?ngeles Carmona: ¡°Hay que extender la protecci¨®n a los casos de violencia machista fuera de la pareja¡±
?ngeles Carmona, presidenta del Observatorio contra la Violencia de G¨¦nero desde el 2014, recuerda casos como los de Diana Quer y Laura Luelmo, o delitos como la trata, los matrimonios forzados o la mutilaci¨®n genital
?ngeles Carmona (Madrid, 57 a?os) asegura que nunca ha sentido m¨¢s vocaci¨®n de servicio que como secretaria judicial en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer n¨²mero 3 de Sevilla. Vocal del Consejo del Poder Judicial y Presidenta del Observatorio contra la Violencia de G¨¦nero desde 2014, quiere ampliar la protecci¨®n de la Ley Contra la Violencia de G¨¦nero a los delitos machistas contra las mujeres cometidos por hombres que no son su pareja.
Pregunta. Uno de cada cinco j¨®venes cree que no existe la violencia de g¨¦nero. Y adem¨¢s, el 56,8% de los hombres entre 18 y 22 a?os piensan que la violencia de g¨¦nero la sufren por igual hombres y mujeres. ?Por qu¨¦ est¨¢ pasando esto?
Respuesta. Ah¨ª lo que estamos viendo es falta de sensibilizaci¨®n y de formaci¨®n en los centros educativos y en el seno de las familias. Desde el momento en el que hay gente que piensa que existe violencia de g¨¦nero por los dos lados, tenemos un problema de concepto: la violencia de g¨¦nero es la que se ejerce sobre la mujer exclusivamente.
P. ?Cree que esta confusi¨®n est¨¢ relacionada con la extensi¨®n de conceptos como violencia intrafamiliar, que defiende el presidente de Castilla y Le¨®n, Alfonso Fern¨¢ndez Ma?ueco?
R. S¨ª. El gran ¨¦xito de nuestro pa¨ªs ha sido precisamente identificar que hay un tipo de violencia que afecta de una manera desproporcionada a las mujeres y que tiene su origen en una sociedad heteropatriarcal en la que han estado sometidas y dominadas por los hombres. Es una violencia que tiene unas ra¨ªces sociales e hist¨®ricas. Y por eso es tan importante el que los conceptos est¨¦n muy claros y no se den pasos atr¨¢s.
P. Entonces, ?sigue siendo importante defender que el concepto de violencia de g¨¦nero tiene un sentido propio?
R. Es fundamental. Y eso no quiere decir que no exista otro tipo de violencia dentro de la unidad familiar, que existe. Es la violencia que nosotros denominamos dom¨¦stica y que en el C¨®digo Penal tambi¨¦n est¨¢ castigada, porque son unos delitos especialmente gravados: la que se ejerce de hijos a padres, de madres a hijos, a abuelos, hermanos. Es decir, el hecho de que exista una especial protecci¨®n a la mujer no quiere decir que se est¨¦ desprotegiendo a otras personas que est¨¢n en el n¨²cleo familiar, ni much¨ªsimo menos.
P. En ese error de percepci¨®n sobre la violencia machista, ?cu¨¢nto pesan los mitos como el de las denuncias falsas?
R. Hist¨®ricamente, cada vez que se dan pasos hacia la igualdad de las mujeres, existe mucha resistencia por parte de la sociedad. Junto a la Fiscal¨ªa General del Estado, el Observatorio saca el dato de las denuncias falsas por violencia machista en comparaci¨®n con las denuncias que se presentan en general en Espa?a ¡ªentre un 0,016 y un 0, 019%¡ª y se hace precisamente para neutralizar esos mitos. Otro muy arraigado es que todos los maltratadores est¨¢n locos.
P. La excusa es que no estaba bien de la cabeza.
R. El porcentaje de eximentes o atenuantes por enfermedad mental, por alcoholismo o por drogadicci¨®n es m¨ªnimo, no llega ni a un 1%. No est¨¢n locos. Lo que han cometido es uno de los delitos m¨¢s execrables que se pueden cometer por el simple hecho de entender que una mujer es de su propiedad y que, por lo tanto, pueden decidir sobre su vida y su muerte. La mayor¨ªa de los asesinatos se producen cuando la mujer verbaliza que quiere dejar la relaci¨®n. Al tomar declaraci¨®n al asesino, su reacci¨®n es culpabilizar siempre a la v¨ªctima.
