As¨ª avanza la vacunaci¨®n pa¨ªs por pa¨ªs: acelera en los m¨¢s ricos, no tanto en los m¨¢s pobres
Un an¨¢lisis de las cifras muestra que varios pa¨ªses desarrollados inmunizan a m¨¢s del 30% de la poblaci¨®n, mientras la mayor¨ªa en desarrollo no llegan al 10%
La desigualdad en el acceso a las vacunas ha sido una preocupaci¨®n constante en la mayor campa?a de vacunaci¨®n de la historia y, casi seis meses despu¨¦s de su comienzo, el mundo est¨¢ efectivamente dividido por la riqueza. Los pa¨ªses que superan el 30% de gente vacunada son pa¨ªses ricos, o relativamente ricos, mientras que casi ning¨²n pa¨ªs pobre ha conseguido inmunizar siquiera al 10% de sus ciudadanos. El PIB distingue a los pa¨ªses que inoculan a buen ritmo, muchos de los cuales est¨¢n doblando sus curvas de covid-19.
En Espa?a y la Uni¨®n Europea, un tercio de las personas ya han recibido al menos una dosis (33%); el doble que en el continente sudamericano (15%), seis veces m¨¢s que en Asia (5%) y 20 veces m¨¢s que en ?frica (1,5%).
Como muestra el gr¨¢fico de arriba, los pa¨ªses del norte y centro de Am¨¦rica fueron los que avanzaron m¨¢s deprisa al principio, empujados sobre todo por Estados Unidos, donde ya han vacunado a la mitad de la poblaci¨®n. Pero la Uni¨®n Europea es la que avanza m¨¢s deprisa desde abril, cuando los suministros de vacunas se multiplicaron. El ritmo actual supone administrar una dosis al 5% de la poblaci¨®n cada semana.
No sorprende que los continentes hayan vacunado pr¨¢cticamente al ritmo de sus rentas nacionales: con Europa y Norteam¨¦rica delante de Sudam¨¦rica, que a su vez va m¨¢s deprisa que Asia y ?frica. La excepci¨®n relevante es Ocean¨ªa: ni Australia ni Nueva Zelanda han inmunizado a mucha gente, aunque son pa¨ªses ricos, seguramente porque han conseguido mantener el virus casi suprimido (las muertes por covid en este a?o y medio son all¨ª 50 y 300 veces menos que en Espa?a, respectivamente).
El v¨ªnculo entre vacunas y riqueza es a¨²n m¨¢s claro cuando miramos pa¨ªses. As¨ª lo refleja el siguiente gr¨¢fico, que representa el Producto Interior Bruto por habitante (eje horizontal) y el nivel de vacunaci¨®n hasta ahora.
Casi todos los pa¨ªses de m¨¢s de un mill¨®n de habitantes con un 30% de poblaci¨®n ya vacunada (con al menos una dosis) tienen un PIB per capita alto, por encima de los 20.000 d¨®lares por habitante. Las ¨²nicas excepciones son Serbia y Mongolia. Y lo mismo ocurre al rev¨¦s: solo hay cuatro pa¨ªses pobres (menos de 10.000 d¨®lares) que hayan podido vacunar al 10% de su poblaci¨®n ¡ªIndia, Marruecos, Camboya y El Salvador¡ª.
Tardar m¨¢s en inmunizar, en pa¨ªses ya marcados por fuertes desigualdades internas, tiene consecuencias: ¡°ya estamos viendo en la India o en Brasil c¨®mo el colapso del sistema sanitario afecta al turismo y a la econom¨ªa: igual que no ir¨¢n turistas, tambi¨¦n las empresas se van a pensar m¨¢s si abrir o mover su negocio all¨ª¡±, explica Jeffrey Lazarus, epidemi¨®logo e investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
Hay un pu?ado de pa¨ªses excepcionales porque han vacunado poco aunque son ricos. Es lo que pasa en Australia, Nueva Zelanda, Jap¨®n o Corea del Sur, que tienen en com¨²n haber tenido ¨¦xito ¡ªo fortuna¡ª protegi¨¦ndose del virus. Un reciente estudio en The Lancet los se?alaba como ejemplo, en la OCDE, de las ventajas de una estrategia de eliminaci¨®n (y no mitigaci¨®n) de la covid-19, en t¨¦rminos sanitarios y tambi¨¦n econ¨®micos.
Vacunaci¨®n e inmunidad de grupo
El primer objetivo de la vacuna es proteger a los vacunados de enfermar y fallecer. Sabemos que se est¨¢ teniendo ¨¦xito en esa primera meta: seg¨²n c¨¢lculos del grupo de Sistemas Complejos de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a, el nivel de vacunaci¨®n en Espa?a a finales de abril (un 25% de gente protegida, sobre todo mayores) ya deb¨ªa servir para evitar el 80% de las muertes por covid-19. Pero la vacuna tambi¨¦n ser¨¢ efectiva evitando infecciones. Un informe de la sanidad brit¨¢nica cifra esa protecci¨®n en el 70%-90% para la segunda dosis de Pfizer. Si esas cifras se confirman, la pregunta es si bastan: ?es suficiente como para que se alcance la inmunidad de grupo?
