¡°Hay vac¨ªos en la ley de eutanasia que a los m¨¦dicos nos ponen en una situaci¨®n dif¨ªcil¡±
Un facultativo objetor y otra favorable al nuevo derecho analizan la puesta en marcha de la norma. Ambos coinciden en que es garantista y en que deja cuestiones por resolver, como el abordaje de personas con trastornos mentales o la evaluaci¨®n del sufrimiento
Los m¨¦dicos tendr¨¢n un papel clave en todo el proceso de solicitud y ejecuci¨®n de la eutanasia: a ellos tiene que remitirles el paciente la primera demanda de adelantar su muerte, una petici¨®n que han de analizar, estudiar, consultar con un colega y remitir, si cumple con los requisitos de la ley, a la comisi¨®n de garant¨ªas, el ¨®rgano que tiene la ¨²ltima palabra y donde la profesi¨®n m¨¦dica tambi¨¦n est¨¢ representada. Pueden objetar, eso s¨ª, y no participar en el proceso, pero el apoyo a la regularizaci¨®n de la eutanasia es mayoritario entre los profesionales, seg¨²n las ¨²ltimas encuestas.
A pesar del posicionamiento de los colegios profesionales ¡ªla Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial se mostr¨® contraria a la ley¡ª, las consultas realizadas al colectivo (entre profesionales de los colegios de Tarragona, Bizkaia, Madrid y Las Palmas) revelan que el apoyo a la regulaci¨®n de la eutanasia supera el 67% y la objeci¨®n de conciencia oscila entre el 15% en Tarragona y el 25% en Madrid.
Ahora que la ley est¨¢ a punto de entrar en vigor, dos m¨¦dicos, uno objetor y otra favorable a la eutanasia, exponen sus puntos de vista. M¨®nica Povedano (Barcelona, 52 a?os), jefa de la Unidad Funcional de Enfermedad de Motoneurona del Hospital de Bellvitge (Barcelona), defiende que se respete la voluntad del paciente en el final de vida, mientras que Joaqu¨ªn Escribano (A Coru?a, 60 a?os), director de Pediatr¨ªa en el Hospital Sant Joan de Reus (Tarragona), sostiene que detr¨¢s de la petici¨®n de eutanasia lo que hay es ¡°un grito desgarrador de ayuda¡± y aboga por mejorar la atenci¨®n y los cuidados para sortear la desesperanza de los pacientes.
Pese a sus discrepancias, los dos m¨¦dicos coinciden, no obstante, en que la ley deja cuestiones no resueltas: por ejemplo, c¨®mo se eval¨²a y mide el sufrimiento de un paciente que pide la eutanasia o c¨®mo se abordan las peticiones de personas con problemas de salud mental.
Pregunta
?Aplicar¨ªa la eutanasia a un paciente?
S¨ª, pero no en todos los pacientes. En determinados pacientes, en determinadas condiciones y con determinadas patolog¨ªas, creo que estar¨ªa justificado.
Estoy a favor de la eutanasia porque me dedico a una patolog¨ªa, que es la ELA, donde he vivido situaciones en las que el acompa?amiento a lo largo de la enfermedad lo hacemos muy bien, pero a veces no sabemos acompa?ar bien el final de vida. Creemos que el final de vida lo marcamos los profesionales y no respetamos al paciente cuando decide qu¨¦ es su final de vida. Y eso me ha llevado a plantearme que yo no soy qui¨¦n para decidir cu¨¢ndo es el final de vida en determinadas patolog¨ªas, que he de respetar la opini¨®n del paciente y acompa?arlo y ayudarlo y no dejarlo solo.
No, porque quitarle la vida a una persona de forma intencionada genera en m¨ª un gran conflicto de conciencia. Y esto no creo que sea una falta de sensibilidad al dolor de otro, sino que es una reflexi¨®n profunda sobre lo que significa la compasi¨®n. Hay estudios que demuestran que la intenci¨®n de la adelantar la muerte por parte de los pacientes es un grito desgarrador de ayuda. Estas personas necesitan una firme resoluci¨®n de ayuda y muchas veces la eutanasia lo que hace es poner un punto final sin abordar de una forma integral lo que nos est¨¢ pidiendo el paciente.
