M¨¢s de 1.000 v¨ªctimas de abusos y pederastia en dos d¨¦cadas en el deporte espa?ol

El deporte espa?ol no conoce el verdadero alcance de los abusos en sus competiciones, tanto profesionales como de categor¨ªas inferiores. El impacto del caso de Luis Rubiales, este verano, puso la cuesti¨®n sobre la mesa, pero la realidad que hay m¨¢s all¨¢ de ese episodio es a¨²n desconocida. Para arrojar luz sobre ello, EL PA?S ha enviado un cuestionario sobre los abusos en el deporte, tanto sexuales como de poder o psicol¨®gicos, a 152 instituciones deportivas que comprenden todas las federaciones, centros de alto rendimiento y tecnificaci¨®n y algunos de los principales clubes masculinos y femeninos de los deportes m¨¢s destacados. El resultado, tras m¨¢s de un mes de espera en la mayor¨ªa de los casos, es que solo han respondido 52 entidades, y ocho de forma incompleta. De ellas, ¨²nicamente 17 admiten conocer casos. La ausencia de datos sobre el problema es absoluta.

Por esa raz¨®n, al igual que ha hecho con la pederastia en la Iglesia cat¨®lica espa?ola, este diario tambi¨¦n ha emprendido un an¨¢lisis de denuncias, sentencias y casos publicados. Y un rastreo m¨ªnimo del fen¨®meno ya arroja cifras esclarecedoras: al menos 1.055 v¨ªctimas en 187 casos que han salido a la luz en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, aunque los hechos en muchos casos se remontan a a?os anteriores, hasta 1962. Sin embargo, en las respuestas al cuestionario de este diario, el deporte espa?ol solo admite saber de 61 v¨ªctimas, y casi la mitad son de dos de las pocas federaciones que han respondido de forma exhaustiva: gimnasia (20 v¨ªctimas) y atletismo (10). En todo caso, como las respuestas no han dado detalles de los casos no se han podido cruzar con los obtenidos por este diario para obtener una suma total.

En la mayor¨ªa de los casos contabilizados por EL PA?S, un 82%, las v¨ªctimas eran menores de edad. En cuanto al sexo, 661 son hombres (63%) y 312 mujeres (30%), y de 82 v¨ªctimas no hay informaci¨®n sobre su sexo. Contribuye al mayor n¨²mero de hombres el caso reciente de un entrenador de Sevilla, detenido en agosto y a¨²n bajo investigaci¨®n, acusado de mantener contactos virtuales con 200 ni?os, jugadores a los que conoc¨ªa por el f¨²tbol. Solo seis casos del total son de maltrato, vejaciones o abuso de poder.

En todo caso, un millar de v¨ªctimas ¡°es la punta del iceberg, la mayor¨ªa ni se denuncia¡±, opina I?aki Alonso, director de la consultora sobre derechos de la infancia Kunina Consulting y experto del Consejo de Europa en protecci¨®n contra la violencia en el deporte, uno de los especialistas de referencia en Espa?a. ¡°La mayor¨ªa de los casos se resuelven y se tapan con soluciones informales: quitan al entrenador, lo mueven... Muy pocos se materializan en una denuncia¡±, asegura una experta de protecci¨®n de menores con m¨¢s de 10 a?os de experiencia en instituciones deportivas. Adem¨¢s, advierte, en muchos casos quien acusa se expone a represalias, a ser apartado del equipo, a no ser convocado a una selecci¨®n: se castiga la denuncia. Este peri¨®dico pone a disposici¨®n un correo electr¨®nico para investigar casos de abusos en el deporte que no hayan salido a a luz: abusos@elpais.es

Seg¨²n el reciente informe del Defensor del Pueblo sobre pederastia en la Iglesia, que incluye el sondeo m¨¢s completo hasta la fecha con un cuestionario a m¨¢s de 8.000 personas, el 0,28% de los encuestados sufri¨® abusos en ¨¢mbito deportivo. Este porcentaje equivale a unas 116.000 personas adultas residentes en Espa?a, con un margen de error entre 70.000 y 163.000, decenas de miles en todo caso. La mitad, un 0,14%, acusa a un entrenador.

