Frutas y verduras para combatir la malnutrici¨®n en Argentina
El Mercado Central, el principal centro mayorista de alimentos frescos del pa¨ªs, coordina talleres y donaciones a comedores populares
Cerca de 10.000 personas pasan cada d¨ªa por el Mercado Central, a las afueras de Buenos Aires, el principal centro mayorista de alimentos frescos de Argentina. Durante toda la madrugada, las calles que comunican las naves donde se venden las frutas y verduras con las que se abastecen buena parte de los comercios de la capital y su ¨¢rea metropolitana son un hervidero de camiones, autom¨®viles y carritos. Entre ellos est¨¢n tambi¨¦n los de m¨¢s de 500 comedores gratuitos, que reciben donaciones y capacitaci¨®n como parte de una iniciativa estatal para combatir la malnutrici¨®n entre la poblaci¨®n m¨¢s pobre, que ha empeorado a¨²n m¨¢s con la crisis agudizada por la pandemia de covid-19.
Una de cada cuatro personas en Argentina requiere la ayuda del Estado para comer. En su dieta ¡°hay demasiada harina, fideos y arroz y poca leche, carne, frutas y verduras¡±, advierte el ministro de Desarrollo social argentino, Daniel Arroyo, durante un recorrido por este gran centro de comercializaci¨®n de frutas y verduras, de gesti¨®n estatal.
¡°El primer d¨ªa, cuando llegamos, hab¨ªa una monta?a de lechuga y jengibre. Era todo lo que ten¨ªamos para entregar a los comedores. Se iban a llevar eso, con un reglamento que dice que no pueden vender el alimento, que es l¨®gico, pero que en ese caso lo mejor que pod¨ªan hacer era vender el jengibre para comprar otros alimentos. Y ah¨ª salimos y empezamos a hacer una recorrida puesto por puesto para decir: ¡®Necesito que me dones un bulto¡¯¡±, cuenta Noelia Vera, responsable de la nueva Gerencia de alimentaci¨®n sana, segura y saludable del Mercado Central. Hay 876 puestos, repartidos en 18 grandes naves.
Manzanas, bananas, peras, patatas, calabaza y r¨²cula son algunas de las frutas y verduras que se sumaron a los cajones que reciben a diario los comedores de la provincia de Buenos Aires abastecidos por el Mercado Central. Quienes cocinan, casi siempre mujeres, reciben adem¨¢s talleres de nutrici¨®n y manipulaci¨®n y conservaci¨®n de los alimentos. ¡°Ahora acompa?amos la copa de leche algunos d¨ªas con ensalada de fruta o compota de manzanas que hacemos nosotras¡±, cuenta Mar¨ªa Blanco, del comedor y merendero Comunidad Patria Grande, en Villa Celina, al que concurren a diario cerca de 300 ni?os y adolescentes. ¡°Tuvimos que hacer una reuni¨®n porque hay algunas familias disconformes que nos dicen que damos mucha fruta y verdura y a los chicos no les gusta, pero la mayor¨ªa lo ve bien y entiende que es mejor para la salud de los chicos¡±, se?ala Blanco.
El 41% de los menores de edad en Argentina tiene sobrepeso u obesidad y en los adultos la cifra crece hasta el 68%, seg¨²n la ¨²ltima encuesta nacional de nutrici¨®n y salud, publicada en 2019. La Organizaci¨®n Panamericana de la Salud advierte que el pa¨ªs lidera el consumo regional de bebidas azucaradas y est¨¢ en los primeros puestos en compras de productos ultraprocesados, de alto contenido cal¨®rico y bajo valor nutricional. A diferencia de Chile o de Brasil, Argentina no cuenta con una ley de etiquetado que obligue a destacar el alto contenido en grasas o az¨²cares de estos productos.
El Gobierno de Alberto Fern¨¢ndez intent¨® incentivar el consumo de alimentos frescos con la tarjeta alimentaria repartida a 1,5 millones de familias a principios de a?o, pero la pandemia ha provocado un nuevo retroceso al elevar la pobreza hasta el 40%, seg¨²n estimaciones de Naciones Unidas. ¡°Antes de la pandemia, el 67% de las compras con la tarjeta alimentaria eran leche, carne, frutas y verduras. Ahora baj¨® a menos del 50%¡±, admite el ministro de Desarrollo Social. En las calles, movimientos sociales como Barrios de Pie se manifiestan para reclamar mayor asistencia a comedores y merenderos populares.
