¡°La pandemia nos est¨¢ llevando a un peor trato institucional a las v¨ªctimas¡±
La delegada del Gobierno contra la Violencia de G¨¦nero, Victoria Rosell, cree que se pueden aprender lecciones de la covid, como permitir a las mujeres denunciar por videoconferencias desde entornos seguros
Victoria Rosell (Murcia, 52 a?os) se convirti¨® en delegada del Gobierno contra la Violencia de G¨¦nero el pasado enero, cuando el coronavirus parec¨ªa lejano. Igual que en casi todos los ¨¢mbitos, con la propagaci¨®n de la covid tuvo que lidiar con problemas nunca imaginados y propiciar cambios a contrarreloj para que las v¨ªctimas no quedaran a¨²n m¨¢s desprotegidas. Al filo del 25 de noviembre, d¨ªa para la erradicaci¨®n de la violencia hacia las mujeres, lamenta en esta entrevista que la pandemia ¡°est¨¦ llevando a un peor trato institucional¡± a las v¨ªctimas, aunque cree que podr¨ªa ser al rev¨¦s. Del confinamiento se pueden extraer buenas pr¨¢cticas, reflexiona, como permitir a las mujeres denunciar por videoconferencia desde lugares seguros. Rosell responde a las preguntas de EL PA?S en su despacho en el Ministerio de Igualdad, aireado y con distancia de seguridad. Subraya que algunas de las pr¨¢cticas puestas en marcha por su equipo, como el whatsApp para atender a las mujeres durante el confinamiento, han recibido el reconocimiento de organismos como la Organizaci¨®n Mundial de la Salud y Naciones Unidas. En sus respuestas se nota la impronta de m¨¢s de 20 a?os de experiencia como magistrada.
Pregunta. ?Qu¨¦ efectos tiene la pandemia en la violencia machista?
Respuesta. Nos pill¨® por sorpresa a todas las Administraciones. Por ejemplo, en Espa?a nadie hab¨ªa previsto que el 016 pudiese teletrabajar. En 24 horas respondieron todas las comunidades aut¨®nomas para revisar el cierre parcial de los servicios y evitar que ninguna mujer fuera derivada a un recurso cerrado.
P. ?Qu¨¦ indican los datos?
R. Hay m¨¢s violencia psicol¨®gica y de control y menos asesinatos. Es l¨®gico. Quien conoce el ciclo de la violencia sabe que, cuando el agresor controla m¨¢s a la v¨ªctima, no se desencadenan las agresiones f¨ªsicas, pero estas otras son muy duras, sostenidas en el tiempo y con pocas posibilidades de alivio.
P. Las denuncias cayeron en el confinamiento, ?han repuntado?
R. No ha habido un crecimiento digno de resaltar, pero s¨ª un aumento exponencial de las llamadas al 016. La denuncia policial y judicial est¨¢ dejando de ser una puerta suficiente para las v¨ªctimas. Sin duda tiene que haber una respuesta penal. Pero es una puerta estrecha y a veces cerrada para las m¨¢s vulnerables.
La denuncia policial y judicial est¨¢ dejando de ser una puerta suficiente para las v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero
P. ?Qu¨¦ otras puertas ve?
R. Interponer las denuncias desde espacios amables, como casas de acogida, garantizando una identificaci¨®n segura. Imaginemos el bienestar que da a una mujer estar acompa?ada, como tiene derecho por ley durante todo el periplo administrativo y judicial. Con estas medidas de distancia social, las estamos dejando solas. Ojo, no es una cr¨ªtica al sistema de denuncias, pero: ?de verdad un polic¨ªa tiene la capacidad de recoger todo en un atestado a m¨¢quina? Mi reflexi¨®n nace de lo que est¨¢n haciendo los juzgados. Quiz¨¢ nos ahorrar¨ªamos retiradas de denuncias. Es una propuesta. No quiero que en Interior crean que es una exigencia.
P. Pero a¨²n hay juzgados que no pueden garantizar que v¨ªctima y agresor no se crucen.
R. Con pandemia es a¨²n peor. En ocasiones, v¨ªctima y agresor hacen cola a una distancia de dos metros. No es culpa del personal de los juzgados, pero si no tienen instalaciones suficientes se juntan en la puerta y ah¨ª no puedes controlar. La pandemia nos est¨¢ llevando a un peor trato institucional y puede llevar a uno mejor.
P. Hay un dato que persiste: entre el 70 y el 80% de las asesinadas nunca hab¨ªan denunciado. ?Qu¨¦ pasa con las otras v¨ªas para detectar la violencia?
