Vecinos j¨®venes en lugar de polic¨ªas para resolver problemas de convivencia en zonas conflictivas
El Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat, en Barcelona, contrata a un equipo de integradores sociales menores de 32 a?os para que generen v¨ªnculos con los chavales que pasan m¨¢s tiempo en la calle y han quedado al margen de la vida comunitaria


¡°Nosotros no tenemos la mirada punitiva de los agentes, no estamos ah¨ª para imponerles nada¡±. La que habla es F¨¢tima Cevallos, de 31 a?os y coordinadora del grupo de integradores sociales j¨®venes ¡ªtodos son menores de 30¡ª que el Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat (Barcelona) ha sacado a las calles para terminar con conflictos vecinales entre generaciones en puntos calientes de la ciudad. Ellos, un grupo de cinco, explican que en las ¡°rutas de calle¡± que realizan de jueves a s¨¢bado, de cinco a nueve de la noche, por las principales plazas del municipio tratan de acercarse a los j¨®venes que han quedado al margen del sistema para intentar que recuperen el inter¨¦s por los estudios y para dise?ar con ellos los programas de juventud de la ciudad. ¡°Muchas veces esos puntos de encuentro en el espacio p¨²blico son fruto de la frustraci¨®n y eso acaba confrontando con el bienestar de los vecinos¡±, se?ala la alcaldesa, Lluisa Moret, psic¨®loga cl¨ªnica de formaci¨®n, que reconoce que la intervenci¨®n de la polic¨ªa municipal no resolv¨ªa el problema, al tratarse de actuaciones puntuales que no abordan las causas del choque.
El Consistorio puso en marcha la idea en 2019 gracias al Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), con el que coste¨® la contrataci¨®n de una educadora social y cuatro integradores con el objetivo de darle una vuelta a la manera de afrontar los problemas de convivencia y a los procesos de participaci¨®n ciudadana tradicionales, claramente ¡°insuficientes¡±, seg¨²n Moret, del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC). ¡°Los j¨®venes no van a venir a tu despacho, hay que ir donde est¨¢n ellos¡±, dice. La Casino, como se llama popularmente a la Plaza Asamblea de Catalu?a, era uno de los puntos m¨¢s conflictivos, con unas 60 llamadas de quejas de los vecinos por ruido a la semana. ¡°Es una plaza ya de por s¨ª estigmatizada, hace m¨¢s de 20 a?os se consum¨ªa y se pasaba droga, es complicado acabar con esa imagen¡±, comenta Lara Izquierdo, una de las integradoras, de 25 a?os.
En el centro de la plaza hay una cancha rodeada por gradas y a continuaci¨®n se ven las ventanas y balcones de los vecinos de la zona. De una farola cuelga un cartel: ¡°De 20.00 a 8.00 horas, respetad el descanso de los vecinos¡±. La ordenanza municipal reguladora del sonido en los espacios p¨²blicos contempla que no se utilicen ¡°aparatos de impacto ac¨²stico¡± ni se realicen ¡°actividades¡± desde las 23.00 hasta las siete de la ma?ana. Una interpretaci¨®n diferente de qu¨¦ se considera ruido era siempre el foco de la discusi¨®n.

Los primeros encuentros entre los integradores sociales y los j¨®venes de la plaza, la mayor¨ªa de ellos entre 16 y 24 a?os y de origen marroqu¨ª, ya resultaron fruct¨ªferos. ¡°El hecho de no llevar uniforme y de tener una edad similar a la suya nos abre la puerta a que se comuniquen con nosotros¡±, explica la coordinadora del proyecto, llamado Fem Carrer (hacemos calle), F¨¢tima Cevallos. Hasta ese momento, la ¨²nica noci¨®n que los chavales ten¨ªan del Ayuntamiento eran los agentes. ¡°No funcionaba porque la polic¨ªa siempre llegaba cuando ya se hab¨ªa producido el mal rollo... nosotros nos interesamos por su forma de vida, por lo que les lleva a estar en esa plaza, por escuchar su discurso... y todos ten¨ªan la sensaci¨®n de rechazo por parte de los vecinos de la zona, sent¨ªan que no encajaban¡±. Sentirse escuchados conlleva que la negociaci¨®n con ellos sobre cu¨¢ndo y c¨®mo hacer ruido sea posible.
Asun Llena, profesora de educaci¨®n social de la Universidad de Barcelona (UB) y miembro del grupo de investigaci¨®n GPS, de pedagog¨ªa social, incide en que la figura del integrador social de calle no es nueva. En Espa?a se populariz¨® en la d¨¦cada de los setenta y se emple¨®, sobre todo, para tratar de paliar la crisis de la hero¨ªna. Aunque reconoce que todav¨ªa no hay estudios concluyentes de los efectos a largo plazo de este tipo de intervenciones ¡°en medio abierto¡±, se?ala algunas de las ventajas. ¡°A los que no tienen dinero para comprar una PlayStation y tienen que hacer m¨¢s uso del espacio p¨²blico se les criminaliza. Esos chavales muchas veces no tienen una figura de un adulto de referencia y la aparici¨®n del integrador social es clave. Les da ideas, les hace de puente con la administraci¨®n y, a diferencia del trabajo en la sede f¨ªsica de una instituci¨®n, donde siempre hay unas normas r¨ªgidas, las intervenciones de calle permiten crear acuerdos de c¨®mo va a ser esa relaci¨®n... si no cumplen saben que no se les puede expulsar de la calle, y eso hace que todo fluya¡±.
La UB, junto a cinco ayuntamientos del ¨¢rea metropolitana de Barcelona, arranca este mes un estudio en el que van a analizar qu¨¦ impacto tuvieron y tienen a d¨ªa de hoy las actuaciones de educadores de calle hace 10 a?os en chavales que ahora son adultos.