Argentina es el octavo pa¨ªs m¨¢s extenso del planeta y sus abundantes tierras de cultivo contribuyen a que sea uno de los grandes agroexportadores mundiales, pero gran parte de su producci¨®n no est¨¢ destinada al consumo humano, subraya Vera. ¡°Es mentira que en Argentina se producen alimentos para 400 millones de personas. Producimos commodities, soja sobre todo, eso no es alimento¡±, asegura esta investigadora vinculada a la Uni¨®n de Trabajadores de la Tierra (UTT), al igual que el presidente del Mercado Central, Nahuel Levaggi.
Los talleres a los comedores se imparten en colaboraci¨®n con la Universidad de San Mart¨ªn, que aporta herramientas como la denominada olla bruja, explica Vera. Con cajones de madera y telgopor, cart¨®n y aluminio es posible construir un aislante t¨¦rmico que mantiene la temperatura del alimento una vez que hierve y permite que se siga cocinando sin gastar energ¨ªa. ¡°Es maravilloso porque el gran problema que tenemos es el bajo consumo de legumbres. Se pueden dar legumbres, pero muchos comedores tienen s¨®lo un fuego y las legumbres tardan en hacerse. Hacemos esas ollas en el momento, con cosas que recolectamos tiradas en el mercado, y as¨ª, apenas rompe el hervor, desocupan un fuego y eso se cocina solo, mientras hacen otras cosas¡±, cuenta sobre esa herramienta que construyen en las capacitaciones.
La educaci¨®n sobre h¨¢bitos alimentarios saludables debe ir acompa?ada de acceso a ese tipo de alimentos y a infraestructura b¨¢sica para manipularlos, cocinarlos y conservarlos, opina Vera. En el comedor Comunidad Patria Grande no tienen agua corriente y la obtienen de vecinos que viven a dos cuadras de distancia. ¡°Vos pod¨¦s decir: ¡®Hacete una ensalada cruda¡¯, pero estas compa?eras tienen que caminar dos cuadras con baldes para ir a buscar agua para lavar las hojas¡±, cita como ejemplo. No son un caso aislado: el 14% de los hogares urbanos de Argentina no tiene acceso al agua de red, seg¨²n el Observatorio de la deuda social de la Universidad Cat¨®lica Argentina.
El aporte realizado desde el Mercado Central supone una parte ¨ªnfima de la asistencia alimentaria estatal, pero va en l¨ªnea con la estrategia planeada para cuando se deje atr¨¢s el pico de la pandemia de covid-19, que se ha cobrado m¨¢s 9.000 v¨ªctimas mortales. ¡°Hoy el trabajo del Ministerio es 90% asistencia alimentaria, 10% creaci¨®n de trabajo, esperamos que a final de a?o sea 50% y 50%¡±, dice el ministro.
Sopa de verduras a las 06.30
La actividad en el Mercado Central arranca a las dos de la madrugada. A esa hora abren los puestos y comienzan a ingresar los camiones que luego llevar¨¢n la mercanc¨ªa hasta supermercados y verduler¨ªas. Para agilizar las compras, quienes hacen los pedidos encargan a los 'changarines libres' que recojan las compras y las lleven en carrito hasta el veh¨ªculo. Son cerca de 4.000 personas, que trabajan a la carrera durante horas y obtienen "en un d¨ªa bueno", unos 2.500 pesos (unos 30 d¨®lares al precio oficial), seg¨²n Hern¨¢n Godoy, quien dice haberse criado entre los cajones de alimentos de este centro mayorista y muestra sus manos callosas para atestiguarlo. Godoy es uno de los trabajadores que a las seis y media de la ma?ana hace cola para recibir la sopa de verduras que comenz¨® a distribuir el Mercado Central este invierno. "Es la primera vez que veo que reparten algo. Pensaba que ser¨ªa mejor un caf¨¦, pero estoy re contento con la sopa, todos nos enganchamos porque te levanta", afirma.
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