Una familia recibir¨¢ casi seis millones por las secuelas de un parto del que se ausent¨® el ginec¨®logo
La Audiencia de Madrid considera que la ¡°actuaci¨®n negligente¡± del equipo m¨¦dico privado que atendi¨® a la madre caus¨® par¨¢lisis cerebral al hijo
La llegada de Sergio a este mundo no fue como Elisabeth y Francisco Javier hab¨ªan so?ado. Padres primerizos, ella bastante dolorida por una gestaci¨®n que ya superaba las 41 semanas, la pareja acudi¨® al hospital privado Nuevo Bel¨¦n (Madrid). Era el 23 de mayo de 2015 y la fecha para provocar el parto hab¨ªa sido elegida por el ginec¨®logo Luis Cruz Gonz¨¢lez-Hermida para hacerla coincidir con una de sus guardias en el centro sanitario. ¡°Nos dijo que fu¨¦ramos ese d¨ªa por la noche y que as¨ª ya estar¨ªa todo resuelto por la ma?ana¡±, recuerda esta profesora de ingl¨¦s en un colegio biling¨¹e de Alcal¨¢ de Henares (Madrid). Entonces ten¨ªa 33 a?os.
El parto, sin embargo, se alarg¨®. ¡°El m¨¦dico pas¨® a verme por la ma?ana y nos dijo que todo iba bien, pero despacio. Y desapareci¨®. Luego empezaron los problemas. Preguntamos varias veces por ¨¦l, pero nos dec¨ªan que estaba en otras consultas o atendiendo urgencias. Ya no le vimos otra vez hasta la noche, cuando yo ya estaba en el quir¨®fano y entr¨® corriendo. Me dijo que ven¨ªa del cumplea?os de su hijo y que no hab¨ªa tenido tiempo ni de ver c¨®mo soplaba las velas. Esto se me qued¨® grabado. Mi hijo naci¨® con secuelas irreversibles. Nunca podr¨¢ hablar ni caminar¡±, explica Elisabeth con la voz quebrada.
Sergio, que hoy tiene ocho a?os, no puede mover ninguna de sus extremidades de forma aut¨®noma. Tiene par¨¢lisis cerebral, un severo retraso madurativo y epilepsia causados por la hipoxia (falta de ox¨ªgeno) que sufri¨® durante el parto. La causa fue la ¡°actuaci¨®n negligente¡± del facultativo y la matrona que, en su ausencia, qued¨® al cargo de Elisabeth. As¨ª lo recoge la sentencia dictada el pasado 13 de junio por la Audiencia Provincial Civil de Madrid. Seg¨²n el tribunal, la asistencia recibida por la familia se alej¨® de la buena pr¨¢ctica m¨¦dica al ¡°no extremar [los sanitarios] las medidas adecuadas para comprobar el bienestar fetal¡±, lo que impidi¨® detectar las se?ales ¡°indicadoras de malestar, que desde su aparici¨®n hasta la extracci¨®n final del feto con ces¨¢rea se prolongaron de forma excesiva en el tiempo¡±. La sentencia no entra a valorar el impacto que tuvo en la asistencia m¨¦dica la ausencia durante gran parte del d¨ªa del ginec¨®logo, aunque s¨ª considera probado que esta fue en su conjunto deficiente.
Los magistrados reconocen a la familia el derecho a ser indemnizada con 3,22 millones de euros, a los que hay que sumar a d¨ªa de hoy otros 2,59 millones por intereses de demora, hasta un total de 5.811.391 euros. Es una de las mayores indemnizaciones decretadas por la Justicia espa?ola hasta la fecha por una negligencia m¨¦dica. La aseguradora SegurCaixa Adeslas, a la que Elisabeth se hab¨ªa acogido dentro de MUFACE ¡ªmutualidad que permite a los funcionarios elegir si quieren ser atendidos en la sanidad p¨²blica o privada¡ª, es la que deber¨¢ hacerse cargo de la indemnizaci¨®n.
El abogado de la familia, Rafael Mart¨ªn Bueno, destaca la deficiente asistencia recibida por su cliente. ¡°Hay un momento, en la ma?ana del 24 de mayo, en el que empiezan las complicaciones del parto, que se ir¨¢n sucediendo durante la tarde. Pero el ginec¨®logo no est¨¢ y la matrona que atiende a Elisabeth no puede detectar el sufrimiento fetal ni adelantar la ces¨¢rea. No es de recibo que una paciente que va durante todo el embarazo a un ginec¨®logo y conf¨ªa en ¨¦l, luego descubra que a la hora de la verdad no estar¨¢ presente cuando lo necesita. Esto es algo que a veces sucede en la sanidad privada, donde todo el proceso tiende a concentrarse en un solo facultativo que, l¨®gicamente, no puede estar disponible las 24 horas del d¨ªa todos los d¨ªas del a?o¡±, critica el letrado.
La compa?¨ªa aseguradora y el ginec¨®logo han declinado ofrecer su versi¨®n a EL PA?S. Un portavoz del hospital Nuevo Bel¨¦n, especializado en Ginecolog¨ªa y Obstetricia, destaca por su parte que el centro cuenta con ¡°todos los medios para prestar la mejor calidad asistencial¡±.
