La avalancha de contagios por la variante ¨®micron y el avance de la tercera dosis disparan la inmunidad entre la poblaci¨®n
Los expertos auguran un enero complicado para Espa?a antes de que la protecci¨®n adquirida empiece a dejar atr¨¢s lo peor de la sexta ola de coronavirus
El inicio del nuevo a?o ser¨¢ complicado para Espa?a. Crecer¨¢ el n¨²mero de enfermos graves y fallecidos. La variante ¨®micron apretar¨¢ al sistema sanitario. Las plantillas quedar¨¢n diezmadas por la catarata de contagios. Y m¨¢s de un mill¨®n de personas pasar¨¢n los primeros d¨ªas de 2022 aislados tras haber dado positivo en las ¨²ltimas fechas. Pasado el golpe, sin embargo, la inmunidad alcanzada por buena parte de la poblaci¨®n despu¨¦s de haber superado la infecci¨®n o gracias a la tercera dosis augura un futuro m¨¢s esperanzador. Algunas previsiones, muy preliminares, apuntan a que el pico de la sexta ola podr¨ªa alcanzarse durante la segunda semana de enero y, aunque ya son pocos los que aspiran a alcanzar la anhelada inmunidad de grupo con un virus que no deja de dar sorpresas, muchos s¨ª auguran un escenario con menos infecciones y casos m¨¢s leves, salvo para los grupos de m¨¢s riesgo y aquellos que sigan sin vacunarse.
Quique Bassat, epidemi¨®logo e investigador ICREA en el instituto ISGlobal de Barcelona, considera que el impacto de esta ola ¡°sumado al avance de la dosis de recuerdo¡± tendr¨¢ una importante repercusi¨®n en la inmunidad de la poblaci¨®n. Sobre todo, si se tiene en cuanta que ¡°buena parte¡± de los contagios se est¨¢n produciendo en personas que todav¨ªa no hab¨ªan completado o iniciado las pautas recomendadas. ¡°Saldremos m¨¢s fuertes, aunque antes nos esperan unas semanas duras. El margen para que los contagios sigan creciendo ya no es tan alto, pero despu¨¦s de alcanzar el pico la presi¨®n sobre el sistema se mantendr¨¢ fuerte durante dos semanas¡±, resume Bassat.
Seg¨²n los ¨²ltimos datos del Ministerio de Sanidad, m¨¢s de un mill¨®n de personas se han contagiado en Espa?a desde el 13 de diciembre, la mitad de ellos en la ¨²ltima semana del a?o. Una tendencia al alza que se espera que siga bastantes d¨ªas m¨¢s por encima de los 100.000 positivos diarios. A la inmunidad desarrollada de forma natural hay que sumar la lograda gracias a las dosis de recuerdo que ya han recibido casi 13 millones de ciudadanos. Entre ellos, adem¨¢s del personal sanitario, est¨¢n la pr¨¢ctica totalidad de los inmunodeprimidos, el 88% de los mayores de 70 a?os y el 75% de los sexagenarios. Unos datos que no son considerados malos por los expertos ¡ªest¨¢n en la media de la Uni¨®n Europea¡ª, pero que no sit¨²an a Espa?a en la cabeza de los pa¨ªses del continente, como s¨ª ha ocurrido durante el resto de la campa?a.
La importancia del tercer pinchazo radica en que los estudios realizados hasta la fecha muestran que la protecci¨®n ofrecida por las dos primeras dosis de las vacunas de ARN mensajero (la de Pfizer-BioNTech y la de Moderna) empieza a descender a partir del cuarto mes, antes en las que utilizan un vector adenoviral (AstraZeneca y Janssen). Miguel Hern¨¢n, catedr¨¢tico en epidemiolog¨ªa de la Universidad de Harvard, ha estudiado este efecto en los pa¨ªses que antes empezaron las campa?as de inmunizaci¨®n, como Estados Unidos, Israel y Reino Unido.
Reducir el riesgo
¡°No solo disminuye la protecci¨®n contra la enfermedad sintom¨¢tica, sino tambi¨¦n contra la hospitalizaci¨®n. Nuestros estudios muestran que la dosis de recuerdo reduce el riesgo de enfermedad grave en todos los grupos de edad. En un contexto de alta incidencia, ser¨ªa importante acortar el intervalo entre la segunda y la tercera dosis, como ya han hecho otros pa¨ªses¡±, explica.
Espa?a sigue administrando la dosis de recuerdo a los seis meses del segundo pinchazo, aunque los expertos de la Ponencia de Vacunas est¨¢n estudiando reducir este tiempo a tres e incluso dos meses. ¡°Los estudios disponibles muestran que es seguro hacerlo y que provoca una fuerte respuesta inmunitaria que protege al organismo frente al virus¡±, explican fuentes de este ¨®rgano asesor del Gobierno y las comunidades.
