Golpeado en los tribunales, censurado en las redes, el movimiento Me Too en China promete continuar la lucha por la igualdad
La derrota del caso judicial m¨¢s emblem¨¢tico sobre un presunto acoso pone de relieve las trabas que afronta el activismo por la igualdad
Era casi medianoche cuando Zhou Xiaoxuan, de 28 a?os, sali¨® de la sede del Tribunal Popular del distrito de Haidian, en el noroeste de Pek¨ªn, el martes. En la semioscuridad, con el rostro demacrado, rompi¨® a llorar mientras agarraba un ejemplar del nuevo C¨®digo Civil chino, que desde el diciembre pasado tipifica el acoso sexual como raz¨®n para presentar una querella por parte de la v¨ªctima. ¡°Siento no poder ofrecer un resultado mejor a todo el mundo¡±, declar¨®, con la voz entrecortada, confirmando la derrota de su caso a las pocas decenas de simpatizantes que la hab¨ªan estado esperando durante la jornada de audiencia. El tribunal acababa de desestimar la denuncia de la antigua becaria de la televisi¨®n estatal china contra su exjefe, el famoso presentador Zhu Jun, por tocamientos.
El de Zhou ha sido, quiz¨¢s, el caso judicial m¨¢s emblem¨¢tico en los tres a?os de historia del fr¨¢gil movimiento Me Too en China y sus denuncias contra los abusos sexuales y la discriminaci¨®n, dos problemas a¨²n asiduos en esta sociedad. La derrota en el tribunal, despu¨¦s de tres a?os de batallas legales, obliga ahora al movimiento a plantearse c¨®mo actuar en el futuro, en un clima pol¨ªtico y social donde cada vez se van cerrando m¨¢s los espacios para las protestas coordinadas de grupos civiles.
Aunque cada vez m¨¢s mujeres ¨Despecialmente entre las generaciones m¨¢s j¨®venes¨D son conscientes de los problemas de desigualdad, como en otras sociedades, el acoso y el abuso persisten. El informe anual del World Economic Forum sobre igualdad de g¨¦nero en el mundo sit¨²a a China en el puesto 107? de 156 pa¨ªses, siete puestos por debajo que hace tres a?os. En una encuesta de 2018, cerca del 40% de las mujeres consultadas declaraban haber tenido ese tipo de problemas en el lugar de trabajo.
Xiaohai, trabajadora de un medio estatal, afirma que en las grandes el acoso sexual es ¡°muy com¨²n¡±: ¡°Se suelen organizar comidas para las reci¨¦n contratadas bajo el pretexto de ayudarlas a ¡®familiarizarse con el ambiente de la empresa¡¯. Preguntas de ¨ªndole personal como ¡®?tienes novio?¡¯ o ¡®?hab¨¦is mantenido ya relaciones?¡¯ est¨¢n a la orden del d¨ªa en este tipo de reuniones¡±. Las cenas corporativas, a la que se suman las visitas ¡°voluntarias¡± tras la jornada laboral a karaokes, han proliferado en los ¨²ltimos a?os, con el ascenso econ¨®mico del pa¨ªs. Y tienen un alto componente machista, por priorizar entre las invitadas a las m¨¢s j¨®venes de la oficina para deleite de los jefes.
No es que no haya habido progresos. Cuando en 2018 surgieron las primeras denuncias del Me Too chino, entonces a¨²n muy incipientes, el concepto de acoso sexual no exist¨ªa en la legislaci¨®n. Para acudir a los tribunales, las supervivientes deb¨ªan recurrir a otras figuras t¨¦cnicas, como violaci¨®n del derecho a la integridad f¨ªsica. Pero ese mismo a?o, el Tribunal Supremo reconoci¨® que ese tipo de abuso pod¨ªa ser causa de demanda. Desde diciembre de 2020, el nuevo C¨®digo Civil chino lo recoge para dar protecci¨®n a las v¨ªctimas.
El Me Too chino, tambi¨¦n conocido como Mi Tu (¡°conejo de arroz¡±, que en mandar¨ªn suena de manera similar al original en ingl¨¦s), ve¨ªa en agosto dos casos de claro avance tras producirse sendas denuncias por internet. El primero, cuando la Polic¨ªa detuvo a un ejecutivo del gigante de la electr¨®nica Alibaba como sospechoso de abusar de una subordinada. El segundo, que fue m¨¢s sensacionalista, lleg¨® con el arresto del cantante chino-canadiense Kris Wu como sospechoso de violaci¨®n, a ra¨ªz de que una joven de 19 a?os con muchos seguidores en las redes sociales lo acusara de haber abusado de ella durante una cita.
