S?o Paulo avanza en la desescalada con la reapertura de los cines
M¨¢s de 13.000 personas han muerto en la ciudad, uno de los puntos m¨¢s afectados por el coronavirus en Brasil
S?o Paulo ha pasado de fase. La mayor ciudad de Brasil y otras cinco regiones (Campinas, Sorocaba, Piracicaba, Taubat¨¦ y Baixada Santista), que en conjunto representan el 76% de la poblaci¨®n del Estado de S?o Paulo, han pasado este viernes de la fase amarilla a la fase verde ¡ªla segunda menos restrictiva¡ª del plan de desescalada creado por el Gobierno del Estado para combatir el coronavirus en una pandemia que ...
S?o Paulo ha pasado de fase. La mayor ciudad de Brasil y otras cinco regiones (Campinas, Sorocaba, Piracicaba, Taubat¨¦ y Baixada Santista), que en conjunto representan el 76% de la poblaci¨®n del Estado de S?o Paulo, han pasado este viernes de la fase amarilla a la fase verde ¡ªla segunda menos restrictiva¡ª del plan de desescalada creado por el Gobierno del Estado para combatir el coronavirus en una pandemia que ya ha dejado m¨¢s de 13.000 muertos y al menos 340.000 casos confirmados de covid-19 en la capital.
En la pr¨¢ctica, eso significa que, a partir de este s¨¢bado, las actividades culturales como cines, teatros, museos, eventos y convenciones estar¨¢n de vuelta. Pero los parques municipales solo estar¨¢n abiertos durante la semana y no hay planes para reanudar proyectos como el ¡°Paulista Abierta¡±, que proh¨ªbe la circulaci¨®n de coches en la avenida los fines de semana. El Ayuntamiento considera que es muy dif¨ªcil controlar el acceso de un n¨²mero limitado de personas a estos lugares y evitar las aglomeraciones.
Los espacios que han reabierto podr¨¢n funcionar solo con el 60% de aforo, tendr¨¢n que controlar el acceso y solo se podr¨¢ entrar con reserva. Otros lugares tradicionales de entretenimiento en S?o Paulo, como centros comerciales, comercios y servicios, incluidos los gimnasios, pueden funcionar durante 12 horas al d¨ªa. Los restaurantes y bares pueden permanecer abiertos hasta las once de la noche, pero se puede consumir solo hasta las diez, para la tristeza de los bohemios. Las actividades y locales que generan multitudes, como fiestas, discotecas, estadios y conciertos con el p¨²blico de pie, est¨¢n prohibidos.
Sin bajar la guardia
Es un momento decisivo para la ciudad, que entr¨® en cuarentena, junto con el resto del Estado, el 21 de marzo, cuatro d¨ªas despu¨¦s de registrar la primera muerte por coronavirus en el pa¨ªs. No deja de ser una buena se?al para la ciudad que se ha convertido en la m¨¢s afectada por la covid-19 y el epicentro de la pandemia en Brasil. Mientras tanto, el desarrollo de una vacuna sigue siendo incierto. El Gobierno del Estado apuesta por la colaboraci¨®n entre el laboratorio chino Sinovac y el Instituto Butantan de S?o Paulo para la fabricaci¨®n local de la llamada Coronavac, pero encuentra dificultades t¨¦cnicas y pol¨ªticas: el gobernador Jo?o Doria es adversario del presidente Jair Bolsonaro, que prefiere poner sus fichas en la colaboraci¨®n entre la Fundaci¨®n Oswaldo Cruz y la universidad inglesa de Oxford. El resultado es una especie de carrera entre S?o Paulo y Brasilia para desarrollar la vacuna, una disputa que acaba perjudicando a ambas partes. Durante la rueda de prensa en la que anunci¨® la entrada en la nueva fase, el propio Doria admiti¨® que tiene un plan B en caso de que el Ministerio de Sanidad se niegue a comprar Coronavac para distribuirlo en la sanidad p¨²blica: negociar su venta directamente a otros Estados brasile?os, como si fuera una especie de Ministerio de Sanidad paralelo.
Sin embargo, nada de esto significa, ni mucho menos, que S?o Paulo se haya librado del coronavirus. Todav¨ªa no se ha llegado a la nueva normalidad ¡ªo Normalidad Controlada, como la llama el Gobierno de S?o Paulo¡ª, que equivaldr¨ªa a la Fase Azul. Ahora la capital entra en la Fase Verde, denominada Apertura Parcial, la cuarta de las cinco fases diferenciadas por colores: Roja, Naranja, Amarilla, Verde y Azul, de m¨¢s a menos restrictiva.
