La Iglesia oculta al encubridor del cura estrella de la m¨²sica de misa acusado de pederastia
Mes y medio despu¨¦s de que trascendieran las denuncias contra Ces¨¢reo Gabar¨¢in por abusos en los a?os sesenta y setenta, ni los maristas ni las di¨®cesis de Madrid y San Sebasti¨¢n revelan qu¨¦ obispo le protegi¨®. Nuevos testimonios elevan a 1 7 las v¨ªctimas
El caso de abusos del sacerdote Ces¨¢reo Gabar¨¢in, el autor m¨¢s famoso de m¨²sica de misa en Espa?a y Latinoam¨¦rica, sigue envuelto en la opacidad. Mes y medio despu¨¦s de las primeras informaciones publicadas por EL PA?S, ni los maristas, ni la di¨®cesis de Madrid, ni la de San Sebasti¨¢n, las instituciones implicadas, aclaran qu¨¦ sucedi¨® y qu¨¦ obispo es el responsable del encubrimiento. Gabar¨¢in, compositor de Pescador de hombres, Juntos como hermanos y otras c¨¦lebres canciones de misa, fue expulsado a finales de 1978 del colegio de los maristas de Chamber¨ª, en Madrid, donde ejerc¨ªa de capell¨¢n, tras la denuncia por abusos de varios alumnos, seg¨²n los testimonios de antiguos escolares del centro. Sin embargo, a los dos meses fue nombrado prelado de Su Santidad por Juan Pablo II, trasladado a otro colegio de Madrid, el de San Fernando, y destinado a una parroquia de la ciudad, en el barrio de Mirasierra, donde fue vicario hasta su fallecimiento en 1991.
Este diario hab¨ªa recabado hasta ahora el testimonio de ocho v¨ªctimas y cuatro testigos que relatan abusos que se prolongaron durante 20 a?os, al menos entre 1959 y 1978, desde que Gabar¨¢in tuvo su primer destino como capell¨¢n en la escuela guipuzcoana de Antzuola hasta que fue expulsado de Chamber¨ª. Los maristas a?aden que, tras las informaciones de este peri¨®dico, han recibido mensajes de siete v¨ªctimas o familiares de v¨ªctimas, lo que elevar¨ªa esta cifra a 15, pues ninguna de ellas est¨¢ entre las aparecidas en medios, seg¨²n las comprobaciones de este diario. Y, en total, son ya 17 con dos nuevos testimonios de exalumnos de Chamber¨ª recogidos por EL PA?S. Uno de ellos, de iniciales J. G. D., recuerda: ¡°Yo deb¨ªa de tener siete u ocho a?os, as¨ª que ser¨ªa el a?o 1966 o 1967. Me lo encontr¨¦ por el pasillo y me dijo que le acompa?ara a su despacho. All¨ª me sent¨® en sus rodillas, empez¨® a abrazarme y me meti¨® la mano por la parte de atr¨¢s del pantal¨®n y empez¨® a tocarme el culo, yo me revolv¨ª como pude y sal¨ª del despacho sin comprender qu¨¦ es lo que estaba pasando. A partir de esa situaci¨®n procuraba evitar encontrarme con ¨¦l en cualquier circunstancia¡±.
Consulta la primera base de datos de pederastia en la Iglesia
Otro exalumno, Leonardo Enr¨ªquez, que estudi¨® en el colegio de 1965 a 1977, relata que ¡°la fama¡± de Gabar¨¢in en este asunto era conocida y que la mayor¨ªa de alumnos le rehu¨ªan por este motivo. ¡°Lo hab¨ªamos normalizado, como que la vida era as¨ª, igual que las palizas. Todo esto sucedi¨® en un entorno de terrorismo educativo. Entraba en los vestuarios a vernos desnudos. Un d¨ªa me llev¨® a su despacho y cuando est¨¢bamos dentro fue a por m¨ª, le empuj¨¦ y salt¨¦ por encima del ¨®rgano, pisando el teclado. Me escap¨¦. Luego llam¨® un d¨ªa a mi casa para invitar a mi hermano peque?o a un viaje a Roma, porque sab¨ªa que en mi casa no hab¨ªa mucho dinero y era una oportunidad ¨²nica, pero mis padres dijeron que no¡±, relata. Con estos nuevos testimonios, el total de los casos de pederastia conocidos en la Iglesia cat¨®lica espa?ola asciende a 358, con 908 v¨ªctimas, seg¨²n la contabilidad de EL PA?S, ante la ausencia de datos oficiales de las autoridades o de la instituci¨®n eclesi¨¢stica, que se niegan a investigarlo. Son diez veces m¨¢s que los registrados hace solo tres a?os, cuando este diario comenz¨® a indagar sobre ello.
