¡°Confinar seis semanas en serio es una inversi¨®n¡±
Rafael Bengoa, que fue asesor sanitario de Obama, alerta contra la autocomplacencia y el relajamiento por la llegada de una vacuna: ¡°Ser¨ªa asumir miles de muertes¡±
En un momento de incertidumbre, con la incidencia del virus en Espa?a instalada desde hace unos d¨ªas en lo que parece una estabilizaci¨®n, la comunidad cient¨ªfica est¨¢ dividida. Unos piensan que es el momento de tomar medidas m¨¢s restrictivas para bajar definitivamente la curva, mientras que otros son partidarios de observar c¨®mo funcionan las que ya est¨¢n en marcha. Rafael Bengoa (Caracas, 68 a?os) era partidario de lo primero: de asumir una estrategia radical en lugar de estar en un tira y afloja con el virus hasta que haya una vacuna. El que fuera consejero de Sanidad del Pa¨ªs Vasco y asesor de Barack Obama es muy esc¨¦ptico con que las restricciones actuales sirvan para controlar la pandemia, pero ya que se han tomado, aconseja esperar unas semanas para comprobar su evoluci¨®n.
Pregunta. En junio ten¨ªamos una incidencia de menos de 10 casos por 100.000 habitantes ?C¨®mo hemos llegado donde estamos?
Respuesta. Primero: nos confinamos bien y nos desconfinamos mal. En junio tanto los ciudadanos como las autoridades tomaron la decisi¨®n de que el virus no es permanente y de que se hab¨ªa controlado. Esa decisi¨®n tiene que ver con nuestro enorme sesgo a la normalidad, que es donde sentimos seguridad. Nos hemos movido bastante mal en verano, nosotros y otros pa¨ªses, con una l¨®gica de lo normal, proturista, probares, pro vida social. Eso ha desencadenado una tormenta mucho m¨¢s predecible. As¨ª como la primera fue un cisne negro, una tormenta perfecta, esta era predecible, porque las segundas oleadas casi siempre vienen. Deber¨ªamos habernos preparado mejor. No hemos desarrollado todos los mecanismos, sobre todo los de control local -rastreo, testeo, aislamiento- necesarios con una amenaza permanente, sino que hemos asumido que el virus se iba a quedar por niveles de R [la tasa de reproducci¨®n, el n¨²mero de personas que, de promedio, contagia cada caso] por debajo de 1, donde la ten¨ªamos, pero luego, obviamente ha vuelto a subir.
P. Espa?a parec¨ªa el ¨²ltimo de la clase, pero luego, muy r¨¢pidamente, en muchos pa¨ªses del entorno la situaci¨®n se ha puesto incluso peor que aqu¨ª. Hemos visto que los ¨²nicos que han conseguido domar al virus son los pa¨ªses orientales y de Ocean¨ªa. ?Es un mal inevitable en occidente?
R. Las sociedades orientales han tomado una decisi¨®n que creo que es la correcta, que creo que es pertinente tambi¨¦n para los pa¨ªses europeos. Tomaron la decisi¨®n de salud primero y econom¨ªa despu¨¦s. Ha funcionado mejor que la nuestra que se basa en convivir con el virus y dejar abiertas ciertas cosas. Primero: han bajado el virus a menos de 100 de incidencia [contagios por cada 100.000 habitantes en 14 d¨ªas] pr¨¢cticamente todos, algunos pr¨¢cticamente a cero. Es la pol¨ªtica de erradicaci¨®n frente a la de convivencia. Corea del Sur creciendo casi el 2%, Nueva Zelanda tambi¨¦n empezando a tener buenas noticias, Australia tambi¨¦n. Y no hablo de China porque es diferente. Hay lecci¨®n para el mundo occidental: primero de humildad y luego ver d¨®nde funcionan las cosas.
P. ?Estamos a tiempo de emular esta estrategia?
R. Estamos a tiempo. Pero tenemos que salir de dudas sobre qu¨¦ hacer. No creo que salgamos de dudas con estas medidas como para tener el virus a menos de 100 de incidencia. Y pr¨¢cticamente imposible los 25 que suger¨ªa el presidente. A esos niveles solo han bajado aquellos que han confinado en serio: Israel y los pa¨ªses mencionados antes. Me parece bien evaluar bien las medidas. Pero dir¨ªa que [una vez que se vean resultados] no deber¨ªamos plantear luego otras dos semanas para evaluar de nuevo, sino que tendr¨ªamos que tomar una decisi¨®n m¨¢s oriental.
P. Dec¨ªa en un tuit que ser¨ªa buen experimento dejar a cada comunidad aut¨®noma que confine si cree necesario para ver en tiempo real c¨®mo funcionan diferentes estrategias.
R. Lo Ideal ser¨ªa una estrategia nacional. Ese tuit est¨¢ en el contexto en el que el ¨¢mbito nacional otorga al auton¨®mico la toma de decisiones y luego no le autoriza. No es f¨¢cil cerrar una comunidad, pero si se cierra y confina en plan oriental, el plan B ser¨ªa dejar que las comunidades hagan lo que piensan que tienen que hacer en el marco normativo que les permitir¨ªa el ¨¢mbito nacional. Pero lo ideal es estrategia nacional. Lo menos, que nadie haga nada. Y, en mitad del camino, que las comunidades con una incidencia muy seria puedan confinar. Por ejemplo, en Australia el 90% de los casos estaban en el estado de Victoria; al saber eso, lo que se confina es aquello muy en serio. Han estado seis semanas y ha funcionado.
P. ?Es realista pensar que se va a optar por esta estrategia oriental con las tensiones que hay entre Gobiernos, comunidades y oposici¨®n? ?O vamos a estar con un tira y afloja hasta que haya una vacuna?
