Otras cuatro exgimnastas acusan al entrenador Pedro Mir de maltrato: ¡°Me daban tales ataques de ansiedad entrenando, que me desmayaba¡±
Las deportistas, que elevan a 20 los testimonios contra el t¨¦cnico, relatan haber sufrido abusos psicol¨®gicos y de poder. Tres tuvieron que recurrir a tratamiento y una ha sufrido trastornos alimentarios
Cuatro exgimnastas del equipo de gimnasia Xelska de Mallorca, uno de los m¨¢s prestigiosos de Espa?a, se han sumado a las acusaciones de 16 profesionales del ¨¢mbito deportivo, publicadas por EL PA?S, contra Pedro Mir Homar, director t¨¦cnico del club y tambi¨¦n entrenador del centro de preparaci¨®n de ¨¦lite de Palma, el Centre de Tecnificaci¨® Esportiva de les Illes Balears (CTEIB). Relatan haber sufrido y visto sit...
Cuatro exgimnastas del equipo de gimnasia Xelska de Mallorca, uno de los m¨¢s prestigiosos de Espa?a, se han sumado a las acusaciones de 16 profesionales del ¨¢mbito deportivo, publicadas por EL PA?S, contra Pedro Mir Homar, director t¨¦cnico del club y tambi¨¦n entrenador del centro de preparaci¨®n de ¨¦lite de Palma, el Centre de Tecnificaci¨® Esportiva de les Illes Balears (CTEIB). Relatan haber sufrido y visto situaciones de abuso de poder y maltrato en sus a?os como deportistas en el CTEIB, c¨®mo era habitual competir con lesiones y la presi¨®n para adelgazar. Afirman haber sido v¨ªctimas y testigos de menosprecio con el peso a diario: ¡°Voy a coger un aparato con los que antes med¨ªan el pan para medirte el culo que te est¨¢s poniendo¡±. ¡°Veo c¨®mo te saltan las lorzas desde la otra punta del gimnasio¡±. ¡°Te cansas porque est¨¢s gorda¡±. ¡°?Vaya michelines te est¨¢n saliendo!¡±. Tambi¨¦n relatan haber visto situaciones en las que ten¨ªan que competir o entrenar llorando del dolor, y la dificultad para comunicarlo a Mir o a los otros t¨¦cnicos porque, ¡°eso tambi¨¦n era motivo de rega?ina o castigos como ignorarte y hacerte sentir que no serv¨ªas¡±. Aseguran, adem¨¢s, haber visto a Mir dar bofetadas a varias gimnastas menores y comparten la idea de otros exgimnastas consultados por este peri¨®dico de que el CTEIB era una ¡°secta¡± de la que era complicado salir.
Tres de estas cuatro exgimnastas pidieron ayuda psicol¨®gica al dejar el centro en el que estuvieron en diferentes ¨¦pocas entre 1998 y 2020. Al leer el reportaje publicado el s¨¢bado por este peri¨®dico, con acusaciones contra Mir de abuso de poder, maltrato, y atentar contra la salud del menor, decidieron contar su historia: ¡°Todo lo que se relata en el art¨ªculo es real, hemos sido v¨ªctimas y testigos de ello. Los que dicen que no, lo hacen por miedo. Esperemos que nuestro testimonio sirva para abrir los ojos, porque Mir sigue entrenando a ni?as de nuestra edad cuando empezamos. Ojal¨¢ el fiscal de menores nos hubiera citado a declarar¡±.
Por su parte, Pedro Mir Homar, que sigue en su puesto, ha negado las acusaciones a este peri¨®dico: ¡°Ninguna gimnasta ni menor ni mayor de edad me ha denunciado. Tampoco ning¨²n padre. Siempre he respetado much¨ªsimo a mis gimnastas, nunca he usado palabras malsonantes ni las he llamado gordas ni culo gordo. Ni he dado collejas, como dicen algunos, ni tortazos¡±, asegura. Tambi¨¦n afirma que ninguna de sus gimnastas ha competido o entrenado lesionada: ¡°Nunca he obligado a una gimnasta a competir si ten¨ªa un da?o, lesionada o de baja¡±. Ni el Gobierno Balear, ni la Federaci¨®n territorial de gimnasia han querido pronunciarse ni estudian ninguna medida. El Consejo Superior de Deportes (CSD), por su parte, reitera que aplica los protocolos cuando los casos se dan en Centros de Alto Rendimiento de los que tiene titularidad, pero que no tiene jurisdicci¨®n alguna fuera de ellos.
