La pobreza infantil se traslada del campo a la ciudad: m¨¢s de un mill¨®n de menores vulnerables viven en las urbes
Cerca de la mitad de los 2,3 millones de ni?os en riesgo de pobreza en Espa?a residen en zonas muy pobladas, y la condici¨®n se agrava en funci¨®n el grado de urbanizaci¨®n
El entorno m¨¢s cercano marca las condiciones de vida de los ni?os. Algo m¨¢s de la mitad de los 2,3 millones de menores en riesgo de pobreza en Espa?a ¨Dm¨¢s de un mill¨®n¨D vive en zonas muy pobladas, mientras que el resto se reparte entre zonas intermedias (25,7%) y poco pobladas (24,1%). As¨ª lo refleja ...
El entorno m¨¢s cercano marca las condiciones de vida de los ni?os. Algo m¨¢s de la mitad de los 2,3 millones de menores en riesgo de pobreza en Espa?a ¨Dm¨¢s de un mill¨®n¨D vive en zonas muy pobladas, mientras que el resto se reparte entre zonas intermedias (25,7%) y poco pobladas (24,1%). As¨ª lo refleja el informe Geograf¨ªa de la pobreza infantil en Espa?a, publicado por el Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil, que destaca la gravedad de esta situaci¨®n de vulnerabilidad que se vive en ciudades como Madrid y Barcelona. Aunque las tasas de pobreza infantil son ligeramente m¨¢s altas en las zonas menos pobladas (29,6%) que en las urbes (27,6%), la intensidad de esta condici¨®n aumenta con el grado de urbanizaci¨®n. La entidad clasifica la pobreza en tres niveles (moderada, alta y severa) y establece el porcentaje de menores en esta situaci¨®n respecto al total de ni?os y adolescentes. La pobreza infantil alta, que incluye hogares cuyos ingresos est¨¢n por debajo del 40% de la renta mediana (la que tendr¨ªa la unidad de convivencia que ocupara el puesto medio en una lista de todas las del pa¨ªs ordenadas seg¨²n sus ingresos), es superior en las ciudades (15,1%) frente a las zonas rurales (13,5%). Tambi¨¦n lo es la pobreza severa, referida a familias con ingresos menores al 25% de la renta mediana (con una tasa de 5,2% en las urbes a diferencia del 4,2% de ¨¢reas poco pobladas).
Esta forma de vulnerabilidad en la ciudad ha aumentado al mismo tiempo que se ha reducido en las ¨¢reas rurales menos pobladas. Si en 2013 el 38% de los ni?os en situaci¨®n de pobreza viv¨ªa en pueblos de pocos habitantes y un 23% lo hac¨ªa en zonas con mucha poblaci¨®n, en el ¨²ltimo informe estas cifras son del 30% y el 28%, respectivamente, con una disminuci¨®n de 13 puntos entre ambas tasas. El informe recoge que en la ¨²ltima d¨¦cada la tasa de pobreza infantil se ha desplazado de las zonas poco pobladas a las ciudades. Este movimiento ha generado ¡°un fen¨®meno de reurbanizaci¨®n de la pobreza infantil¡±, seg¨²n Albert Arcarons, subdirector del Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil. ¡°Ha habido un proceso migratorio desde las zonas rurales a las urbanas que no ha ido acompa?ado de pol¨ªticas sociales de vivienda y otros derechos, lo que ha provocado que incremente el coste que estas familias tienen que destinar a servicios b¨¢sicos¡±, afirma Arcarons.
La vulnerabilidad se concentra sobre todo en las ¨¢reas metropolitanas de las grandes zonas urbanas, donde probablemente se hayan producido traslados de la poblaci¨®n local hacia las afueras, como Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla, seg¨²n el estudio, elaborado a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida y la Encuesta de Presupuestos Familiares, publicadas este a?o por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica con datos de 2020. ¡°Las ciudades se han convertido en entornos cerrados y segregados, donde se han potenciado ciclos reproductivos de pobreza para muchas familias¡±, dice Arcarons.
Crecer en la pobreza en grandes ¨¢reas urbanas o en zonas escasamente pobladas presenta retos diferentes. Los obst¨¢culos que experimentan los menores en la ciudad est¨¢n muy ligados al car¨¢cter de las grandes metr¨®polis: la desigualdad es m¨¢s acusada, existe mucha m¨¢s segregaci¨®n residencial y escolar y el coste de vida es m¨¢s alto. Los entornos menos poblados encaran otras dificultades como la falta de oportunidades laborales, el desequilibrio demogr¨¢fico, la escasa oferta educativa y de servicios b¨¢sicos y la falta de infraestructuras adecuadas. Arcarons afirma que ¡°responder a estas necesidades requiere de pol¨ªticas distintas. Las prestaciones deben llegar a todas estas familias, pero el esfuerzo en las grandes ciudades deber¨ªa concentrarse en pol¨ªticas de vivienda y mejora del entorno m¨¢s pr¨®ximo del barrio, dot¨¢ndolos con servicios de calidad. En los entornos rurales, se deber¨ªa trabajar en facilitar el acceso a servicios b¨¢sicos como la educaci¨®n¡±.
