El tremendo choque pol¨ªtico en Madrid acaba en medidas laxas

Marsella, la segunda mayor ciudad francesa, cerr¨® bares y restaurantes el 26 de septiembre al superar una incidencia de 500 casos por 100.000 habitantes. En Par¨ªs cerraron los bares cuando alcanz¨® ese umbral, unos d¨ªas despu¨¦s. A partir de este s¨¢bado Berl¨ªn impone el toque de queda nocturno...

Marsella, la segunda mayor ciudad francesa, cerr¨® bares y restaurantes el 26 de septiembre al superar una incidencia de 500 casos por 100.000 habitantes. En Par¨ªs cerraron los bares cuando alcanz¨® ese umbral, unos d¨ªas despu¨¦s. A partir de este s¨¢bado Berl¨ªn impone el toque de queda nocturno: bares y restaurantes cerrar¨¢n a las 22.00. En zona de riesgo al alcanzar los 100 contagios por 100.000 habitantes, la capital alemana proh¨ªbe, entre otras cosas, reuniones de m¨¢s de 10 personas en el ¨¢mbito privado. Medidas m¨¢s restrictivas y, sobre todo, mucho m¨¢s tempranas que las de Madrid. Los expertos coinciden en que las limitaciones que garantiza el estado de alarma declarado este viernes son tard¨ªas y poco contundentes, lo que contrasta con el enredo pol¨ªtico y jur¨ªdico que ha costado llegar a imponerlas.

¡°Son criterios de compromiso para intentar llegar a acuerdos pol¨ªticos¡±, lamenta Ildefonso Hern¨¢ndez, catedr¨¢tico de Salud P¨²blica de la Universidad Miguel Hern¨¢ndez. La incidencia de 500 casos por 100.000 habitantes que marca el umbral a partir del cual se aplican las restricciones no es ¡°una barrera importante¡±. Ese hito deber¨ªa estar ¡°mucho antes¡±, subraya, ¡°y m¨¢s cuando una zona no tiene recursos¡±, como es el caso de Madrid, que ya no puede hacer seguimiento de contactos de casos positivos. ¡°Madrid no ha tomado decisiones respecto a lidiar con la pandemia en periodos de baja incidencia, que es cuando hay que hacerlo¡±, a?ade.

Fase 1

El epidemi¨®logo Daniel L¨®pez Acu?a, exdirector de emergencias de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), tambi¨¦n cree que las medidas deber¨ªan ser m¨¢s contundentes. ?l habla de volver al equivalente a la fase 1 por municipios. Pedro Gull¨®n, miembro de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa, califica las restricciones de ¡°tibias¡±, y explica que el confinamiento perimetral es como un cortafuegos o un cord¨®n sanitario. Su objetivo es ¡°que la incidencia no se extienda m¨¢s all¨¢ de Madrid, que no perjudique a zonas con incidencia m¨¢s baja¡±. Por eso, dice, ¡°ante un puente y con mucha gente pensando si salir de viaje, ten¨ªa sentido intentar que Madrid no actuara como un foco propagador del virus al resto del pa¨ªs¡±.

Para disminuir la incidencia en Madrid estar¨ªan el resto de restricciones a las actividades: no juntarse m¨¢s de seis personas, reducci¨®n de horarios en bares y restaurantes¡­ ¡°Medidas que ir¨¢n a atajar el contacto f¨ªsico¡±, a?ade. Muy laxas en comparaci¨®n con lo que est¨¢n haciendo otros pa¨ªses y que podr¨ªan endurecerse, por ejemplo, limitando a¨²n m¨¢s los aforos, especialmente en espacios interiores, propone. Quiz¨¢ habr¨ªa que plantear el cierre del interior de los bares, de los gimnasios, de los eventos culturales, enumera. ¡°Deber¨ªamos trasladar todo lo que se pueda a los exteriores¡±. Y apunta tambi¨¦n al teletrabajo: ¡°Muchas oficinas est¨¢n volviendo sin necesidad econ¨®mica¡±.

