Mamen Jim¨¦nez, psic¨®loga: ¡°No es que se acabe el amor, es que no os hab¨¦is cuidado¡±
La psic¨®loga y sex¨®loga Mamen Jim¨¦nez desmonta en su libro ¡®Contigo¡¯ los mitos del amor rom¨¢ntico
El arma de Mamen Jim¨¦nez (Lucena, C¨®rdoba, 42 a?os) en su d¨ªa a d¨ªa como psic¨®loga, sex¨®loga, divulgadora y haciendo terapia de pareja, es el humor. En su ¨²ltimo libro, Contigo (Lunwerg), desmonta los mitos del amor rom¨¢ntico y da pautas a golpe de sentido com¨²n para tener relaciones m¨¢s sanas. Mitos como que, si hay amor, viene todo rodado; que quien bien te quiere, te har¨¢ sufrir, o que alcanzar el orgasmo depende de la pareja.
Pregunta. ?Qu¨¦ significa que el amor es un constructo social?
Respuesta. Por un lado, est¨¢n las emociones y luego, el significado que les damos. Y esa es la parte de construcci¨®n social. Las mariposas en el est¨®mago son ansiedad pura y dura. Lo que pasa es que cuando me enfrento a un tigre en la selva me cago y cuando me pasa con una persona que me gusta, todo el modelo social me ha dicho que me he enamorado.
P. ?No depende el orgasmo de la pareja?
R. El orgasmo no depende de la otra persona si tenemos en cuenta todo lo que hace falta para tener un orgasmo. El orgasmo es tuyo porque es tu cuerpo, y para que se produzca tienes que sentirte sujeto de deseo, darte permiso para desear, haberte explorado, conocer tu cuerpo, abandonarte¡ Y si todo eso se da, se va a producir la excitaci¨®n necesaria para que acabe detonando en un orgasmo. Quien tienes enfrente es un elemento que interviene.
P. ?Es necesario explorarse a uno mismo?
R. Si no conozco mi cuerpo y no lo he visto, no tengo posesi¨®n de ¨¦l. Eso alimenta la idea de que es mi pareja la que me da placer. Y, adem¨¢s, deber¨ªa saber lo que me gusta porque yo no me he tocado y no conozco mi cuerpo. En una relaci¨®n heterosexual, que tiene una genitalidad completamente diferente, no va a funcionar. Puede pasar que d¨¦ en la tecla, pero me estoy perdiendo enteros.
El amor para toda la vida puede ser una condena¡±
P. ?Esa incitaci¨®n a tocarse no da la raz¨®n a quienes critican la educaci¨®n sexual?
R. No. Quien no quiere que se haga educaci¨®n sexual es porque est¨¢ plante¨¢ndola desde una concepci¨®n adulta. La adulta tiene un componente que es la er¨®tica. La infantil es exploratoria, est¨¢n descubriendo el mundo y se toquetean y les gusta, y ah¨ª es donde tenemos que intervenir, empoder¨¢ndolos: ¡°Este es tu cuerpo, te est¨¢ gustando, fenomenal. Ahora vamos a hablar de dos conceptos: privacidad e intimidad¡±. As¨ª posibilitamos ese futuro disfrute adulto sin culpa y los protegemos porque les estamos diciendo que esto se hace en privado, con ellos mismos, no con otros. Es fundamental que los peques entiendan que su cuerpo es suyo, que nadie tiene que hacer con ¨¦l nada que ellos no quieran. Adem¨¢s, un estudio afirma que los que saben el nombre real de los genitales est¨¢n menos en riesgo de depredadores sexuales, porque a los pederastas lo que les gusta es esa inocencia. Y una vez que pasa algo, es m¨¢s f¨¢cil que se crea a esos peques que saben el nombre real porque est¨¢n explicando algo concret¨ªsimo. Con una buena educaci¨®n sexual hay menos pr¨¢cticas de riesgo y un inicio m¨¢s tard¨ªo de las interacciones sexuales, menos situaciones de abuso¡
P. ?Puede chocar eso con valores religiosos?
R. A la hora de dar educaci¨®n sexual en casa, tenemos que tener en cuenta los valores de la familia. Pero hay que explicarlo de esa manera: ¡°Mis valores son esto, pero son los m¨ªos¡±. Y luego est¨¢ la siguiente parte: tus valores est¨¢n fenomenal, pero no pueden atentar contra el derecho del menor, y los menores tienen derecho a un desarrollo afectivo-sexual sano.
P. ?Es necesaria m¨¢s educaci¨®n emocional?
R. Aqu¨ª hay un poco de brecha de g¨¦nero, porque a las mujeres se nos socializa mucho en identificar las emociones y a gestionarlas. A los peque?os, en ocultarlas y no expresarlas m¨¢s all¨¢ de la ira. Luego tenemos adultos que tienen esas otras emociones, pero no las saben identificar y que gestionan desde la ira. Habr¨ªa que hablar m¨¢s de las emociones, validar m¨¢s a las criaturas porque son personas, no ciudadanos de segunda, y ayudarlos en la gesti¨®n no ocultando, no ridiculizando.
