Gabilondo: ¡°No todos los obispos han colaborado, alguno nos ha re?ido¡±
El Defensor ha explicado su informe con emotividad y ha sido muy severo con la Iglesia, a la que ha invitado a cambiar de actitud: ¡°Quiero creer que ha tomado conciencia de que el mayor de los esc¨¢ndalos ser¨ªa no colaborar con esta sociedad que quiere saber¡±
EL PA?S puso en marcha en 2018 una investigaci¨®n de la pederastia en la Iglesia espa?ola y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce alg¨²n caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en Am¨¦rica Latina, la direcci¨®n es: abusosamerica@elpais.es.
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¡°Hay gente que se ha suicidado por estas cosas, gente que no ha recompuesto su vida jam¨¢s¡±. El defensor del Pueblo, ?ngel Gabilondo, ha explicado este viernes con intensidad y emotividad en el Congreso, durante m¨¢s de hora y media de intensa comparecencia ante la prensa, los detalles de su informe, que se?ala que un 1,13% de la poblaci¨®n, 440.000 personas, ha sufrido abusos en ¨¢mbito religioso. Empezando por su prioridad, la necesidad de dar una respuesta: ¡°Las v¨ªctimas ya no pueden esperar. Algunas han declarado varias veces, est¨¢n revictimizadas, y dicen: ¡®Por favor, ahora lo que queremos son medidas y reparaci¨®n¡±. El casi medio millar de testimonios que ha recogido su oficina ¡°revela el impacto devastador que los abusos han tenido en personas concretas¡±. ¡°Es necesario dar una respuesta a una situaci¨®n de sufrimiento y de soledad que durante a?os se ha mantenido, de una u otra manera, cubierta por un injusto silencio. Cabe decir que lo que ha sucedido ha sido posible por ese silencio, el de quienes pudieron hacer m¨¢s, o de otro modo para evitarlo. Se subraya que no es cierto que todos lo sab¨ªan, pero es asimismo cierto que no es verdad que nadie lo sab¨ªa¡±, ha dicho.
Ha resaltado Gabilondo en varias ocasiones que la trascendencia del informe depender¨¢ de que se ponga en pr¨¢ctica, para que no se quede en papel mojado y las v¨ªctimas no sientan que ha sido ¡°un trampantojo¡±, y ha subrayado: ¡°Es el momento del Congreso, es el momento del Gobierno¡±. Tambi¨¦n ha instado a la Iglesia a adoptar ¡°compromisos p¨²blicos¡±. ¡°Quiero creer que la Iglesia ha tomado conciencia de que el mayor de los esc¨¢ndalos ser¨ªa no colaborar expl¨ªcitamente con esta sociedad que quiere saber. Hab¨ªa el temor a que se supiera, pensando que eso iba a da?ar a la Iglesia, pero creo que ya tiene conciencia de que nada da?ar¨ªa m¨¢s a la Iglesia que callar sobre este asunto. La Santa Sede ha incidido muy claramente a trav¨¦s de documentos e instrucciones del papa Francisco (¡). Ha dinamizado un movimiento que a m¨ª ya me parece imparable¡±, ha asegurado.
Gabilondo se ha mostrado consciente de que el informe supone un antes y un despu¨¦s: ¡°Algo ha ocurrido, y algo tiene que ocurrir. Las v¨ªctimas han ido adquiriendo mayor resonancia p¨²blica. A ello se a?aden las directrices de la Santa Sede, y una nueva orientaci¨®n de la cuesti¨®n. (¡) La Iglesia no puede relegarlo a un asunto marginal: ahora no es posible hacerlo, la sociedad no lo consentir¨ªa¡±.
