¡°Si se observa en un hospital que todos son objetores a la eutanasia, se indagar¨¢ el porqu¨¦¡±
El presidente de la Comisi¨®n de Garant¨ªas y Evaluaci¨®n de la ley de la eutanasia en Catalu?a, Albert Tuca, admite que hay un ¡°ritmo intenso¡± de solicitudes para pedir la prestaci¨®n de ayuda para morir
Hace casi seis meses que la ley de la eutanasia entr¨® en vigor en Espa?a y ya se han tramitado las primeras prestaciones de ayuda para morir. Catalu?a es una de las comunidades que m¨¢s solicitudes ha recibido, sostiene Albert Tuca (Barcelona, 64 a?os), presidente de la Comisi¨®n de Garant¨ªas y Evaluaci¨®n de la ley de la eutanasia en esta autonom¨ªa. No da cifras, pero asegura qu...
Hace casi seis meses que la ley de la eutanasia entr¨® en vigor en Espa?a y ya se han tramitado las primeras prestaciones de ayuda para morir. Catalu?a es una de las comunidades que m¨¢s solicitudes ha recibido, sostiene Albert Tuca (Barcelona, 64 a?os), presidente de la Comisi¨®n de Garant¨ªas y Evaluaci¨®n de la ley de la eutanasia en esta autonom¨ªa. No da cifras, pero asegura que m¨¢s de las que ¨¦l esperaba. Tampoco un aluvi¨®n, matiza.
El circuito asistencial rueda ya con m¨¢s agilidad y los profesionales se van curtiendo en la operativa de la ley, asegura Tuca, aunque ¡°a velocidades diferentes¡± entre las comunidades. Madrid y Andaluc¨ªa aprobaron hace unas semanas sus comisiones de garant¨ªas, el organismo imprescindible para aterrizar la ley porque tiene la ¨²ltima palabra en la validaci¨®n de las solicitudes.
Pregunta. ?Vuelve a pesar el c¨®digo postal tambi¨¦n para esta prestaci¨®n?
Respuesta. Probablemente, s¨ª, pero ser¨ªa una especulaci¨®n por mi parte, porque no tengo razones objetivas para explicar por qu¨¦ en unas zonas se va m¨¢s r¨¢pido que en otras. En cualquier caso, en este momento est¨¢n en marcha las directrices y el esp¨ªritu de los departamentos de salud de las comunidades es dar una respuesta ¨¢gil, efectiva y segura a todas las personas que solicitan la ayuda para morir.
P. ?Cu¨¢ntas peticiones se han tramitado en Catalu?a?
R. No lo puedo decir. No es una actitud herm¨¦tica ni misteriosa ni oscura. Todo lo contrario. Se ha llegado a un pacto de no hablar de n¨²meros hasta tener una casu¨ªstica suficiente para hacer una evaluaci¨®n p¨²blica de forma serena y tranquila. Tenemos el deber de preservar la intimidad del proceso individual y tambi¨¦n del proceso social. Es una situaci¨®n donde hay posiciones divergentes y en este momento no era conveniente tener voces que digan que son demasiadas o demasiadas pocas.
P. En este tiempo que lleva la ley en vigor, ?lo que est¨¢n viendo es lo que se esperaban?
R. Est¨¢bamos en un terreno desconocido. Es una impresi¨®n personal, pero yo dir¨ªa que ha habido m¨¢s de las que yo me esperaba. Inicialmente, uno lo que piensa es que hay muchas personas que en los ¨²ltimos meses conociendo la ley estaban esperando a que entrase en vigor para solicitarla. Pero, ha pasado esa primera ola y hay un ritmo intenso. No puedo decir el n¨²mero, pero es un ritmo intenso. No es exagerado, pero tampoco es poco. Al menos, en Catalu?a. No ser¨¢ una situaci¨®n anecd¨®tica, pero no estamos al nivel de B¨¦lgica o Pa¨ªses Bajos [en este pa¨ªs fueron el 4,1% de las muertes, 7.000 casos].