Los otros cuatro testimonios recabados por este diario insisten afirmar lo contrario de lo que sostiene Mir. Paula Rub¨ª Gelabert tiene ahora 23 a?os y fue gimnasta del Xeslka y del programa de tecnificaci¨®n desde los 10 hasta los 16 a?os. Era una de las deportistas con m¨¢s proyecci¨®n de su grupo. Abandon¨® el CTEIB en 2016. Su relato es contundente: ¡°A los 12 quise dejar la gimnasia. Me cost¨® dec¨ªrselo a mi madre: al escucharlo, me dijo que fu¨¦ramos a hablarlo con Pedro [Mir]. No me dejaron dejarlo. Mi madre estaba a mi lado y era tal la manipulaci¨®n que ejerc¨ªan con nosotras y nuestros familiares que ella se posicion¨® con los t¨¦cnicos. Las frases que escuch¨¦ eran: ¡®Si ir al colegio es una obligaci¨®n, venir a gimnasia tambi¨¦n¡¯, o ¡®piensa que si est¨¢ aqu¨ª con nosotros no se est¨¢ drogando en cualquier parque¡±. Y a?ade: ¡°Fui obligada durante tres a?os a entrenar hasta que a los 15 mi cabeza no aguant¨®. Me daban tales ataques de ansiedad entrenando, que me desmayaba. El m¨¦dico no encontr¨® nada f¨ªsico; por lo que los entrenadores decidieron que era puro cuento para no entrenar. La segunda vez que me desmay¨¦, Pedro [Mir] dijo: ¡®No le hag¨¢is caso, lo hace para llamar la atenci¨®n y no entrenar, hay que acostumbrarnos a esto hasta que se le pase¡¯. Llegu¨¦ incluso a estar a un paso de perder el conocimiento antes de un ejercicio de paralelas: avis¨¦ a una t¨¦cnica y la respuesta fue: ¡®Deja el cuento, sube y haz el ejercicio¡¯. Al bajar, me desmay¨¦¡±.
Y prosigue: ¡°Cuando estaba ah¨ª dentro sab¨ªa que no estaba bien, pero al final me lo llegu¨¦ a creer. Yo no ten¨ªa herramientas para saber que lo que me estaba pasando eran ataques de ansiedad. Con lo cual me convenc¨ª de que, como no hab¨ªa nada m¨¦dico, estaba todo en mi cabeza. Y me dec¨ªa: ¡®Vale, es cosa m¨ªa, me estoy imaginando cosas y me estoy volviendo loca¡¯. Yo no ten¨ªa fuerza ni edad para imponerme, estaba a su merced. Tu baza son tus padres. Mi madre ahora me lo reconoce y me ha pedido disculpas: ¡®No s¨¦ c¨®mo lo pude hacer, si volviera atr¨¢s ahora no te lo har¨ªa de nuevo, te sacar¨ªa de all¨ª la primera vez que me lo verbalizaras¡±. Rub¨ª reconoce que pidi¨® ayuda a la psic¨®loga cuando, en sus palabras, pet¨®; dice tambi¨¦n que desconoc¨ªa que lo que hab¨ªa sufrido era abuso de poder y maltrato. Asegura que durante sus a?os en el CTEIB escuchaba a diario lo de ¡°gorda¡± y que eso le gener¨® luego un trastorno de alimentaci¨®n. ¡°Nos pesaban cada jueves antes del entrenamiento. Recuerdo que nos quit¨¢bamos hasta las horquillas o los coleteros para pesar menos. Escup¨ªamos en el v¨¢ter a ver si con menos saliva baj¨¢bamos un par de gramos. Pesando yo 50 kilos, me repet¨ªa: ¡®No quiero ser una vaca¡¯. Con mi mentalidad de ahora me parece una aberraci¨®n lo que hacen, pero si desde los 10 a?os escuchas a diario palabras como gorda y lorzas, lo interiorizas. No quiero que vuelva a pasar esto con ni?as tan peque?as¡±.
