Violencia psicol¨®gica: el desaf¨ªo de llevar a juicio los pu?etazos en la psique
Las v¨ªctimas se enfrentan a la complicaci¨®n de mostrar pruebas de delitos que no dejan marcas visibles en el cuerpo. Los testimonios o las grabaciones pueden servir para atajar el germen de los cr¨ªmenes machistas
Sibilina, sutil, sigilosa, intermitente, intangible, retorcida, traicionera. La violencia psicol¨®gica puede empezar con un silencio, o una mirada, y terminar con gritos, insultos, amenazas, chantajes o humillaciones. Ninguna de estas acciones deja marcas reconocibles en el cuerpo, pero pueden sentirse como pu?etazos en el coraz¨®n y la psique y anteceder a otros ataques a los que a veces, despu¨¦s, se llega demasiado tarde para evitarlos. Identificar estas agresiones como ...
Sibilina, sutil, sigilosa, intermitente, intangible, retorcida, traicionera. La violencia psicol¨®gica puede empezar con un silencio, o una mirada, y terminar con gritos, insultos, amenazas, chantajes o humillaciones. Ninguna de estas acciones deja marcas reconocibles en el cuerpo, pero pueden sentirse como pu?etazos en el coraz¨®n y la psique y anteceder a otros ataques a los que a veces, despu¨¦s, se llega demasiado tarde para evitarlos. Identificar estas agresiones como delitos y medir los da?os se convierte en un proceso complejo tanto para las v¨ªctimas, que se enfrentan a pruebas que quiz¨¢s no aporten la evidencia suficiente para demostrar el maltrato en un proceso judicial, como para los jueces, que deben proteger la presunci¨®n de inocencia del acusado. Sin embargo, detectar y juzgar a tiempo este delito, penado en el art¨ªculo 153 del C¨®digo Penal, es clave para evitar una escalada de la violencia que, a veces, llega al asesinato.
Marta (nombre ficticio), una exitosa artista, est¨¢ inmersa en un caso judicial a la espera de juicio tras denunciar a su expareja por violencia machista, mayoritariamente por maltrato psicol¨®gico: ¡°Probablemente quede archivado, pero no necesito la aprobaci¨®n de un juez para saber lo que he sufrido y al menos me escuchar¨¢n. Es un delito y creo que hay que romper la espiral del silencio de esta violencia que pasa de generaci¨®n en generaci¨®n¡±. Marta, que cuando cuenta esto est¨¢ a mitad del proceso, no tiene orden de alejamiento, pero s¨ª protecci¨®n policial.
Antes de atreverse a poner la denuncia tuvo que pasar un tiempo hasta enfrentarse al dif¨ªcil impacto de reconocerse como v¨ªctima de maltrato e ir a la polic¨ªa. El tiempo es, precisamente, una de las caracter¨ªsticas en el delito de maltrato habitual (com¨²n en el psicol¨®gico) que se desprende de las sentencias de la Sala Segunda del Tribunal Supremo: ¡°El retraso en denunciar no puede ser tenido en cuenta para minimizar la credibilidad de la declaraci¨®n por las propias caracter¨ªsticas de este tipo penal en el que el silencio de las v¨ªctimas se manifiesta como una de las m¨¢s relevantes¡±. Estas sentencias tambi¨¦n destacan la paralizaci¨®n de tomar decisiones libres, ¡°ya que no es consciente de que est¨¦ siendo victimizada, porque la dominaci¨®n y subyugaci¨®n del autor del delito de maltrato permite conseguir que no pueda salir del ciclo de la violencia habitual¡±.
Para Marta, verse a s¨ª misma con una carpeta para presentarla en los juzgados es un hito en una relaci¨®n en la que, narra, ha pasado por una d¨¦cada de manipulaciones entreveradas con declaraciones de amor, graves mentiras, buen sexo, que ¨¦l le registre el m¨®vil, que compartan inquietudes genuinas, que ¨¦l abuse de ella o la eche de casa por la noche. ¡°Yo no sab¨ªa si me amaba o me odiaba¡±, explica en un relato que resume la ¡°dependencia y el miedo¡± vivido. ¡°Te sientes estafada¡±, ¡°yo estaba muy enamorada de ¨¦l¡±, ¡°ten¨ªa miedo de hablarle porque todo pod¨ªa generar un conflicto, luego pas¨¢bamos por alg¨²n ciclo bueno, aunque cada vez eran m¨¢s breves¡±, ¡°me hizo creer que yo ten¨ªa una enfermedad mental¡±, ¡°no s¨¦ si voy a salir de esto¡±, ¡°no vives, sobrevives¡±, son algunas de las frases que todav¨ªa pronuncia Marta.
