De internet a un pueblo de Segovia: el infierno de una ni?a encerrada cinco d¨ªas con su agresor
La desaparici¨®n de una chica de 14 a?os de la mano de un profesor universitario pudo agravarse por un programa televisivo que revel¨® detalles del caso
Estaban las persianas bajadas, la puerta cerrada. Y la televisi¨®n encendida. Dentro de este chal¨¦ de un pueblo de Segovia estuvo encerrada cinco d¨ªas una adolescente de 14 a?os, a 300 kil¨®metros de su familia, en Albacete. Hab¨ªa llegado hasta ah¨ª de la mano de un profesor de Rob¨®tica de la Universidad Internacional de La Rioja, de unos 40 a?os, que la hab¨ªa contactado por redes sociales. Estos d¨ªas sus padres han decidido no ir m¨¢s al cine, ni a ning¨²n lugar oscuro, sin ventanas, que recuerde un instante el infierno que vivi¨® V. en esas cuatro paredes. Una pesadilla que, cuentan fuentes cercanas al caso, pudo ser fatal: cuando la polic¨ªa estaba a punto de dar con ella, se desvel¨® en un programa de televisi¨®n en directo que hab¨ªan identificado al profesor y segu¨ªan el rastro de la tablet de la ni?a. ?l comenz¨® a sudar, declar¨® ella. Ten¨ªa enfrente el cuerpo del delito.
Finalmente V. fue rescatada un d¨ªa despu¨¦s. La polic¨ªa entr¨® a la casa el jueves 1 de junio y detuvo al profesor, que estos d¨ªas est¨¢ en prisi¨®n, investigado por agresi¨®n sexual, corrupci¨®n de menores y contacto por internet con una menor de 16 a?os con el prop¨®sito de mantener relaciones sexuales. Eso era lo evidente y seg¨²n lo declarado por V., seg¨²n fuentes judiciales. Falta por comprobar si adem¨¢s existi¨® otro tipo de agravantes, como la privaci¨®n de la libertad de la ni?a, adem¨¢s de alg¨²n tipo de sumisi¨®n qu¨ªmica. Una suma de delitos por la que puede enfrentar entre 15 y 20 a?os de c¨¢rcel. Tambi¨¦n investigan si esta adolescente no hab¨ªa sido la primera.
Todo comenz¨® el s¨¢bado 27 de mayo. Ese d¨ªa, su madre, Mariana, recuerda que V. le dijo que se iba con unas amigas del colegio. Ella le pidi¨® que esperara unos minutos hasta que volviera de hacer unas compras. Pero cuando regres¨® ya no estaba. Seg¨²n lo que sus padres pudieron comprobar d¨ªas despu¨¦s, V. enfil¨® la calle que lleva a la estaci¨®n de tren y ah¨ª le perdieron el rastro. Las c¨¢maras de seguridad captaron a V. saludando de forma fr¨ªa a un hombre con mascarilla en la estaci¨®n de Albacete, despu¨¦s, se subieron al vag¨®n con destino Madrid-Chamart¨ªn.
¡°Cuando lleg¨® la noche y nuestra hija no aparec¨ªa, nos temimos lo peor¡±, relata Mariana desde una cafeter¨ªa del centro de Albacete. V. tiene tres hermanos, uno un a?o mayor que ella, otra de 13 a?os y otro de cinco. La familia se mud¨® a Albacete hace menos de un a?o, coincidiendo con el inicio del curso escolar, despu¨¦s de vivir en Ri¨®par (al sureste de la provincia), donde Le¨®n, su marido, gestiona un negocio de casas rurales. La llegada a la ciudad no fue f¨¢cil para V.: ¡°Ella es muy sensible y muy t¨ªmida, siempre le ha costado hacer amigos. No le gusta mucho salir¡±, relata su madre. Por eso, cuando a las nueve de la noche no ten¨ªa noticias de su hija y tampoco sus amigas, se fue directa a la comisar¨ªa.