Alcanzarla depende de muchas variables. En esencia, queremos mantener un n¨²mero reproductivo (R, que estima la velocidad en la transmisi¨®n) por debajo de uno. Y ese n¨²mero depende de varios componentes. Por un lado, de cu¨¢ntas personas est¨¢n inmunizadas (bien porque han pasado la enfermedad o porque est¨¢n vacunadas y evitan la infecci¨®n o no transmiten). Por otro, del contacto entre personas, esas interacciones ahora reducidas, pero que ir¨¢n aumentando. Tambi¨¦n influye la probabilidad de transmisi¨®n, c¨®mo de f¨¢cil es que un contacto acabe en infecci¨®n, lo que depende a su vez de otras cosas, como la meteorolog¨ªa o lo transmisible que sea cada variante.
Esa complejidad hace dif¨ªcil decir cu¨¢ndo se alcanzar¨¢ la inmunidad de grupo, asumiendo que sea posible. Seg¨²n c¨¢lculos de la UPC para la Uni¨®n Europea, con un nivel de contactos como el actual o un poco m¨¢s elevado, bastar¨ªa vacunar al 33%-50% de la gente para que el virus dejase de propagarse y tuvi¨¦ramos esa forma de protecci¨®n. Pero eso ser¨ªa manteniendo medidas restrictivas, hacer vida normal exigir¨¢ m¨¢s gente vacunada, quiz¨¢ mucha m¨¢s.
Los m¨¢s vacunados: el 40% de la poblaci¨®n
A continuaci¨®n repasamos c¨®mo ha evolucionado la incidencia en diferentes pa¨ªses, seg¨²n iba avanzando la vacunaci¨®n. Empezamos por los pa¨ªses que tienen m¨¢s poblaci¨®n vacunada.
El caso de mayor ¨¦xito es Israel. All¨ª la vacunaci¨®n coincidi¨® con un confinamiento estricto y los casos de covid-19 pr¨¢cticamente se han reducido a cero. El avance de la vacunaci¨®n tambi¨¦n coincide con una bajada de casos en Reino Unido, EE UU, Mongolia y Chile, que tambi¨¦n han vacunado a m¨¢s de la mitad de la gente.
Pero el gr¨¢fico tambi¨¦n nos demuestra que es posible sufrir brotes severos con muchos vacunados. Es lo que vemos en Uruguay, un pa¨ªs que hasta noviembre se hab¨ªa protegido del virus con ¨¦xito y que vacun¨® deprisa en los primeros meses del a?o, pero que a mediados de abril registr¨® grandes brotes en lugares tan delicados como las residencias de mayores. Tambi¨¦n en Bar¨¦in, donde la incidencia ha repuntado con un 40% de gente vacunada. Esto puede ocurrir por heterogeneidad ¡ªsi ciertos grupos sociales no son inmunizados¡ª o por una suma de factores: si los reci¨¦n vacunados aumentan sus interacciones demasiado pronto, si se relajan otras restricciones o si las vacunas no son todas igual de eficaces.
En Chile, los casos tambi¨¦n repuntaron a mediados de marzo, cuando el 30% de la gente ten¨ªa al menos una dosis. Entonces se replante¨® la estrategia al haber evidencia de que Sinovac, la vacuna que m¨¢s se estaba usando, requiere un segundo pinchazo pronto para conseguir una protecci¨®n s¨®lida (con la primera se quedaba en el 25%-30%, frente al 80% de Pfizer). En esta situaci¨®n, como apunta alg¨²n estudio, tambi¨¦n se produjo un aumento de contactos que facilit¨® el repunte. Ahora, dos meses despu¨¦s, los contagios en el pa¨ªs vuelven a bajar.
Estas cifras recuerdan el reto que va a ser recuperar una vida normal, como apunta Lazarus: ¡°No van a tener f¨¢cil seguir creciendo una vez se haya alcanzado el 50%. Ya estamos viendo que en EE UU hay mucha gente poco convencida y encima dispersa en ¨¢reas rurales sin la infraestructura sanitaria necesaria; o que la gente m¨¢s joven no vea tan necesario o urgente vacunarse, como est¨¢ ocurriendo en Reino Unido¡±.
Entre el 25% y el 40%
El segundo grupo de pa¨ªses en el que nos hemos fijado son aquellos donde un tercio de la gente ha recibido ya una dosis. Son todos pa¨ªses europeos que adem¨¢s de estar en niveles parecidos de vacunaci¨®n est¨¢n saliendo del invierno, lo que se piensa que puede ayudar al control del virus.
Am¨¦rica Latina
Para el ¨²ltimo gr¨¢fico hemos puesto el foco en Latinoam¨¦rica, donde el virus ha avanzado a ritmos muy diferentes en los ¨²ltimos meses. Algunos pa¨ªses del sur de la regi¨®n han visto subir la incidencia con la llegada del invierno, como Chile, Argentina y Uruguay. En Centroam¨¦rica se han ido reduciendo los casos ¨²ltimamente, con la excepci¨®n de Costa Rica, donde est¨¢n repuntando.
El continente a?ade una variable al puzle: la extensi¨®n de las cepas m¨¢s transmisibles, como la P1 detectada en Brasil y que luego ha saltado a muchos pa¨ªses vecinos. Esa variante parece contagiar con m¨¢s facilidad, aunque las vacunas se han demostrado eficaces contra ella.
Tener m¨¢s gente vacunada ayudar¨¢ a mitigar el virus. Pero mientras la vacunaci¨®n avanza, tendremos que seguir haciendo equilibrios: podremos ir recuperando contactos y relajando restricciones, pero solo al ritmo que permitan el nivel de inmunizaci¨®n, la transmisibilidad del virus y su estacionalidad. El juego ser¨¢ m¨¢s sencillo que en los ¨²ltimos meses, quiz¨¢ cada vez m¨¢s permisivo, pero seguir¨¢ siendo un juego de malabares por lo menos un tiempo.