¡°?Por qu¨¦ una comisi¨®n en Espa?a? Si la Iglesia no cumple con su deber, ser¨¢n otros quienes lo hagan¡±
Hans Zollner, experto en prevenci¨®n de abusos y miembro del grupo creado por el Papa para investigar este tema, cree que la Iglesia espa?ola debe impulsar un comit¨¦ independiente
Hans Zollner (Regensburg, 55 a?os) es la voz y el rostro del esquema te¨®rico que el papa Francisco quiere aplicar a la lucha contra los abusos a menores en la Iglesia. El jesuita alem¨¢n es uno de los m¨¢ximos expertos mundiales en esta materia y es un hombre de la m¨¢xima confianza del Papa en este asunto. Es psic¨®logo, presidente del Instituto de Antropolog¨ªa para Estudios Interdisciplinares sobre la Dignidad Humana y el Cuidado de la Universidad Gregoriana y tambi¨¦n es hoy miembro de ...
Hans Zollner (Regensburg, 55 a?os) es la voz y el rostro del esquema te¨®rico que el papa Francisco quiere aplicar a la lucha contra los abusos a menores en la Iglesia. El jesuita alem¨¢n es uno de los m¨¢ximos expertos mundiales en esta materia y es un hombre de la m¨¢xima confianza del Papa en este asunto. Es psic¨®logo, presidente del Instituto de Antropolog¨ªa para Estudios Interdisciplinares sobre la Dignidad Humana y el Cuidado de la Universidad Gregoriana y tambi¨¦n es hoy miembro de la comisi¨®n que el Pont¨ªfice cre¨® a su llegada para tratar una cuesti¨®n crucial para este papado. Zollner es prudente con la situaci¨®n espa?ola, la observa desde una cierta distancia, explica. Pero no tiene dudas sobre cu¨¢l debe ser el siguiente paso: una comisi¨®n de investigaci¨®n independiente que arroje luz a los ¨²ltimos 70 a?os.
Pregunta. ?Hay motivos para pensar que en Espa?a ha habido menos abusos que en Francia, Alemania o Irlanda, donde las comisiones de investigaci¨®n los han cifrado en centenares de miles?
Respuesta. No hay ning¨²n motivo. No espero ninguna sorpresa para Espa?a. Ahora tenemos ya una cierta conciencia de las dimensiones del problema de los ¨²ltimos 70 a?os en muchas partes del mundo. Y no es distinto en sociedades europeas equiparables.
Pregunta. ?No habr¨ªa entonces diferencias sustanciales a la conclusi¨®n francesa, donde se dictamin¨® que hubo m¨¢s de 300.000 casos?
R. La proporci¨®n no ser¨¢ muy distinta. Ser¨ªa una gran sorpresa si fuera mayor o menor. Con un cierto margen, en los ¨²ltimos 20 a?os hemos tenido siempre investigaciones que sit¨²an a entre el 3% y el 5% de sacerdotes acusados, no condenados, de abusos cometidos en los ¨²ltimos 75 a?os en varias partes del mundo. La gran parte de acusaciones se refiere a periodos entre los a?os sesenta y los ochenta. Y en todos los pa¨ªses hay m¨¢s o menos el mismo n¨²mero.
P. ?Qu¨¦ relevancia tienen las denuncias de la prensa en esta lucha?
R. Siempre lo hemos dicho, y no solo por Spotlight [pel¨ªcula de 2015 sobre la investigaci¨®n de abusos en EEUU de The Boston Globe] o EL PA?S. El trabajo de los periodistas es relevante si es objetivo, verificable y con el debido respeto a las personas. Pero sin la presencia medi¨¢tica la Iglesia no se habr¨ªa movido.
P. ?C¨®mo se puede equiparar a los pa¨ªses?
R. Todo el mundo es comparable. Lo importante es c¨®mo se reacciona al problema. Los pa¨ªses anglosajones han reaccionado hace 40 a?os. En el mundo mediterr¨¢neo llega ahora, tambi¨¦n en Francia. El tiempo que pasa entre el abuso y la noticia del abuso es breve. Pero en Espa?a, en los medios principales se habla de esto desde hace solo tres a?os. Tambi¨¦n se podr¨ªa preguntar d¨®nde estaba la atenci¨®n de la sociedad y de los medios antes. La Iglesia no est¨¢ fuera de ese contexto cultural, no vive fuera de la sociedad.
P. La cultura de transparencia tampoco es la misma en Alemania que en Espa?a.
R. Claro. Una cosa que me llam¨® la atenci¨®n en 2018, cuando preparamos la cumbre sobre abusos, fue cuando se dedic¨® un d¨ªa a la accountability [rendir cuentas] y nos dimos cuenta de que esa palabra no existe en lenguas romanas. Se puede traducir como sustantivo en alem¨¢n, pero no en italiano o espa?ol. Si no tienes una palabra as¨ª, careces de la posibilidad de expresar ciertos conceptos, discutirlos y ponerlos sobre la mesa. Accountability puede ser explicada en esas lenguas, pero sin la complejidad de la palabra inglesa o alemana. Hay algo en esas culturas que falta, la conciencia de que si haces algo y no cumples con un deber, tienes que asumir la responsabilidad, aceptar que has fracasado o has cometido una negligencia.
