Bolivia presiona a la poblaci¨®n a vacunarse ante la resistencia de sectores ind¨ªgenas y las iglesias evang¨¦licas
El pa¨ªs andino impone la presentaci¨®n de un carnet de inmunizaci¨®n o una prueba PCR para realizar actividades p¨²blicas en medio de una cuarta ola de contagios
Bolivia rompe r¨¦cords de vacunaci¨®n diaria desde que el Gobierno orden¨® que se exigiera a los habitantes estar inmunizados o contar con un test negativo reciente si quieren viajar, realizar tr¨¢mites bancarios e incluso hacer compras en los supermercados. La vacunaci¨®n no es obligatoria, pero por el costo y la dificultad de obtenci¨®n de una prueba PCR (que es la ¨²nica v¨¢lida), en los hechos los bolivianos necesitan tener un carnet de inmunizaci¨®n pa...
Bolivia rompe r¨¦cords de vacunaci¨®n diaria desde que el Gobierno orden¨® que se exigiera a los habitantes estar inmunizados o contar con un test negativo reciente si quieren viajar, realizar tr¨¢mites bancarios e incluso hacer compras en los supermercados. La vacunaci¨®n no es obligatoria, pero por el costo y la dificultad de obtenci¨®n de una prueba PCR (que es la ¨²nica v¨¢lida), en los hechos los bolivianos necesitan tener un carnet de inmunizaci¨®n para vivir su d¨ªa a d¨ªa. Esta exigencia ha generado el rechazo de las iglesias evang¨¦licas, que han iniciado procesos penales por lo que consideran una violaci¨®n de las libertades garantizadas por las leyes nacionales.
Bolivia est¨¢ en el pico de una nueva ola de contagios, la cuarta para el pa¨ªs, cuyo epicentro se encuentra, como ha ocurrido continuamente, en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. El pa¨ªs registra 77.646 contagios y 516 muertes en los ¨²ltimos 28 d¨ªas, seg¨²n la universidad Johns Hopkins. Los casos diarios son m¨¢s numerosos que los que se registraban en las anteriores olas, pero la mortalidad ha bajado en relaci¨®n con ellas, del 6% y, luego del 2%, al 0,7% actual. Como no existe confirmaci¨®n oficial de que la variante ?micron del virus haya llegado al pa¨ªs, se supone que esta ca¨ªda se debi¨® al progresivo crecimiento de la poblaci¨®n vacunada.
La proporci¨®n de bolivianos inmunizados, sin embargo, es comparativamente baja. Seg¨²n el registro de la organizaci¨®n Our World in Data, el 49% de la poblaci¨®n ha recibido una dosis y el 40%, dos. Solo el 5% cuenta hasta ahora con la tercera dosis de refuerzo. Estas cifras ponen a Bolivia en los ¨²ltimos lugares de la lista de pa¨ªses sudamericanos.
El Gobierno ha logrado comprar las vacunas que se necesitan para toda la poblaci¨®n, as¨ª que las causas del rezago residen en la log¨ªstica de la distribuci¨®n y, sobre todo, en la negligencia de los ciudadanos o, en ciertas zonas y segmentos, en su resistencia por razones culturales y religiosas. Esta se ha presentado sobre todo en el occidente del territorio, en las ¨¢reas rurales y dentro de los grupos que se autoidentifican como ind¨ªgenas. No existen estudios sobre las causas de su rechazo a la vacunaci¨®n, pero se debe tomar en cuenta que las iglesias evang¨¦licas tienen una fuerte influencia en estos sectores.
¡°Las iglesias evang¨¦licas han determinado no acatar ning¨²n decreto que, bajo amenaza de perder la libertad¡ proh¨ªba el ingreso a lugares p¨²blicos y privados si no se porta el carnet de vacunaci¨®n¡±, declar¨® a la prensa el presidente del Consejo Nacional Cristiano de Bolivia, Luis Aruquipa. El Consejo present¨® una demanda constitucional en contra de esta norma, que el ministro de Justicia, Iv¨¢n Lima, no solo consider¨® infundada, sino que respondi¨® con una amenaza de enjuiciar a los l¨ªderes religiosos por atentar contra la salud general. ¡°No hay por qu¨¦ confundir a la poblaci¨®n, estos grupos se enfrentan a vacunaciones tan exitosas como las de 75.000 personas el d¨ªa de ayer [3 de enero]; la mayor¨ªa del pueblo boliviano quiere salud, que su familia sea resguardada y que no tengamos muertes innecesarias¡±, afirm¨®. Los evang¨¦licos reconocieron que son la minor¨ªa, pero exigieron que se respete su derecho a serlo.
Pese a que la polarizaci¨®n pol¨ªtica es la t¨®nica de la mayor¨ªa de los debates p¨²blicos bolivianos, en este caso la oposici¨®n no ha apoyado las cr¨ªticas religiosas al Gobierno. En cambio, se han sumado a ellas sindicatos campesinos de la zona aimara que son parte del oficialismo. El l¨ªder natural de estas organizaciones es el vicepresidente David Choquehuanca, quien no se hab¨ªa vacunado, pero lo hizo el mismo d¨ªa en que entr¨® en vigencia el decreto que establece la semi-obligatoriedad de la inmunizaci¨®n. Antes de recibir la inyecci¨®n, unos chamanes lo sahumaron y lo cubrieron con p¨¦talos de flores, para encomendarlo a los dioses originarios. Igual que otros l¨ªderes aymaras, Choquehuanca fue formado por las iglesias protestantes que son fuertes en la regi¨®n del lago Titicaca, de donde el vicepresidente proviene. La iglesia metodista ha apoyado p¨²blicamente la campa?a de vacunaci¨®n; algunos voceros de la Iglesia Cat¨®lica, tradicional en Bolivia, tambi¨¦n lo han hecho. ¡°Es un sacrificio por la salud del pr¨®jimo¡±, dijo uno de ellos.
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