Para que cada regi¨®n del Estado pase de un nivel a otro, es necesario que cumpla varios requisitos, como la disminuci¨®n de las tasas de ocupaci¨®n de camas de UCI, la cantidad disponible de estas camas por cada 100.000 habitantes y la evoluci¨®n de las curvas de nuevos casos y muertes durante siete d¨ªas consecutivos. Pero para pasar a la Fase Azul las reglas pueden ser diferentes. Jos¨¦ Medina, coordinador del Centro de Contingencia del Coronavirus en el Estado, explica que las condiciones todav¨ªa se est¨¢n estudiando, pero que podr¨ªa establecerse como condici¨®n la existencia de una vacuna.
Sin embargo, hay expertos que consideran que pasar de fase en este momento puede ser desastroso para S?o Paulo. Otras ciudades que intentaron retomar las actividades econ¨®micas precozmente, como Belo Horizonte y Curitiba, tuvieron que volver a fases anteriores, en una especie de efecto yoy¨®. Sin embargo, Doria insiste en que el plan de S?o Paulo es ¡°modestamente, un ejemplo para el mundo¡±.
Independencia o muerte
Colores aparte, la covid-19 sigue extendi¨¦ndose por el Estado de S?o Paulo, aunque la disminuci¨®n del n¨²mero de muertes diarias en la capital est¨¦ haciendo bajar la media nacional. El ¨²ltimo bolet¨ªn del Ayuntamiento, del pasado mi¨¦rcoles, registra 40 muertes, un n¨²mero que sol¨ªa ser superior a 130 en junio. Aun as¨ª, a nivel estatal, ya hay m¨¢s de un mill¨®n de casos confirmados y el n¨²mero de muertes supera los 37.000. A la vez, Brasil ha superado la barrera de los 150.000 muertos tan solo dos meses despu¨¦s de que se alcanzaran los 100.000, el 8 de agosto. En las ¨²ltimas 24 horas han muerto 658. Es como si tres aviones siguieran cayendo en el pa¨ªs, d¨ªa tras d¨ªa.
Pero incluso eso parece atraer poco la atenci¨®n de la poblaci¨®n de S?o Paulo, despu¨¦s de casi ocho meses de cuarentena y restricciones sociales. En las calles, poco a poco, las mascarillas empiezan a dar paso a caras desprotegidas. Ver los bares abarrotados fuera del horario establecido ya no es inusual. Las aceras atestadas de peatones, consumidores y transe¨²ntes vuelven a formar parte de la escena urbana, como antes. Este tipo de cuarentena al rev¨¦s comenz¨® a tomar forma especialmente despu¨¦s del fin de semana del 7 de septiembre, d¨ªa de la Independencia de Brasil, cuando se llenaron las playas, los bares y los parques. Es como si la poblaci¨®n hubiera decidido declarar su propia independencia de la cuarentena. Con escenas presentes en la memoria reciente como la falta de plazas en el cementerio de Vila Formosa de S?o Paulo, tiene sentido cuestionarse si este es el camino m¨¢s sensato.
Adem¨¢s, est¨¢ la cuesti¨®n, cada vez m¨¢s presente, de la amenaza de una posible segunda ola. Mientras S?o Paulo cambia de color y relaja el confinamiento, Madrid vuelve a decretar el estado de alarma durante 15 d¨ªas y Par¨ªs vuelve a imponer algunas restricciones. Es dif¨ªcil comparar las situaciones en las ciudades, porque utilizan criterios diferentes para adoptar medidas de aislamiento social. Madrid prefiere orientarse por los casos detectados mediante pruebas PCR, un n¨²mero que ha crecido en los ¨²ltimos d¨ªas, como ha indicado la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. En S?o Paulo, en cambio, como no hay un control total sobre los datos de las pruebas, el indicador preferido es el porcentaje de camas de UCI ocupadas por pacientes con covid-19. Actualmente, este n¨²mero est¨¢ en torno al 37% en la capital, con tendencia descendente: en junio, lleg¨® a superar el 90%.
Aun as¨ª, la posibilidad de una segunda ola preocupa a S?o Paulo. Es interesante observar que, incluso durante el anuncio del paso a la Fase Verde, el propio Doria coment¨® que ¡°el verano en Europa ha dejado una lecci¨®n para el mundo. El descuido con el uso de las mascarillas y las aglomeraciones han generado una segunda ola de infecci¨®n. Que le sirva de lecci¨®n a Brasil¡±, dijo, antes de hacer una enf¨¢tica advertencia sobre los riesgos presentes en el festivo del 12 de octubre: ¡°El virus no elige a la v¨ªctima, ni la edad, ni el sexo, ni el estatus socioecon¨®mico. Piensa en la gente que has perdido en estos ocho meses antes de tomar actitudes equivocadas¡±.
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