Mir asegur¨® a este peri¨®dico que nunca llam¨® ¡°gorda¡± a ninguna gimnasta, que siempre fue muy respetuoso porque su mujer, que tambi¨¦n era entrenadora del centro, le ¡°insist¨ªa en que tuviera cuidado con el lenguaje al trabajar con mujeres y menores¡±. Otra de las cuatro exgimnastas que ahora acusan a Mir, que dej¨® el CTEIB en 2017 y pide no ser identificada por miedo a represalias, subraya que ¡°Mir no solo abusaba de su poder con las deportistas¡±. As¨ª lo describe: ¡°No s¨¦ hasta qu¨¦ punto los otros t¨¦cnicos est¨¢n coaccionados por ¨¦l, porque todos, salvo la profesora de ballet, acataban sus ¨®rdenes sin objeciones y segu¨ªan su ejemplo de criticar a gritos el cuerpo y el peso de las gimnastas¡±. Relata tambi¨¦n haberse visto en esta situaci¨®n: ¡°Persegu¨ª a una compa?era hasta el vestuario para que no se metiera los dedos para vomitar. Cuando se lo comuniqu¨¦ a una entrenadora, me contest¨® que la dejara, que lo hac¨ªa para llamar la atenci¨®n¡±. Y asegura: ¡°Hasta que no he sido mayor y he ido a la psic¨®loga, no me he dado cuenta de todo lo que estaba sucediendo. Y si nosotras, que est¨¢bamos all¨ª cada d¨ªa, no nos enter¨¢bamos [de que esas situaciones eran maltrato], los padres que solo ten¨ªan informaci¨®n por parte de Pedro, ?c¨®mo iban a saber lo que pasaba en los entrenamientos?¡±.
Una tercera gimnasta, que tampoco desea ser identificada, ingres¨® en el CTEIB con siete a?os y lo dej¨® en 2007. Corrobora el relato de las dem¨¢s: ¡°A m¨ª me peg¨® y yo no era la que m¨¢s recib¨ªa. Lo vi arrancarle el pendiente a una compa?era del tortazo que le dio. Lo vi darle palizas a otras compa?eras y [recuerdo] estar llorando, vi¨¦ndolas sin poder hacer nada. Una vez me empuj¨® contra un trampol¨ªn delante de la gente. Otra, me estamp¨® contra una pared. Nadie se atreve a decir nada, porque lo llegas a normalizar. Su forma de abusar es ir tan pasito a pasito que no te das cuenta. Yo lo hice cuando consegu¨ª salir de all¨ª y empec¨¦ a ir a terapia¡±. Esta exgimnasta, que hoy tiene 32 a?os, relata que contact¨® con un abogado hace siete a?os porque se plante¨® denunciar a Mir. ¡°Me contest¨® que si lo hac¨ªa sola y no hab¨ªa una denuncia colectiva que me olvidara, por si estaba prescrito y porque sin pruebas era complicado demostrar eso¡±. Tambi¨¦n afirma que se vio forzada a entrenar lesionada. ¡°Yo ten¨ªa los codos machacados y le daba igual. Entrenaba habitualmente con dolor. Mir y los t¨¦cnicos eleg¨ªan a qu¨¦ m¨¦dicos o psic¨®logo ibas. No recuerdo el nombre del psic¨®logo externo al que fui, pero s¨¦ que en la primera sesi¨®n le cont¨® a Pedro y a su mujer todo lo que le hab¨ªa verbalizado¡±.
Otro testimonio es el de Aida Coll, que fue gimnasta en el Xelska y en el programa de tecnificaci¨®n desde los 10 a?os hasta los 19 (desde 2011 hasta 2020), y tiene ahora 23. ¡°He sido testigo de la mayor¨ªa de esos abusos, tanto f¨ªsicos, como una bofetada que vi en una ocasi¨®n, como psicol¨®gicos y de poder. He tenido que ver c¨®mo amigas y compa?eras se pasaban los entrenamientos llorando de dolor por alguna lesi¨®n¡±. Tambi¨¦n confirma que escup¨ªan saliva antes del pesaje: ¡°Apenas com¨ªamos ese d¨ªa y ten¨ªas que enfrentarte a un entrenamiento de cuatro horas y media en un deporte tan exigente habiendo ingerido solo un yogur. ?ramos ni?as de 13 a?os¡±. Igual que sus compa?eras, no se dio cuenta de que todo lo que vivi¨® all¨ª no era normal hasta que dej¨® el centro. ¡°Entras con 10 a?os, te pasas el d¨ªa all¨ª, horas y horas. No te relacionas con nadie y piensas que eso es lo normal y te dices: ¡®Habr¨¢ que apechugar¡¯¡±.