Los clubes de f¨²tbol son el lugar donde se ha registrado mayor n¨²mero de abusos en la contabilidad realizada por EL PA?S: 71, sin incluir el f¨²tbol sala, con otros 9 casos. Le sigue muy lejos el baloncesto, con 15, y la nataci¨®n con 12 (la federaci¨®n no aport¨® cifras a pregunta de este peri¨®dico aduciendo que son datos que quedan ¡°registrados exclusivamente a requerimiento de la autoridad competente¡±). En total, al menos 37 deportes diferentes registran casos, reflejo de que es un problema extendido a toda la actividad deportiva. Todos los denunciados eran hombres, salvo en cuatro casos donde las acusaciones no eran de abusos sexuales, sino de maltrato y vejaciones (dos en gimnasia r¨ªtmica y una en nataci¨®n sincronizada). En un cuarto caso, una jugadora de f¨²tbol era c¨®mplice del entrenador, su novio, para hacer fotos a escondidas en los vestuarios.

Por comunidades aut¨®nomas, la que m¨¢s casos registra es Catalu?a, con 36. Madrid solo figura con 15. La Rioja, con un solo caso, cierra la lista. Por provincias, Barcelona destaca con 31 denuncias. Le sigue Alicante con 11. En Cuenca, Guadalajara o Segovia no se ha localizado ninguna. El 86% ha salido a la luz en los ¨²ltimos 10 a?os, aunque en casi la mitad de los casos los agresores abusaron de sus v¨ªctimas durante a?os, y en algunos clubes, de varias generaciones.

El sistema, en cambio, no est¨¢ pensado para conocer el problema, para que afloren y se registren los casos de abusos. Es un mundo fragmentado, incomunicado, sin reglas claras, y que no ha dado ninguna prioridad a detectar y radiografiar realmente esta lacra. Lo cierto es que los casos contabilizados por este diario muestran un goteo constante, aunque invisible, de denuncias. No trascienden porque aparecen en medios locales, o suceden en peque?os clubes, y sobre todo en categor¨ªas infantiles y juveniles no profesionales. Y desde luego nadie se preocupa de sumarlos. Es la realidad que se ha encontrado un abogado que trabaja para varias federaciones: ¡°Los protocolos, los delegados, todo se hace por cumplir y recibir la subvenci¨®n que te dan por ellos, pero no hay una preocupaci¨®n real, no interesa¡±.

En realidad nadie sabe nada. Agust¨ªn Mart¨ªn Santos, presidente de la Federaci¨®n de voleibol, dice haberse enterado por la prensa de dos de los casos m¨¢s sonados en su deporte. Uno, el de D. V., entrenador detenido en Madrid en mayo de 2022 por abusar de menores con amenazas; el otro, el de Cosme Prenafeta, exjugador internacional y despu¨¦s entrenador condenado a dos a?os de c¨¢rcel por abusos sexuales. En el cuestionario enviado por el EL PA?S, la federaci¨®n notific¨® que no ten¨ªa constancia de ning¨²n caso, pero este peri¨®dico ha contabilizado seis. ?A qu¨¦ se debe ese desfase? ?Por qu¨¦ las federaciones no tienen conocimiento? As¨ª lo explica Mart¨ªn: ¡°Porque se confunde deporte con federaci¨®n, pero los casos no guardan relaci¨®n con ella. El hecho de que nosotros no tengamos casos, no significa que no se den. Se producen la mayor¨ªa de las veces en clubes, en categor¨ªas inferiores y nosotros no tenemos competencias sobre ellas. Las tienen las federaciones territoriales y de las comunidades aut¨®nomas¡±. Y a?ade: ¡°Los padres o los deportistas acuden a la Polic¨ªa, no a la federaci¨®n; y la Polic¨ªa no va a informar a la federaci¨®n. Otra cosa es si ocurriera en la casa o con la selecci¨®n. Ya me gustar¨ªa a m¨ª poder estar al tanto, tener competencias y actuar, pero no podemos porque no tenemos responsabilidad directa¡±.