La desaparici¨®n de V. sacudi¨® a una ciudad poco acostumbrada a abrir telediarios. Los vecinos se organizaron para colgar carteles con su foto en toda la provincia. Los padres comenzaron a dar entrevistas a televisiones, peri¨®dicos, radios. ¡°No pod¨ªamos quedarnos de brazos cruzados y esperar. Cre¨ªmos en ese momento que lo mejor era que todo el mundo se enterara y que si alguien la hab¨ªa visto, nos avisara. No dorm¨ªamos, no com¨ªamos. Ten¨ªamos que hacer algo¡±, cuenta Mariana. ¡°En nuestra desesperaci¨®n, confiamos en que esto era lo mejor que pod¨ªamos hacer¡±, a?ade Le¨®n. A esas alturas, en un ejercicio de extremo optimismo, trataban de pensar que en alg¨²n momento volver¨ªa, ¡°que se hubiera ido con unas amigas y que regresara sola, aunque nos costaba mucho creer en eso conoci¨¦ndola¡±, recuerda Mariana.
El mi¨¦rcoles 31 de mayo, a las 18.15, cuando hab¨ªan pasado cuatro d¨ªas de su b¨²squeda fren¨¦tica y no hab¨ªan recibido ni una sola pista de su paradero, Le¨®n y Mariana estaban a punto de ser entrevistados en directo por el programa M¨¢s Vale Tarde, de La Sexta. A trav¨¦s de una pantalla, observaron c¨®mo mandaban un mensaje de ¨²ltima hora, de la mano del periodista Manuel Marlasca, que public¨® la cadena despu¨¦s en su web: ¡°Ya se ha constatado que ella sali¨® en tren desde Albacete a Madrid y que lleg¨® a la estaci¨®n de Chamart¨ªn. No iba sola, iba acompa?ada de un var¨®n que llevaba una mascarilla y ahora la polic¨ªa est¨¢ trabajando en dos v¨ªas: la localizaci¨®n a trav¨¦s de las c¨¢maras del metro y la localizaci¨®n a trav¨¦s de una tablet, no llevaba tel¨¦fono m¨®vil¡±. ¡°Los padres se est¨¢n enterando ahora, se est¨¢n enterando por ti¡±, advert¨ªa la presentadora Cristina Pardo, muy seria. ¡°Pues ya me revienta eso¡±, respondi¨® Marlasca.
Es entonces cuando pinchan la c¨¢mara de los padres, que no pod¨ªan parar de llorar, Le¨®n se tapaba la cara con las manos. ¡°Yo os quiero transmitir optimismo y confianza en la labor policial¡±, a?ad¨ªa el otro presentador, I?aki L¨®pez, en un intento infructuoso por calmar los ¨¢nimos. ¡°Nos estaban entrevistando en directo cuando escuchamos esto, mi marido se tir¨® al suelo a llorar, en ese momento solo pod¨ªamos pensar lo peor¡±, cuenta la madre. Una noticia vendida como primicia que acababa de poner en riesgo m¨¢ximo la vida de su hija.
¡°Creo que deber¨ªa haber sido la polic¨ªa la que les contase esta informaci¨®n. Tengan por seguro que Marlasca no pensaba en absoluto que esta fuera una informaci¨®n que ¨¦l ten¨ªa y ustedes no¡±, se disculp¨® Pardo. Pero ya era tarde. Despu¨¦s supieron, tras la declaraci¨®n policial de su hija, que les ley¨® un psic¨®logo, lo que signific¨® esa informaci¨®n. No solo ellos se estaban enterando por La Sexta de esta noticia.
¡ªTengo que hacer un plan, tengo que hacer un plan...
Esa frase la repet¨ªa el profesor insistentemente. Se hab¨ªa enterado por la televisi¨®n de que lo estaban buscando, lo hab¨ªan identificado y hab¨ªa im¨¢genes. Tambi¨¦n se apoyaban en el GPS de la tablet de la ni?a. ¡°Ella cuenta que este hombre en ese momento empez¨® a sudar, a ponerse muy nervioso. Tir¨® la tablet a un contenedor y no dejaba de repetir eso¡±, cuenta Mariana. Y esa decisi¨®n, la de un medio de comunicaci¨®n dando la ¨²ltima hora en directo sin que hubieran dado todav¨ªa con el captor, pudo ser letal. A¨²n tuvo unas horas de ventaja, hasta la ma?ana siguiente, para esquivar la justicia. ¡°La polic¨ªa nos dijo que es una suerte que la encontraran bien, que no hiciera ninguna locura todav¨ªa peor¡±, a?ade su marido.