Pero los triunfos judiciales son a¨²n minoritarios. Las detenciones del ejecutivo de Alibaba y de Wu pueden estar m¨¢s motivadas por los deseos de las autoridades de sentar ejemplo contra dos sectores de la econom¨ªa que ha empezado a regular de manera mucho m¨¢s estricta en el ¨²ltimo a?o: Alibaba se encuentra en el punto de mira por supuestas pr¨¢cticas antimonopolio, el sector del entretenimiento por una fijaci¨®n ¡°t¨®xica¡± con el famoseo.
En un pa¨ªs donde las denuncias por abusos sexuales a¨²n acarrean un fuerte estigma para la denunciante, y donde las posibilidades de que el caso prospere son escasas, las supervivientes apenas optan por recurrir a los tribunales. Un estudio de la Universidad de Yale encontr¨® ¨²nicamente 83 casos relacionados con el abuso o el acoso sexual entre 2018 y 2020. De ellos, 77 eran querellas presentadas por el supuesto acosador contra su v¨ªctima, por difamaci¨®n, o contra la empresa que lo hab¨ªa expulsado, por despido improcedente.
Las dificultades est¨¢n tambi¨¦n fuera de los juzgados, y llegan del propio sistema pol¨ªtico desde que en 2015 fueron detenidas cinco prominentes activistas en favor de los derechos de la mujer, apodadas como ¡°las cinco feministas¡±. La censura de publicaciones hechas en internet o de cuentas de las feministas m¨¢s destacadas en las redes sociales chinas est¨¢ a la orden del d¨ªa.
En abril de este a?o, comentaristas de ideolog¨ªa nacionalista arremet¨ªan contra las activistas m¨¢s c¨¦lebres del movimiento, acus¨¢ndolas de ¡°colaborar con fuerzas extranjeras¡±. Un mes despu¨¦s, los censores cerraban diversos blogs de estudiantes en WeChat ¨Dla principal red social china, casi imprescindible para la vida diaria¨D que defend¨ªan los derechos de la comunidad LGTB y de las mujeres. En junio, Weibo, el Twitter chino, suspend¨ªa durante un a?o la cuenta de Zhou Xiaoxuan por ¡°violaciones de los t¨¦rminos de uso¡±. En agosto otro blog en defensa de los derechos laborales de la mujer, Pepper Tribe, anunciaba su clausura.
Adem¨¢s, este mes, el ejecutivo de Alibaba ha quedado en libertad por falta de pruebas. Su caso y el de Wu se han presentado en los medios estatales como relacionados con los problemas estructurales en sus respectivos sectores de trabajo, sin menci¨®n a los derechos de las mujeres.
Tras la decisi¨®n judicial sobre el caso de Zhou, la reacci¨®n de los medios oficiales ha sido similar. El peri¨®dico Global Times, de ideolog¨ªa nacionalista, publicaba un art¨ªculo de opini¨®n en el que afirmaba que el Me Too es un movimiento importado de Estados Unidos y su ¡°verdadero objetivo en China no es centrarse en oponerse al acoso sexual y promover la igualdad de g¨¦nero. Bajo la guisa de un ¡®movimiento popular basado en romper el silencio¡¯, en realidad es un movimiento para instigar el caos, la divisi¨®n e incluso la subversi¨®n en China¡±.
¡°Muchas mujeres siguen careciendo de voz, un mont¨®n de cuentas siguen desapareciendo, los derechos de las mujeres siguen siendo una ¡®fuerza reaccionaria¡¯¡±, escrib¨ªa en agosto en un blog la activista L¨¹ Pin, fundadora de la cerrada revista Feminist Voices y actualmente residente en EE UU. ¡°El espacio se est¨¢ haciendo m¨¢s y m¨¢s peque?o, y cada vez se pueden hacer menos cosas. ?ltimamente me he preguntado un mont¨®n de veces, ?c¨®mo puede nuestro movimiento continuar? No puedo ver el futuro¡±.
Pero el movimiento feminista chino ha demostrado una y otra vez su resistencia y su ingenio para continuar. La propia L¨¹ apunta a internet como un espacio en el que, aunque el mensaje acabe censurado, antes habr¨¢ llegado a muchas otras mujeres que podr¨¢n reproducirlo. Tras su triste petici¨®n de disculpas a sus simpatizantes, Zhou Xiaoxuan ha prometido apelar y continuar su batalla legal.
Xiaohai, la trabajadora en medios estatales, es optimista. ¡°No creo que el movimiento feminista pierda fuelle. La negativa a llevar a juicio el caso de Zhou Xiaoxuan ha enfadado a muchas mujeres y ha captado mucho inter¨¦s. Cada vez m¨¢s gente se cuestiona este tema y no acepta irreflexivamente lo que cuentan los medios o el Gobierno. La resoluci¨®n no va a frenar el movimiento¡±, sostiene.
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