La misi¨®n (casi imposible) de abortar en Polonia
M¨¢s de 80.000 polacas se ven forzadas a viajar al extranjero cada a?o para interrumpir su embarazo en el pa¨ªs eslavo donde los derechos de las mujeres peligran cada vez m¨¢s

Cuando se pas¨® el efecto de la anestesia, Anna (nombre falso) empez¨® a sentir un dolor agudo en las piernas, se le acumulaba el cansancio y su cuerpo se resent¨ªa por no haber comido nada en todo el d¨ªa. La propia cirug¨ªa no dur¨® m¨¢s de 15 minutos, pero Anna, de 19 a?os, todav¨ªa recuerda los biombos de aquella sala de operaciones detr¨¢s de los que se ocultaban rostros como el suyo, ansiosos porque el calvario de abortar llegara a su fin. Ella solo pensaba en abandonar esa cl¨ªnica en Eslovaquia para volver a su pa¨ªs, Polonia. ¡¯'Cuando me enter¨¦ de mi embarazo pensaba que no volver¨ªa a ser feliz¡±, se?ala esta joven que no quiere revelar su verdadera identidad por miedo a que gran parte de su familia conozca este episodio de su vida o que la gente de su entorno la juzgue en uno de los pa¨ªses europeos donde la interrupci¨®n voluntaria del embarazo es casi imposible.
Anna es una de las miles de mujeres polacas que se han visto obligadas a viajar al extranjero para abortar al no poder hacerlo en el pa¨ªs eslavo. Polonia tiene una de las leyes m¨¢s restrictivas de Europa. El pasado 22 de octubre el Tribunal Constitucional emiti¨® un fallo que endureci¨® todav¨ªa m¨¢s este derecho, al declarar inconstitucional la interrupci¨®n del embarazo por malformaci¨®n fetal, causa del 97% de los 1.110 abortos practicados de manera legal en Polonia el a?o pasado.
La sentencia provoc¨® un estallido social sin precedentes contra el Gobierno ultraconservador polaco y la Iglesia cat¨®lica, en un pa¨ªs fervientemente creyente. Durante semanas, cientos de miles de ciudadanos ¡ªsobre todo mujeres y j¨®venes¡ª salieron a las calles en plena pandemia para protestar contra la sentencia del Constitucional. Y contra la deriva autoritaria de sus dirigentes. Acorralado por las protestas, el Ejecutivo, que es el encargado de publicar en el Bolet¨ªn Oficial del Estado la resoluci¨®n del Constitucional para que el fallo se implementara cuanto antes ¡ªtal y como recoge la ley polaca¡ª decidi¨® no hacerlo hasta que no se calmaran los ¨¢nimos. Ha pasado un mes y la sentencia sigue sin publicarse, por lo que el fallo ha quedado en un limbo legal. El pasado mi¨¦rcoles, el Parlamento Europeo acus¨® al Gobierno polaco de ¡°influir indebidamente¡± en la justicia. ¡°Esta situaci¨®n no deber¨ªa alargarse porque genera inseguridad jur¨ªdica, sobre todo para la comunidad m¨¦dica que se ve en situaciones que no sabe c¨®mo afrontar¡±, explica el jurista Adam Krzywon.