P. ?C¨®mo est¨¢n respondiendo los profesionales sanitarios?
R. Tengo dos informaciones: de mi entorno sanitario y de la comisi¨®n de garant¨ªas. Del primero, ninguna dificultad, todas las facilidades, inter¨¦s y compromiso. Y en la comisi¨®n solo tengo informaci¨®n de las personas que han solicitado ayuda para morir y tienen un proceso cuidadoso y f¨¢cil. No tengo noticias de que haya ning¨²n caso en el que haya habido problemas o barreras.
P. ?Puede pasar como la ley del aborto que el nivel de objeci¨®n ponga en peligro la prestaci¨®n del servicio dentro de la red p¨²blica?
R. Creo que no. La ley est¨¢ armada sobre esto. La objeci¨®n de conciencia no se admite como colectivo, ni se admite una objeci¨®n en cascada. Si se observa en un hospital que todas las personas son objetoras, se indagar¨¢ el porqu¨¦. Un centro no puede declararse objetor y una sociedad profesional tampoco. Ni pueden insinuarlo.
P. ?Qu¨¦ significa que se indagar¨¢?
R. No es una investigaci¨®n policial. Es interesarse y ver qu¨¦ est¨¢ ocurriendo. Puede ser fruto de la casualidad, pero ser¨ªa muy llamativo que en un centro hospitalario el 100% se declarara objetor. Simplemente, la investigaci¨®n es preguntar, no es una persecuci¨®n ni tiene una responsabilidad civil.
La eutanasia no debe entenderse como una alternativa al suicidio¡±.
P. El Comit¨¦ de Bio¨¦tica de Espa?a s¨ª que planteaba en un informe la posibilidad de hacer una objeci¨®n institucional.
R. El Comit¨¦ de Bio¨¦tica de Espa?a no es vinculante y me parece, adem¨¢s, muy aventurado por su parte. La bio¨¦tica, por definici¨®n, ha de ser laica, global, social, posibilista y pluralista. Pensar que un comit¨¦ de bio¨¦tica diga que un colectivo o un recurso sanitario pueda declararse objetor va en contra de todos estos principios, por muy comit¨¦ de bio¨¦tica que sea. Ser¨ªa muy raro que el 100% se declarara objetor. Eso no es admisible ¨¦ticamente, aunque, a lo mejor, lo sea legalmente.
Otra cosa es que una organizaci¨®n sanitaria pueda desvincularse de la atenci¨®n p¨²blica de salud porque tiene una objeci¨®n de conciencia frente a una prestaci¨®n que debe incluir la cartera de servicios. Aqu¨ª no entro ni salgo. Pero la ley dice que no es opcional: es un derecho del ciudadano y todos los servicios p¨²blicos tienen el deber de incluirlo en su cartera de servicios. Quien aspire a dar servicio p¨²blico de salud, lo debe incluir.
P. Las entidades sociales denunciaban la falta de formaci¨®n e informaci¨®n de los profesionales. ?La profesi¨®n m¨¦dica estaba preparada para asumir este salto?
R. Creo que s¨ª, pero como cualquier otro procedimiento, requiere un m¨ªnimo de formaci¨®n y entrenamiento. El problema fundamental est¨¢ en un tema muy garantista, que es una documentaci¨®n administrativa muy rigurosa, con plazos muy herm¨¦ticos y seguimiento obligatorio, y esto cambia las agendas de los profesionales de una forma radical. Por otro lado, est¨¢ el entrenamiento sobre el proceso deliberativo, los m¨¦dicos estamos muy acostumbrados a valorar los hechos, la realidad f¨¢ctica, la enfermedad, las expectativas en el tratamiento¡ y no tanto a sopesar el valor que otorgan las personas a lo que les ocurre y a valorar la intensidad del sufrimiento.
P. La ley dejaba muchas inc¨®gnitas, como afrontar los casos de personas con problemas de salud mental. ?C¨®mo sabes si ese deseo de ayuda para morir no est¨¢ condicionado por la enfermedad?
R. La salud mental es un tema pendiente. Muchas veces el origen de la petici¨®n de avanzar la muerte es la propia enfermedad, no las consecuencias de la enfermedad. Son personas que no tienen deterioro funcional u otros s¨ªntomas, , sino simplemente, y nada menos, que no desear continuar viviendo. Eso es un motivo de discusi¨®n muy intenso que tenemos que aprender a abordar.