R. La denuncia es un momento peligroso igual que el anuncio de la separaci¨®n o el divorcio. Y el convenio de Estambul [el acuerdo del Consejo de Europa sobre prevenci¨®n y lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia dom¨¦stica] nos pide que la protecci¨®n no dependa de la denuncia ni recaiga sobre los hombros de la propia v¨ªctima
P. Pero Espa?a ratific¨® ese convenio en 2014. ?Por qu¨¦ no existe a¨²n una red potente para albergar a las que no denuncian?
R. La ley de 2004 [contra la violencia de g¨¦nero] tiene cuatro t¨ªtulos pero el que m¨¢s se ha desarrollado es el de la protecci¨®n penal y policial. La gente conoce las ¨®rdenes de protecci¨®n pero no las obligaciones en el ¨¢mbito educativo o sanitario.
La violencia sexual es a¨²n m¨¢s silenciada que la de pareja o expareja
P. ?De qui¨¦n es la responsabilidad de que no se conozca?
R. El Estado ha tenido el poder de comunicarlo a lo largo de 15 a?os. No es neutral desarrollar solo de manera desmesurada la parte penal o policial, eso dice bastante del car¨¢cter m¨¢s o menos autoritario de un Gobierno y ahora coincide con el marco de la ultraderecha. Ante el proyecto de la futura ley de garant¨ªa de libertad sexual nos critican porque ofrezcamos para una violada lo mismo que a una se?ora amenazada por su marido. La infancia violada no tiene un recurso de protecci¨®n integral, no tiene una ruta de atenci¨®n especializada. La ultraderecha propone aislar al agresor, encerrarlo e individualizarlo. Pero tambi¨¦n est¨¢n individualizando y aislando a la v¨ªctima. Obvian todo lo estructural y eso no sirve porque no ataca las causas.
P. ?En qu¨¦ punto est¨¢ la red alternativa a las denuncias? Los cribados sanitarios o la protecci¨®n desde servicios sociales.
R. En distintos puntos, seg¨²n la voluntad pol¨ªtica de los Gobiernos auton¨®micos.
P. ?Eso significa que seg¨²n d¨®nde viva la v¨ªctima va a estar m¨¢s o menos protegida?
R. Hay un m¨ªnimo com¨²n de protecci¨®n y despu¨¦s unas pol¨ªticas mucho m¨¢s certeras que otras. Tenemos comunidades con 20 oficinas de atenci¨®n a las v¨ªctimas y otras sin ninguna. Pero hay un consenso esencial incluso en los Gobiernos apoyados por la ultraderecha.
P. ?Pero una maltratada podr¨ªa estar peor atendida en una comunidad que en otra?
R. S¨ª. Y en entornos rurales y en municipios de menor tama?o. Eso es as¨ª. Hay gobiernos m¨¢s claramente feministas que otros. La ciudadan¨ªa sabe cu¨¢les son las preferencias de sus gobiernos. Y no responde a un sentimiento feminista o a una intuici¨®n femenina, corresponde al conocimiento de la desigualdad.
La apertura de la escuela es importante tambi¨¦n para que se verbalice la violencia en las casas
P. ?Y c¨®mo afecta el confinamiento y el toque de queda a la violencia sexual?
R. Est¨¢ a¨²n m¨¢s silenciada que la de pareja o expareja. Seg¨²n datos de la macroencuesta de violencia contra la mujer, el 11,1% de la violencia sexual se revela mediante denuncia, pero solo el 8% es por las propias v¨ªctimas. Es una violencia muy dif¨ªcil de detectar, oculta y que sucede en la intimidad. No tenemos datos. La apertura de la escuela es importante para prevenir la violencia de g¨¦nero y para que se verbalice la de las casas. Hablar de ella es el primer paso para salir.
Vox no puede denominarse constitucionalista con lo que dice sobre la violencia de g¨¦nero
P. ?Le preocupa el mensaje negacionista de Vox?
R. Niegan el cambio clim¨¢tico, niegan la violencia machista y tienen ocurrencias que plasman en 280 caracteres como si estuvieran haciendo pol¨ªtica. En algunas ocasiones tiene consecuencias muy graves porque est¨¢n lanzando mensajes contra las v¨ªctimas.
P. ?Cree que esos mensajes calan?
R. Llegan a j¨®venes que a¨²n no tienen criterio suficiente sobre la desigualdad. Eso puede ser peligroso. Es una violencia silenciada. En los estudios se ve que un tercio de las mujeres que sufren violencia sexual callan por temor a que no las crean. Con mentiras como las denuncias falsas est¨¢s abonando ese silencio. En derecho penal, si alguien encubre es responsable, no c¨®mplice. Est¨¢n en contra del Pacto de Estado [contra la violencia de g¨¦nero], de la Constituci¨®n. No pueden denominarse constitucionalistas y decir lo que est¨¢n diciendo sobre la violencia de g¨¦nero.
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