Aunque antes de esta sentencia muchos ginec¨®logos se acog¨ªan a la cl¨¢usula de objeci¨®n de conciencia para no practicar abortos, desde octubre los pocos que s¨ª que lo hac¨ªan se echaron para atr¨¢s. Uno de los casos m¨¢s conocidos fue el del hospital Szpital Bielanski de Varsovia, que dej¨® de realizar estas intervenciones por miedo a posibles represalias. Los m¨¦dicos podr¨ªan enfrentarse a penas de hasta tres a?os de c¨¢rcel cuando entre en vigor la nueva ley. Finalmente, debido al limbo legal en que ha quedado la norma, ¡ªy tambi¨¦n por la intermediaci¨®n del Ayuntamiento de Varsovia (gobernado por la oposici¨®n)¡ª, el hospital volvi¨® a realizar este tipo de cirug¨ªas acogi¨¦ndose a la ley de 1993, que permite tres supuestos para abortar: por malformaci¨®n fetal, si el embarazo era producto de una violaci¨®n o incesto y en el caso de que la madre corriera peligro.
La ginec¨®loga Dorota Gr¨®decka, del hospital p¨²blico Zdroje en la ciudad de Szczecin (al noroeste de Polonia), ha sido una de las pocas facultativas consultadas por EL PA?S que no tiene miedo a hablar sobre la delicada situaci¨®n que viven los m¨¦dicos por este asunto. Gr¨®decka, de 39 a?os, cuenta que todav¨ªa no ha tenido ninguna paciente que se haya planteado abortar desde que se conoci¨® la sentencia. Pero cree que mantener la ley anterior ser¨ªa lo m¨¢s sensato. La ginec¨®loga recuerda el caso de una pareja que decidi¨® interrumpir el embarazo cuando descubrieron en una ecograf¨ªa que el feto ten¨ªa anomal¨ªas muy graves: ¡°No se le ve¨ªa ni la pierna ni la cabeza¡±, cuenta. ¡°En estos casos, no podemos garantizar a los padres que su hijo no tenga otras complicaciones m¨¢s adelante¡±. La soci¨®loga Elzbieta Korolczuk se pregunta cu¨¢ntas mujeres dejar¨¢n de hacerse las pruebas del primer trimestre, donde se identifican la mayor¨ªa de malformaciones fetales del ni?o, ¡°por miedo a descubrir anomal¨ªas y no poder hacer nada¡± en cuanto se publique el fallo.
Aborto farmacol¨®gico
Esta ley tan restrictiva hace que las mujeres busquen soluciones fuera del pa¨ªs. Las organizaciones internacionales que ayudan a estas mujeres sostienen que cada a?o entre 80.000 y 120.000 mujeres buscan ayuda para abortar en el extranjero. Anna cuenta que su ginec¨®loga se neg¨® a prescribirle las p¨ªldoras abortivas acogi¨¦ndose a la cl¨¢usula de conciencia. Recuerda que la familia de su entonces novio la amenaz¨® con denunciarla si segu¨ªa adelante con esa idea. Acab¨® con aquella relaci¨®n. Su madre fue la ¨²nica que la ayud¨®. Ni siquiera su padre sabe lo del viaje a Eslovaquia. Fueron tres horas de trayecto en autob¨²s, el silencio inc¨®modo entre las dos. ¡°En la cl¨ªnica me trataron muy bien¡±, dice un a?o despu¨¦s de aquel episodio.
Sin embargo, no todo el mundo puede salir fuera de Polonia como Anna.
Muchas recurren al aborto farmacol¨®gico, como Adela Nasuto, de 31 a?os. Esta psic¨®loga reconoce que fue una decisi¨®n f¨¢cil. ¡°Mi marido y yo no quer¨ªamos otro ni?o porque ya ten¨ªamos uno de ocho meses¡±, dice por tel¨¦fono desde la ciudad de Bialystok.

Cuando Karolina (que prefiere no revelar su apellido) abri¨® el sobre blanco con la inscripci¨®n ¡°Muy urgente¡±, sab¨ªa que hab¨ªa tomado la decisi¨®n correcta. Dentro del paquete, la joven, de 24 a?os, encontr¨® por fin las pastillas para llevar a cabo el aborto. Ten¨ªa claro que lo har¨ªa a solas en casa de su pareja, cuando ¨¦l estuviera fuera trabajando. ¡°No ten¨ªa tiempo para irme al extranjero y cualquier tipo de cirug¨ªa me da miedo¡±, cuenta por tel¨¦fono desde Pogorzela, un pueblo al oeste del pa¨ªs. Pero el proceso hasta conseguir la medicaci¨®n no fue nada f¨¢cil. Cuando descubri¨® que hab¨ªa dado positivo en el test de embarazo entr¨® en p¨¢nico. Por aquel entonces viv¨ªa con sus padres y no quer¨ªa que se enterasen. ¡°Mi madre me hubiera impedido abortar¡±. Igual que tantas otras mujeres, al principio Karolina se top¨® con un muro cuando su ginec¨®logo se acogi¨® a la cl¨¢usula de conciencia. Desde hace cinco a?os, el Tribunal Constitucional de Polonia no solo le otorga al m¨¦dico este derecho, sino que tambi¨¦n le exime de tener que derivarla a un centro m¨¦dico. Al salir de la consulta, rompi¨® a llorar.
Poco despu¨¦s, Karolina descubri¨® la organizaci¨®n Women on Web, dedicada a ayudar a mujeres en su misma situaci¨®n. Fueron ellos los que la ayudaron a conseguir las pastillas, que tardaron una semana en llegar desde M¨¦xico y por las que pag¨® 80 euros. ¡°Recuerdo que estaba sola, aterrada, y me tom¨¦ la primera; al d¨ªa siguiente, la segunda¡±. Cuando ten¨ªa dudas, escrib¨ªa a alguien de la organizaci¨®n. ¡°Ten¨ªa v¨®mitos, fiebre y espasmos estomacales, pero cuando al final todo acab¨®, volv¨ª a tener ganas de vivir¡±.
Falta de ayudas p¨²blicas
Uno de los puntos m¨¢s delicados del debate son los fetos a los que se diagnostica s¨ªndrome de Down, que constituyen el 25% de los abortos, seg¨²n datos del Ministerio de Sanidad de 2019. La l¨ªder de la Federaci¨®n de Mujeres y de Planificaci¨®n Familiar de Polonia, Krystyna Kacpura, se?ala que el 80% de mujeres con ni?os discapacitados son madres solteras que tienen que afrontar una dif¨ªcil situaci¨®n para sacar adelante a estos ni?os. "Nosotros no obligamos a la mujer a abortar, sino que pensamos que se merece todo tipo de ayuda del Estado, que es raqu¨ªtica". Por su parte, el anestesi¨®logo Damian Patecki considera que la decisi¨®n de los padres de tener un ni?o con alguna discapacidad es un acto de hero¨ªsmo.
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