Es fundamental defender el concepto de violencia de g¨¦nero y que no se den pasos atr¨¢s¡±
P. Cuando las personas propagan esos mitos desde posturas de influencia, privilegio o poder, est¨¢n colaborando a la perpetuaci¨®n de la violencia machista. Sobre eso habr¨ªa que trabajar tambi¨¦n, ?no?
R. La desinformaci¨®n siempre es muy peligrosa. El Observatorio lucha contra ello poniendo negro sobre blanco los datos.
P. Sobre esos datos, ?cu¨¢les son los que le dan esperanza?
R. El aumento de las denuncias. A pesar de que parezca que es un dato malo, resulta muy positivo. Casi todo el mundo ha o¨ªdo o ha visto alguna vez a una mujer siendo insultada, vejada, amenazada o agredida. Antes se consideraba que si la mujer estaba dentro de esa pareja era porque quer¨ªa y ahora los vecinos o la gente por la calle llaman a la polic¨ªa cada vez m¨¢s.
P. ?Se pone demasiada responsabilidad en la v¨ªctima?
R. En los casos de menores, que son doblemente vulnerables, es muy importante el entorno. A una mujer adulta ya le cuesta much¨ªsimo trabajo denunciar porque tiene miedo, no se identifica como v¨ªctima, no quiere perjudicar al maltratador o este se ha encargado de hacerle sentir culpable. Pero si esa v¨ªctima encima es menor, todos esos par¨¢metros se multiplican por mil. Y en muchas ocasiones, el maltratador la ha aislado adem¨¢s de sus amigas y de su familia.
P. Expandir el concepto de violencia machista fuera de las relaciones de pareja y expareja es una petici¨®n del Observatorio que no est¨¢ recogida en la nueva ley de violencia de g¨¦nero.
R. Es muy importante, porque los convenios internacionales de los que Espa?a forma parte as¨ª lo reconocen. En Espa?a, desde el a?o 2004 se ha hecho un esfuerzo enorme en atender y en intentar erradicar la violencia en pareja porque es la m¨¢s numerosa y en donde existen los delitos m¨¢s graves, los asesinatos. Pero tambi¨¦n se dan casos de violencia machista sobre mujeres ¡ªpor el hecho de serlo¡ª por parte de hombres que no son sus parejas: casos como los de Diana Quer o Laura Luelmo. El acoso sexual por raz¨®n de g¨¦nero, la trata de mujeres y ni?as con fines de explotaci¨®n sexual, los matrimonios forzados o la mutilaci¨®n genital femenina son delitos que no pueden considerarse m¨¢s machistas, o sea, son violencia de g¨¦nero.
Hay que poner el acento en la formaci¨®n de la judicatura para que aprendan a identificar cu¨¢ndo un menor est¨¢ sufriendo o en peligro¡±
P. En 2013 ya se extendi¨® la protecci¨®n a los hijos de las mujeres v¨ªctimas, que tambi¨¦n est¨¢n siendo asesinados por violencia machista.
R. Esos casos est¨¢n siendo instruidos por juzgados de violencia sobre la mujer. Pero hay que extender todav¨ªa m¨¢s esa protecci¨®n y llegar a las mujeres que sufren violencia fuera de la pareja. Est¨¢ en el Convenio de Estambul, est¨¢ en el Pacto de Estado contra la violencia machista, pero todav¨ªa no se ha materializado en una reforma legislativa.
