¡°No podemos cargar con la culpa de quien no sea responsable¡±

El eco de cada campanada del reloj del Ayuntamiento de Valladolid restalla en la medianoche del mi¨¦rcoles al jueves. Ni rastro de las 30.000 almas que se apelotonaban cada a?o en la Plaza Mayor en los conciertos de las fiestas locales. Acaban de entrar en vigor las restricciones de la Junta de Castilla y Le¨®n sobre Valladolid (300.000 habitantes) y Salamanca (145.000). La alta incidencia del coronavirus ha fulminado los festejos patronales ya descafeinados de ambos Ayuntamientos, que no podr¨¢n siquiera celebrar actos abiertos con m¨¢s de 50 asistentes. Se proh¨ªbe tambi¨¦n que los bares sirvan en barra y las terrazas solo podr¨¢n albergar a seis clientes por mesa. Las reuniones quedan reducidas a 10 individuos.

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Los contagios devuelven a Valladolid y Salamanca a unas restricciones similares a las de la fase 1 de la desescalada

Un juzgado ha ratificado al Ejecutivo castellanoleon¨¦s (PP-Cs) ante los recursos interpuestos por el Ayuntamiento vallisoletano, cuyo alcalde, el socialista ?scar Puente, se ha mostrado indignado por las restricciones. Las medidas auton¨®micas tambi¨¦n soliviantan al sector servicios, tanto al de Valladolid como al de Salamanca. ?lvaro Juanes, presidente de la asociaci¨®n de hosteleros salmantina, asegura que la ¡°econom¨ªa circular¡± alimentada por restaurantes y bares sale malherida: ¡°Estamos en un SOS¡±. ¡°No podemos cargar con la culpa de quien no sea responsable¡±, lamenta Juanes, que siente que ¡°aprietan la soga¡± que les ahoga. Y critica que, al no limitarse la movilidad, los consumidores pueden desplazarse a ¡°pueblos dormitorio¡±. Su hom¨®loga pucelana, Mar¨ªa Jos¨¦ Vinateros, expresa ¡°indignaci¨®n¡± por que se tomen restricciones ¡°de un d¨ªa para otro sin contar con el sector¡±. ¡°El verano ha sido mucho peor de lo esperado, pero el oto?o, sin el empuje de las fiestas, ser¨¢ desastroso¡±, vaticina.

La tormenta de las restricciones ha enfangado a¨²n m¨¢s la tensa relaci¨®n de Valladolid con la Junta. El regidor socialista y el vicepresidente, Francisco Igea (Ciudadanos), han vuelto a enzarzarse. El primero dice sentirse atropellado y lo achaca todo a razones pol¨ªticas; el otro afirm¨® que Puente primaba ¡°las ferias¡± sobre la salud ciudadana. El alcalde de Salamanca, Carlos Garc¨ªa Carbayo (PP, al igual que el exregidor charro y hoy presidente regional, Alfonso Fern¨¢ndez Ma?ueco) fue m¨¢s comedido: ¡°Comprendemos que es necesario actuar a tiempo antes de que hagan falta restricciones mayores¡±. Un juzgado salmantino tambi¨¦n ha avalado esta resoluci¨®n.

Ignacio Rosell, especialista en medicina preventiva y salud p¨²blica de la Universidad de Valladolid, tilda de ¡°preocupante¡± la expansi¨®n de la covid-19 y detalla que la tasa acumulada de infecci¨®n en las urbes rebasa notablemente a la regional y nacional. Pone como ejemplo a Valladolid: su volumen es de 217 casos por 100.000 habitantes en una semana, entre el 24 y el 30 de agosto; casi igual que lo que recoge el informe del Centro de Coordinaci¨®n de Alertas y Emergencias Sanitarias en las ¨²ltimas dos semanas de Castilla y Le¨®n. El balance espa?ol es de 212 en esos 14 d¨ªas.

