es una de las personas que acude al lugar, en la avenida de Madrid. Unas tres veces por semana, desde marzo, visita a su madre siguiendo la misma din¨¢mica. Ella, con su tel¨¦fono desde fuera, y su progenitora, dentro, al otro lado del cristal. Conversan durante casi una hora. Lafuente le ense?a fotograf¨ªas de su nieto. Agradece tener la oportunidad de poder verla. Ya conoce los horarios para encontrarse con ella. ¡°Cada d¨ªa nos llamamos en muchas ocasiones. Dice que el m¨®vil es para ella como un amigo, y me llama cada vez que se acuerda de alguna cosa¡±, cuenta.
El centro tambi¨¦n presta tel¨¦fonos y facilita las videollamadas
El director de la residencia Centre Parc, Eduardo Badia, explica que los familiares comenzaron a acudir espont¨¢neamente al ventanal desde los primeros d¨ªas en los que se pudo salir a la calle para dar paseos tras el confinamiento. Detalla que en el interior deben mantener ahora grupos de menos de 20 personas, as¨ª que van rotando a los residentes por los diferentes salones del inmueble. ¡°Cada d¨ªa le toca delante del ventanal a una planta. Un d¨ªa s¨ª y otro no¡±. El centro presta adem¨¢s tel¨¦fonos a los mayores para que se puedan comunicar con sus familias y tambi¨¦n ofrece un sistema de videollamadas a quien lo necesite.
Badia menciona que los turnos no son estrictos, si alguien llama porque se le complica ir la jornada en que a su familiar le toca ventana, y prefiere ir otro d¨ªa en concreto, se busca la manera de que se puedan ver: ¡°Es muy importante para el residente continuar teniendo relaci¨®n con su familia. Por no decir imprescindible. Es lo ¨²nico que tienen¡±. El director apunta que el lunes pasado reabrieron las visitas presenciales en el jard¨ªn, siempre con cita previa. Pero muchos siguen prefiriendo los saludos, m¨¢s seguros, desde la calle. ¡°Hacemos el m¨¢ximo para que ellos tengan el mayor contacto dentro de lo que la normativa nos permite¡±, a?ade.
Dolors Vila se decanta a¨²n por la opci¨®n acristalada. Acompa?ada de su marido, visita a su padre, Jaume Vila, de 87 a?os. ¡°De esta manera, podemos tener un hilo conductor de comunicaci¨®n casi diaria, es muy importante para ¨¦l¡±, dice. Sus hermanos, que viven fuera de Barcelona, hacen videollamadas. Vila cuenta que su padre estuvo ingresado tres meses y medio en un centro sociosanitario, hasta finales de junio, cuando lleg¨® al Centre Parc. Durante todo ese periodo no se pudieron ver. Aunque sea con un vidrio mediante, ¡°al menos, ahora sabemos cosas que vive y podemos explicarle asuntos que le interesan¡±, cuenta su hija.
Minutos despu¨¦s del mediod¨ªa, los mayores son llevados a otra parte del edificio. Los visitantes comienzan a despejar la zona. Ma?ana ser¨¢ el turno de otras familias.
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