Es lo mismo que explica una fuente autorizada de la Federaci¨®n de F¨²tbol. Asegura que es la instituci¨®n que rige el f¨²tbol, pero que los clubes son entidades aut¨®nomas y no les tienen que comunicar nada. ¡°Si se da un caso de abuso all¨ª es muy dif¨ªcil que nos llegue a nosotros, ni somos registro de casos ni somos sancionadores. A no ser que, ante una denuncia en en club, este no haga caso y entonces lo eleven a la federaci¨®n¡±. En temas de racismo, sin embargo, s¨ª tienen canales de comunicaci¨®n, notificaci¨®n y actuaci¨®n espec¨ªficos.

Una fuente del Consejo Superior de Deportes (CSD) ¡ªorganismo p¨²blico adscrito al Ministerio de Educaci¨®n, Formaci¨®n Profesional y Deportes¡ª asegura que este asunto es algo que tiene que trabajarse con seriedad. ¡°Para que no se escapen cifras ni a escala nacional ni auton¨®mica, porque las cifras son las que nos ayudan a sensibilizar el problema. Es un proceso que tiene que abarcar no solo la parte sancionadora, sino la concienciaci¨®n y la prevenci¨®n en las que todo el sector deportivo tiene que ser contundente. Tenemos que actuar en todos los ¨¢mbitos, si descuidamos uno, estamos perdiendo una parte de la foto global¡±. Sobre las 1.055 v¨ªctimas contabilizadas por este peri¨®dico dice que, aunque solo fuera una, ¡°hay que ser igual de implacables en este tipo de pol¨ªticas¡±.

Las federaciones afirman no tener competencias, las ligas aseguran que ellas tampoco, porque se limitan a organizar competiciones. El CSD ejerce las competencias estatales en el ¨¢mbito deportivo, y es, adem¨¢s, el que concede las subvenciones a las Federaciones, pero, al ser estas entidades privadas, no tiene poder sobre ellas. El organismo responde y act¨²a en casos de abusos que sucedan en sus centros de alto rendimiento o tecnificaci¨®n, pero no tiene poder sancionador si pasa en una federaci¨®n o un club. Una segunda fuente del CSD admite que facilitar¨ªa las cosas que hubiese un organismo deportivo ¨²nico sancionador y asegura que es un asunto que est¨¢ previsto que se retome en esta legislatura precisamente para ¡°velar por los deportistas¡±.

En los ¨²ltimos a?os han surgido algunos casos de eco medi¨¢tico, como el de Miguel ?ngel Mill¨¢n,. un respetado entrenador de atletismo que prepar¨®, entre otros, al medallista ol¨ªmpico de decatl¨®n Antonio Pe?alver, una de sus v¨ªctimas. Fue finalmente condenado en 2019 a 15 a?os y medio de c¨¢rcel, pena ratificada por el Supremo, por abuso de dos menores cuando era su t¨¦cnico en el club Tenerife Caja Canarias. Pe?alver y otros seis antiguos pupilos suyos que sufrieron abusos, de tres generaciones de atletas, acudieron a testificar. La sentencia consider¨® responsable civil subsidiaria a la federaci¨®n espa?ola de atletismo del pago de los 35.000 euros de indemnizaci¨®n