Santiago Moreno, jefe de enfermedades infecciosas del Hospital Ram¨®n y Cajal de Madrid, coincide en que hubiera sido mejor avanzar la administraci¨®n de la dosis de recuerdo y piensa que quiz¨¢ no se ha transmitido bien el mensaje sobre los beneficios y la seguridad de este pinchazo. Lo ilustra con un ejemplo: ¡°He conocido el caso de una persona que convive con otra que sufre un linfoma y que a los cinco meses no se hab¨ªa puesto la tercera dosis por miedo a que no fuera seguro. No hay peligro en vacunarse pronto, s¨ª lo es no hacerlo cuando caen las defensas¡±, afirma.
Am¨®s Garc¨ªa, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Vacunolog¨ªa, defiende que la estrategia de vacunaci¨®n se ha adaptado a la evidencia cient¨ªfica. ¡°Primero se siguieron dos criterios b¨¢sicos: aumentar la protecci¨®n de los inmunodeprimidos y mantener la de los mayores de 60 a?os. Y luego, para la administraci¨®n de la tercera dosis en poblaci¨®n sana y m¨¢s joven, se ha ido haciendo a medida que se consolidaba la evidencia. Como escribi¨® Mario Benedetti: ¡®Cuando ten¨ªamos todas las respuestas nos cambiaron las preguntas¡¯. Estamos en un escenario de gran incertidumbre y el papel de la ciencia es ir elimin¨¢ndola cuando aumentan las certezas¡±.
Diferencias auton¨®micas
En su avance en Espa?a, la campa?a de las terceras dosis muestra diferencias relevantes entre comunidades. Aunque estas son menores entre los mayores de 70 a?os (todas superan el 80% de la poblaci¨®n diana), algunas como Baleares est¨¢n hasta 15 puntos por debajo de la media nacional entre los sexagenarios, que es del 75%. El Gobierno balear considera que esto se debe a una suma de factores: una mayor reticencia entre la poblaci¨®n, que ha llevado a algunas personas a rechazar la tercera dosis; la irrupci¨®n de la variante ¨®micron, que impide vacunarse a los ahora contagiados; y la estrategia seguida hasta la fecha, que prioriza a los grupos vulnerables y mayores. Para dar un impulso al proceso, Baleares abrir¨¢ una veintena de l¨ªneas de vacunaci¨®n y, adem¨¢s, ha solicitado la incorporaci¨®n de 10 de los 150 equipos m¨®viles que el Ej¨¦rcito ha ofrecido a todas las comunidades.
Otras regiones atrasadas, como Canarias, ya han puesto en marcha medidas de captaci¨®n activa y personalizada, adem¨¢s de mantener accesibles los puntos de vacunaci¨®n masiva sin cita todos los d¨ªas del a?o, incluidos Navidad y A?o Nuevo.
En el grupo de edad de 50 a 59 a?os, la comunidad con menos dosis de recuerdo administradas es Andaluc¨ªa, con un 13%, 15 puntos menos que la media del pa¨ªs. La diferencia asciende a 17 puntos entre aquellos que recibieron la vacuna monodosis de Janssen. En el primer caso, la Junta atribuye el menor porcentaje a que sigue una estrategia descendente por edad y hasta el momento solo ha abierto la vacunaci¨®n a partir de los 58 a?os. En el segundo, Andaluc¨ªa destin¨® el suero de un solo pinchazo a colectivos como personas sin hogar, estudiantes de Erasmus que se marchaban del pa¨ªs, temporeros y marineros, lo que en algunos casos est¨¢ dificultando localizarlos ahora.
El porcentaje de cuarenta?eros que han recibido la dosis de recuerdo en toda Espa?a es a¨²n reducido y apenas supera el 16%.
La vacunaci¨®n de los ni?os de 5 a 11 a?os, iniciada el pasado 15 de diciembre, ha sido la ¨²ltima baza para poner coto a la pandemia. El 27% de los 3,35 millones de menores de esta edad ya han recibido la primera dosis, que debe separarse ocho semanas de la segunda. Al no estar inmunizado, este es uno de los grupos que m¨¢s se est¨¢n contagiando en la actual ola, con una incidencia que supera los 4.400 casos por 100.000 habitantes en los ¨²ltimos 14 d¨ªas en comunidades como Navarra (uno de cada 23 ni?os). Como en anteriores oleadas, la pr¨¢ctica totalidad de los menores sanos pasan la infecci¨®n de forma muy leve e incluso asintom¨¢tica.
Los ni?os que se contagien ahora y no hayan recibido ninguna dosis completar¨¢n la pauta con un solo pinchazo a las cuatro semanas del diagn¨®stico de la infecci¨®n o inicio de los s¨ªntomas. Aquellos que hayan recibido uno deber¨¢n esperar ese mismo plazo de tiempo para la segunda dosis, manteniendo cuando sea posible el intervalo de ocho semanas entre los dos pinchazos.
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