El debate sobre el consentimiento divide a la UE en sus esfuerzos por aprobar la primera norma espec¨ªfica sobre violencia contra la mujer
Alemania y Francia encabezan la oposici¨®n al incluir la definici¨®n de violaci¨®n basada en la ausencia de consentimiento de la directiva. La Euroc¨¢mara y la Comisi¨®n advierten a los Estados de que sin el ¡°solo s¨ª es s¨ª¡±, la ley europea quedar¨¢ debilitada
La batalla para combatir la violencia contra las mujeres que se conmemora este fin de semana con protestas en las principales capitales de Europa y el mundo se libra, en Bruselas, de puertas adentro. Las intensas negociaciones finales para sacar adelante la primera norma europea espec¨ªfica sobre la violencia contra la mujer se han topado con un obst¨¢culo serio: el no de varios pa¨ªses, pero sobre todo de los pesos pesados Alemania y Francia, a aceptar el principio del ¡°solo s¨ª es s¨ª¡±, es decir, que se considere a nivel europeo como violaci¨®n un acto sexual sin consentimiento expl¨ªcito.
La Uni¨®n Europea ha dado este a?o grandes pasos en materia de derechos de la mujer y su protecci¨®n frente a la violencia machista, sobre todo con la ratificaci¨®n del Convenio de Estambul, que entr¨® en vigor en todo el espacio europeo el 1 de octubre. Pero queda todav¨ªa una gran asignatura pendiente, la aprobaci¨®n de la directiva sobre la lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia dom¨¦stica, que se encuentra en la fase final de negociaciones a tres bandas (entre Euroc¨¢mara, Estados y Comisi¨®n).
Unas discusiones que comenzaron con mucho vigor en julio, bajo la presidencia rotatoria espa?ola del Consejo de la UE, que ha querido dar una gran prioridad a este tema. Pero tres tr¨ªlogos (que as¨ª se llaman estas negociaciones) despu¨¦s, y a punto de acabarse el semestre espa?ol, la aprobaci¨®n de un texto final consensuado sigue estancada sobre todo por una pelea clave: la tipificaci¨®n penal de la violaci¨®n basada en la falta de consentimiento que ya rige entre otros en la legislaci¨®n espa?ola.
La propuesta de este delito figura en el texto original de la Comisi¨®n y ha sido defendida a capa y espada por la Euroc¨¢mara, bajo la premisa de que solo el criterio del consentimiento ¡°logra la plena protecci¨®n de la integridad sexual de las v¨ªctimas¡±. Es una posici¨®n que ha logrado el consenso entre la mayor parte de los partidos (salvo los de ultraderecha), como se vio en el debate sobre el tema en el pleno en Estrasburgo esta semana. Pese a ello, los Estados la han eliminado de su posici¨®n negociadora, ante la oposici¨®n de varios pa¨ªses ¡ªPolonia y Hungr¨ªa, pero tambi¨¦n, para sorpresa de muchos, Alemania y Francia¡ª que alegan que no hay base legal en los tratados para acordar una definici¨®n tal de la violaci¨®n a nivel europeo. Berl¨ªn dice adem¨¢s que se estar¨ªa sobrepasando las competencias legales de la UE, lo que podr¨ªa convertirse en un ¡°cuestionable precedente pol¨ªtico¡±.
Tanto la Comisi¨®n como la Euroc¨¢mara han dejado claro que, sin este punto, la directiva que se espera sea aprobada como tarde a comienzos del a?o que viene quedar¨¢ muy debilitada. Y el Parlamento Europeo, que ya fracas¨® en su intento de tipificar la violencia de g¨¦nero como eurodelito, amenaza incluso con hacer caer toda la normativa si no ceden los Estados. En v¨ªsperas del D¨ªa Internacional de la Eliminaci¨®n de la Violencia contra la Mujer, este s¨¢bado, las voces de alerta se han multiplicado, tanto desde las instituciones como desde la calle.
En Francia, varios grupos feministas reclamaron en Par¨ªs este viernes al presidente, Emmanuel Macron, que d¨¦ marcha atr¨¢s en su oposici¨®n al ¡°solo s¨ª es s¨ª¡±. Lo hicieron coincidiendo con la publicaci¨®n de una encuesta del instituto Ifop que se?ala que el 89% de los franceses apoya que el proyecto de ley europeo base la definici¨®n de la violaci¨®n en el consentimiento, un extremo por el que tambi¨¦n han presionado mediante una carta enviada al presidente franc¨¦s casi una cuarentena de diputados galos, que le reclaman un cambio de su ¡°posici¨®n incomprensible¡±, advirtiendo de que ¡°excluir la violaci¨®n de la directiva ser¨ªa catastr¨®fico para los derechos de las mujeres¡± y pondr¨ªa a Francia ¡°en contra del sentido de la Historia y del lado de Polonia y Hungr¨ªa¡±.
Casi al mismo tiempo, en Bruselas, y pese al fr¨ªo y la lluvia, las 100 mujeres voluntarias convocadas por la artista conceptual Alicia Framis se congregaron en el coraz¨®n del barrio europeo y, a una consigna, se quedaron quietas durante diez minutos, enfundadas en guantes rojos y portando pancartas con un c¨®digo QR con mensajes como ¡°solo s¨ª es s¨ª¡±, ¡°no est¨¢s sola¡± o ¡°ni una menos¡±. Con la performance Secret Strike (huelga secreta), la artista nacida en Barcelona y asentada en ?msterdam, con el apoyo de la presidencia espa?ola de turno de la UE, quer¨ªa denunciar la falta de acci¨®n sobre la violencia de g¨¦nero en v¨ªsperas del d¨ªa mundial en que se recuerda ¡ªy denuncia¡ª esta lacra. El lugar elegido tambi¨¦n era importante: en la plaza situada entre las sedes de la Comisi¨®n y el Consejo Europeos, dos de los protagonistas de la batalla principal para sacar adelante la primera norma europea sobre violencia contra las mujeres.
Desde Pamplona, donde particip¨® en el consejo informal de ministros de Igualdad, la comisaria del ramo, Helena Dalli, reiter¨® la importancia de tener una definici¨®n de violaci¨®n basada en el consentimiento.
¡°La legislaci¨®n de algunos Estados requiere una prueba de resistencia o de que la v¨ªctima fue asaltada. Nosotros lo que decimos es que el ¨²nico consentimiento es cuando la mujer dice s¨ª. Y creemos profundamente que solo entonces las mujeres de la UE van a estar protegidas de la violencia¡±, declar¨® tras la cita de ministros, donde la cuesti¨®n, dijo, fue discutida en los pasillos (aunque la directiva est¨¢ en manos de los responsables de Justicia, no de Igualdad).
Fuentes implicadas en las negociaciones de los tr¨ªlogos subrayan la importancia de tener una tipificaci¨®n com¨²n de la violaci¨®n, ya que solo un enfoque armonizado, se?alan, puede garantizar el mismo nivel de protecci¨®n a todas las v¨ªctimas en todo el territorio europeo. Queda al menos a¨²n una cuarta reuni¨®n, a mediados de diciembre, para intentar convencer a los pa¨ªses necesarios: se requiere mayor¨ªa cualificada del 55% de los Estados miembros, que representen al menos el 65% de la poblaci¨®n total de la UE, de ah¨ª la importancia de convencer a Alemania y/o Francia para que cambien de postura. Algo que la comisaria Dalli reconoce ser¨¢ dif¨ªcil, pero no imposible. ¡°Si no logramos un acuerdo, habremos fracasado, pero tengo esperanza¡±, declar¨® desde Pamplona.
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