La eutanasia no debe entenderse como una alternativa al suicidio. Puede haber situaciones de salud mental donde las expectativas de respuesta al tratamiento sean nulas, el impacto de la propia enfermedad provoque una alt¨ªsima dependencia y el sufrimiento f¨ªsico y ps¨ªquico sea muy importante. Ah¨ª los psiquiatras nos ayudar¨¢n con esto. Pero hay otros casos en lo que, como el motivo de su enfermedad es su deseo de dejar de vivir, es dif¨ªcil contemplarlo como un contexto eutan¨¢sico.
P. ?Pero c¨®mo se resuelve?
R. No est¨¢ resuelto. Tenemos que trabajar mucho para esto. Probablemente se tendr¨¢ que hacer un anexo, una ley diferente. No podemos confundir una cosa con la otra: Un sufrimiento ps¨ªquico que no provoque un sufrimiento f¨ªsico ni un deterioro o amenaza de muerte ¡ªque no sea por suicidio¡ª y que sea reversible con el tratamiento, no es contexto eutan¨¢sico por mucho que la autonom¨ªa del paciente sea esa. La ley, hoy por hoy, no da respuesta ni creo que d¨¦ respuesta tal y como est¨¢ formulada. Y eso no quiere decir que en el futuro no se puedan hacer anexos, revisiones.
P. Otra cuesti¨®n que se qued¨® en el aire es qu¨¦ es un padecimiento grave o sufrimiento intolerable para acceder a la prestaci¨®n. ?C¨®mo se mide?
R. El padecimiento grave se mide. Lo que no se mide es el sufrimiento, porque es subjetivo e individual. Es una experiencia vital ¨ªntegra ¡ªf¨ªsica, psicol¨®gica y existencial¡ª. El valor que otorga una persona a lo que le ocurre es dif¨ªcil de evaluar.
P. ?Y c¨®mo lo hacen?
R. No cuestion¨¢ndolo. Si una persona es competente, tiene informaci¨®n sobre la enfermedad y el pron¨®stico, no tiene presi¨®n externa y es capaz de organizar el discurso de forma consistente, organizada y reiterada en el tiempo, hemos de entender que eso es intensidad del sufrimiento.
P. Como presidente de la comisi¨®n, ?qu¨¦ ha sido lo m¨¢s dif¨ªcil de abordar?
R. Ha habido problemas de gesti¨®n documental, de ayuda a los profesionales¡ Tambi¨¦n cuando un dictamen es desfavorable, te sientes mal y piensas: a ver si me estoy equivocando. Da m¨¢s inquietud el desfavorable que el favorable.
Ha habido m¨¢s peticiones de eutanasia de las que yo me esperaba. No puedo decir el n¨²mero, pero es un ritmo intenso. No es exagerado, pero tampoco es poco¡±.
P. ?Esta ley puede generar discriminaci¨®n entre los profesionales por tomar una u otra posici¨®n?
R. Espero que no. La decisi¨®n de objeci¨®n es individual, pero el llamamiento a las organizaciones sanitarias a facilitar el trabajo de los profesionales es m¨¢ximo y tambi¨¦n el de preservar el derecho de objeci¨®n. Ese m¨¦dico objetor lo es de conciencia para lo que hace como profesional, pero su responsabilidad frente a la instituci¨®n y al solicitante es asegurar dar respuesta a esto. No abandona al paciente.
P. ?El sistema de salud est¨¢ preparado para desplegar esta norma?
R. Tiene dificultades, pero est¨¢ preparado. Las organizaciones sanitarias han de facilitar la gesti¨®n del trabajo para dar respuesta prioritaria al solicitante porque hay unos plazos que cumplir, pero tambi¨¦n deber¨¢n responder a otros pacientes que dejen de atenderse por dar prioridad a los que solicitan una eutanasia. Tiene que ajustarse y somos capaces. La dificultad est¨¢ en que el sistema sanitario est¨¢ tensionado.