El concurso Miss Francia, demandado ante un tribunal laboral por discriminaci¨®n sexista
La asociaci¨®n feminista Osez le F¨¦minisme denuncia ante la justicia un ¡°s¨ªmbolo de todas las imposiciones sobre la apariencia f¨ªsica de la mujer¡±
Los concursos de belleza son objeto, desde hace tiempo, de cr¨ªticas del feminismo por su imposici¨®n de c¨¢nones f¨ªsicos ¡ªy estereotipos sociales¡ª sobre las mujeres y por la cosificaci¨®n que suponen. Pero ?y si encima fueran ilegales por discriminatorios? Ese es el ¨¢ngulo inusual que ha asumido Osez le F¨¦minisme al presentar una demanda ante un tribunal laboral de Par¨ªs contra la productora Endemol Production, que durante a?os ha estado detr¨¢s del concurso Miss Francia y a la que la asociaci¨®n feminista francesa acusa de no reconocer una relaci¨®n laboral con las misses.
Apoyando a tres demandantes que desean permanecer en el anonimato, Osez le F¨¦minisme afirma que la empresa, una filial del gigante audiovisual franc¨¦s Banijay y due?a hasta este a?o de la marca Miss France y de todas las filiales regionales, ¡°explota a las mujeres, que repiten e interpretan cada a?o un espect¨¢culo sexista, discriminatorio y lucrativo, generando millones de euros de beneficios, y todo ello violando el derecho laboral¡± que proh¨ªbe la discriminaci¨®n de un candidato a un puesto por su aspecto f¨ªsico, edad u origen, entre otros.
¡°Nuestro objetivo es que la productora afronte sus responsabilidades y corrija un reglamento profundamente sexista y retr¨®grado. Y que respete el derecho laboral¡± porque hoy en d¨ªa ¡°las candidatas est¨¢n explotadas, la sociedad saca enormes beneficios, pero no reconoce la relaci¨®n laboral y adem¨¢s discrimina¡±, explica por tel¨¦fono la portavoz de Osez le F¨¦minisme, Alyssa Ahrabare.
La demanda, presentada el pasado viernes ante un tribunal laboral parisiense, pero que se ha dado a conocer esta semana, se produce justo cuando el concurso Miss France, que celebrar¨¢ su gran final el 11 de diciembre, ha cambiado de manos y de directiva.
La presidenta de la nueva sociedad Miss France, Alexia Laroche-Joubert, antigua productora de varios programas franceses de telerrealidad muy populares, ha manifestado este martes su ¡°hartazgo¡± por los ataques a lo que considera un ¡°ascensor social¡± m¨¢s para las mujeres.
¡°No puedo m¨¢s con la culpabilizaci¨®n de las mujeres j¨®venes que, por elecci¨®n propia, participan en el programa¡±, declar¨® en la emisora France Info. ¡°Creo que es totalmente arcaico no considerar que las mujeres pueden decidir qu¨¦ hacer con su vida, y m¨¢s cuando vemos en qu¨¦ se convierten las misses de Francia: son directivas de empresas, actrices, influentes, son mujeres independientes que se ganan la vida, mujeres que se asumen¡±, reivindic¨® sobre un concurso que considera ¡°feminista¡±, aunque reconoci¨® que tiene algunas normas ¡°obsoletas¡±, como la cl¨¢usula que requiere que las participantes no tengan hijos y est¨¦n solteras.
Reglas arcaicas
Este es uno de los puntos que tambi¨¦n ha criticado duramente el Alto Consejo para la Igualdad. En su informe del a?o pasado, la instituci¨®n independiente que asesora al Gobierno calific¨® el concurso de Miss Francia de ¡°caricatura arcaica¡± sobre ¡°el lugar de la mujer en la sociedad¡±. Es un programa que ¡°normaliza a la mujer objeto¡± y que, con consideraciones como que tener hijos no es compatible con una carrera que requiere m¨²ltiples viajes, demuestra un ¡°sexismo que confina a las mujeres en el papel de madre ama de casa¡±.