¡°Posiblemente hubo una llamada telef¨®nica [al obispo], pero no podemos constatarla¡±
Portavoces de los maristas de la provincia Ib¨¦rica, que incluye Madrid, explican que lo ¨²nico que han averiguado es que ¡°el sacerdote Ces¨¢reo Gabar¨¢in vino de San Sebasti¨¢n¡±. ¡°Hemos contactado con el obispado de San Sebasti¨¢n y el obispado de Madrid. No sabemos a qu¨¦ di¨®cesis pertenec¨ªa, y no tenemos datos ni constancia de que el colegio de Chamber¨ª se comunicara con la di¨®cesis en aquel entonces. Posiblemente hubo una llamada telef¨®nica, pero no podemos constatarla¡±. Detallan que ni los obispados de Madrid ni San Sebasti¨¢n les han dado esa informaci¨®n.
Consultadas por este diario, ambas di¨®cesis tampoco lo revelan. La de San Sebasti¨¢n sostiene que para abrir sus archivos y buscar informaci¨®n relativa a Gabar¨¢in necesita ¡°un requerimiento judicial¡± o que se abra una investigaci¨®n can¨®nica al respecto. ¡°[Gabar¨¢in] muri¨® hace muchos a?os y, desde entonces, se han ordenado aqu¨ª muchos sacerdotes. Conocer si estuvo incardinado aqu¨ª no es f¨¢cil. Lo que s¨ª sabemos es que no nos ha llegado ninguna denuncia de abusos contra ¨¦l¡±, dice una portavoz del obispado guipuzcoano. Por el contrario, la archidi¨®cesis de Madrid no ha tenido problemas en revisar sus archivos y afirma que la ¨²nica referencia que ha encontrado sobre el sacerdote es que en 1979 fue nombrado vicario de la parroquia de Nuestra Se?ora de las Nieves, en Mirasierra. Este obispado asegura que abrir¨¢ una investigaci¨®n propia si cualquier v¨ªctima de este sacerdote se pone en contacto con ellos a trav¨¦s del correo electr¨®nico inforepara@archimadrid.es.
Seg¨²n las reglas can¨®nicas, era responsabilidad de los maristas abrir una investigaci¨®n e informar al obispo de la di¨®cesis a la que pertenec¨ªa Gabar¨¢in, pero a¨²n se desconoce a cu¨¢l estaba adscrito. Era guipuzcoano y se orden¨® en San Sebasti¨¢n, pero en 1966 se traslad¨® a Madrid. En todo caso, los maristas tambi¨¦n estaban obligados a informar al obispo de la capital, donde ocurrieron los hechos, que en ese momento era el cardenal Vicente Enrique y Taranc¨®n, presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola. Adem¨¢s, luego sigui¨® en Madrid en otro colegio y como p¨¢rroco en una iglesia. En San Sebasti¨¢n, el encubrimiento del esc¨¢ndalo coincide en las fechas con un cambio de titular: hasta febrero de 1979 el obispo fue Jacinto Argaya, y luego le sucedi¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Seti¨¦n, que en todo caso hasta entonces era el obispo auxiliar. Los tres prelados han fallecido.
