Gradualidad o cortocircuito
Algunos expertos defienden que un confinamiento total durante 15 d¨ªas cada cierto tiempo tendr¨ªa menos costes
Pol¨ªticos y expertos de toda Europa sienten estos d¨ªas la frustraci¨®n de ver que, pese a las medidas de contenci¨®n adoptadas, el virus no solo sigue expandi¨¦ndose sino que est¨¢ acelerando la velocidad de reproducci¨®n: cada vez es m¨¢s corto el periodo necesario para doblar el n¨²mero de casos y el aumento de los ingresos hospitalarios amenaza con colapsar de nuevo los sistemas sanitarios. En medio de esta desaz¨®n se ...
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Pol¨ªticos y expertos de toda Europa sienten estos d¨ªas la frustraci¨®n de ver que, pese a las medidas de contenci¨®n adoptadas, el virus no solo sigue expandi¨¦ndose sino que est¨¢ acelerando la velocidad de reproducci¨®n: cada vez es m¨¢s corto el periodo necesario para doblar el n¨²mero de casos y el aumento de los ingresos hospitalarios amenaza con colapsar de nuevo los sistemas sanitarios. En medio de esta desaz¨®n se abre paso un debate, que tiene su epicentro en el Reino Unido, sobre cu¨¢l es la mejor estrategia a partir de ahora. Lo que se debate es el dilema de elegir entre continuar una estrategia gradual de restricciones progresivas con la menor afectaci¨®n posible de la econom¨ªa, o cortar por lo sano con una medida de choque contundente que frene en seco su expansi¨®n: un confinamiento total de dos semanas. Es lo que los expertos que lo proponen han bautizado como la estrategia del cortocircuito (circuit-breaker).
La primera opci¨®n, la gradual, est¨¢ demostrando ser una agon¨ªa y hasta ahora sus resultados son decepcionantes. Incluso la virtuosa Italia, que hizo una desescalada mucho m¨¢s prudente e inteligente que la nuestra, ha visto c¨®mo se disparaban las cifras de contagios en los ¨²ltimos d¨ªas. En nuestro caso plantea adem¨¢s problemas de cobertura jur¨ªdica y de coordinaci¨®n. La gran variedad de medidas adoptadas, los constantes titubeos, las contradicciones y correcciones han sumido a la poblaci¨®n en un estado de confusi¨®n que hace m¨¢s penoso el cansancio. A la ciudadan¨ªa le pasa como a ese enfermo que recibe mensajes contradictorios de los m¨¦dicos que le tratan y ha de seguir un duro tratamiento de f¨¢rmacos y restricciones. Cuanta mayor confusi¨®n y desconfianza, menor ser¨¢ su adherencia al tratamiento.
La estrategia de la gradualidad plantea adem¨¢s un grave problema: si no resulta efectiva, acaba abocando a un confinamiento duro y prolongado. Madrid no hizo nada en verano y los contagios se dispararon. Catalu?a confin¨® perimetralmente y contuvo el virus, pero al final los contagios tambi¨¦n se han disparado. Cuando se alcanza cierta masa cr¨ªtica de contagios diarios, el sistema de rastreo y control de contactos se colapsa y todos los recursos disponibles son requeridos para atender la patolog¨ªa. Cuando los niveles de contagio son bajos, es m¨¢s f¨¢cil controlar los brotes. Esa ser¨ªa una de las ventajas de la otra opci¨®n, la del cortocircuito. Esta estrategia consistir¨ªa en la planificaci¨®n anticipada de un cierre total cada cierto tiempo (cada dos-tres meses, por ejemplo) o cuando se alcance un determinado umbral de contagios. Se trata de aplicar un confinamiento total y de corta duraci¨®n, de manera que tanto la sociedad como la econom¨ªa puedan reponerse r¨¢pidamente. Ya hay algunas iniciativas: Irlanda del Norte lo aplica desde el 16 de octubre y Gales desde el 23. Pero no hay experiencia comparada, aunque s¨ª algunos datos a tener en cuenta: Israel decret¨® el 29 de septiembre un confinamiento duro de tres semanas y ha pasado de 9.075 casos confirmados ese d¨ªa a 1.143 el 23 de octubre. Con el sistema gradual, mientras tanto, en las mismas fechas Francia ha pasado de 12.730 a 41.800 casos; el Reino Unido de 3.539 a 20.531 y Alemania de 1.630 a 14.714. Graham Medley, profesor de la School of Hygiene and Tropical Medicine de Oxford, ha hecho un estudio en base a modelos sobre qu¨¦ ocurrir¨ªa, con los datos actuales, de aplicar un cortocircuito de 15 d¨ªas en el Reino Unido. Calcula que reducir¨ªa la mortalidad estimada a final de a?o de 79.000 casos a 39.000.
Ahora est¨¢ ya claro que cuanto m¨¢s se tarda en decretar restricciones, m¨¢s velocidad coge el virus y al final, m¨¢s duro y m¨¢s largo ha de ser el confinamiento. Si, como parece, cada vez que bajamos la guardia el virus se expande de nuevo y no podemos confiar en tener una vacuna capaz de frenarlo antes de un a?o y medio o dos, la estrategia del cortocircuito podr¨ªa tener ventajas. Entre ellas la previsibilidad. Los defensores de probarlo se?alan que reducir¨ªa el impacto econ¨®mico y social, pues podr¨ªa hacerse coincidir con las vacaciones escolares, permitir¨ªa a las empresas y particulares una mayor planificaci¨®n y tendr¨ªa un coste emocional mucho menor.
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