F¨¢tima, la voz de ni?as obligadas a ser madres: ¡°He entendido que no soy culpable, que soy una v¨ªctima m¨¢s¡±
Cuando ten¨ªa 12 a?os, un funcionario p¨²blico de Guatemala abus¨® de ella y escap¨®. Hoy, junto a otras cuatro mujeres que vivieron lo mismo, reclama justicia para que la historia no se repita y cuenta su historia
F¨¢tima, de Guatemala; Norma, de Ecuador; Susana y Luc¨ªa, de Nicaragua; y Camila, de Per¨², son cinco mujeres que siendo ni?as sufrieron violencia sexual y fueron forzadas a continuar un embarazo producto de esa violencia, convirti¨¦ndose en madres. Hoy en bloque levantan su voz y exigen justicia. Junto al Movimiento Son Ni?as No Madres, que integran las organizaciones Planned Parenthoo...
F¨¢tima, de Guatemala; Norma, de Ecuador; Susana y Luc¨ªa, de Nicaragua; y Camila, de Per¨², son cinco mujeres que siendo ni?as sufrieron violencia sexual y fueron forzadas a continuar un embarazo producto de esa violencia, convirti¨¦ndose en madres. Hoy en bloque levantan su voz y exigen justicia. Junto al Movimiento Son Ni?as No Madres, que integran las organizaciones Planned Parenthood Global, el Centro de Derechos Reproductivos, Surkuna y Mujeres Transformando el Mundo y Promsex presentaron un litigio ante el Comit¨¦ de Derechos Humanos de la ONU y despu¨¦s de cuatro a?os esperan el dictamen.
Recientemente, el Comit¨¦ de los Derechos del Ni?o de la ONU conden¨® al Estado peruano por vulnerar los derechos de Camila, que siendo una ni?a v¨ªctima de violaci¨®n fue juzgada por abortar. Am¨¦rica Latina y El Caribe es la ¨²nica regi¨®n del mundo en la que los partos en ni?as van en aumento. Por eso, F¨¢tima ha decidido contar su testimonio:
Soy F¨¢tima, ahorita tengo 27 a?os, sufr¨ª violencia cuando era muy peque?a, a los 12 a?os, y sigo en la lucha de lograr justicia. Eso es lo que me ha tra¨ªdo ac¨¢. Ha sido todo un proceso y ahora puedo hablar abiertamente sin sentirme culpable, porque en alg¨²n momento en mi ni?ez me hicieron sentir as¨ª. Era una ni?a y me se sent¨ªa culpable de creer que yo hab¨ªa provocado que ese adulto mayor me hiciera da?o. ?l era un catedr¨¢tico y una persona que, por su labor, deb¨ªa resguardarme, cuidarme y, sin embargo, me caus¨® mucho dolor. En mi pa¨ªs, Guatemala, en mi departamento, hay muchas ni?as con embarazos forzados que lamentablemente siguen aumentando. Por ellas es que me he vuelto m¨¢s fuerte y quiero alzar la voz.
Por fortuna yo recib¨ª acompa?amiento psicol¨®gico de Mujeres que Transforman el Mundo, una organizaci¨®n de la sociedad civil guatemalteca. Eso me ha hecho crecer y entender que no soy culpable, que soy una v¨ªctima m¨¢s. La situaci¨®n conmigo es que siempre fui revictimizada, se?alada tanto por las autoridades, por el sistema de salud, incluso por mis familiares no cercanos. Quienes te se?alan siempre clavan esa espina: fuiste t¨², fuiste t¨², t¨² provocaste o t¨² usabas falda, o en mi caso, hiciste que tu profesor tuviera deseos hacia ti, que te viera como una mujer y no como una ni?a. Esas cosas te marcan y te empiezan a mentalizar que eres culpable. Y te lo crees porque todo lo que te dicen cuando eres una ni?a, te lo crees. Entonces, s¨ª, me hicieron sentir culpable de lo que hab¨ªa ocurrido y tambi¨¦n de ese embarazo forzado que en alg¨²n momento sent¨ª como carga.
Para empezar, el acceso a la justicia me fue negado desde el inicio. Primero, porque no ten¨ªa un buen acompa?amiento legal; segundo, porque la persona que me violent¨® era muy reconocida en mi comunidad y departamento. Me dec¨ªan: ¡°A ¨¦l no se le puede tocar. A parte, ?qui¨¦n le va a creer a una ni?a si ¨¦l es una persona reconocida, un licenciado? Lo que t¨² est¨¢s diciendo no es cre¨ªble de ninguna manera¡±. O: ¡°La que queda mal eres t¨². Deber¨ªas quitarle la demanda, desistir, porque al final esto no te va a llevar a ning¨²n lado, nada m¨¢s es p¨¦rdida de tiempo¡±.