Seg¨²n la reconstrucci¨®n de los hechos expuesta en la demanda, el embarazo hab¨ªa transcurrido de ¡°forma controlada y sin patolog¨ªas significativas¡±. La pareja lleg¨® al centro sanitario a las 20.17 del 23 de mayo de 2015, cuando hab¨ªan transcurrido 41 semanas y dos d¨ªas de gestaci¨®n. Media hora m¨¢s tarde, Elisabeth queda ingresada en ¡°la planta de ginecolog¨ªa, con 1 cent¨ªmetro de dilataci¨®n y buen estado del feto¡±.
A las 3.24 de la madrugada del 24 de mayo se ¡°inicia la inducci¨®n [del parto] con Propess¡±, un f¨¢rmaco indicado con este motivo. A las 6.30 la dilataci¨®n ya es de 2 cent¨ªmetros y el l¨ªquido amni¨®tico est¨¢ claro, se?al de que todo marcha bien, seg¨²n anota el personal que atiende a Elisabeth.
La primera se?al preocupante se produce a las 10.35, cuando se produce ¡°un incremento de la variabilidad, superior a 25 latidos por minuto¡± en el coraz¨®n del feto. Esto, seg¨²n la demanda, ¡°estar¨ªa sugiriendo una compresi¨®n del cord¨®n umbilical y, por tanto, un signo precoz de hipoxia leve fetal, como refiere la literatura m¨¦dica¡±. ¡°As¨ª ocurri¨® en nuestro caso, al objetivarse [horas m¨¢s tarde] durante la ces¨¢rea el feto con bandolera de cord¨®n¡±, sigue el documento.
A la una de la tarde el l¨ªquido amni¨®tico presenta ¡°meconio¡± ¡ªprimeras heces del beb¨¦, que suponen un riesgo si este las aspira¡ª. ¡°Esto debe considerarse inicialmente como un signo alerta de compromiso fetal. Sin que conste, tampoco, en esta ocasi¨®n, la llamada de la matrona al obstetra, a fin de que valorase los hallazgos detectados¡±, sigue la demanda.
El estado del beb¨¦ se deteriora a las 19.34, cuando sufre una primera bradicardia ¡ªca¨ªda de la frecuencia cardiaca¡ª que dura 10 minutos. Seg¨²n las gu¨ªas cl¨ªnicas de la Sociedad Espa?ola de Ginecolog¨ªa y Obstetricia (SEGO), si uno de estos episodios dura m¨¢s de tres minutos es necesario ¡°confirmar el bienestar fetal¡± o, en su defecto, indicar ¡°la extracci¨®n urgente¡± del beb¨¦ mediante ces¨¢rea.
Sin ces¨¢rea pese a las bradicardias
Ninguna de estas dos cosas se hizo, aunque la matrona s¨ª avisa en esos momentos ¡°al m¨¦dico de guardia [del hospital] y al ginec¨®logo privado de la paciente, Dr. Cruz¡±, que llegar¨¢ al hospital durante alg¨²n momento en los minutos siguientes. A las 19.50, Elisabeth es trasladada al quir¨®fano para realizarle una ¡°prueba de parto¡±, pero los acontecimientos se precipitan a las 20.28, cuando el beb¨¦ sufre una nueva bradicardia pese a lo cual la ces¨¢rea no se le indica hasta 17 minutos m¨¢s tarde.
Sergio naci¨® finalmente a las 21.05 del 24 de mayo en un delicado estado de salud, ¡°sin esfuerzo respiratorio, sin tono muscular, con coloraci¨®n p¨¢lida y sin reacci¨®n a est¨ªmulos, precisando intubaci¨®n e ingreso inmediato en la UCI neonatal por sospecha de asfixia perinatal¡±. Durante las siguientes horas, el reci¨¦n nacido sufri¨® convulsiones y otras complicaciones que, junto a la hipoxia sufrida durante el parto, le ¡°causaron graves afectaciones neurol¨®gicas¡±, seg¨²n los documentos del proceso judicial.
La familia se muestra ¡°muy satisfecha¡± con la sentencia tras sufrir un varapalo en primera instancia, donde la juez que vio el caso consider¨® que este hab¨ªa prescrito, algo que la Audiencia de Madrid ahora rechaza. El nuevo fallo puede ser recurrido al Tribunal Supremo por ambas partes.
¡°Este dinero nos permitir¨¢ satisfacer las necesidades de Sergio. Ahora vivimos en un piso no adaptado y tenemos un coche que tampoco lo est¨¢. No podemos mover bien su silla de ruedas por casa. Tenemos que cargar con ¨¦l en brazos cada vez que vamos a la escuela o a las terapias que necesita. Hasta hora hemos podido ir tirando gracias a mi reducci¨®n de jornada y la ayuda de mis padres. Pero cada vez est¨¢ m¨¢s mayor. Es un ni?o muy sensible y listo, se da cuenta de todo. Y se pone triste cuando nos ve preocupados por algo que no podemos hacer o adonde no llegamos. Ahora, por fin, podr¨¢ desarrollarse con todo su potencial¡±, concluye satisfecha Elisabeth.
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