Espa?a no logra cerrar bajo su presidencia europea una ley contra la violencia machista en la UE
El pulso por la inclusi¨®n de la violaci¨®n en base al consentimiento bloquea una normativa declarada como prioridad y que la presidencia belga intentar¨¢ cerrar ahora en tiempo de descuento
Est¨¢ por ver si la Uni¨®n Europea logra todav¨ªa acordar su primera gran ley sobre violencia machista. Lo que s¨ª est¨¢ claro es que no lo har¨¢ bajo la presidencia espa?ola de turno del Consejo de la UE, pese a que hab¨ªa sido declarada como una de sus grandes prioridades de su semestre europeo. Una ¨²ltima reuni¨®n este mi¨¦rcoles en Estrasburgo para intentar cerrar un texto final consensuado no ha servido m¨¢s que para ...
Est¨¢ por ver si la Uni¨®n Europea logra todav¨ªa acordar su primera gran ley sobre violencia machista. Lo que s¨ª est¨¢ claro es que no lo har¨¢ bajo la presidencia espa?ola de turno del Consejo de la UE, pese a que hab¨ªa sido declarada como una de sus grandes prioridades de su semestre europeo. Una ¨²ltima reuni¨®n este mi¨¦rcoles en Estrasburgo para intentar cerrar un texto final consensuado no ha servido m¨¢s que para constatar el fracaso de las negociaciones, debido a la negativa f¨¦rrea de varios Estados, especialmente Alemania y Francia, de aceptar tipificar uniformemente en toda la UE el delito de la violaci¨®n en base al consentimiento, algo que la Euroc¨¢mara ha puesto como condici¨®n y que la Comisi¨®n tambi¨¦n apoya.
Todav¨ªa queda algo de tiempo, pero muy poco, para sacar la ley adelante en lo que queda de mandato, y el Parlamento Europeo pone ahora sus esperanzas en que la presidencia belga de turno pueda intensificar las negociaciones en las primeras semanas de enero para desbloquear la situaci¨®n y poder cerrar la normativa y ratificarla antes del ¨²ltimo pleno, en abril. Porque pasarlo a una Comisi¨®n y sobre todo al Parlamento Europeo nuevos tras las elecciones europeas de junio, en las que habr¨¢ previsiblemente una mayor fuerza ultra en el hemiciclo, es arriesgarse a que la directiva nunca sea aprobada o lo haga demasiado rebajada, advierten todas las partes (en eso s¨ª se est¨¢ de acuerdo).
¡°Manifestamos nuestra profunda decepci¨®n e indignaci¨®n en nombre de los ciudadanos de la UE ante la negativa del Consejo de incluir el delito de violaci¨®n basado en la falta de consentimiento en la legislaci¨®n¡±, han dicho en un comunicado conjunto 11 de las eurodiputadas que han participado en las negociaciones. El hecho de que las signatarias procedan de todo el arco pol¨ªtico salvo de la extrema derecha es una muestra de la firme postura respecto a esta cuesti¨®n que mantiene la Euroc¨¢mara, que considera que la violaci¨®n basada en el consentimiento es el ¡°m¨ªnimo¡± admisible puesto que es lo que establece el Convenio de Estambul y permite un castigo m¨¢s amplio de la agresi¨®n sexual. Incluir la violaci¨®n en la directiva, sostienen, garantizar¨ªa una protecci¨®n mayor necesaria de todas las mujeres y ni?as en todo el territorio europeo.
La inusitada brevedad, apenas una hora, del cuarto tr¨ªlogo ¡ªcomo se llaman las negociaciones entre Consejo (los Estados), Euroc¨¢mara y Comisi¨®n Europea para acordar un texto armonizado que luego tiene que ser ratificado por las partes¡ª fue una muestra m¨¢s de un fracaso que ven¨ªa anunciado por el no rotundo de Francia y Alemania a cambiar de postura. Y eso pese a los esfuerzos negociadores de la presidencia espa?ola y las presiones tambi¨¦n en la calle en los dos pa¨ªses, donde las feministas se han movilizado fuertemente en las ¨²ltimas semanas en un intento, hasta ahora vano, de poner a Berl¨ªn y Par¨ªs, como dijo la relatora socaildem¨®crata Evin Incir, ¡°en el lado correcto de la historia¡±.