Es muy cansado [agotador] que despu¨¦s de tanto tiempo de espera no haya pasado nada. Uno a veces piensa desistir. No se ha logrado una captura, ha habido procesos de allanamiento tard¨ªos porque el sistema de justicia ha sido tan nefasto y tan inoportuno que se ha dado mucha fuga de informaci¨®n y no se realizan los procesos adecuados. En mi caso, se me obligaba mucho a repetir la historia y a revivir ese momento. Para m¨ª era como recordar una y otra y otra vez lo que hab¨ªa vivido y no poder cerrar o dar paso a sanar, sino echarle m¨¢s sal a la herida y seguirla abriendo m¨¢s.
Hay muchas personas del c¨ªrculo de este reconocido hombre que fueron influencia para que pudiera escapar y que no logremos dar a¨²n con su paradero. La verdad es que cada d¨ªa todo es m¨¢s lento y siento que a veces se retrocede un poco porque el sistema siempre se queda corto. Siento que nos buscan a las v¨ªctimas como para que nosotras hagamos el trabajo de investigaci¨®n. Entonces, tenemos que recibir llamadas preguntando: ¡°?Usted sabe d¨®nde vive (el agresor)? ?Lo ha visto? Si usted sabe d¨®nde podemos ir a buscarlo, ?nos puede llamar?¡± Esto a pesar de que nosotros les dimos esa informaci¨®n cuando pod¨ªan capturarlo y no lo hicieron.
En cuanto al sistema de salud, el trato de los m¨¦dicos hacia mi persona, siendo yo una ni?a menor de edad, fue muy malo. ¡°Si eres buena para abrir las piernas, d¨¦jate hacer el tacto para revisar si el beb¨¦ est¨¢ bien¡±, me dec¨ªan. Fueron muchas situaciones que en alg¨²n momento marcaron mi vida y que hoy puedo hablarlas porque s¨¦ que no estuvo bien el actuar de estas personas. El trato m¨¦dico me hizo sentir culpable de haber terminado en un embarazo que no hab¨ªa deseado, de no entender que lo que me hizo esta persona fue una violaci¨®n, cosas que comprend¨ªa porque no ten¨ªa informaci¨®n. Hoy en d¨ªa estoy informada. Sin embargo, hay muchas ni?as en muchas comunidades, en aldeas lejanas a las que siguen sin darles educaci¨®n integral, que creo necesaria para que no sufran maltrato f¨ªsico, emocional, psicol¨®gico, ni sexual. Ahora que tengo mis hijos, puedo decir que no me gustar¨ªa que ninguno de ellos pase por lo que yo viv¨ª. Por ellos tambi¨¦n es que hablo.
?Qu¨¦ le puedo decir a una ni?a que est¨¦ viviendo algo similar? Creo que uno de los aspectos m¨¢s importantes es la confianza. Yo no ten¨ªa confianza en nadie, vengo de una familia bien dura. Mi mam¨¢ era mam¨¢ y pap¨¢ al mismo tiempo y ¨¦ramos siete hermanos. Sab¨ªa que si le contaba a ella, tal vez no me creer¨ªa. Adem¨¢s, pensaba en el recurso econ¨®mico que esa persona [el agresor] nos brindaba. Yo recib¨ªa una beca educativa de parte de una instituci¨®n que luego supimos que era un colegio fantasma. Y a esa persona [el agresor] la cre¨ªa como mi pap¨¢ porque me conoci¨® desde muy beb¨¦, desde los tres meses. Siempre pens¨¦ que ¨¦l era mi persona de confianza.
Es importante que los y las ni?as sepan que las personas m¨¢s cercanas a uno tambi¨¦n pueden hacernos da?o. Hay que educarnos en ello. Lo hablo mucho con mis hijos. Les podr¨ªa decir a esas ni?as que no nos quedemos calladas a veces por temor a lo que nos puedan hacer o por lo que nos dicen estas personas. En mi caso, ¨¦l me amenazaba con que nos iban a quitar la ayuda, que les har¨ªa da?o a mis hermanas. Ese era mi mayor temor. Nosotras somos tres mujeres y nos llevamos muy bien. Si algo les pasara, ser¨ªa muy doloroso para m¨ª. Siempre pens¨¦ en ellas.
Al principio no comprend¨ªa lo que me hab¨ªa hecho. Ahora les hablo mucho a mis hijos del cuidado de su cuerpo, de que nadie, ni siquiera yo, puede tocarlos. Creo que es muy importante que sigamos formando a nuestros ni?os, independientemente de que sean nuestros hijos o no. Yo soy maestra y les insisto todos los d¨ªas en lo mismo, que si no queremos abrazar a alguien no lo abracemos, si no queremos dar un beso no lo hagamos, porque si no sentimos la necesidad o el afecto hacia esa persona es porque no queremos y nadie nos puede obligar a hacerlo.