El caso de Madrid es el ejemplo m¨¢s visible de la desigualdad que sufren los ni?os y ni?as vulnerables en las grandes zonas urbanas. La capital es la ciudad donde hay m¨¢s menores en situaci¨®n de pobreza: son cerca de 230.000, el 9% del total nacional cuando la ciudad representa el 7% de la poblaci¨®n espa?ola. Los distritos en los que la mitad de la poblaci¨®n tiene ingresos superiores al 200% de la mediana nacional conviven con otros en los que gran parte de la poblaci¨®n se encuentra en situaci¨®n de pobreza, seg¨²n el estudio. Por ejemplo, Tetu¨¢n alcanza el 31,5 % de pobreza infantil y Chamart¨ªn, el 8,9%. En t¨¦rminos relativos, Sevilla y M¨¢laga tienen las tasas m¨¢s altas de pobreza infantil, sin embargo la desigualdad es mayor en Madrid, con zonas muy deprimidas junto a otras m¨¢s privilegiadas. ¡°Esta inequidad magnifica los efectos de la pobreza. En la capital hay una segregaci¨®n por barrio a nivel socioecon¨®mico que hace imposible salir de esa din¨¢mica¡±, se?ala Arcarons.
La residencia como obst¨¢culo
El acceso a la vivienda es uno de los grandes agravantes de la situaci¨®n de los menores en pobreza en las grandes zonas urbanas. ¡°La residencia es un gasto ineludible, fijo, las familias no pueden no pagar un mes, y estamos viendo que su coste no se corresponde a los ingresos de las familias¡±, afirma el subdirector del Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil. El 64,5% de los ni?os en hogares con problemas de sobrecoste ¡ªque implican dedicar el 40% de los ingresos a pagar la vivienda y los gastos asociados¡ª viven en zonas muy pobladas, frente al 14,8% en zonas con menos residentes. Los hogares vulnerables en entornos urbanos dedican un 22% m¨¢s de dinero a la vivienda que en zonas rurales. Adem¨¢s se aprecian diferencias respecto a la propiedad de la vivienda: en entornos urbanos un 42,5% de los menores empobrecidos vive de alquiler frente al 27,4% en las zonas rurales.
El Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil alerta de que el entorno influye en la diversidad y calidad de las experiencias vitales a las que tienen acceso los menores a lo largo de su vida. Los ni?os que crecen en barrios con bajos niveles de segregaci¨®n, con servicios de calidad ¨Deducativos, alimentaci¨®n saludable, parques, aire limpio, viviendas adecuadas¨D y en hogares con salarios dignos muestran mejores resultados acad¨¦micos y de salud. ¡°El entorno define las posibilidades. La diversidad en el propio barrio es muy importante para tener otros referentes, como pueden ser los compa?eros de clase, y para encontrar maneras de salir del c¨ªrculo de la pobreza¡±, se?ala Arcarons. El ejemplo m¨¢s extremo de entornos perjudiciales para los menores vulnerables son los asentamientos de infraviviendas ¨Dunos 270 en Espa?a, seg¨²n un estudio de la Fundaci¨®n Secretariado Gitano y Daleph publicado en 2015¨D que presentan riesgos medioambientales y sanitarios y dificultades de acceso a servicios m¨ªnimos.
Atajar la pobreza infantil conlleva diferentes soluciones que deben ir coordinadas, seg¨²n Arcarons: ¡°Es importante gestionar una transferencia de rentas a las familias para subir los ingresos, pero tambi¨¦n es muy importante facilitar el acceso a unos servicios de calidad, para que las familias tengan una mejor promoci¨®n laboral y de salud¡±. El subdirector del Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil considera que el despliegue del Ingreso M¨ªnimo Vital est¨¢ corrigiendo en parte esta desigualdad territorial, aunque reconoce que queda mucho por hacer. Adem¨¢s, los recursos provenientes de la Uni¨®n Europea dedicar¨¢n por primera vez una partida espec¨ªfica para la lucha contra la pobreza infantil con el fin de corregir las desigualdades en el acceso a servicios de calidad, entre ellos la vivienda.