Alejandro Alb¨¢n, psiquiatra y escritor: ¡°Cuando transicion¨¦ no sent¨ª alegr¨ªa. Sent¨ª paz¡±
El autor trans de ¡®S¨®lo los valientes¡¯ relata su decisi¨®n de cambiar de g¨¦nero en una novela testimonial
Alejandro Alb¨¢n jam¨¢s pronuncia ya su antiguo nombre. Hoy es psiquiatra y escritor. En su libro S¨®lo los valientes (C¨ªrculo de tiza), este granadino sin acento de 33 a?os cuenta c¨®mo decidi¨® convertirse en hombre y dejar atr¨¢s a la mujer que durante a?os habit¨® su cuerpo. Dice no haber sentido alegr¨ªa, sino paz en el proceso. Lo describe sin ¨¢pice de rencor, sencillamente con esa nostalgia que lo llevaba a una agobiante extra?eza de s¨ª mismo.
Pregunta. En su libro hay una total falta de rencor, ?le sali¨® consciente o inconscientemente?
Respuesta. Inconscientemente, de f¨¢brica, la verdad.
P. Pues eso es que debe ser usted buena persona.
R. Gracias.
P. A veces la gente escribe para vengarse de algo, ?usted no?
R. No. Si medito las razones por las que he escrito este libro, la venganza no es una de ellas. M¨¢s bien lo hice por una necesidad privada de expresar mi experiencia.
P. Ya ha dejado de ser privada.
R. Es lo que tiene la literatura, sirve para sacar cuestiones privadas y convertirlas en p¨²blicas.
P. ?Para lo imp¨²dico?
R. Yo soy muy pudoroso, la verdad, pero la novela me ha salido un poquito¡ abierta.
P. Condici¨®n trans, drogas, sexo... todo pecado. Hasta la psiquiatr¨ªa.
R. No me gusta hablar abiertamente de ello, as¨ª que por eso lo escribo, para no dejarlo dentro. Cuando lo trabajaba, me daba cuenta de que si escond¨ªa algo, fallaban otras cosas.
P. No menciona su nombre anterior, se refiere al mismo como su antiguo nombre.
R. Algunas personas trans llaman a su antiguo nombre necronombre.
P. ?Lo matan? ?Est¨¢ muerta aquella mujer dentro de usted?
R. No s¨¦ si est¨¢ muerta o si nunca existi¨®. A m¨ª me cuesta pronunciar el viejo nombre. Fue una identidad no verdadera a la que me cuesta regresar.
P. Es fuerte que la mate. ?Ni siquiera la quiere?
R. Nunca fui yo, sino una m¨¢scara, m¨¢s bien. ?Exist¨ªa aquella persona o se presentaba simplemente para los dem¨¢s? Yo no era capaz de interiorizar lo que los dem¨¢s pensaban de m¨ª. Y de ah¨ª esa infelicidad cr¨®nica.
P. Trans es un prefijo que se ha convertido en sustantivo al que usted le saca muchos significados.
R. Al otro lado de¡ Transparente, evoca el viaje, la transici¨®n, la transformaci¨®n.
P. ?Basta transformar el cuerpo para sentirse c¨®modo?
R. No solo. Tambi¨¦n es importante cambiar el nombre, simplemente. Si el nombre no se corresponde contigo, te aleja de las cosas.
P. ?C¨®mo se le ocurre a usted convertirse en hombre en plena crisis de la masculinidad?
R. ?No fue una ocurrencia! Ni un deseo. Simplemente es as¨ª. Tampoco lo puedo llamar una alegr¨ªa. Lo fue cuando sent¨ªa atisbos de lo que podr¨ªa llegar a suceder antes de transicionar. Pero cuando consegu¨ª mi transici¨®n plena, lo que sent¨ª fue paz, no alegr¨ªa.
P. A ver¡
R. Paz como un alivio de lo negativo y un encuentro con lo positivo. As¨ª lo viv¨ª. No se trata de que no puedas habitar tu identidad, sino de que te impidan vivir [por culpa de] una identidad que no es la tuya.
P. ?Sigue aliviado o le decepciona ser hombre?
R. Sigo aliviado. Hay cuestiones de la masculinidad que no me afectan. No tanto por el hecho de ser trans, sino por ser gay: me siento liberado en otras cuestiones.
P. ?Cu¨¢les?
R. No s¨¦, que se me vaya un poco la manita sin darme cuenta. No tengo mucha pluma, pero me he reconciliado con algunos aspectos m¨ªos que pueden resultar femeninos.
P. ?C¨®mo vivi¨® el proceso de las inyecciones? ?Con ansiedad? Se grababa la voz para ver si se volv¨ªa m¨¢s grave.
R. Esper¨¦ un mes para dec¨ªrselo a determinada gente. Lo sab¨ªan mis padres, algunos amigos, pero no determinados c¨ªrculos, para ver qu¨¦ suced¨ªa con los cambios.
P. ?C¨®mo afront¨® el asombro de quienes conoc¨ªan a la mujer que pas¨® a ser hombre?
R. Me las apa?¨¦. Por ejemplo, les dije a ciertas personas de confianza que lo fueran contando. Aunque viv¨ª momentos inc¨®modos.
P. ?Y en el trabajo?
R. Empec¨¦ a trabajar m¨¢s tarde, en el hospital resultaba extra?o que apareciera un hombre y en la bata los pacientes vieran mi antiguo nombre. Imag¨ªnate¡ Me daba p¨¢nico y como la ley te obliga a estar dos a?os hormon¨¢ndote antes de cambiarte la identidad, pues¡
P. Cuatro veces ha visto a su padre llorar. La tercera fue cuando le cont¨® que hab¨ªa tomado su decisi¨®n.
R. S¨ª, y la cuarta fue cuando vio Cinema paradiso. No s¨¦ si mi padre se equivocaba al manifestar sus reservas. Su idea era que esperara cuatro a?os. ?Cuatro a?os? ?Otra condena? Una vez que tom¨¦ la decisi¨®n no lo dud¨¦ jam¨¢s.
P. ?Qu¨¦ edad ten¨ªa?
R. 24, ahora tengo 33 y los percibo como si hubiese pasado mucho tiempo porque esta es mi verdadera vida.
P. ?No se siente como un ni?o de nueve a?os?
R. En algunas cosas, s¨ª.
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