P. ?Por qu¨¦ hay que agendar el sexo?
R. El modelo sexual nos lleva a la idea de que es espont¨¢neo. Yo lo desmonto y¨¦ndome a la fase de enamoramiento, cuando parece que era espont¨¢neo todo el rato. Y no. Porque el lunes hemos hablado de quedar el s¨¢bado. Y el s¨¢bado, me pongo colonia hasta en el ojete, me depilo si es que decido depilarme¡ Y llevamos anticipando desde el lunes, que cuando te vea te voy a dejar seca. ?Es espont¨¢neo? Ni de co?a. Pero esa premeditaci¨®n en realidad es motivaci¨®n, porque estamos anticipando lo bueno que vamos a recibir. Eso es el deseo. El deseo es: yo me doy permiso para desear, estoy atenta a las reacciones de mi cuerpo, cuando lo practico lo disfruto. Entonces, espont¨¢neo no existe. Si eso lo trasladamos a una pareja que tiene, ni?os, trabajos¡ Es que o se bloquea ese espacio o no hay garant¨ªa de que se vaya a producir.
P. ?Influye la carga mental en la falta de deseo?
R. Claro. Es absolutamente incompatible. El deseo necesita espacio para aparecer. Si mi espacio mental es carga, no hay sitio para el deseo. ?Por qu¨¦ a veces cuando nos vamos de vacaciones resulta que echamos polvetes como si no hubiera un ma?ana? A lo mejor es que no tengo que cocinar. Si hay espacio, hay deseo. Si nos vamos de vacaciones y no hay deseo, es que hay otras cositas relacionales que nos hemos llevado de vacaciones.
Los hombres no est¨¢n educados en hablar de c¨®mo se sienten¡±
P. Incide mucho en el libro en que el mejor afrodis¨ªaco son los cuidados en el d¨ªa a d¨ªa.
R. S¨ª. Mi tesis en el libro es que hay que desmontar el amor rom¨¢ntico, porque no es funcional. Pero nos cuesta porque hay una parte que tenemos asociada a los cuidados: me traes el desayuno, me dices cosas bonitas¡ No hay que renunciar a eso. El amor rom¨¢ntico no es eso. Eso son los cuidados. Y los cuidados es, si tenemos una casa, ser los dos responsables. Adem¨¢s, si yo espero que mi relaci¨®n tenga una pasi¨®n eterna ¡ªy este es uno de los mitos del amor rom¨¢ntico¡ª, eso va a hacer que no la cuidemos, que dejemos de hacer todas esas cosas chupis del enamoramiento. As¨ª que no es que se acabe el amor, es que no os hab¨¦is cuidado.
P. Afirma que los mitos perpet¨²an un modelo ¡°en el que las mujeres salimos jodidas¡±.
R. Ellos no salen mejores, pero no lo saben. Tienen dificultades en las relaciones y en la gesti¨®n emocional. Tambi¨¦n los afecta que el modelo sexual, que est¨¢ hiperrelacionado con el mito del amor rom¨¢ntico, es ultracoitocentrista, heteronormativo a muerte, falocr¨¢tico. Y ese modelo, en las relaciones heterosexuales, pone la presi¨®n en el pene, en que est¨¦ erecto, en aguantar much¨ªsimo. Y como no est¨¢n educados en hablar de c¨®mo se sienten, no lo hablan entre ellos. Lo viven como ¡°tengo un problema yo¡±. Pierden adem¨¢s disfrute porque se limitan las pr¨¢cticas al sota, caballo y rey¡ Es un desastre.
P. ?Se reproducen los mitos en parejas no heterosexuales?
R. S¨ª. Es que es el modelo en el que vivimos, y es muy dif¨ªcil salir de ah¨ª.
Manipular, invalidar emociones, es violencia¡±
P. ?Y la violencia se reproduce tambi¨¦n?
R. Tambi¨¦n. Porque ese no responsabilizarse de los dem¨¢s, al final, puede conducir a violencia, porque te manipulo para tener lo que yo quiero. En el momento en el que yo invalido tu emoci¨®n, estoy ejerciendo violencia. Nos cuesta mucho utilizar esa palabra. Porque parece que hay que reservarla a cuando es f¨ªsica. Pero si sistem¨¢ticamente te hago luz de gas, te estoy volviendo majara. Y cuando es sostenido y hay una intenci¨®n de salir beneficiado a costa de tu bienestar y tus derechos, es manipulaci¨®n y es violencia.
P. Otro mito es que en el amor las cosas salen solas. ?Cu¨¢nto cuesta convencer a la gente de que las relaciones hay que trabajarlas?
R. El ¡°no me nace¡± lo cobraba yo a 15 euros. Ese ¡°no me nace¡± es ese no responsabilizarse. Al principio del enamoramiento, nos nace dar muchos besos, pero luego, en el d¨ªa a d¨ªa, salgo con prisa y no te doy el beso, y al d¨ªa siguiente, t¨² est¨¢s un poco moh¨ªna y tampoco. El resultado es que tres semanas despu¨¦s hemos perdido el beso y ya no nos nace. Si es una cosa que est¨¢ rica y la hemos perdido, voy a hacer el esfuerzo por retomarla.