Antes, en 2013, fue paradigm¨¢tico el caso de Jes¨²s Carballo, seleccionador nacional de gimnasia art¨ªstica femenina desde hac¨ªa m¨¢s de 30 a?os, por c¨®mo explica el miedo a denunciar. Una gimnasta le acus¨® de abusos en el pasado y el caso hab¨ªa prescrito, pero Carballo la denunci¨®, junto a dos testigos, por atentar contra su honor. La justicia los conden¨® en un principio a pagar un total de 30.000 euros por vulnerar su honor, hasta que el Supremo lo rechaz¨® en 2018. El alto tribunal, en una sentencia que ha marcado un hito a la hora de denunciar en prensa casos ya prescritos, consider¨® que el fallo anterior exig¨ªa a la gimnasta una prueba de veracidad de sus declaraciones igual o superior a la exigida para dictar una condena penal: ¡°Una exigencia de prueba de la veracidad de tal rigor supone impedir que ese tipo de conductas puedan ser denunciadas p¨²blicamente y cargar a las v¨ªctimas y testigos que los denuncian con el grave riesgo de sufrir condena por su actuaci¨®n de denuncia, lo que en la pr¨¢ctica supone una disuasi¨®n para la denuncia p¨²blica de estos hechos¡±.

Al margen de los casos que a veces tienen impacto, hay muchos otros que pasan m¨¢s inadvertidos. Solo este a?o han surgido varios casos graves. En Huelva fue detenido en enero por abusos el entrenador F. M. L. A., que llevaba 30 a?os en el club de f¨²tbol femenino Amigos 80 y era t¨¦cnico deportivo en el campus del Carmen de la Universidad de Huelva. Hay al menos 20 denunciantes, en un equipo cuyas jugadoras ya hicieron una carta en la temporada 2017-2018 para protestar porque se quedaba en las duchas para mirarlas. Tras su arresto, la Polic¨ªa encontr¨® en su despacho 27 bragas y un conjunto de lencer¨ªa.

En La Rioja fue detenido en mayo un ojeador de Osasuna, G. S., de 38 a?os, que entrenaba al Club Deportivo Varea, en Logro?o, acusado de abusar de al menos ocho menores, a quienes promet¨ªa un futuro profesional en el f¨²tbol. Hay un dato significativo: ya en 2015 y 2021 se presentaron denuncias contra ese entrenador, pero fueron archivadas. Hay m¨¢s casos donde aparecen agresores reincidentes. Julio Mendiolea, presidente del club de f¨²tbol Churra, de Murcia, que en diciembre de 2022 ech¨® y denunci¨® a un entrenador por presuntos abusos de cinco menores cuenta lo que se encontr¨® en comisar¨ªa: ¡°Cuando fui a denunciar me contaron que el t¨¦cnico ya hab¨ªa intentado abusar de dos chavales en el anterior club en el que hab¨ªa estado cuatro a?os, el Plus Ultra. El presidente le ech¨®, igual que hice yo, pero ni denunci¨®, con lo cual su certificado de penales qued¨® limpio, ni tampoco me llam¨® para alertarme cuando le fichamos¡±.

Hay condenas muy elevadas, como la de Fernando Torres Baena, profesor de k¨¢rate en Las Palmas, condenado a 302 a?os de c¨¢rcel en 2014, con 61 v¨ªctimas, o el caso de Jos¨¦ Vicente C. F., entrenador en un club de f¨²tbol de l¡¯Horta, en Valencia, que en 2020 recibi¨® una condena de 223 a?os por abusos a 26 chicos. Pero muchas otras sentencias son de escasa entidad, el acusado no llega a ingresar en prisi¨®n y las indemnizaciones son de poco importe. La m¨¢xima localizada es de 90.000 euros, una excepci¨®n, de una sentencia en Murcia en 2010, y las m¨ªnimas, de 500 y 1.000 euros. Un caso llamativo es el del entrenador de nataci¨®n Leo Armentano, que ha pasado por Las Palmas, Asturias y Catalu?a: acumulaba hasta cuatro condenas y nunca entr¨® en prisi¨®n, porque siempre eran de menos de dos a?os, hasta que lo hizo en la cuarta ocasi¨®n, en 2022, por reincidencia, pero solo 16 meses.