La Fiscal¨ªa de Castilla-La Mancha ha iniciado una investigaci¨®n contra la persona que dentro de la polic¨ªa pudo filtrar una informaci¨®n tan sensible en un momento clave: la adolescente fue rescatada horas despu¨¦s. ¡°El d¨ªa 31 todav¨ªa las l¨ªneas de investigaci¨®n estaban abiertas, se estaban revisando las c¨¢maras, descartando otras posibilidades, como la huida voluntaria de la casa, segu¨ªan el rastro de la tablet, si se conectaba pod¨ªan dar con la ubicaci¨®n. Difundirlo fue una gran irresponsabilidad. Se puso en grav¨ªsimo peligro la vida de la ni?a, aunque se consigui¨® encontrarla bien, nunca sabremos cu¨¢l era la intenci¨®n ¨²ltima, el siguiente paso. No creemos que el final fuera abrirle la puerta para que se marchara¡±, apuntan a EL PA?S desde la Fiscal¨ªa.
La polic¨ªa toc¨® el timbre de la casa a la ma?ana siguiente y el hombre abri¨® la puerta sin saber que eran los agentes. Inmediatamente, lo arrestaron, y unas inspectoras de la Unidad de Atenci¨®n a la Familia y a la Mujer acompa?aron a la ni?a hasta que se encontr¨® con sus padres en la sede central de la Polic¨ªa Nacional en Canillas (Madrid) hacia el mediod¨ªa del jueves 1 de junio. ¡°Cuando pudimos verla, estaba dormida en un sill¨®n, nos contaron que cuando la rescataron estaba temblando¡±, recuerda Le¨®n.
Ahora tratan de no preguntarle a su hija qu¨¦ sucedi¨® en esos d¨ªas de angustia, aunque escucharon en su declaraci¨®n que pas¨® mucho miedo. ¡°Hoy me acaba de decir: ¡®Mam¨¢, no quiero recordar nada¡±, cuenta Mariana que le reconoci¨® su hija la misma tarde del viernes, antes de la entrevista con este diario. ¡°Hay una pregunta que no me quito de la cabeza, ?por qu¨¦ se fue de casa? No s¨¦ si alg¨²n d¨ªa lo sabr¨¦. No s¨¦ qu¨¦ le dijo ese hombre, c¨®mo la convenci¨®...¡±, se lamenta desesperada Mariana.
Hasta ahora todos los esfuerzos de la familia se hab¨ªan concentrado en encontrarla. ¡°Ahora que est¨¢ en casa, nos llegan las preguntas¡±, apunta su padre. Todav¨ªa no hay ninguna l¨ªnea fiable sobre c¨®mo este profesor dio con ella. La polic¨ªa se encuentra revisando todos sus aparatos electr¨®nicos que le fueron requisados ese d¨ªa. Y ellos aseguran que no ten¨ªan ni idea de que su hija estaba hablando con un desconocido. Por el momento, lo ¨²nico que se sabe es que la conoci¨® a trav¨¦s de redes sociales.
Los padres mencionan dos: Instagram y Discord. Esta ¨²ltima es conocida como el Skype de los amantes de los videojuegos, una especie de aplicaci¨®n de mensajer¨ªa instant¨¢nea similar a Telegram que tambi¨¦n permite hacer videollamadas y crear comunidades. Es una plataforma que vende privacidad y anonimato, que en enero de 2021 se volvi¨® pol¨¦mica tras identificar un foro en el que se movilizaron los que apoyaron el asalto al Capitolio de Estados Unidos. ¡°Sabemos que empez¨® a decirle a sus amigos que iba a hablar solo por ah¨ª. No sabemos de d¨®nde sac¨® esa idea, pero suponemos que ¨¦l se la tuvo que meter en la cabeza¡±, explica Le¨®n.
Estos d¨ªas V. casi no habla y sus padres tienen que insistirle para salir de casa. Sus hermanos viven en silencio tambi¨¦n un golpe que ha sacudido a toda la familia. El peque?o llamaba esos d¨ªas a su hermana por la ventana; su otra hermana se levanta a las tres de la ma?ana y no consigue volver a dormir. Le¨®n se ha instalado en Albacete y va y viene a Ri¨®par cada vez que tiene que trabajar para no separarse de sus hijos. Y Mariana, que es muy creyente y pertenece a una iglesia evang¨¦lica, se?ala: ¡°La fuerza la saco de mi Dios. Eso es lo que me mantiene con los pies en la tierra. Porque muchas veces se nos viene a la cabeza la declaraci¨®n de nuestra hija de todo lo que vivi¨® en esos cinco d¨ªas. Cuando recuerdas eso te quieres morir. No me da la fuerza una pastilla, es mi fe¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.