P. ?D¨®nde est¨¢ el l¨ªmite entre esforzarse y forzarse?
R. En c¨®mo me siento cuando lo hago. Si siento que estoy actuando en contra de mis derechos y de mis necesidades. Si al aumentar las demostraciones de afecto, me produce cierto rechazo, es que ah¨ª est¨¢ pasando algo. A lo mejor tenemos que trabajar otras cosas antes de aumentar esa demostraci¨®n. Por eso muchas veces no lo pueden hacer las parejas solas. Porque no son conscientes de toda la din¨¢mica relacional que imposibilita esa demostraci¨®n. De hecho, cuando trabajamos en comunicaci¨®n y, por ejemplo, se empiezan a sentir validadas ¡ªy hablo en femenino porque son 9,5 de cada 10¡ª, sale solo.
P. Eso rompe el mito de que si hay amor, hay pasi¨®n.
R. Hay varios principios b¨¢sicos, como el de habituaci¨®n. Un est¨ªmulo novedoso nos llama much¨ªsimo la atenci¨®n, pero conforme estamos expuestos a la otra persona, esa respuesta va siendo menor. Si yo no introduzco variedad y novedad, que es lo que hace que ese est¨ªmulo siga siendo llamativo, la tendencia general del amor y el deseo es a la extinci¨®n. Por habituaci¨®n y porque dejamos de hacer cosas.
P. ?Y qu¨¦ papel juega la imaginaci¨®n ah¨ª?
R. Es absolutamente necesaria en relaciones mon¨®gamas. Porque esa variedad y novedad puede venir con otras personas a trav¨¦s de la imaginaci¨®n, y eso hace que yo tenga deseo en general. Y entonces t¨² [la pareja] eres un da?o colateral precioso, porque pillas cacho porque yo tengo m¨¢s deseo. Pero est¨¢ supercondenado porque otro mito es: si te quiero, solo debo tener ojos para ti. Entonces, siento que si fantaseo con otra persona ¡ªaqu¨ª hay una excepci¨®n que me da mucha risa: si es famoso no pasa nada¡ª te estoy siendo infiel. Pero los humanos no controlamos qui¨¦n nos resulta atractivo, por eso la orientaci¨®n sexual no se puede cambiar. Sobre lo que s¨ª tengo control es con lo que hago con ese atractivo, y ah¨ª es donde viene la precios¨ªsima responsabilidad afectiva y los acuerdos que tengo con mi pareja.
Otro mito es: si te quiero, solo debo tener ojos para ti¡±
P. Pero hay quienes defienden que cuando se enamoran, no ven a nadie m¨¢s.
R. Si tengo hasta el tu¨¦tano metido el modelo, puede pasar que no me permita atender a otras personas, o que en el momento en el que se me ha pasado por la cabeza, ha cortocircuitado con el valor y entonces lo he desechado. Ni siquiera lo he procesado. O puede ser que efectivamente este est¨ªmulo novedoso es tan rico, tan estupendo, que consume muchos de mis recursos de atenci¨®n y estoy focalizada en esto.
P. ?Entonces si me fijo en otras personas es porque ese est¨ªmulo no es tan rico?
R. No. Ese es el gran argumento de las infidelidades: he sido infiel porque ya no est¨¢bamos bien. No. Has sido infiel por un mont¨®n de variables. Entre ellas, una toma de decisi¨®n salt¨¢ndote los acuerdos con tu pareja. Pero no todas las infidelidades se producen en relaciones que est¨¢n mal. El asunto es c¨®mo lo vives. Si yo me fijo en otra persona y creo que no deber¨ªa ser as¨ª, necesito construir una narrativa que me calme. Y empiezo a elaborar esa narrativa de ¡°es que a lo mejor ya no estoy tan enamorada de ti¡±. Pero es que a lo mejor lo que ha pasado es que hemos dejado de hacer cosas que nos hacen estar bien juntos.
P. ?C¨®mo se explica todo esto a un paciente con una mentalidad conservadora?
R. Mantener este modelo del amor rom¨¢ntico a lo que nos expone es a da?o. Intentar que todo el mundo entre en un molde, es condenar a un mont¨®n de gente a ser profundamente infeliz. El argumento muchas veces es que ahora a la m¨¢s m¨ªnima se desechan las relaciones, ya no hay amores como los de antes. Pregunta a muchas de las abuelas si hubieran tenido una independencia econ¨®mica y una validaci¨®n social si hubieran hecho las cosas distintas. El amor para toda la vida, visto de esa ¨®ptica, es una condena. Tenemos que entender que en la relaci¨®n hay que trabajar, para mantenerlas y que sean sanas, pero que no tienen que ser para toda la vida ni aguantando cosas. Entonces, ?qu¨¦ es una relaci¨®n exitosa? La que mientras ha durado nos ha hecho felices.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.