Este mismo mes ha emergido el caso de J. C. O. C., entrenador de f¨²tbol de benjamines y alevines en el club Barcino, del barrio de Sant Mart¨ª, Barcelona, y en el Club de F¨²tbol Sistrells de Badalona. La Fiscal¨ªa de Barcelona ha presentado una querella contra ¨¦l por la presunta agresi¨®n sexual, entre 2014 y 2015, de cuatro jugadores menores. Fue descubierto en 2015 por el presidente del equipo mientras abusaba de las v¨ªctimas en los vestuarios y despedido de inmediato. Los padres de las v¨ªctimas fueron informados, y la Federaci¨®n Catalana de F¨²tbol, pero nadie interpuso denuncia. Poco despu¨¦s, fue descubierto con pornograf¨ªa infantil en su ordenador, y en 2020, condenado a tres meses de prisi¨®n e inhabilitado para trabajar con menores. A pesar de eso, entren¨® despu¨¦s al club de Badalona, donde, seg¨²n las investigaciones, supuestamente abus¨® de otros dos menores en diciembre de 2022.

Todos estos casos no aparecen en el radar de federaciones e instituciones deportivas. En teor¨ªa, cualquier federaci¨®n tiene que comunicar los casos que conoce en el plazo de un mes al Consejo Superior de Deportes (CSD), que tiene ¨²nicamente competencias de vigilancia y no tiene potestad sancionadora. Pero en la pr¨¢ctica la informaci¨®n no llega. ¡°La estructura competencial que tenemos deja muchos casos fuera¡±, se?alan fuentes del CSD. Algunos expertos opinan que, con un desarrollo reglamentario, el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), el ¨®rgano disciplinario de las entidades deportivas espa?olas, podr¨ªa tener mayores competencias en este ¨¢mbito e imponer sanciones.

Ninguna entidad tiene registros de casos anteriores a 2010, la de baloncesto tiene desde 2014; pero las dem¨¢s solo contabilizan datos a partir de 2017 o, en el mejor de los casos, 2020. No hay datos oficiales en Espa?a y sin datos es imposible abordar el problema. Solo existe un estudio de prevalencia entre deportistas ¨Dde seis pa¨ªses europeos¨D y la muestra espa?ola es de 1.472 personas, el 78% de las cuales ha declarado haber sufrido violencia interpersonal o abuso dentro del deporte al menos una vez antes de los 18 a?os. Montserrat Mart¨ªn, profesora titular de Sociolog¨ªa del Deporte y la Actividad F¨ªsica de la Universidad de Vic (Universidad Central de Catalunya), que ha participado en el estudio, cuenta que cada vez que ha llamado a la puerta de las federaciones para proponer un estudio de prevalencia se ha encontrado con la misma respuesta. ¡°Si quieres te proporcionamos algo de dinero para que trabajes la prevenci¨®n, para que hagas cursos y formaciones¡±. No para estudios de prevalencia. ¡°No quieren cuantificarlo, no quieren saberlo¡±, opina una dirigente deportiva que trabaja en protecci¨®n de menores.

Las entidades que no han respondido al cuestionario han dado explicaciones de todo tipo, como falta de tiempo o ausencia de la persona adecuada. El Valencia F. C. objet¨® que solo responder¨ªa si no se publicaba el nombre del club. Un expresidente de esta entidad, Pedro Cort¨¦s, presidente del Valencia CF entre 1997 y 2001, y delegado de la Selecci¨®n Espa?ola de F¨²tbol hasta 2021, fue condenado en marzo a un a?o y 10 meses de prisi¨®n por abusar de un futbolista menor de la cantera del club. Los equipos de f¨²tbol m¨¢s importantes, como Real Madrid y Barcelona, as¨ª como la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol, se han escudado en cuestiones de confidencialidad para no responder sobre el n¨²mero de denuncias recibidas.