Relata tambi¨¦n lo que se le hac¨ªa si se planteaba dejarlo, lo que define como chantaje emocional. ¡°Te dec¨ªan: ¡®Esto es un compromiso, hemos hecho tanto por ti. Est¨¢s en un equipo, no puedes dejar tiradas a tus compa?eras. As¨ª como vas al cole tienes que venir a entrenar. Acaba al menos la ESO, luego acaba el bachiller¡¯. Y ah¨ª sigues¡±. Coll est¨¢ estudiando un curso de enfermer¨ªa y dice que hace cuatro a?os que no entrena. ¡°Me paro a pensar ahora y digo: ?c¨®mo pod¨ªa ser tan tonta? ?Y mis padres? Pero ya s¨¦ que la culpa no fue m¨ªa ni de ellos¡±. Recalca esto: ¡°Pedro intenta defenderse diciendo que nunca recibi¨® ninguna denuncia por parte de una gimnasta o de unos padres, pero se debe a que todos est¨¢bamos sometidos a la misma manipulaci¨®n continua y creo que eso tendr¨ªa que haberse tenido en cuenta antes de archivar la causa¡±.
Mir fue acusado en bloque en 2022 por cuatro m¨¦dicos y cinco fisioterapeutas de la entidad, que denunciaron a la Consejer¨ªa de Asuntos Sociales y Deportes del Gobierno balear su comportamiento con las gimnastas ¨Dmenores de edad, en su mayor¨ªa, cuando estaban en el centro¨D durante a?os, al menos desde 2013. La consejer¨ªa llev¨® el caso a la Fiscal¨ªa, que finalmente lo archiv¨® ese mismo a?o porque las conductas se?aladas de Mir no entraban en ninguna tipificaci¨®n de delito, aunque recomend¨® estudiar sanciones administrativas, que el Gobierno balear desestim¨®.
Adem¨¢s, en 2021 ya hab¨ªa habido otro informe de otras tres profesionales del ¨¢mbito socioeducativo que hab¨ªan entrevistado a 371 personas, entre deportistas, familias y personal del centro, dentro de un plan de detecci¨®n de abusos, y tambi¨¦n notificaron a la direcci¨®n del CTEIB situaciones de abuso de poder y maltrato verbal psicol¨®gico. Comunicaron de forma verbal su preocupaci¨®n por la ¡°violencia estructural y sist¨¦mica¡±. Notificaron tambi¨¦n al IMAS, el servicio de protecci¨®n del menor de Baleares, lo que hab¨ªan detectado el centro. Adem¨¢s, cuatro exgimnastas que hablaron con este peri¨®dico relataron ¡°abuso de poder¡±, ¡°machaque normalizado¡±, ¡°maltrato f¨ªsico y psicol¨®gico constante¡± y ¡°tiempos de baja de seis meses despu¨¦s de cirug¨ªas importantes que se convert¨ªan en dos y medio¡±. Una quinta, que se tuvo que retirar por las lesiones, confes¨® que con 12 a?os se sinti¨® forzada a competir.
Fuentes de la consejer¨ªa de turismo, cultura y deporte del Gobierno balear, del que depende el CTEIB, aseguran a este peri¨®dico que en principio no van a hacer valoraciones: ¡°Estamos mir¨¢ndolo, tenemos que seguir estudi¨¢ndolo a ver de qu¨¦ se trata. Si es algo nuevo, posterior a 2022, no tenemos constancia. Si es antiguo, ya pas¨® por Fiscal¨ªa de Menores y fue archivado¡±. La Federaci¨®n territorial de Gimnasia dice, en cambio, que el Centro no depende de ellos y ni tiene nada que ver con ellos, que la Federaci¨®n ¡°se limita a dar la licencia a un club [Xelska, en este caso] porque para poder competir tiene que estar adscrito a ella¡±.
Si conoce alg¨²n caso de abusos en el deporte espa?ol que no haya visto la luz, puede escribir a: abusos@elpais.es