Faltan las hermanas
La autora resalta la ausencia del papel de las mujeres, y en particular, de las religiosas en la nueva enc¨ªclica del Papa
La enc¨ªclica que el Papa ha querido firmar en As¨ªs la v¨ªspera de la fiesta del Pobrecillo, sobre la tumba de san Francisco, es principalmente social y pol¨ªtica. Un texto largo con una impronta netamente personal, como subrayan sus primeras p¨¢ginas, escritas casi como una carta o un diario, modalidad nunca vista en un documento pontificio.
Y hay otra novedad. El texto, como de costumbre, abunda en referencias al magisterio pontificio y, sobre todo, a lo que ha escrito y dicho el propio papa Francisco, incluidas tres citas de las declaraciones de Bergoglio al director alem¨¢n Wim Wenders en la pel¨ªcula que le dedic¨®.
Pero a quien el Pont¨ªfice considera su interlocutor principal, as¨ª como el inspirador de algunos pasajes cruciales compartidos, es al gran im¨¢n Ahmad Al-Tayyeb, al que de este modo se considera de hecho un representante del islam. Por otro lado, el islam est¨¢ extremadamente dividido y fragmentado, mientras que dentro de ¨¦l existe un gran debate sobre el personaje elegido. Se trata, pues, de un ejercicio de fraternidad con la religi¨®n isl¨¢mica, indudablemente audaz, pero tambi¨¦n fr¨¢gil y probablemente destinado a no recibir una gran acogida en el mundo musulm¨¢n.
Se trata esencialmente de una s¨ªntesis, en realidad no muy breve, equivalente m¨¢s o menos a un libro de 200 p¨¢ginas, de las afirmaciones pol¨ªtico-sociales expresadas por Francisco durante su pontificado. Una s¨ªntesis basada, desde el punto de vista religioso, en la par¨¢bola del buen samaritano, que logra en unos pocos p¨¢rrafos derribar obst¨¢culos y acabar con lugares comunes. Por tanto, no hay nada nuevo, y tampoco el efecto de la epidemia parece haber cambiado nada.
De hecho, Bergoglio, en un largo cap¨ªtulo central dedicado a la ¡°mejor pol¨ªtica¡±, vuelve al concepto de ¡°pueblo¡±, tan querido por ¨¦l, aclarando su idea del populismo y explay¨¢ndose tambi¨¦n en una explicaci¨®n cr¨ªtica del liberalismo. El gran tema de su discurso es el trabajo, y la buena pol¨ªtica se resume en frases como ¡°tierra, casa y trabajo para todos¡±. Por lo tanto, una hermandad muy concreta, social, que no explora el significado y la historia del concepto desde el punto de vista teol¨®gico y espiritual, sino que los desarrolla en el ¨¢mbito de las cualidades humanas, como la solidaridad, indispensables para una buena vida comunitaria.
Vuelven sus temas favoritos: los emigrantes, varias veces, y la severa advertencia contra la difamaci¨®n y la calumnia, el peligro de que estas provoquen la descalificaci¨®n ¡°hasta llegar a demoler la figura del otro¡±. Observaciones que, sin embargo, parecen contradecir lo que est¨¢ ocurriendo estos d¨ªas en la curia romana, donde no se vacila a la hora de destruir vidas y reputaciones antes de que se certifique la culpa en un juicio.
Pero hay una ausencia que llama especialmente la atenci¨®n: la de las mujeres. Ya el uso en el t¨ªtulo de ¡°hermanos¡±, un t¨¦rmino inclusivo masculino, da a entender que se ha hecho o¨ªdos sordos a la larga labor de los movimientos feministas de cr¨ªtica del lenguaje masculino, que se presenta como universal. Que sea una cita literal de Francisco de As¨ªs no es una excusa: el santo escribi¨® hace ocho siglos, cuando la sensibilidad social era muy diferente. Pero sobre todo se echa de menos una invitaci¨®n a la hermandad hacia las hermanas, y en particular hacia las religiosas, tan a menudo explotadas econ¨®mica y sexualmente por el clero. Da la sensaci¨®n, por tanto, de que realmente la hermandad es un asunto de hombres y que las hermanas, de nuevo olvidadas, deben quedarse calladas, un paso por detr¨¢s de ellos, sin rechistar.
Lucetta Scaraffia es experta en historia de la Iglesia y la mujer.
Traducci¨®n de News Clips.
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