Pregunta
?Qu¨¦ opina de la ley de la eutanasia?
Es una ley garantista, garantiza el derecho que tiene el ciudadano a la eutanasia. Pero s¨ª creo que tiene algunos vac¨ªos y coloca en una dif¨ªcil situaci¨®n a los profesionales. Hay unas partes de la ley de dif¨ªcil interpretaci¨®n o que se pueden interpretar de diferentes maneras.
Cuando hablo de vac¨ªos, por ejemplo, es que dice que un paciente que tiene una enfermedad que le provoca un gran sufrimiento, podr¨ªa solicitar la eutanasia. Esto nos crea un debate de c¨®mo definimos el sufrimiento, c¨®mo lo cuantificamos y evaluamos, c¨®mo lo protocolizamos, qu¨¦ hacemos con los pacientes que pueden tener enfermedades psiqui¨¢tricas, c¨®mo evaluamos si el paciente lo est¨¢ solicitando porque as¨ª lo vive o porque tiene una enfermedad que puede estar afectando a la toma de decisiones.
La ley lo que ha hecho es desenfocar el tema y hacernos perder una gran oportunidad de poder solucionar los problemas que presentan las personas al final de su vida de forma ¨ªntegra. Hay un problema en el cual una persona que expresa su deseo de adelantar la muerte, lo que nos dice desde el punto de vista cl¨ªnico, es que hay una situaci¨®n de factores que est¨¢n modulando su estado de ¨¢nimo. Desde el punto de vista m¨¦dico es como enfrentarnos a un s¨ªndrome, el s¨ªndrome de adelantar la muerte y como tantos otros s¨ªndromes cl¨ªnicos, hay una causalidad multifactorial y dentro de esos factores, puede estar la enfermedad, pero no es el ¨²nico factor. Ah¨ª van a influir los apoyos emocionales, si tengo familia, mi condici¨®n socioecon¨®mica, d¨®nde vivo, con qu¨¦ apoyos externos cuento, estoy recibiendo ayudas del Estado¡ Hay que hacer abordaje general del paciente para delimitar muy bien qu¨¦ causas lo pueden estar conduciendo a experimentar ese sufrimiento insufrible. Y determinado el diagn¨®stico, habr¨ªa que actuar: la gran revoluci¨®n social pendiente est¨¢ en incorporar el cuidado a las prestaciones sociales.
Pregunta
?Qu¨¦ es la muerte digna?
Es aquella que el propio paciente ha podido decidir en el momento adecuado. No somos los profesionales los que decidimos que ha llegado el final de vida de un paciente en el contexto de una enfermedad ni ninguna otra persona. Y es digna tambi¨¦n cuando se acompa?a de tal manera que bajas el sufrimiento del paciente y de su entorno.
Es aquella que acontece respetando la dignidad del hombre, lo que quiere decir que es una muerte acompa?ada de un nivel de cuidados m¨¢ximo alrededor de problemas f¨ªsicos, psicol¨®gicos y emocionales; controlando en lo posible el dolor y el sufrimiento de los hombres; que se produzca en un entorno cercano; con el apoyo de la familia o de personas allegadas. Una muerte digna es una muerte en paz, acompa?ada, en la que el cari?o no te abandona hasta el ¨²ltimo momento.
Pregunta
?El sistema de la ley es garantista?
S¨ª, creo que s¨ª. Porque da al ciudadano el derecho a decidir.
