Restricciones m¨¢s all¨¢ del estado de alarma
Los expertos f¨ªan a las vacunas y a la evoluci¨®n de las variantes la situaci¨®n epidemiol¨®gica en mayo, pero dan por hecho que las limitaciones tendr¨¢n que continuar
Empieza la cuenta atr¨¢s para cerrar el paraguas jur¨ªdico que ha amparado, durante los ¨²ltimos seis meses, algunas de las restricciones m¨¢s duras contra la covid: el estado de alarma decae el 9 de mayo y con ¨¦l, medidas tan severas como el toque de queda o los confinamientos perimetrales, que limitaban derechos fundamentales. Pero el fin de este instrumento jur¨ªdico no implica que se terminen las restricciones. De hecho, los expertos consultados niegan l...
Empieza la cuenta atr¨¢s para cerrar el paraguas jur¨ªdico que ha amparado, durante los ¨²ltimos seis meses, algunas de las restricciones m¨¢s duras contra la covid: el estado de alarma decae el 9 de mayo y con ¨¦l, medidas tan severas como el toque de queda o los confinamientos perimetrales, que limitaban derechos fundamentales. Pero el fin de este instrumento jur¨ªdico no implica que se terminen las restricciones. De hecho, los expertos consultados niegan la mayor. Con la curva epid¨¦mica en ascenso ¡ªla incidencia ha crecido un 20% en una semana y se sit¨²a en 182 casos por 100.000 habitantes en 14 d¨ªas¡ª, los epidemi¨®logos asumen que Espa?a necesitar¨¢ continuar con limitaciones de contacto social m¨¢s o menos severas para mantener a raya la pandemia.
Ning¨²n experto se atreve a dibujar el escenario epid¨¦mico que se vivir¨¢ el 9 de mayo. Del ritmo de la vacunaci¨®n y la evoluci¨®n de las variantes depender¨¢, en buena medida, la situaci¨®n epidemiol¨®gica para entonces, insisten. Pero en pleno ascenso de la cuarta ola y con la inc¨®gnita abierta a¨²n de cu¨¢l ser¨¢ el impacto real de las interacciones de la Semana Santa, hasta los m¨¢s optimistas apuntan a un escenario complejo. ¡°Quiero creer que la situaci¨®n epidemiol¨®gica ser¨¢ mejor que ahora. Pasaremos los d¨ªas de esta semana y la que viene creciendo. La primera semana de mayo, amainar¨¢, pero, en todo caso, seguir¨¢ la transmisi¨®n comunitaria y se necesitar¨¢n medidas de contenci¨®n¡±, explica Alberto Infante, profesor em¨¦rito de Salud Internacional de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III.
Cuando se aprob¨® el decreto de estado de alarma, Espa?a estaba sumergida en la segunda ola, y las cifras eran mucho peores que las actuales: la incidencia era de 307 casos por 100.000 y hab¨ªa cerca de 2.800 personas en cuidados intensivos a causa de la covid (ocupaban el 28% de las camas disponibles). La incidencia actual es la mitad y la ocupaci¨®n de las UCI es del 20%. Pero la situaci¨®n es dif¨ªcil de comparar porque el comportamiento del virus es, a menudo, impredecible e influyen muchos factores: entonces no hab¨ªa personas vacunadas ¡ªse empez¨® el 27 de diciembre y ahora hay tres millones de inmunizados¡ª, pero tampoco predominaba la variante brit¨¢nica del virus que se ha impuesto este a?o, mucho m¨¢s contagiosa, y responsable actualmente de entre el 70% y el 90% de los casos en Espa?a.
¡°En mayo, podremos no tener la intensidad de la tercera ola, pero habr¨¢ altas incidencias y se requerir¨¢n medidas¡±, subraya Daniel L¨®pez-Acu?a, exdirector de Emergencias de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. El Ministerio de Sanidad ha recomendado, por ejemplo, que las comunidades con una incidencia acumulada mayor de 150 casos por 100.000 habitantes en 14 d¨ªas mantengan cerrado el interior de los bares, aunque la decisi¨®n ¨²ltima es de las autonom¨ªas.
Pero controlar la incidencia y la presi¨®n asistencial no es tarea f¨¢cil. Con las restricciones para frenar la tercera ola, Espa?a lleg¨® a reducir su incidencia a 14 d¨ªas desde los 900 casos por 100.000 habitantes en febrero a los 127 en marzo, pero sigui¨® lejos de los 25 que recomiendan las autoridades sanitarias para mantener a raya la pandemia. Algunas comunidades, como Madrid, que mantienen una pol¨ªtica de restricciones m¨¢s laxas, no han conseguido bajar la incidencia de 200 casos por 100.000 habitantes desde el pasado agosto.
El presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, que anunci¨® hace unos d¨ªas que el Gobierno trabaja con el objetivo de que ¡°no sea necesario¡± prorrogar el estado de alarma, asegur¨® que para la primera semana de mayo, el 10% de la poblaci¨®n espa?ola estar¨¢ vacunada (cinco millones). Pero aunque culmine la inmunizaci¨®n de uno de los grupos m¨¢s vulnerables ¡ªlos mayores de 80 a?os, de los que solo la mitad han completado la pauta vacunal¡ª, los expertos advierten de que quedan otros grupos etarios de alto riesgo que van muy rezagados: solo el 3% de las personas de entre 70 y 79 a?os y el 5% de entre 60 y 69 est¨¢n plenamente vacunadas. ¡±Si hay un empuje de la campa?a, estaremos mejor. Pero mientras no alcancemos la inmunidad de reba?o, hay que proteger a los m¨¢s vulnerables. Si llegamos al 9 de mayo con protecci¨®n importante, de m¨¢s del 80%, de los vulnerables, la situaci¨®n cl¨ªnica ser¨¢ mejor¡±, se?ala Infante.
El Gobierno ha asegurado que en las pr¨®ximas semanas se intensificar¨¢ el ritmo de llegadas de dosis, pero algunos epidemi¨®logos recelan. L¨®pez-Acu?a opina que no se ver¨¢ ¡°un efecto tan dram¨¢tico de la vacunaci¨®n para mayo¡±. Y a?ade: ¡°Puedes tener menos colapso en el sistema sanitario, pero la realidad es que las autoridades est¨¢n confiando demasiado en que la inmunizaci¨®n pueda frenar las olas¡±. El epidemi¨®logo recomienda mantener la misma intensidad de las medidas actuales hasta el final del verano; y la mascarilla, la distancia interpersonal y las burbujas de convivencia, al menos, hasta final de a?o.
Las nuevas variantes del virus tambi¨¦n pueden jugar un papel. Los epidemi¨®logos no esperan sorpresas con la variante brit¨¢nica, que ya est¨¢ instalada y responde a las vacunas, pero queda por saber c¨®mo evolucionar¨¢n las variantes brasile?a y sudafricana, y si los f¨¢rmacos tienen el mismo grado de eficacia contra ellas. ¡°Parece que estas dos no se est¨¢n expandiendo mucho, pero habr¨¢ que reevaluarlo entonces. Si no nos dan ning¨²n susto, podremos hacer m¨¢s cosas entonces, pero tendr¨¢ que seguir habiendo restricciones en interiores y la vida nocturna deber¨ªa mantenerse con mucha cautela¡±, tercia Infante.
Limbo jur¨ªdico
Sin estado de alarma, los expertos temen retornar a un limbo jur¨ªdico, sobre todo cuando las comunidades quieran aplicar medidas que limiten derechos fundamentales, como el de libre circulaci¨®n o el de reuni¨®n. Para hacerlo necesitar¨¢n el aval judicial. ¡°Sin estado de alarma, dejas a las comunidades que tengan que aplicar estas medidas al arbitrio de los jueces, las desproteges. Se tendr¨ªa que unificar la doctrina al respecto¡±, apunta Infante, a prop¨®sito de las resoluciones judiciales de distinto signo ante peticiones similares durante la pandemia. Coincide L¨®pez-Acu?a: ¡°Perderemos mucho tiempo en idas y venidas de decisiones auton¨®micas. Acabaremos en una judicializaci¨®n de las decisiones, en un tira y afloja que no nos va a permitir medidas oportunas y ¨¢giles¡±.
Jes¨²s Molina Cabrillana, epidemi¨®logo de la Sociedad Espa?ola de Medicina Preventiva, Salud P¨²blica e Higiene, se muestra favorable a alargar el estado de alarma ¡°hasta que haya inmunidad de grupo¡± para evitar tambi¨¦n ¡°que se incrementen las diferencias entre las comunidades¡± al tomar decisiones. Pero los juristas apelan a la cautela ante una eventual pr¨®rroga de este paraguas jur¨ªdico. ¡°Me preocupa que se cree una cultura de que la limitaci¨®n de derechos fundamentales es lo normal cuando tendr¨ªa que ser excepcional. Tenemos herramientas suficientes en el ordenamiento jur¨ªdico para tomar decisiones, lo que hace falta es que haya lealtad institucional y que se razone bien a los jueces las medidas que se quieren pedir¡±, valora Federico de Montalvo, presidente del Comit¨¦ de Bio¨¦tica de Espa?a.
Alberto L¨®pez Basaguren, catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, avisa tambi¨¦n de que ¡°es peligrosa la normalizaci¨®n de la emergencia¡± y rechaza que tengan que ser los tribunales ordinarios los que vuelvan a asumir la responsabilidad de recortar derechos fundamentales a causa de la pandemia. L¨®pez Basaguren reclama una reforma de la normativa sanitaria y de salud p¨²blica para dar m¨¢s seguridad jur¨ªdica a las decisiones: ¡°Hay que concretar mejor las medidas que se pueden adoptar por los poderes ordinarios. Lo que no se puede romper es la frontera entre los poderes extraordinarios que regula el estado de alarma y las medidas sanitarias de los poderes ordinarios¡±, zanja.