¡°Es una cuesti¨®n de voluntad pol¨ªtica¡±, hab¨ªan denunciado en una rueda de prensa previa al ¨²ltimo encuentro, celebrado en Estrasburgo, las parlamentarias, cuyos gestos graves demostraban sus pocas esperanzas en la ¨²ltima negociaci¨®n bajo batuta de Espa?a, un pa¨ªs en el que hab¨ªan depositado grandes esperanzas debido a que tiene una legislaci¨®n al respecto muy por delante de la mayor parte de sus socios europeos.
Al contrario que Hungr¨ªa, cuya oposici¨®n es ideol¨®gica porque directamente no reconoce cuestiones de violencia de g¨¦nero, en el caso alem¨¢n y franc¨¦s las razones del no son m¨¢s una cuesti¨®n legal: argumentan que la UE no tiene competencias jur¨ªdicas en esta materia, que pertenece al derecho penal de cada pa¨ªs, y dicen temer que, al carecer de base jur¨ªdica, cualquier pa¨ªs que se oponga a la normativa podr¨ªa acudir al Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) y este podr¨ªa acabar anulando toda la directiva, que busca una protecci¨®n m¨¢s amplia de las mujeres m¨¢s all¨¢ de la violaci¨®n. El pecado original, no obstante, est¨¢ en los propios Estados, que previamente rechazaron la propuesta de la Euroc¨¢mara de convertir la violaci¨®n en un eurodelito con definici¨®n com¨²n, lo que habr¨ªa aclarado la situaci¨®n jur¨ªdica.
Mientras que los servicios jur¨ªdicos del Parlamento Europeo y la Comisi¨®n consideran que s¨ª hay base legal para incluir la violaci¨®n en la ley, los del Consejo no lo ven as¨ª, extremo al que se han aferrado Berl¨ªn y Par¨ªs. La presidencia espa?ola, pese a apoyar la directiva con la definici¨®n de violaci¨®n, no ha conseguido moverlos.
Para salir adelante, la normativa necesita una mayor¨ªa cualificada y el no alem¨¢n y franc¨¦s, junto al h¨²ngaro, constituyen una minor¨ªa de bloqueo insalvable pese a que, en las ¨²ltimas semanas, varios pa¨ªses como Finlandia o Chipre hab¨ªan cambiado su no por un s¨ª. De hecho, durante la presidencia espa?ola, un total de siete pa¨ªses inicialmente opuestos acabaron apoyando la directiva con la inclusi¨®n de la violaci¨®n. Algo positivamente valorado por buena parte de la Euroc¨¢mara donde, sin embargo, tambi¨¦n hay voces que lamentan una implicaci¨®n m¨¢s fuerte de Espa?a en las negociaciones, extremo que esta niega. ¡°Hemos hecho un gran esfuerzo de tiempo y energ¨ªa¡±, aseguran fuentes diplom¨¢ticas espa?olas, que indican que, desde que comenzaron las negociaciones, en julio, se han celebrado diez reuniones interinstitucionales (dos al mes) y una reuni¨®n informal por semana, adem¨¢s de ¡°contactos orales y por escrito¡± con todos los Estados miembros, incluidas cartas de la entonces ministra de Justicia, Pilar Llop, a otros ministros.
Las esperanzas, aunque no muchas, se centran ahora en una presidencia belga que tendr¨¢ el reto de priorizar esta carpeta en un mandato de por s¨ª complicado porque, debido a las elecciones europeas, su mandato real ser¨¢ mucho m¨¢s corto que el semestre oficial. Pero el tiempo no juega a favor: los c¨¢lculos son que, si hasta febrero no hay un acuerdo, en ning¨²n caso se podr¨¢ intentar la directiva antes de que se disuelva la Euroc¨¢mara. Para ello, B¨¦lgica tendr¨ªa que convocar un nuevo tr¨ªlogo en las primeras semanas del a?o.
¡°Ponemos nuestras esperanzas en la presidencia belga para intentar resolver la situaci¨®n. Sabemos que les estamos pidiendo mucho en un periodo tan corto de tiempo, pero lo haremos¡±, dijo la ponente irlandesa Frances Fitzgerald, del Partido Popular Europeo (PPE). ¡°Todav¨ªa no es demasiado tarde¡±, urgi¨® la socialdem¨®crata Incir.