La jueza de la Audiencia Nacional Mar¨ªa Tard¨®n acumula una larga experiencia en casos de violencia de g¨¦nero: ¡°La psicol¨®gica genera m¨¢s da?o que un bofet¨®n. La f¨ªsica se cura, pero la psicol¨®gica te deja destrozado y cuesta revertirla. Quedan secuelas hasta superarlo, como una sensaci¨®n de fracaso, de miedo, de inseguridad, de no valer nada¡±. Considera fundamental preparar y ordenar muy bien el contenido de la denuncia. ¡°Y es muy importante un buen asesoramiento previo. Sin un apoyo jur¨ªdico la v¨ªctima por s¨ª sola no va a poder afrontar adecuadamente todo el desarrollo del procedimiento penal. Es un proceso duro y es complicado acreditarlo¡±, detalla.
En la primera vista, Marta aport¨® dos informes psicol¨®gicos privados, ingresos en urgencias por ataques de ansiedad, capturas de pantalla de amenazas y difamaci¨®n, parte m¨¦dico de baja por incapacidad laboral temporal y tratamiento farmacol¨®gico, entre otros documentos. ¡°Me ha sido muy dif¨ªcil preparar el dosier con el relato de los hechos porque son eventos muy traum¨¢ticos¡±, reconoce Marta, que ha tenido que detener su carrera al verse incapaz de concentrarse para trabajar. ¡°Cuando contacto con el dolor siento como que mi cuerpo se va a caer. Tu vida se detiene. Te destruye internamente, tambi¨¦n profesionalmente¡±, a?ade.
¡°No encuentras muchas maneras de demostrarlo¡±
La historia de Marta se cruza en muchos puntos con la de Amparo (tambi¨¦n nombre ficticio), una madre trabajadora en zona rural que ve¨ªa muy complicado demostrar el sufrimiento que le generaban los gritos permanentes y los desprecios del padre de su hijo. Hasta que, por una grabaci¨®n de una llamada de m¨®vil en la que qued¨® registrada una fuerte amenaza del hombre, le otorgaron una orden de alejamiento. ¡°Me descargu¨¦ una aplicaci¨®n para poder grabar c¨®mo me trataba y eso sirvi¨®¡±, cuenta con alivio.
¡°Si no, no encuentras muchas maneras de demostrarlo. Era mi palabra contra la suya, y se inventaba cosas. O llevas pruebas o nada¡±, a?ade esta mujer, que tambi¨¦n pod¨ªa aportar algunos testigos al caso. ¡°Ahora cada vez que escucho voces o una discusi¨®n me recuerda a aquello y me desestabilizo. Al principio es superdif¨ªcil, pero despu¨¦s es un alivio. Es que si no, ?c¨®mo lo paras?¡±, plantea, mientras recuerda aquel trance como estar ¡°muerta en vida¡±.
¡°La violencia psicol¨®gica tarda m¨¢s en curarse que la f¨ªsica¡±, coincide ?ngeles Carmona, presidenta del Observatorio contra la Violencia de G¨¦nero del Consejo General del Poder Judicial, que insiste en la importancia de contar con una declaraci¨®n muy bien elaborada. ¡°Es esencial, y, como ha dicho el Tribunal Supremo, ya se puede condenar solo con la declaraci¨®n si re¨²ne una serie de requisitos que son la persistencia de la incriminaci¨®n, que no haya motivos esp¨²reos en la denuncia, que el relato sea coherente, contextualizado en tiempo y lugar...¡±, detalla.