R. La estrategia ha cambiado porque ha aparecido la vacuna. Ahora la tendencia de los Gobiernos va a ser: ¡°Vamos a seguir haciendo restricciones porque parece que la vacuna va a llegar antes de lo previsto¡±. Eso es una aceptaci¨®n de 200-300 muertes al d¨ªa; m¨¢s que una aceptaci¨®n, se sobreentiende si estamos vacunando en abril-mayo, hasta que tengamos 65%-70% de los espa?oles vacunados no tienes inmunidad de grupo y ese alcance no se va a conseguir hasta el oto?o-invierno del a?o que viene. Eso quiere decir que hasta oto?o, aunque hayamos empezado a vacunar en primavera, tenemos que seguir con muchas restricciones, medidas de higiene, mascarilla, etc¨¦tera. Pero la tendencia, una vez que empiezas a vacunar, es pensar que la epidemia se para como un bombardeo, que de repente no hay bombas. Pero no es as¨ª, se para despacio. Desde hoy hasta el oto?o que viene seguimos necesitando todo el control epidemiol¨®gico local, rastreo, aislamiento... Pero hay que seguir pensando muy en serio en medidas de salud p¨²blica de si conseguimos convivir o confinamos. Con una estamos asumiendo cierta mortalidad.
P. ?Si no confinamos estamos asumiendo miles de muertes?
R. Esa es la l¨®gica si se asume convivir con el virus. Pero la segunda lecci¨®n de occidente es la econ¨®mica: confinar en serio seis semanas es una estrategia econ¨®mica no sanitaria. Esto no se ha interiorizado.
P. ?Es una inversi¨®n?
R. A juzgar por el lejano oriente confinar en serio cinco o seis semanas es una buena inversi¨®n. Pero se piensa que la mejor estrategia econ¨®mica es convivir con el virus.
P. ?Por cortoplacismo?
R. Por prudencia e ideolog¨ªa econ¨®mica se piensa que el virus va a poder bajarse para convivir con las restricciones medio serias que tenemos, que se va a poder bajar a menos de 100 la incidencia. Eso es altamente dudoso. No lo ha conseguido nadie.
P. Madrid est¨¢ bajando sin parar desde hace mes y medio sin grandes restricciones.
R. Hay que ver que esto es un marat¨®n. Las subidas y bajadas han sido no solo para Madrid, sino para toda la Tierra. Es un virus al que le gusta resurgir incluso cuando tiene cifras muy bajas. Ojal¨¢ en Madrid siga bajando, pero no hay que pensar que medidas con insuficiente rotura de cadena de transmisi¨®n van a hacer bajar a niveles en los que puedes decir: ya estamos, desconfinemos y tal. Lo que hay que saber es que en este segundo confinamiento, sea antes o despu¨¦s, la gran lecci¨®n es no repetir el primer desconfinamiento. ?Este mes qu¨¦ hay que hacer? Montar much¨ªsimo m¨¢s en serio el sistema de rastreo, seguimiento, aislamiento, etc. Entre otras cosas porque aunque est¨¦s vacunando vas a necesitar sistemas de rastreo.
P. ?Lo estamos haciendo o vamos a cometer el mismo error?
R. No lo s¨¦. Hay muchas lecciones del primer desconfinamiento que hay que interiorizar y esa es la m¨¢s importante. Lo que no puedes hacer es decir: como nos va bien y estamos en 350 de incidencia puedes salir y empezar a consumir. Pues no. Eso es much¨ªsimo. Nadie est¨¢ recomendado consumir con 350 con los hospitales como est¨¢n.
P. Aunque en Madrid la incidencia baje, tiene las UCI al borde de la saturaci¨®n, tiene poco margen de error.
R. Muy poco margen de error. Y se sigue desviando atenci¨®n a que las epidemias se controlan con m¨¢s hospitales, pero se controlan con m¨¢s atenci¨®n primaria, m¨¢s rastreo, m¨¢s aislamiento, ayudando a los que son contactos a comportarse como un contacto y evitar la complacencia. Tanto por parte de autoridades como de ciudadanos. Es la ¨²nica forma de evitar la epidemia. Y aunque llegue la vacuna tendr¨¢s que seguir haciendo todas esas cosas durante 2021.
P. ?Veremos una tercera ola?
R. Como estamos siguiendo un razonamiento de que hay que salvar las navidades, luego la Semana Santa y luego no s¨¦ qu¨¦ fiesta, si caemos en la complacencia, creamos buenas circunstancias para el virus y no hay que descartar que exista una tercera ola, aunque sea m¨¢s peque?a. Lo que insistir¨ªa es que los profesionales est¨¢n aprendiendo c¨®mo atajar este virus cl¨ªnicamente todos los d¨ªas y que es muy importante que las autoridades hagan lo mismo, que aprendan que el primer desconfinamiento no funcion¨® y que la complacencia tampoco. Hay que compararse con los mejores, no con los peores. En la primera ola se autoconfin¨® y acept¨® un confinamiento muy severo bajo un estado de alarma. Pero seg¨²n vamos avanzando y se ve inconsistencia en mensajes, autocomplacencia, cambia la percepci¨®n del riesgo y ciudadanos y pol¨ªticos se comportan de manera diferente. No son solo los j¨®venes en las fiestas. Si la gente no ve coherencia en la comunicaci¨®n, sea vacunas, sea restricciones, de cualquier noticia... Esa comunicaci¨®n es igual de importante que la medida, porque la gente modula su percepci¨®n de riesgo en funci¨®n de esa informaci¨®n.
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