Un tribunal rechaza uno de los casos m¨¢s c¨¦lebres del #MeToo en China
La corte decidi¨® que la demandante, Zhou Xiaoxuan, no hab¨ªa probado lo suficiente su denuncia de acoso sexual contra su exjefe, un famoso presentador de la televisi¨®n estatal
Zhou Xiaoxuan era en 2014 una becaria de 21 a?os ilusionada con hacer carrera en la televisi¨®n estatal china, CCTV. Su jefe era el muy conocido presentador Zhu Jun, famoso por haber sido durante a?os la cara de la gala del a?o nuevo lunar en la cadena, el programa m¨¢s visto del mundo con m¨¢s de 700 millones de espectadores. Cuatro a?os m¨¢s tarde, en 2018, ella acabar¨ªa acus¨¢ndole de acoso sexual durante aquella ¨¦poca, en un sonado caso que abrir¨ªa el incipiente debate sobre el #MeToo en China....
Zhou Xiaoxuan era en 2014 una becaria de 21 a?os ilusionada con hacer carrera en la televisi¨®n estatal china, CCTV. Su jefe era el muy conocido presentador Zhu Jun, famoso por haber sido durante a?os la cara de la gala del a?o nuevo lunar en la cadena, el programa m¨¢s visto del mundo con m¨¢s de 700 millones de espectadores. Cuatro a?os m¨¢s tarde, en 2018, ella acabar¨ªa acus¨¢ndole de acoso sexual durante aquella ¨¦poca, en un sonado caso que abrir¨ªa el incipiente debate sobre el #MeToo en China. Esta semana, un tribunal de Pek¨ªn ha denegado la demanda por insuficiencia de pruebas, en un importante rev¨¦s al movimiento despu¨¦s de tres a?os de batallas legales.
En su decisi¨®n, emitida a ¨²ltima hora del martes, el Tribunal Popular del distrito de Haidian, en el noroeste de Pek¨ªn, determin¨® que las pruebas aportadas por Zhou ¨Dtambi¨¦n conocida por su apodo, Xianzi¨D y su equipo legal no demostraban las acusaciones. La joven denunciaba que el presentador la hab¨ªa manoseado y besado a la fuerza cuando le llev¨® una cesta de fruta a su vestuario durante su etapa como becaria. Reclamaba una disculpa p¨²blica y una compensaci¨®n de 50.000 yuanes, unos 6.500 euros.
¡°Las pruebas aportadas por la demandante Zhou son insuficientes para probar sus alegaciones de que el defendido Zhu la acos¨® sexualmente¡±, determin¨® la corte. Tras esta conclusi¨®n, el caso no llegar¨¢ a ser juzgado: en el sistema de derecho civil chino, en general los tribunales solo aceptan una demanda si determinan que los hechos que alega la persona denunciante cuentan con ¡°con un alto grado de probabilidad¡± de ser veraces.
Era la segunda vez que el tribunal se reun¨ªa para decidir si aceptaba el caso, despu¨¦s de que la primera sesi¨®n, en diciembre, congregara a una multitud de mujeres simpatizantes de la joven, hoy de 28 a?os, frente a su sede. La segunda y ¨²ltima, que deb¨ªa haberse celebrado en mayo, se pospuso abruptamente en el ¨²ltimo momento hasta esta semana.
Tras conocerse la sentencia, Zhou ha asegurado que apelar¨¢. Ha denunciado que el tribunal no acept¨® ¡°pruebas determinantes¡± de sus acusaciones, entre ellas la declaraci¨®n como testigo de una psic¨®loga experta en abusos sexuales, el testimonio de sus padres o una grabaci¨®n de v¨ªdeo en el lugar donde se cometi¨® el supuesto acoso.
¡°He agotado todos mis esfuerzos¡±, declar¨® a la salida del tribunal, cercana ya la medianoche. ¡°Siento no haber podido ofrecer un resultado mejor a todo el mundo¡±.