P. ?Qu¨¦ dato es el que m¨¢s le preocupa?
R. Nos preocupa enormemente la violencia entre los adolescentes y la violencia vicaria. Entre el a?o 2003 y el 2010 la media de asesinatos era mucho m¨¢s alta de la que tenemos de 2010 a 2022, pero sigue habiendo demasiados y, sobre todo, demasiados asesinatos de ni?os por violencia vicaria. Por eso creemos que hay que poner el acento en la formaci¨®n del entorno sanitario, los recursos asistenciales y de las fuerzas de seguridad del Estado y de la judicatura para que aprendan a identificar cu¨¢ndo un menor est¨¢ sufriendo o en peligro.
P. Es verdad que hay casos muy llamativos de juzgados donde se expide una gran cantidad de ¨®rdenes de alejamiento y en otros, casi ninguna. M¨¢s all¨¢ de un caso de estad¨ªstica, ?tiene que ver con la sensibilidad de los jueces?
R. En el Pacto de Estado contra la violencia machista existe una medida, que est¨¢ todav¨ªa por implementar, que establece que es necesario modificar la ley para que exista una serie de par¨¢metros a tener en cuenta por los jueces a la hora de adoptar o no una orden de protecci¨®n, y que ser¨ªa bueno para homogeneizar esos criterios en todo el territorio. Despu¨¦s de la ¨²ltima modificaci¨®n legislativa, va a haber un cuerpo de jueces especializados en violencia contra la mujer. Porque para estar en un juzgado como estos no solamente hace falta conocer mucho la legislaci¨®n, es necesario tener una especial sensibilidad y tener perspectiva de g¨¦nero.
Todav¨ªa hay quien piensa que los avances que hace la mujer van en contra del hombre¡±
P. El ¡°solo s¨ª es s¨ª¡± levant¨® una pol¨¦mica muy reveladora dentro y fuera de la judicatura.
R. La sentencia de La Manada ha sido traducida a much¨ªsimos idiomas. Es mod¨¦lica porque la perspectiva de g¨¦nero est¨¢ en todos sus p¨¢rrafos. En el v¨ªdeo que ellos mismos grabaron y difundieron, que fue la aut¨¦ntica prueba de cargo, se ve esa actitud absolutamente indefensa, vulnerable e inerte de un cuerpo. Es que ?c¨®mo iba a decir que no? No pod¨ªa hacerlo. Se ve la falta de consentimiento, el abuso num¨¦rico y la situaci¨®n de poder y de dominaci¨®n de cinco personas sobre una. Siempre hay quien piensa que todos estos avances que est¨¢ haciendo la mujer van en contra del hombre y no es as¨ª.
P. ?Se puede cambiar esa mentalidad?
R. Hace a?os hubo una gran pol¨¦mica sobre los piropos callejeros. Yo defend¨ª que era una invasi¨®n de la intimidad de la mujer y una forma de cosificarla, porque nadie le grita por la calle: ¡°?Qu¨¦ buena persona eres!¡±. Un hombre me dijo: ¡°Ay, pues a m¨ª me gustar¨ªa que las mujeres me dijesen lo guapo que soy¡±. ?Y si te lo dice otro hombre? Ah¨ª cambia la cosa, y eso que en el caso de dos hombres hay menos diferencia que entre un hombre y una mujer. Los hombres tienen madres, hijas, hermanas a las que no quieren que les pase eso por las calles. Sin embargo, si no ponen su granito de arena, la situaci¨®n no cambiar¨¢. Echamos de menos m¨¢s hombres implicados en esta lucha.
P. ?El rechazo social puede cambiar la mentalidad y las historias individuales?
R. Si ves que a tu alrededor estas conductas son rechazadas, tienes fuerza para no tolerar. No hay que hacerlo. Hay que denunciar, no solamente para que podamos llegar a tiempo, sino porque no queremos que haya impunidad. Si no pasa nada, y encima tu entorno te apoya como suced¨ªa con La Manada, estas actitudes van a seguir sucediendo. Es importante que el maltratador sepa que toda la acci¨®n de la justicia va a recaer sobre ¨¦l, que esas actitudes son delictivas y que acarrean rechazo social. En muchas ocasiones las legislaciones van por delante de la sociedad, que a veces se mueve a trancas y barrancas, pero es importante que vaya evolucionando.
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