El Defensor ha sido muy severo en su an¨¢lisis de la actitud de la Iglesia. Ha asegurado que ¡°durante muchos a?os ha predominado la ocultaci¨®n de los abusos y de los abusadores¡±, con conductas ¡°como el traslado de las personas abusadoras a otras parroquias o centros docentes o incluso a otros pa¨ªses¡±. ¡°Ha sido un ejemplo de mala pr¨¢ctica realizado de modo reiterado y no ocasional¡±, ha afirmado. Tambi¨¦n ha criticado su escasa colaboraci¨®n en la investigaci¨®n en muchos casos: ¡°No todos los obispos han colaborado, alg¨²n obispo nos ha re?ido¡±. En todo caso, ha subrayado que otros responsables s¨ª han cooperado plenamente y dan muestra de querer abordar el problema: ¡°Esto podr¨ªa abrir nuevas perspectivas, es lo que esperamos¡±. Ha aludido a los archivos eclesi¨¢sticos, a los que el Estado no puede acceder por los acuerdos del concordato con la Santa Sede, si bien ha apuntado que este pacto ¡°se?ala que los archivos de la Iglesia son privados, pero la Iglesia puede verlos y comunicar lo que hay en ellos¡±.
El responsable del estudio ha defendido el resultado de la encuesta, a preguntas de los periodistas. ¡°Una encuesta tiene el valor que tiene, que no es poco, el que se le conceda. Pero es una encuesta t¨¦cnicamente impecable¡±, ha respondido sobre el trabajo de GAD3. Ha defendido su credibilidad y que debe juzgarse como un trabajo riguroso para el debate: ¡°No puedo decir que de ah¨ª se deduce que no es para tanto. De ah¨ª se deduce que el problema es serio (¡). Se podr¨ªa criticar a los que han contestado eso, y que no deber¨ªan haber contestado eso. Pero no podemos hacer cr¨ªticas a una encuesta hecha de forma cient¨ªfica (¡). Los ciudadanos tambi¨¦n son adultos y saben leer y sacar sus conclusiones¡±. Ha insistido en que ¡°no hay ning¨²n ataque a la Iglesia¡±.
El Defensor ha concluido que debe respetarse la informaci¨®n surgida de distintas fuentes como aportaci¨®n valiosa para abordar el problema. ¡°?Por qu¨¦ no hemos extrapolado nosotros? Porque entendemos que no hay que extrapolar¡±, ha explicado, en referencia al porcentaje del 1,13% de la poblaci¨®n que dice haber sufrido abusos en el ¨¢mbito religioso en la infancia, pues Gabilondo en ning¨²n momento lo tradujo en cifras totales. Tambi¨¦n ha defendido en varias ocasiones el trabajo de EL PA?S, cuestionado en algunas preguntas de la prensa: ¡°Los medios de comunicaci¨®n no son un peligro, en una sociedad democr¨¢tica son verdaderamente imprescindibles¡±.
En cuanto a la atenci¨®n a las v¨ªctimas en la Iglesia, Gabilondo ha reprochado al clero que ha trabajado m¨¢s en ¡°medidas m¨¢s orientadas a la prevenci¨®n, muchos vol¨²menes con protocolos de prevenci¨®n, que al esclarecimiento y la reparaci¨®n¡±. ¡°Los testimonios recogidos muestran que en muchos casos la respuesta ha sido insuficiente, incluso dilatoria, y que de alguna u otra manera quienes han acudido a la Iglesia pocas veces han sido atendidas de modo adecuado o suficiente (¡). Incluso algunas v¨ªctimas se?alan que han tenido que hacer frente a la negaci¨®n, a la frustraci¨®n, incluso a las presiones. Hasta se les culpabilizaba de los abusos sufridos¡±. Hablando de las propuestas legales de reparaci¨®n, ha sido contundente: ¡°Una persona es v¨ªctima haya o muerto o no su victimario, y la verdad es la verdad, haya prescrito o no¡±.
Su cr¨ªtica ha se?alado tambi¨¦n a los procedimientos can¨®nicos, que ¡°han mostrado importantes d¨¦ficits en los derechos de las v¨ªctimas, pues hasta el momento no son parte del proceso penal can¨®nico, y su voz no tiene el lugar que precisa y merece¡±. En los procesos de la Iglesia, las v¨ªctimas no tienen acceso a su expediente y ni siquiera a la sentencia. ¡°La pura aplicaci¨®n del derecho can¨®nico ha conducido no pocas veces a la soledad, el silenciamiento, el secreto y la indefensi¨®n¡±.
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