Entre el desconcierto y la perplejidad, los ciudadanos han recibido estos d¨ªas mensajes contradictorios e instrucciones cambiantes que, seg¨²n los expertos, dificultan enormemente el control de la pandemia porque minan la confianza en las instituciones. El Madrid que describi¨® este viernes el ministro de Sanidad, Salvador Illa (¡°no hay solo brotes, hay transmisi¨®n comunitaria¡±, ¡°la atenci¨®n sanitaria corre el serio riesgo de verse desbordada¡±), no parec¨ªa el mismo que el del consejero de Sanidad madrile?o, Enrique Ruiz Escudero (¡°nuestro plan est¨¢ funcionando¡±, ¡°en 45 de las 46 zonas b¨¢sicas de salud la incidencia desciende¡±). Daniel Acu?a pide que no se haga caso a esa ¡°falsa dicotom¨ªa¡± que forma parte del discurso pol¨ªtico. Y remite a los datos: la Comunidad de Madrid tiene una incidencia de 541 casos por 100.000 habitantes en 14 d¨ªas. El doble que la media espa?ola, 258. Una decena de barrios, la mayor¨ªa en el sur de Madrid, superan ampliamente los 1.000 casos. M¨¢s de 50 zonas de salud est¨¢n por encima de 750.

La tendencia de las ¨²ltimas semanas es a la estabilizaci¨®n y a un ligero descenso de los contagios en Madrid, pero la situaci¨®n, en n¨²meros absolutos, es ¡°mala¡±, define Gull¨®n. Y se ha llegado a esta situaci¨®n porque Madrid ¡°no hizo los deberes cuando deb¨ªa¡±, a?ade L¨®pez Acu?a, que lleva semanas diciendo que las restricciones deber¨ªan haberse impuesto hace seis semanas y ¡°en toda la ciudad¡±. Este experto cuestiona las medidas que plante¨® Madrid, y que estuvieron en vigor 12 d¨ªas (entre el 19 y el 30 de septiembre), que consist¨ªan en impedir salir y entrar sin causa justificada en 37 ¡ªampliadas despu¨¦s a 45¡ª zonas b¨¢sicas de salud con mayor incidencia, superior a 1.000.

Segmentaci¨®n artificial

¡°Interrumpir ¨²nicamente la movilidad en zonas con m¨¢s de 1.000 sin hacerlo en las que tienen entre 500 y 1.000 era actuar fragmentariamente, incoherentemente, y tener una falsa noci¨®n de seguridad por cerrar esos barrios, a la saz¨®n los m¨¢s deprimidos econ¨®micamente¡±, asegura. ¡°Es una segmentaci¨®n artificial de la epidemiolog¨ªa de la enfermedad que no lleva a un buen control¡±, a?ade. Y califica de ¡°bestial¡± el umbral que us¨® Madrid, ¡°cuatro veces superior a lo que en otros pa¨ªses tienen para preocuparse¡±.

Hern¨¢ndez tilda de tard¨ªas y escasas las medidas del ministerio, pero asegura que las de Madrid ¡°no ten¨ªan sentido¡±. Las zonas b¨¢sicas de salud son unidades para repartir las cartillas sanitarias de la poblaci¨®n que vive en ellas, asegura, ¡°no unidades de funcionamiento social¡±. ¡°El plan era dif¨ªcil de implementar y poco comprensible teniendo en cuenta el trasiego econ¨®mico y social de la ciudad. No puedes cortar barrios por la mitad¡±, a?ade.

Frente al discurso de los pol¨ªticos madrile?os, que afirman que sus medidas estaban funcionando, el cambio en la tendencia de la epidemia en Madrid es anterior a la entrada en vigor del plan de zonas. Parte del descenso en la incidencia, adem¨¢s, puede deberse al hecho de que Madrid est¨¦ haciendo menos pruebas PCR en los ¨²ltimos d¨ªas. Si analiza menos, encuentra menos positivos. La ca¨ªda brusca de la incidencia fue la que alert¨® al Ministerio de Sanidad a principios de semana, cuando puso en duda los datos de Madrid. La mejor¨ªa es real, y se nota en que el ritmo de nuevos ingresos en los hospitales desciende, pero no se corresponde con una bajada tan dr¨¢stica de la tasa de contagios.

Andrea Bur¨®n, epidemi¨®loga y miembro de la Sociedad Espa?ola de Salud P¨²blica y Administraci¨®n Sanitaria (Sespas), lamenta que no se haya actuado antes, lo que hubiera permitido medidas mucho menos restrictivas que afectaran a menos personas. ¡°Ya llevamos muchos meses de pandemia¡±, dice, sin que se haya apostado por mejorar la vigilancia epidemiol¨®gica, reforzando la atenci¨®n primaria, los sistemas de informaci¨®n y facilitando el cumplimiento de los aislamientos y las cuarentenas de la poblaci¨®n. ¡°Aqu¨ª es donde hay que invertir, es la ¨²nica forma de frenarlo y no tener que llegar a medidas dr¨¢sticas¡±, asegura.

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