Los maristas explican que a¨²n no han podido averiguar nada concluyente porque la mayor¨ªa de profesores y responsables de la ¨¦poca han fallecido. ¡°Seguimos investigando para esclarecer los hechos ocurridos. Est¨¢ resultando un proceso lento porque la informaci¨®n documental es antigua y ten¨ªan otro proceso de sistematizaci¨®n. Estamos a disposici¨®n de las v¨ªctimas para contarles lo que sabemos relativo a su caso¡±. La congregaci¨®n vuelve a subrayar: ¡°Pedimos perd¨®n a las v¨ªctimas por no haber sido capaces de protegerles, de cuidarles, y por no haber gestionado de manera adecuada esas situaciones. Creemos en su palabra y nos ponemos a su disposici¨®n para todo lo que necesiten¡±. Su correo de contacto es protecciondelmenor@maristasiberica.com. A la pregunta de si se plantean indemnizar a las v¨ªctimas que lo soliciten, simplemente reiteran que se ponen a su disposici¨®n ¡°para todo lo que necesiten¡±. En Catalu?a, los maristas acordaron el a?o pasado indemnizar con 400.000 euros a 25 v¨ªctimas.
El obispado de Madrid, seg¨²n el relato del exalumno y tambi¨¦n v¨ªctima Francisco Javier Garc¨ªa, tambi¨¦n tuvo noticia de los abusos de Gabar¨¢in en 1973 por una queja personal de la madre de un ni?o: ¡°Un d¨ªa, mientras esper¨¢bamos a un compa?ero en la puerta del colegio, nos burl¨¢bamos de su retraso porque se estaba confesando con Ces¨¢reo. Todos sab¨ªamos que era una de las sesiones de sobeteo y empezamos a hablar sobre eso. La madre de este chico estaba detr¨¢s de nosotros, se gir¨® y nos pregunt¨® de qu¨¦ nos re¨ªamos. Todos miramos hacia el suelo y ella entendi¨® que pasaba algo. Subi¨® al despacho de Ces¨¢reo y le pill¨® en la faena. Estaba muy relacionada con el obispado y present¨® su queja. Tampoco se supo nada despu¨¦s¡±.
El colegio de San Fernando, donde recal¨® Gabar¨¢in tras su salida de los maristas, estaba gestionado por los salesianos. No obstante, la congregaci¨®n, consultada por este diario, precisa que justo ese a?o dej¨® de dirigir el colegio. Un portavoz explica que cuando Gabar¨¢in fue trasladado all¨ª, en el curso de 1979-1980, los salesianos abandonaron la instituci¨®n, que pas¨® a la Diputaci¨®n Provincial de Madrid (gobierno provincial madrile?o hasta su desaparici¨®n en 1983). La orden estima que la contrataci¨®n de Gabar¨¢in debi¨® de ser acordada por el mismo colegio p¨²blico, la Delegaci¨®n Provincial de Educaci¨®n y el arzobispo de Madrid, el cardenal Taranc¨®n, tal y como aparece en la norma legislativa vigente de ese a?o sobre contrataci¨®n de profesores de religi¨®n.
El silencio impuesto en Espa?a lleg¨® hasta el Vaticano. Juan Pablo II, que relat¨® c¨®mo en el momento de su elecci¨®n como Pont¨ªfice en 1978 record¨® los versos de Pescador de hombres, muy famosa en Polonia, nombr¨® prelado de Su Santidad a Gabar¨¢in el 21 de marzo de 1979. La pregunta es si alguien le hab¨ªa informado o no de las denuncias contra ¨¦l, al igual que en otros casos de sacerdotes pederastas que han salido a la luz y cuestionan la actitud de Karol Wojtyla con estos delitos. Por ejemplo, el encubrimiento durante d¨¦cadas del fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, o lo que ha revelado hace unos meses el demoledor informe sobre el cardenal estadounidense Theodor McCarrick.
Si conoce alg¨²n caso de abusos sexuales que no haya visto la luz, escr¨ªbanos con su denuncia a abusos@elpais.es
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