A?ade adem¨¢s otro tipo de pruebas como la exploraci¨®n de menores o los testigos, presenciales o por referencias. ¡°Contamos adem¨¢s con los letrados de la Administraci¨®n de Justicia cotejando mensajes de WhatsApp o de redes sociales, de texto, de audio o de v¨ªdeo. Tambi¨¦n analizan si las mujeres tienen instaladas aplicaciones esp¨ªas de geolocalizaci¨®n, esto es muy habitual. Otras pruebas pueden ser los dict¨¢menes periciales, tanto oficiales como de parte¡±.
Carmona explica que, ¡°normalmente¡±, cuando el juez detecta violencia habitual o psicol¨®gica pide un informe a las unidades de valoraci¨®n forense integral, aunque no est¨¢n obligados a seguir necesariamente sus conclusiones. ¡°El juez se puede encontrar informes periciales contradictorios, por lo que no constri?e su decisi¨®n¡±, se?ala. Respecto a los informes periciales psicol¨®gicos de parte, no todas las mujeres pueden financiarlos, en ocasiones por la dependencia econ¨®mica que se tiene del hombre.
Marta se ha sometido a uno privado que le costado unos 2.500 euros. ¡°Igual que en otros casos se toman muestras biol¨®gicas para seguir un rastro, no entiendo c¨®mo no se investiga el rastro psicol¨®gico que deja el maltratador en la v¨ªctima. Se podr¨ªa saber, si nos hicieran un informe pericial oficial. Ahorrar¨ªa much¨ªsimo sufrimiento, tiempo y recursos. En nuestros s¨ªntomas est¨¢ la prueba. Ah¨ª est¨¢ la evidencia¡±, considera Marta, que ya obtuvo un alta psicol¨®gica tras tratar un abuso sexual en la infancia y ha tenido que volver a terapia por trastorno de estr¨¦s postraum¨¢tico, fobias, convulsiones, crisis de ansiedad, problemas de sue?o, depresi¨®n, ideaci¨®n suicida y ataques de p¨¢nico.
Un maltrato habitual que escapa a las pruebas
Lydia Garc¨ªa, vicepresidenta de la Asociaci¨®n de Mujeres Juristas Themis, cuenta que la organizaci¨®n reclama que se realicen en todas las comunidades informes oficiales psicol¨®gicos antes de interponer la denuncia, cuando la mujer ¡°est¨¢ bloqueada por el miedo o la dependencia emocional¡±, indica. ¡°Y ser¨ªa adem¨¢s una prueba m¨¢s objetiva que de parte. Puede ocurrir que la mujer se pase la denuncia entera llorando y que solo cuente el ¨²ltimo grito o bofet¨®n, pero eso es puntual. Se nos escapa el maltrato habitual y psicol¨®gico sutil que ha percibido durante a?os y que un psic¨®logo podr¨ªa detectar. Ellas no suelen identificarlo, es m¨¢s dif¨ªcil de demostrar y puede darse sin que haya alguien delante¡±, contextualiza la abogada, que remarca adem¨¢s la sensaci¨®n de fracaso cuando el caso es sobrese¨ªdo por no poder demostrarlo. ¡°Se quedan sin medidas de protecci¨®n, y tienen que enfrentarse al maltratador de nuevo. Despu¨¦s de la denuncia no se les apoya bien¡±, observa Garc¨ªa.
Marta ha acudido desde el principio a las Unidades de Atenci¨®n a la Familia y la Mujer de la Polic¨ªa Nacional (UFAM) y a trav¨¦s del Sistema de Seguimiento Integral en Casos de Violencia de G¨¦nero (VioG¨¦n) se le otorg¨® en un primer momento un nivel de riesgo de 3 sobre 5. Se ha descargado en su m¨®vil la aplicaci¨®n Alertcops, que la geolocaliza cada 10 minutos, y tiene adjudicado un agente protector donde reside. La inspectora jefa de la UFAM central, Elena Palacios, lleva 35 a?os trabajando en este ¨¢mbito, y destaca la importancia de la formaci¨®n especializada en g¨¦nero de su equipo: ¡°Nosotros hacemos la interpretaci¨®n de tipo penal de su relato y pretendemos acreditar la habitualidad de los comportamientos violentos a trav¨¦s de testimonios, indicios circundantes y pruebas. A veces lo minimizan, por eso tenemos que ayudar a que conf¨ªen en nosotros¡±.