La ley garantiza de forma estricta la ejecuci¨®n del proceso eutan¨¢sico: el paciente solicita la eutanasia, aparece su m¨¦dico responsable, luego un m¨¦dico consultor y luego, la comisi¨®n. El c¨®mo se va a desarrollar el proceso eutan¨¢sico est¨¢ s¨®lidamente garantizado, pero lo que no veo tan garantizado es el qu¨¦ y el qui¨¦n. Aparecen m¨²ltiples posibilidades que no quedan definidas: los m¨¦dicos no sabemos qu¨¦ quiere decir sufrimiento insoportable, no tenemos unas escalas para valorarlo de forma exacta. ?Analizaremos en nuestra deliberaci¨®n con el paciente la situaci¨®n de los cuidados recibidos, con qu¨¦ calidad e intensidad han sido recibidos, para saber si ese grado de desesperaci¨®n no es fruto de un abandono institucional, sino que es fruto de su propio interior? No tenemos solucionado qu¨¦ pasa con las personas con un trastorno mental y, de ellas, qu¨¦ pasa con los deprimidos: cuando una persona pide adelantar su muerte, hasta un 30% puede estar sufriendo una depresi¨®n mayor. ?Y una persona con una depresi¨®n mayor, realmente tiene capacidad de tomar una decisi¨®n que no tiene retorno? ?C¨®mo vamos a valorar la capacitaci¨®n de los pacientes para que tomen decisiones aut¨®nomas?
Pregunta
?Teme que su posici¨®n respecto a esta ley pueda acarrear alg¨²n tipo de estigma o discriminaci¨®n por parte de sus compa?eros?
No lo creo porque no creo que me convierta en un m¨¦dico matador de pacientes. Al rev¨¦s, creo que un m¨¦dico que est¨¢ a favor de esto, lo que hace es acompa?ar correctamente al paciente en todo lo que es su proceso de enfermedad. Estar a favor de esta ley no significa que no vaya a luchar para que el paciente viva.
Rotundamente, no. Tampoco tendr¨ªa mucha l¨®gica. En una encuesta del departamento, un 20% de los encuestados m¨¦dicos respondieron que ser¨ªan objetores en cualquier circunstancia y un 40% que podr¨ªa ser objetor seg¨²n el caso. Si los agrupamos, aparece un n¨²cleo importante de m¨¦dicos que en alg¨²n momento de su desarrollo profesional podr¨ªan presentar objeci¨®n ante una eutanasia.
Adem¨¢s, hasta ahora, mientras no se produzcan modificaciones, nuestros c¨®digos deontol¨®gicos, tanto el catal¨¢n como el espa?ol, siguen considerando la eutanasia como un ejercicio fuera de la correcci¨®n ¨¦tica de la profesi¨®n. No tendr¨ªa mucha l¨®gica que generara discriminaci¨®n y rechazo entre los profesionales.
Pregunta
?El sistema de salud y los profesionales est¨¢n preparados para el aterrizaje de la ley?
Creo que no. No hay una correcta formaci¨®n de los profesionales en la aplicaci¨®n de la ley. Los profesionales tampoco est¨¢n formados en la toma de decisiones al final de vida, en c¨®mo se plantean los documentos de voluntades anticipadas, en c¨®mo se mitiga el sufrimiento de los enfermos¡ Y tambi¨¦n hay que protocolizar muy bien el circuito: qui¨¦n la va a aplicar, d¨®nde se va a aplicar¡ son aspectos que todav¨ªa no se han definido.
Las administraciones est¨¢n haciendo un esfuerzo encomiable para dar cobertura dentro de unos plazos razonables. Se est¨¢n dise?ando modelos de c¨®mo se har¨¢ formaci¨®n a los profesionales, pero faltan por definir circuitos, los puntos de apoyo cuando existan dudas para profesionales y familias¡ Queda un largo camino por andar, sobre todo en formaci¨®n. Pero no tengo ninguna duda de que el sistema sanitario podr¨¢ afrontar con garant¨ªas el desarrollo de la ley.
- Cr¨¦ditos
- Coordinaci¨®n y formato: Guiomar del Ser y Brenda Valverde
- Direcci¨®n de arte y dise?o: Fernando Hern¨¢ndez
- Maquetaci¨®n: Itziar Amor y Alejandro Gallardo
- V¨ªdeo: Gianluca Battista, Sa¨²l Ruiz y Albert Garc¨ªa
- Grafismo: Eduardo Ortiz