P. ?Espa?a debe crear una comisi¨®n independiente que investigue los abusos en los ¨²ltimos 70 a?os?
R. Siempre he mantenido que es una soluci¨®n mejor respecto a una comisi¨®n solo dentro de la Iglesia o dirigida por la Iglesia. Pero Alemania, en M¨²nich donde la Archidi¨®cesis pag¨® una compa?¨ªa de abogados, el resultado fue muy cr¨ªtico con la Iglesia. Es decir, tambi¨¦n funcion¨®. Fueron abogados independientes que no ense?aron el trabajo al cardenal, arzobispo o vicario general antes de la publicaci¨®n. Independencia significa que no haya interferencias. Y si eso se garantiza, los resultados pueden ser iguales.
P. El presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola, el cardenal Juan Jos¨¦ Omella, dijo que en Espa?a no hac¨ªa falta hacerlo y que basta con investigar caso por caso.
R. Estoy convencido que antes o despu¨¦s los n¨²meros se ver¨¢n. La Conferencia Episcopal Francesa lo ha hecho muy bien, pero no explicaron bien el m¨¦todo. Para cada v¨ªctima que denuncia, hay otras siete u ocho personas que nunca denunciar¨¢n por distintos motivos. No es verdad que en esa investigaci¨®n no hubiera contactado con las v¨ªctimas individualmente. Fueron por toda Francia escuch¨¢ndolas, y es algo que se hizo tambi¨¦n en M¨²nich. Ser¨ªa mejor que Espa?a hiciera una comisi¨®n porque as¨ª tambi¨¦n los est¨¢ndares ser¨ªan comparables.
P. ?Por qu¨¦ hay resistencias?
R. Entiendo que los responsables tengan miedo ante la prospectiva de grandes n¨²meros, pero ellos mismos ya aceptan que los n¨²meros de la estimaci¨®n de eventuales v¨ªctimas no ser¨¢ muy distintos a la de Francia o Alemania.
P. ?Qu¨¦ tipo de comisi¨®n cree que deber¨ªa hacerse en Espa?a?
R. Yo recomendar¨ªa que no sean pol¨ªticos los que la hagan. Espero que sea verdaderamente independiente. Gente de estima reconocida sin intereses pol¨ªticos determinados ni pilotados por partidos, para tener un resultado sin prejuicios. Si est¨¢ demasiado politizada, el resultado no se tendr¨¢ en cuenta.
P. ?Para eso no deber¨ªa ser la propia Iglesia la que tomase la delantera, en lugar de cerrarse en banda ? ?Por qu¨¦ es necesaria una comisi¨®n?
R. Es lo que digo siempre y digo aqu¨ª tambi¨¦n: si la Iglesia no cumple con su deber, ser¨¢n otros quienes lo hagan.
P. ?Por qu¨¦ la Iglesia no puede llegar hasta cierto nivel de investigaci¨®n?
R. La Iglesia siempre ha tenido un problema de transparencia en este tema por una [cuesti¨®n de] defensa de la instituci¨®n. Y eso tambi¨¦n vale para otros. Si tengo que ser juzgado como profesor, como universidad, no puedo ser yo el juez. Y hay un problema cultural dentro de la Iglesia que le impide vivir esa transparencia y rendici¨®n de cuentas. La imagen de la Iglesia se corresponde poco con la realidad. Son im¨¢genes de una Iglesia inmaculada que debe ser protegida. Pero quienes deben ser protegidas son las v¨ªctimas. Hay que dar justicia a esas personas heridas. Y solo as¨ª podemos llegar a la credibilidad. Esconder lo que la gente sabe no es cre¨ªble.
P. Cuando EL PA?S entreg¨® este dosier a la Iglesia espa?ola, la ¨²nica respuesta fue que faltaba rigor y que muchos de los abusadores hab¨ªan fallecido.
R. Puede haber algo de verdad estrictamente en esas palabras. Lo mismo pas¨® en Colonia, que no acept¨® una investigaci¨®n similar a la de M¨²nich esgrimiendo razones jur¨ªdicas o can¨®nicas. Pero la Iglesia no se puede medir solo con la responsabilidad jur¨ªdica. Tantos casos de abusos de la Iglesia espa?ola habr¨¢n prescrito..., no hay proceso legal posible. La Iglesia, sin embargo, debe dar signos y s¨ªmbolos de que las heridas de tantas v¨ªctimas o familias que confiaron en la Iglesia ser¨¢n reparadas, o habr¨¢ esa voluntad.