Desde ah¨ª debemos empezar. La confianza debe ser primordial y si tenemos a alguien a quien podamos decirle lo que nos est¨¢ pasando, ese ser¨ªa un gran paso. Yo la verdad no pude hablar hasta que me sent¨¦ con una psic¨®loga y fue porque ten¨ªa mucho miedo. No entend¨ªa tampoco dentro de m¨ª ese proceso de dar vida a otro ni?o cuando yo ten¨ªa apenas 12 a?os. Mi cabeza no encajaba, no comprend¨ªa c¨®mo yo pod¨ªa estar dando vida a o a otro ni?o como yo.
Luego vino otro proceso muy doloroso. En el sistema educativo fui rechazada, me dec¨ªan: ¡°T¨² no puedes estudiar porque est¨¢s embarazada¡±. Despu¨¦s, que no pod¨ªa seguir una carrera porque era mam¨¢ y ten¨ªa que estar casada para seguirla. Tuve muchos ¡®peros¡¯ en el camino y eso, claro, me desestabiliz¨®. Me preguntaba para qu¨¦ continuar. Y s¨ª, en alg¨²n momento de mi ni?ez dije hasta aqu¨ª llego, la verdad, e intent¨¦ quitarme la vida. Pero luego entend¨ª que mi caminar ten¨ªa un prop¨®sito para muchas otras ni?as, aquellas que fallecieron a causa de esas violaciones o que fueron torturadas, y es dar a conocer qu¨¦ podemos hacer. Para serte sincera, no recuerdo mi embarazo, no lo sent¨ª. No tengo fotos porque no era algo deseado. Cuando me preguntan solo recuerdo el maltrato de los m¨¦dicos, pero omit¨ª esa parte de m¨ª en ese proceso y tal vez fue porque para m¨ª fue muy doloroso.
El acompa?amiento de mi mam¨¢ y hermanos fue lo que me ayud¨® a salir adelante. Despu¨¦s de eso, me enfoqu¨¦ en estudiar y, gracias a Mujeres Transformando el Mundo logr¨¦ continuar tambi¨¦n con mis estudios, siempre en el sector p¨²blico, aunque con las dificultades de ser rechazada y se?alada. En Guatemala se suelen hacer desfiles en honor a v¨ªrgenes y ah¨ª salen los alumnos distinguidos de cada colegio. Yo ten¨ªa el primer lugar a nivel de toda la instituci¨®n, pero no me dejaron desfilar porque era mam¨¢.
Fue todo muy doloroso, pero me centr¨¦ en poder cumplir lo que desde muy chiquita so?¨¦ que siempre ha sido ser doctora. Ahorita llevo dos t¨ªtulos universitarios, el de profesora de Ense?anza Media y el de Licenciada en Pedagog¨ªa, que tambi¨¦n me han costado mucho.
Siempre dec¨ªa: ¡°Cuando sea grande quiero ser doctora, abogada o maestra, esas tres carreras, todas humanitarias¡±. Pienso: ¡°En alg¨²n momento voy a devolverles a las personas lo que han hecho por m¨ª¡±, y creo que lo estoy logrando con mis ni?os, como docente en el nivel primario.
Mi meta es seguir estudiando. Ahorita estoy en un diplomado en inclusi¨®n educativa, porque creo que tambi¨¦n hay muchos ni?os que necesitan de nosotros y no les damos el trato adecuado. Y estoy tambi¨¦n recibiendo este curso de educaci¨®n personal porque a veces nos dejamos de un lado a nosotros por preocuparnos por los dem¨¢s. Soy una persona muy exigente y estoy firme con mi objetivo que es seguir estudiando medicina o abogac¨ªa, una de las dos. No importa si es a largo plazo. Espero estabilizarme un poco m¨¢s econ¨®micamente. He mejorado, pero todav¨ªa no para decir que tengo dinero para estudiar.
Mi proceso me ha llevado a reflexionar que en mi pa¨ªs hace falta mucha empat¨ªa y mucha prontitud en los procesos de justicia. Tambi¨¦n que hay muy poca informaci¨®n y resguardo de seguridad hacia las mujeres, ni?as y adolescentes y que seguimos siendo vulnerables ante hechos de violencia y, espec¨ªficamente, violencia sexual. Ese es uno de los puntos m¨¢s importantes en mi caminar y que me ha hecho tambi¨¦n estar ahora ac¨¢ y hablar por esas ni?as que no lo han podido hacer, por esas mujeres y esos adolescentes que, como yo, en alg¨²n momento, han pasado violencia sexual y que probablemente se quedaron calladas, o han sido silenciadas de distintas maneras. Yo puedo ser esa voz, puedo ser ese medio, esa v¨ªa para poder propiciar espacios que nos permitan ir abriendo esa brecha que hay entre nuestros gobiernos y entre esta sociedad civil que busca una mejor calidad de seguridad y de justicia para todas.
Creo que tambi¨¦n esas peque?as acciones que nosotros, desde el lugar donde nos encontremos, podamos hacer va a hacer que nuestro mundo tambi¨¦n vaya siendo un poquito mejor.