La eutanasia, una ley que nos har¨¢ m¨¢s libres y m¨¢s felices
El vicepresidente de la Asociaci¨®n Derecho a Morir Dignamente defiende la norma sit¨²a a Espa?a junto a los pa¨ªses m¨¢s avanzados
Estamos de celebraci¨®n. Tal d¨ªa como hoy, en diciembre de 1984, se registr¨® la Asociaci¨®n Derecho a Morir Dignamente (DMD) en el Ministerio del Interior. Desde entonces hemos recorrido un largo camino para ¡°defender el derecho de toda persona a disponer con libertad de su cuerpo y de su vida, y a elegir libre y legalmente el momento y los medios para finalizarla¡±.
Ning¨²n derecho civil ha concitado tanto apoyo entre la ciudadan¨ªa como la eutanasia, pero ha costado. Es...
Estamos de celebraci¨®n. Tal d¨ªa como hoy, en diciembre de 1984, se registr¨® la Asociaci¨®n Derecho a Morir Dignamente (DMD) en el Ministerio del Interior. Desde entonces hemos recorrido un largo camino para ¡°defender el derecho de toda persona a disponer con libertad de su cuerpo y de su vida, y a elegir libre y legalmente el momento y los medios para finalizarla¡±.
Ning¨²n derecho civil ha concitado tanto apoyo entre la ciudadan¨ªa como la eutanasia, pero ha costado. Es obligado agradecer a las personas que de una forma altruista decidieron, en el peor momento de su vida, compartir su voluntad de morir. Una larga lista de nombres propios que le han puesto cara al sufrimiento, que nos han mostrado el absurdo de ser obligadas a vivir en contra de su voluntad, una vida para ellas sin sentido, sin dignidad, cuya biograf¨ªa ya hab¨ªa terminado. Testimonios que nos hablan de miles de personas an¨®nimas que desean disponer de esa puerta de emergencia que es la eutanasia, como ¨²nica opci¨®n para liberarse de un sufrimiento intolerable y un deterioro irreversible. Gracias a Miguel ?ngel Lerma, a Salvador P¨¢niker, a Luis Montes y a todas las personas que han contribuido a esta causa. Y tambi¨¦n a aquellos medios de comunicaci¨®n que han sido buenos compa?eros de viaje, a los que necesitamos, no solo para defender el derecho a morir, sino todos los derechos humanos.
No es la ley que esper¨¢bamos. Nos hubiera gustado que desapareciera el delito de cooperaci¨®n al suicidio, que incluyera a los menores y a las personas con un sufrimiento insoportable de origen psicol¨®gico por trastorno mental, con capacidad para decidir. Nos preocupa la verificaci¨®n previa, tr¨¢mites innecesarios que no hacen la ley m¨¢s garantista que las de B¨¦lgica o Pa¨ªses Bajos, donde en casi 20 a?os no ha habido ni un solo caso de homicidio, sino m¨¢s farragosa. Habr¨ªa sido mejor que la decisi¨®n de morir se tomara en el ¨¢mbito ¨ªntimo de una relaci¨®n m¨¦dico paciente de confianza y respeto mutuo, con un segundo m¨¦dico y un control posterior. Aun as¨ª, esta ley es una muy buena noticia, un paso importante para acabar con el tab¨² de la muerte, para que cada persona sea protagonista de su proceso final, que nos sit¨²a junto a los pa¨ªses m¨¢s avanzados.
Una vez se apruebe la ley, queda todo por hacer. Es fundamental que las Comunidades Aut¨®nomas coloquen la eutanasia en su agenda y se comprometan en su desarrollo, que se difunda entre la poblaci¨®n y se forme a los profesionales. Ah¨ª estar¨¢ DMD para exigir que se cumpla, como hasta ahora, con un amplio apoyo de la ciudadan¨ªa. Celebramos con alegr¨ªa una ley que a la inmensa mayor¨ªa de personas nos har¨¢ m¨¢s libres y m¨¢s felices.
Fernando Mar¨ªn es m¨¦dico y vicepresidente de Asociaci¨®n Derecho a Morir Dignamente