Palacios detecta que estos delitos ocurren a mujeres de todos los ¨¢mbitos socioecon¨®micos y que suelen ir in crescendo. ¡°El agresor disfruta viendo sufrir a la v¨ªctima, es una relaci¨®n de poder. Si ella reacciona, entonces ¨¦l responde con m¨¢s violencia. No se conforma con la l¨¢grima, quiere escuchar sus gritos de dolor¡±, detalla, y apunta lo fundamental de implicar a toda la sociedad en la detecci¨®n del maltrato. Se muestra ¡°muy preocupada¡± por el impacto en los adolescentes, fomentado por ¡°la normalizaci¨®n de la pornograf¨ªa¡± en los menores.
¡°He sentido un cuestionamiento continuo¡±
¡°La UFAM tiene empat¨ªa y conoce la realidad tr¨¢gica de las v¨ªctimas, son facilitadores¡±, valora Marta, que habr¨ªa agradecido m¨¢s ¡°humanidad¡± en los juzgados, algo que no considera incompatible ¡°con un trabajo impecable¡±. Marta ve ¡°que hay una campa?a pol¨ªtica para que se denuncie¡±, pero tambi¨¦n lagunas: ¡°No te cuentan la realidad judicial de despu¨¦s. Van como 30 a?os por detr¨¢s. Entiendo perfectamente que los jueces tienen que estar muy seguros de la veracidad del delito, pero yo he sentido un cuestionamiento continuo. Ante la imposibilidad de obtener una orden de alejamiento o de que tu caso se archive y el maltratador se sienta impune, el mensaje que recibes es: ¡®cambia de ciudad, de trabajo, de vida y recl¨²yete¡¯. El argumento es que es muy dif¨ªcil restringirle a una persona el derecho a moverse libremente, sin embargo, piden que lo restrinjas t¨²¡±.
Carmona lamenta que no todos los jueces respondan a los protocolos espec¨ªficos sobre c¨®mo tomar declaraci¨®n a una v¨ªctima de violencia machista: ¡°Hacemos mucho esfuerzo en la formaci¨®n especializada en esta jurisdicci¨®n. Este delito no es como cualquier otro, es fundamental que ella se sienta cre¨ªda¡±, aclara la presidenta del observatorio, que recuerda que hay cursos de perspectiva de g¨¦nero disponibles para la judicatura y que ya est¨¢n instaurados como obligatorios para pedir cualquier cambio de jurisdicci¨®n, entre otras medidas.
¡°Aunque est¨¢ siendo dur¨ªsimo, volver¨ªa a denunciar¡±, declara Marta, que tambi¨¦n afirma que todo ser¨ªa a¨²n m¨¢s doloroso y dif¨ªcil si no hubiera recibido terapia y si no contara con ahorros y una red familiar y de amigos que la apoyan econ¨®micamente, la acompa?an y la creen. ¡°Cuando la gente te entiende, la reparaci¨®n es m¨¢s r¨¢pida. Es necesario un posicionamiento social hacia lo intolerable, hacia los delitos. Para m¨ª, es c¨®mplice quien no hace nada. La acci¨®n ciudadana es vital para frenar la violencia y parece que todav¨ªa no se entiende la din¨¢mica del maltrato. Hay que romper el silencio, no es una tendencia, es una urgencia¡±.
En lo que va de a?o, 52 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas. Desde que arranc¨® la estad¨ªstica oficial, en 2003, son 1.237 mujeres. Hay, adem¨¢s, dos casos en investigaci¨®n.
El tel¨¦fono 016 atiende a las v¨ªctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del d¨ªa, todos los d¨ªas del a?o, en 53 idiomas diferentes. El n¨²mero no queda registrado en la factura telef¨®nica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. Tambi¨¦n se puede contactar a trav¨¦s del correo electr¨®nico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el n¨²mero 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al tel¨¦fono de la Fundaci¨®n ANAR 900 20 20 10. Si es una situaci¨®n de emergencia, se puede llamar al 112 o a los tel¨¦fonos de la Polic¨ªa Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicaci¨®n ALERTCOPS, desde la que se env¨ªa una se?al de alerta a la Polic¨ªa con geolocalizaci¨®n.