Originalmente, la antigua becaria hab¨ªa demandado a su jefe en 2018 -cuando el movimiento #MeToo comenzaba a destapar casos de acoso sexual en numerosos pa¨ªses occidentales, especialmente en el sector del entretenimiento- por quebrantar ¡°derechos de la personalidad¡±, un concepto que en la legislaci¨®n china se relaciona con los derechos a la integridad f¨ªsica y a la salud. Los abogados de Zhou recurrieron a esta figura dada la ausencia entonces de una norma espec¨ªfica contra el acoso sexual. Pero ese mismo a?o, el Supremo reconoci¨® que ese tipo de abuso pod¨ªa ser causa de demanda, y en 2020 el nuevo C¨®digo Civil chino lo incluy¨® para dar protecci¨®n a las personas supervivientes. Los defensores de la joven solicitaron que el caso se viera bajo esa nueva legislaci¨®n, algo que deneg¨® el tribunal.
Feminismo bajo presi¨®n
La decisi¨®n de la corte de Haidian representa un duro golpe para el movimiento feminista chino, que se ve cada vez m¨¢s bajo presi¨®n. Pese que las j¨®venes est¨¢n cada vez m¨¢s concienciadas sobre la igualdad, en los ¨²ltimos seis a?os algunas de las activistas m¨¢s destacadas se han visto contra las cuerdas; varias ya no viven en China. Ha crecido la censura contra publicaciones de ideolog¨ªa abiertamente feminista; las cuentas en redes sociales de j¨®venes defensoras de la igualdad de derechos se han visto limitadas o bloqueadas temporalmente. La de la propia Zhou en Weibo, el Twitter chino, se encuentra suspendida desde julio y para un a?o por violar las normas de funcionamiento de la popular red social.
El movimiento #MeToo chino hab¨ªa vuelto a la primera plana en agosto, despu¨¦s de que un alto directivo del gigante de la venta electr¨®nica Alibaba fuera detenido como sospechoso de acoso contra una empleada. Tambi¨¦n ese mes, el cantante chino-canadiense Kris Wu fue detenido como sospechoso de violaci¨®n a ra¨ªz de una serie de denuncias en internet.
Pero el directivo ha quedado finalmente en libertad por falta de pruebas. Y la narrativa oficial china en torno a Wu habla de un caso aislado, en el que han pesado nocivas influencias extranjeras. Los casos de acoso sexual siguen rodeados de un fuerte estigma para las supervivientes. No es infrecuente que los acusados demanden, a su vez, a las denunciantes por difamaci¨®n y, si quedan despedidos del trabajo debido a las alegaciones, tampoco es inusual que los tribunales consideren el cese improcedente. Un estudio encabezado por Darius Longarino, de la Facultad de Derecho de Yale, y publicado en el digital The Diplomat, encontr¨® 83 casos relacionados con el abuso sexual en las bases de datos de los tribunales chinos entre 2018 y 2020. De ellos, solo seis eran denuncias de una persona contra su acosador. Los otros 77 fueron querellas del supuesto perpetrador contra quien le denunciaba, o contra la empresa que le hab¨ªa despedido.
¡°Los supervivientes deben probar sus denuncias con un alto grado de probabilidad (entre el 75% y el 85%) para ganar. Esto es muy dif¨ªcil, especialmente porque los tribunales otorgan poca credibilidad al testimonio del denunciante. Si los supervivientes carecen de pruebas ¡®contundentes¡¯, como una grabaci¨®n de v¨ªdeo, lo tienen muy dif¨ªcil. Por otro lado, cuando los supuestos acosadores se querellan por difamaci¨®n, el deber de prueba cambia de lado, y es la persona superviviente quien debe probar sus acusaciones de acoso con un alto grado de probabilidad. En resumen, las ¡®reglas del juego¡¯ desalientan que que las supervivientes denuncien, y favorecen que los supuestos acosadores recurran a los tribunales¡±, explica Longarino en un mensaje electr¨®nico.
Una de estas querellas corresponde al propio Zhu Jun. En 2018 demand¨® por difamaci¨®n a Zhou para reclamarle una compensaci¨®n de 655.000 yuanes (85.400 euros), sin que por el momento se conozca en qu¨¦ situaci¨®n est¨¢ esa demanda.