¡°Los echas de aqu¨ª y la gente prosigue en sus casas¡±

Los bares repliegan sus terrazas en Valladolid. Asombra la imagen de solo cuatro mesas, totalmente separadas, fuera del bar Penicilino, emblema de las ca?as y vinos con unas vistas incomparables a la catedral. Jes¨²s Ni?o, camarero del bar, ha parado a medianoche de servir bebidas, como marca la norma. Le enfada que ¨¦l pueda ofrecerlas solo por su tipo de licencia y que establecimientos musicales deban seguir cerrados: ¡°Es una barrabasada¡±. La nueva orden, que impedir¨¢ consumir en barra, perjudicar¨¢ al bar de barrio, donde ¡°la barra es un activo¡±, augura. Unas horas despu¨¦s, aumentan las mesas pero no el ¨¢nimo. Se notar¨¢ la ausencia de la inyecci¨®n econ¨®mica de las Fiestas.

El nombre de otro lugar hist¨®rico, El largo adi¨®s, parece mostrar la pugna de los bares contra el aluvi¨®n de dificultades. Lo regenta Vicky Le¨®n, quien reniega de las limitaciones sobre la cultura porque aprecia m¨¢s descontrol ¡°en el supermercado¡± que en el Teatro Calder¨®n o en las funciones del Teatro de calle. ¡°Los echas de aqu¨ª y la gente prosigue en sus casas¡±, relata, algo que cree que lastra la eficacia sanitaria de estas imposiciones. La resoluci¨®n judicial plasma que el 37% de los contagios vallisoletanos proceden del entorno familiar. Ana del Soto, la camarera, reflexiona: ¡°Es m¨¢s responsabilidad individual que del bar¡±.

El epidemi¨®logo C¨¦sar de la Hoz explica que la orden regional ¡°hace hincapi¨¦ en el distanciamiento social, todav¨ªa no de confinamiento, donde se sospecha transmisi¨®n comunitaria¡±. ¡°El momento de tomar medidas es ahora, y no cuando la situaci¨®n sea peor¡±, advierte, consciente de que la velocidad de transmisi¨®n, con sospechas de que sea comunitaria, puede desencadenar un nuevo terremoto hospitalario. El escrito judicial que ratifica las restricciones de la Junta avisa de una ¡°evidente tendencia creciente¡± y prev¨¦ ¡°un incremento¡± de los hospitalizados, 158 desde mayo en la ciudad vallisoletana, y fallecidos, 24 en ese periodo, en las pr¨®ximas fechas.

Juan Nicol¨¢s, responsable del totalmente vac¨ªo El Minuto, un cl¨¢sico para los desayunos en barra, se teme lo peor. Bastante duro fue cerrar tres meses: ¡°Un trauma terrible¡±. Nicol¨¢s, que asume que la crudeza del virus requiere duras reacciones, bromea con 30 abandonados c¨¦ntimos que alguien ha dejado de propina: ¡°No estamos para desaprovechar nada¡±. Su bar est¨¢ en la calle de Mac¨ªas Picavea, con varios locales muy populares entre la juventud, ahora silenciosa.

Las universidades de Valladolid y de Salamanca mantendr¨¢n la actividad, prevista para finales de mes y principios de octubre, salvo hecatombe. Se amparan en los protocolos trazados con Educaci¨®n, indican portavoces de la de Valladolid. Daniel Gonzalo, jefe de gabinete del rector salmantino, espera que la situaci¨®n epidemiol¨®gica no empeore y puedan conservar sus planes, a los que han a?adido una campa?a de sensibilizaci¨®n estudiantil. Otro cantar es el gasto sobre una ciudad donde sus 230 restaurantes, 176 cafeter¨ªas y 676 bares tienen en los universitarios una fuente incomparable de ingresos.

Dos polic¨ªas que patrullan por el Ayuntamiento vallisoletano describen c¨®mo van a impedir el acceso al parque de Las Moreras, con vallas y registros, donde miles de j¨®venes se juntar¨ªan para beber. Mismos planes en el Campo de San Francisco de Salamanca. Al menos este a?o el r¨ªo Pisuerga y el Tormes no acabar¨¢n llenos de botellas y vasos de pl¨¢stico flotando sobre sus aguas.

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