¡°Es un trabajo complicado, a esa edad atraviesan un momento convulso y para generar un v¨ªnculo con ellos te tienen que permitir entrar en su vida. Trabajamos conjuntamente con la orientadora del servicio de Juventud del Ayuntamiento, con los psic¨®logos... est¨¢n muy desmotivados a ra¨ªz de la pandemia¡±, indica Lara Izquierdo, que se?ala que un pensamiento recurrente es ¡°?para qu¨¦ me voy a esforzar?¡±. El denominador com¨²n es que no ven futuro. Lo que m¨¢s les preocupa a los integradores es el aislamiento y la soledad de los j¨®venes. ¡°Les ayudamos con su angustia o ansiedad. Pueden tener 7.000 likes en sus redes sociales, pero se quejan de que luego es complicado encontrar con qui¨¦n hablar cuando no se encuentran bien¡±, a?ade. ¡°Los que diariamente est¨¢n en las plazas y en los parques han dejado los estudios, los agentes educativos no han sido capaces de llegar a ellos¡±, cuenta F¨¢tima.
Con los chavales de La Casino, plaza que lleva meses sin recibir quejas de los vecinos, han organizado varias pachangas de f¨²tbol. A la primera acudieron 50 chavales y a la segunda, ya en un campo de f¨²tbol municipal, m¨¢s de 200. ¡°En uno de los torneos, uno de los chicos empez¨® a liarse un porro. Le recordamos nuestro acuerdo previo, una actividad de cuatro horas sin consumo. Nosotros no vamos a juzgar si el consumo es bueno o malo, eso es lo que siempre reciben, estamos para construir proyectos y acordar reglas¡±, explica Lara. ¡°Queremos que se sientan parte de la ciudad, y para eso tienen que formar parte del dise?o de propuestas, tenemos que responder a sus intereses¡±, dice F¨¢tima. Adem¨¢s, han participado en rutas hist¨®ricas por el municipio y en salidas a la monta?a.
Mohamed, de 21 a?os, es uno de los j¨®venes que acude a diario a la plaza. Lo hace desde los 14 a?os. Hace un a?o consigui¨® sacarse el grado superior de FP en inform¨¢tica y desde entonces solo ha conseguido trabajar en una lavander¨ªa. Ahora ha dejado el empleo para cuidar de su madre. ¡°Est¨¢ enferma y la familia es lo m¨¢s importante¡±, dice. En el grupo de Whatsapp de La Casino son unos 20 chavales, de ellos cinco son chicas. ¡°Nosotros no hacemos nada malo, vamos a jugar al f¨²tbol y a comer pipas... siempre somos los mismos, nos divertimos, es mi grupo de colegas¡±. Mohamed cree que ¡°los viejos¡± se quejaban porque no entienden su ocio y que ahora les miran con otros ojos. ¡°La Polic¨ªa pasa con el coche y ya no se para, ven que estamos con personal del Ayuntamiento y ya no nos ven como un problema¡±.
¡°Nuestro objetivo es acercarles todos los servicios del Ayuntamiento, desde la orientaci¨®n acad¨¦mica a la laboral, resolver cualquier duda, que tengan siempre a quien acudir¡±, explica Yolanda Molina, jefa de la Unidad de juventud del Consistorio. Una de las l¨ªneas estrat¨¦gicas es contratar como integradores a j¨®venes del municipio que hayan estudiado esa formaci¨®n ¡ªun grado superior de FP¡ª, en alguno de los centros educativos locales.
Uno de los proyectos m¨¢s recientes es un nuevo espacio de parkour (pr¨¢ctica que utiliza distintos tipos de arquitectura urbana para superar obst¨¢culos) dotado con 100.000 euros que un grupo de j¨®venes han dise?ado siguiendo sus criterios junto a arquitectos municipales. ¡°Sol¨ªan juntarse en un parque y los vecinos protestaban porque saltaban sobre los bancos... Los reunimos y seleccionamos a ocho de ellos, todos con un perfil socioecon¨®mico vulnerable, se apuntaron a un curso de encofrador de 100 horas ¡ªcon un t¨ªtulo expedido por la Concejal¨ªa de Ocupaci¨®n¡ª y ahora est¨¢n participando tambi¨¦n en la construcci¨®n¡±, apunta Yolanda. Los chavales reciben 500 euros durante tres meses en concepto de pr¨¢cticas.
Javiera Pacheco, de 23 a?os, es en s¨ª misma otro de los ejemplos. Lleg¨® con nueve a?os a Sant Boi desde Chile. Hace unos meses conoci¨® al grupo de integradores sociales a trav¨¦s de una vecina de su barrio y ha conseguido montar su propio evento de m¨²sica. ¡°Estudi¨¦ un grado de FP de est¨¦tica, pero no era mi pasi¨®n. Mi familia me necesitaba y empec¨¦ a trabajar en el bar que tenemos... ahora este proyecto musical es mi ilusi¨®n, quiero dedicarme a esto y me han cedido un espacio para que cualquier joven artista se acerque a mostrar lo que sabe hacer. Son unas horas, pero para m¨ª es un mundo¡±.
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