En el Barcelona surgi¨® en 2021 el caso de Albert Benaiges, coordinador del f¨²tbol base del Bar?a durante 20 a?os, acusado de pederastia en otros pa¨ªses y contra el que una investigaci¨®n del diario Ara encontr¨® 60 testimonios en la capital catalana. Finalmente denunciaron 19 personas, aunque el caso estaba prescrito. En el Atl¨¦tico de Madrid, EL PA?S destap¨® en 2019 el caso de Luis Bri?as, hermano marianista que hab¨ªa sido responsable de su cantera y fue acusado de abusos en colegios de la orden. El club abri¨® una investigaci¨®n, pero no ha informado de su resultado, aunque contesta que no le consta ning¨²n caso. El Athletic de Bilbao remiti¨® a estad¨ªsticas del deporte en general. ¡°Sabemos que la violencia en el deporte es una realidad y podemos concluir que no se trata del n¨²mero de denuncias recibidas, sino de las ocultas¡±, dice el club, sin aportar sus propios datos.

En el extremo contrario, las federaciones que han aportado informaci¨®n m¨¢s completa, adem¨¢s de las de gimnasia y atletismo, son baloncesto y balonmano, entre los deportes mayoritarios, junto a otras disciplinas m¨¢s minoritarias como salvamento y socorrismo, patinaje, tiro ol¨ªmpico, taekwondo y baile deportivo. Este ¨²ltimo deporte, donde hay cuatro casos, siendo poco representativo, es precisamente la prueba de que todo depende de la gesti¨®n del problema: ¡°Casos hay, c¨®mo no va a haber, los detectamos porque intentamos hacer las cosas bien¡±, explica la delegada de protecci¨®n de la entidad, Mar¨ªa Teresa Olmedo. La federaci¨®n de taekwondo, que contabiliza un caso, cuenta que la denuncia ¨Dpor abuso sexual y psicol¨®gico¨D lleg¨® de una deportista ahora mayor de edad que los sufri¨® cuando era menor. Se decidi¨® a denunciar despu¨¦s del beso no consentido de Luis Rubiales a Jennifer Hermoso. Entre los clubes, el Levante UD, de f¨²tbol femenino, tambi¨¦n ha respondido con detalle y admite dos casos. En baloncesto, el Estudiantes, que no registra ninguna denuncia, es el ¨²nico club que ha contestado de forma clara.

Todas las entidades, en cualquier caso, pese a callar mayoritariamente sobre lo que saben, se consideran pioneras en temas de protecci¨®n de menores y presumen de protocolos. La ley de protecci¨®n del menor de 2020 obliga a federaciones y clubes a tener protocolos de actuaci¨®n ante estos casos y un responsable dedicado a esta tarea. ¡°Han pasado tres a?os y muchos clubes y federaciones no tienen delegado de protecci¨®n¡±, se?ala una responsable de protecci¨®n con m¨¢s de diez a?os de experiencia en instituciones deportivas. Esta era una de las preguntas incluidas en el cuestionario de EL PA?S, si la entidad ten¨ªa un delegado de protecci¨®n, con qu¨¦ formaci¨®n y desde cu¨¢ndo: 48 de las 52 que contestaron han respondido afirmativamente, y la mayor¨ªa son personas con estudios en derecho. Esta experta asegura que hay casos en los que tienen un delegado de protecci¨®n simplemente para cumplir el expediente y que no tienen la formaci¨®n adecuada. ¡°Falta informaci¨®n, preparaci¨®n, concienciaci¨®n, hay mucho por hacer. La ley est¨¢ hecha, pero hasta que se interiorice pasar¨¢ tiempo¡±, reflexiona. I?aki Alonso dice que hay que tomarse m¨¢s en serio la protecci¨®n. ¡°Es muy importante que esa tarea y la de la prevenci¨®n contra la violencia a la infancia en el deporte no sea simplemente dar charlas y cumplir con el expediente para poder acceder a subvenciones¡±.

Si conoce alg¨²n caso de abusos en el deporte espa?ol que no haya visto la luz, puede escribir a: abusos@elpais.es