Osez le F¨¦minisme ataca a un concurso como Miss Francia porque ¡°es un s¨ªmbolo que representa todas las imposiciones sobre la apariencia p¨²blica de las mujeres¡±, coincide Ahrabare. Y porque, pese a que este tipo de programas est¨¢ en decadencia en algunos pa¨ªses, su impacto social todav¨ªa es fuerte, especialmente en Francia. La emisi¨®n de la final del a?o pasado fue seguida por 8,6 millones de espectadores, una cuota de pantalla de 41,5%, su mejor resultado desde 2006. Aunque probablemente la pandemia y la limitaci¨®n de opciones de ocio que supuso ¡ªen diciembre se manten¨ªa en Francia el toque de queda y cines, teatros, bares y restaurantes permanec¨ªan cerrados¡ª impuls¨® el programa, este sigue siendo ¡°un concurso muy seguido¡±, recuerda Ahrabare. La edici¨®n para elegir a Miss 2020 fue seguida por 6,87 millones de espectadores y la de 2019, por 7,3 millones.
El proceso ¡ªsi es que el tribunal acepta la demanda¡ª va para largo, al menos un a?o, estima Osez le F¨¦minisme. Una de las claves estriba en si los jueces aceptan la premisa de la organizaci¨®n feminista acerca de que Miss Francia no es un concurso, sino un espect¨¢culo, y que por tanto las participantes ¡°realizan una prestaci¨®n de trabajo¡± y tienen garantizado el no ser discriminadas por su ¡°origen, sexo, situaci¨®n familiar o apariencia f¨ªsica¡±, entre otros, seg¨²n marca la ley. Cuestiones que las feministas consideran que viola el concurso, que entre otros exige como requisitos medir al menos 1,70 metros ¡°sin tacones¡±, no tener tatuajes o piercings, ¡°no estar casada¡± ni tener pareja de hecho, tampoco hijos, adem¨¢s de no haber participado en sesiones fotogr¨¢ficas u otros actos ¡°contrarios a las buenas costumbres (¡) basadas especialmente en valores ¨¦ticos como la elegancia¡±.
Para la presidenta de Miss France, Laroche-Joubert, se trata sin embargo de un ¡°concurso¡± y por ello ¡°no se rige por el derecho laboral¡±. ¡°Hablamos de un concurso (¡), el trabajo es otra cosa, tienes un empleador, horarios, etc¨¦tera. Esto son concursos regionales y se tiene la opci¨®n de presentarse o no. No son contratos de trabajo, se llama concurso, hace 100 a?os que celebramos concursos de belleza, son anteriores incluso a sus emisiones por televisi¨®n¡±, insisti¨®.
Osez le F¨¦minisme afirma lo contrario y dice basarse para ello en la descripci¨®n de la propia productora, que habla de ¡°espect¨¢culo¡± y de ¡°animadoras de una revista¡± (cabareteras) para describir su programa. Las feministas recuerdan adem¨¢s una decisi¨®n del Tribunal Supremo en 2013 respecto al concurso Mister France, la versi¨®n masculina del m¨¢s popular Miss France, en la que estableci¨® que ¡°el contrato de participante¡± firmado por el demandante y la sociedad televisiva que produjo el concurso ¡°es un contrato de trabajo asalariado¡±.
¡°No hay argumento v¨¢lido alguno que se oponga a que el espect¨¢culo Miss Francia no sea tambi¨¦n sometido a las mismas reglas¡±, argumentan las feministas, que reclaman en su demanda que Endemol Production ¡°suprima de su reglamento todas las cl¨¢usulas sexistas, pague a las mujeres y deje de practicar la discriminaci¨®n¡±. Y que, de paso, la televisi¨®n ¡°deje de ser el reflejo de una sociedad sexista que promueve la cultura de la violaci¨®n y de la mujer objeto¡±.
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