Josep Baselga, un investigador brillante junto a la cabecera del enfermo
El onc¨®logo desarroll¨® nuevas terapias moleculares que han empujado la medicina personalizada

Josep Baselga reun¨ªa en su persona m¨²ltiples dualidades que raramente se dan juntas y que, cuando convergen, tienen un efecto multiplicador que conduce a la excelencia. En su caso le llevaron a convertirse en una de las figuras m¨¢s preeminentes de la oncolog¨ªa mundial. En la primera dualidad, Baselga aunaba la empat¨ªa, la cercan¨ªa y el desvelo del m¨¦dico que no abandona la cabecera de la cama del paciente, pero era al mismo tiempo un excelente organizador, exigente e implacable, cuyo liderazgo hac¨ªa crecer tanto al equipo como a la instituci¨®n.
Era de esos m¨¦dicos que conoce tan bien la condici¨®n humana, y especialmente la condici¨®n doliente y asustada de quien acaba de ser diagnosticado de c¨¢ncer, que siempre era capaz de activar la tecla psicol¨®gica adecuada para hacer crecer la semilla de la esperanza. En unos casos consist¨ªa en coger la mano de la paciente y, con la mayor de las sonrisas, decirle que no se preocupara, que hab¨ªa muchas posibilidades y que iban a salir juntos a por ellas. En otros, se trataba de decir lo mismo, pero apuntando, calculadora en mano, los porcentajes de curaci¨®n del arsenal terap¨¦utico disponible. El prop¨®sito era convertir la confianza en una aliada de la terap¨¦utica.
En la segunda dualidad, Baselga reun¨ªa la condici¨®n de m¨¦dico eminentemente cl¨ªnico y la de investigador. Aunaba la investigaci¨®n b¨¢sica y su aplicaci¨®n cl¨ªnica. Sus amplios conocimientos en ambos extremos del proceso le permit¨ªan discernir cu¨¢l era el camino m¨¢s prometedor para alcanzar el objetivo. Su obsesi¨®n era convertir lo m¨¢s r¨¢pido posible el conocimiento b¨¢sico en opciones terap¨¦uticas capaces de salvar vidas. Hab¨ªa demasiada distancia entre los avances de la investigaci¨®n b¨¢sica y la obtenci¨®n de un tratamiento.
Durante mucho tiempo se estuvo buscando el Santo Grial del c¨¢ncer, una especie de llave maestra capaz de bloquear en alg¨²n punto el proceso oncol¨®gico y obtener as¨ª un tratamiento com¨²n para todos los tumores. Pronto se vio que la curaci¨®n no iba a ser fruto de un salto disruptivo, sino de avances incrementales en cada uno de los tumores, y dentro de cada tumor, en cada variante. Baselga fue uno de los l¨ªderes mundiales en esta aproximaci¨®n: analizar y conocer los mecanismos moleculares involucrados en cada tumor para encontrar dianas terap¨¦uticas capaces de atacar selectivamente las c¨¦lulas cancer¨ªgenas. A lo largo de su doble viaje de ida y vuelta del hospital de Vall d¡¯Hebron al Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, con una incursi¨®n en el Hospital General de Massachusetts, contribuy¨® al desarrollo de las nuevas terapias moleculares que han permitido mejorar las tasas de curaci¨®n y avanzar en la medicina personalizada.
Su forma de encarar la investigaci¨®n y la aplicaci¨®n cl¨ªnica le convirtieron en un referente de la medicina traslacional, que se preocupa de acortar los tiempos desde que se descubre una nueva mol¨¦cula con potencial terap¨¦utico hasta que llega al paciente en forma de tratamiento. Todo esto lo hizo en colaboraci¨®n muy estrecha con las farmac¨¦uticas que desarrollaban los f¨¢rmacos, y aqu¨ª es donde su extraordinaria y exitosa trayectoria tropez¨® con una piedra que no hab¨ªa previsto, deslumbrado ¨¦l mismo por el enorme alcance de sus logros: un problema de transparencia.
Los investigadores que publican resultados de ensayos cl¨ªnicos han de declarar sus conflictos de intereses. Baselga no comunic¨® su relaci¨®n con algunas farmac¨¦uticas, lo que le oblig¨® a dimitir como director general del Sloan Kettering Cancer Center. Ning¨²n trabajo se?alado por esa falta de transparencia ha sido cuestionado o enmendado. Su error fue descuidar un aspecto que, en tiempos de desconfianza hacia la Big Pharma, es especialmente delicado y que, usado como arma por competidores y detractores, pod¨ªa herirle de gravedad.
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