P. La Conferencia Episcopal, ?qu¨¦ puede hacer? En Espa?a dicen que no son competentes.
R. Es un ¨®rgano que no tiene poder ejecutivo sobre los obispos o las di¨®cesis. Pero hemos visto en otros pa¨ªses como Francia, Alemania o Austria que toda una conferencia episcopal decidi¨® ir por el mismo camino. Como ha hecho ahora la portuguesa. No es imposible. Se debe encontrar el acuerdo, que seguro que no ser¨¢ el m¨¢ximo de la transparencia, pero permitir¨¢ avanzar.
P. ?No hay jerarqu¨ªa? ?Por qu¨¦ no se acata a veces lo que dice el Papa?
R. La Iglesia parece una instituci¨®n jer¨¢rquica, pero no lo es. Y se ve en estos casos. El Papa dice que se haga algo, pero muchas veces los obispos no responden. Hay cardenales que contradicen al Papa¡ Si hubiera m¨¢s unidad y coherencia ser¨ªa mejor. Pero lamentablemente no es as¨ª. Y en Espa?a, adem¨¢s, hay diferencias culturales muy fuertes que tambi¨¦n afectan.
P. ?Los obispos tienen demasiado poder?
R. Claro. Ahora ya hay obispos que aceptan que tener todo bajo su control es demasiado y no llegan a seguir todo lo que seg¨²n el derecho de la Iglesia se concentra bajo su poder. Pero tambi¨¦n aqu¨ª hay m¨¢s libertad posible si ellos quisieran. El Vaticano da esquemas, pero en esos l¨ªmites hay muchas posibilidades: implicar a las mujeres, hacer preguntas¡ Un obispo puede organizar su curia llamando a expertos externos o distribuyendo su poder de forma efectiva. No hace falta ser un monarca.
P. ?Cree que no se hace una comisi¨®n por miedo a resarcir a las v¨ªctimas econ¨®micamente?
R. Claro, obviamente. El resarcimiento, si puede llamarse as¨ª, porque es un t¨¦rmino feo para un sufrimiento de este tipo, en otros pa¨ªses ha arruinado algunas di¨®cesis. Costar¨¢ algo, claro. Si tienes dinero, siempre tienes miedo a perderlo. Con el dinero la Iglesia hace mucho bien y lamentablemente habr¨¢ que dejar de hacer algunas de esas cosas cuando falte el dinero.
P. Despu¨¦s de tres a?os del s¨ªnodo y de toda la nueva regulaci¨®n, ?ha cambiado mucho el acercamiento o hay mucha teor¨ªa y poca pr¨¢ctica?
R. En algunos sitios se aplica de forma muy clara este procedimiento, la rendici¨®n de cuentas. Cuando hay un obispo que hace algo no previsto en el derecho can¨®nico es acusado y destituido de su encargo. En Polonia, en 10 meses han cesado a 10 obispos por negligencias o encubrimientos. El problema es que la ley se aplica de forma diferente en cada pa¨ªs.
P. ?Hay seguridad jur¨ªdica?
R. No. Y es un problema de nuestro derecho interno de la Iglesia. No hay una jurisprudencia publicada y es dif¨ªcil comparar motivaciones para acusaciones o procesos para llegar a conclusiones o veredictos.
P. ?C¨®mo se debe investigar un dosier como el que entreg¨® EL PA?S al Papa y a la Conferencia Episcopal?
R. Si se acusa a un sacerdote u obispo, deben hacer una investigaci¨®n previa, si no hay razones para no hacerla, como que haya muerto el abusador. Hay que saber si es veros¨ªmil, pero deben hablar con las v¨ªctimas. Pero esto no sustituye el procedimiento del Estado.
P. ?Faltan reformas que hagan todo m¨¢s efectivo?
R. No creo solo en la ley. Hay leyes que proh¨ªben que mates a otra gente y sigue sucediendo. La ley da el cuadro, pero lo importante es que la asumamos porque las personas m¨¢s vulnerables deben ser protegidas. Y la Iglesia durante 2.000 a?os se ha ocupado de esa categor¨ªa en la que entran los ni?os y las v¨ªctimas de abusos.
P. ?No se ha hecho?
R. Mire, sobre todo es un examen de conciencia. Saber cu¨¢l es mi responsabilidad. Si veo errores y pecados dentro de m¨ª y me arrepiento sinceramente, voy a confesarme claramente. Lo que queremos en la confesi¨®n individual, se debe exigir en la institucional. Y luego un compromiso que clarifique la voluntad de enmendar y reparar el da?o. Es el camino a seguir dentro de la Iglesia. Y los obispos franceses tienen esa dimensi¨®n espiritual y lo admiro. No son solo palabras, est¨¢n tocados por esa realidad para llegar a sus conclusiones de la investigaci¨®n presentada.