Michael J. Sandel: ¡°Me resisto a la tendencia de ver la tecnolog¨ªa como una fuerza aut¨®noma que no podemos controlar¡±
El fil¨®sofo estadounidense aborda en ¡®Contra la perfecci¨®n¡¯ los desaf¨ªos del dise?o gen¨¦tico y defiende que ¡°convertir la paternidad en una extensi¨®n del consumismo choca con el amor incondicional¡±
A finales de 2001, el fil¨®sofo pol¨ªtico estadounidense Michael J. Sandel (Mine¨¢polis, 1953), catedr¨¢tico estrella de la Universidad de Harvard, recibi¨® una invitaci¨®n inesperada. Se le propuso formar parte del reci¨¦n creado Consejo de Bio¨¦tica del Presidente. No era un experto en bio¨¦tica, pero le atrajo la idea de reflexionar sobre la ingenier¨ªa gen¨¦tica, la clonaci¨®n, la investigaci¨®n con c¨¦lulas madre, incipientes campos que planteaban colosales desaf¨ªos morales. Sandel sigui¨® desarrollando en sus c¨¦lebres clases esos temas y, en particular, el de la ¨¦tica del perfeccionamiento gen¨¦tico. Uno de los asuntos que m¨¢s le intrigaron y que vertebr¨®, en 2007, el breve ensayo Contra la perfecci¨®n, que ahora reedita Debate en espa?ol (traducido por Ram¨®n Vil¨¤ Vernis). En sus poco m¨¢s de cien p¨¢ginas, el celebrado profesor despliega su inteligencia y su capacidad divulgadora sobre dilemas ¨¦ticos a¨²n sin resolver, y deja entrever algunas de las ideas sobre justicia, democracia, comunidad y meritocracia que ha desarrollado en libros como La tiran¨ªa del m¨¦rito (2020), que han hecho de Sandel un referente del pensamiento pol¨ªtico contempor¨¢neo. Recibi¨® a EL PA?S este mi¨¦rcoles soleado en un peque?o hotel de Madrid.
Pregunta. A mucha gente le preocupa la ingenier¨ªa gen¨¦tica, pero no es f¨¢cil explicar las razones. ?C¨®mo resumir¨ªa el problema ¨¦tico que plantea?
Respuesta. Cuando las personas tratan de expresar el origen de su inquietud, la mayor¨ªa de las veces se?alan cuestiones de equidad. Y es motivo de grave preocupaci¨®n. ?Nos acercaremos a un mundo en el que los ricos puedan comprar mejoras gen¨¦ticas para s¨ª mismos y para sus hijos? O, en el caso de las mejoras gen¨¦ticas para los atletas, por ejemplo, la preocupaci¨®n ser¨ªa que es injusto que algunas personas consuman dopaje gen¨¦tico para mejorar su rendimiento en los Juegos Ol¨ªmpicos y otros no. Ese es un argumento de equidad, pero no creo que esa sea la principal objeci¨®n, ni la raz¨®n principal por la que la gente se siente inc¨®moda. Creo que la fuente m¨¢s profunda del malestar tiene que ver con lo que significa ser humano y enfrentarse a nuestra naturaleza. Tomemos el ejemplo de los padres que intentan mejorar a sus hijos para que sean m¨¢s altos, inteligentes o fuertes. Es muy tentador, porque los padres quieren hacer todo lo posible para ayudar a sus hijos. La objeci¨®n de equidad dir¨ªa que los padres adinerados podr¨¢n mejorar a sus hijos y los padres de bajos ingresos no. Pero la objeci¨®n m¨¢s profunda en el caso de mejorar a los ni?os es que erosionar¨ªa la norma del amor incondicional. Porque elegimos a nuestros amigos en funci¨®n de las cualidades que nos parecen atractivas, pero no elegimos a nuestros hijos. La imprevisibilidad del resultado de nuestros hijos es una condici¨®n de fondo importante. Y es la fuente del amor incondicional de los padres por los hijos.
P. ?La ingenier¨ªa gen¨¦tica pone en riesgo ese amor incondicional?
R. Estar¨ªamos convirtiendo a los ni?os en bienes de consumo, en lugar de seres a los que amar y apreciar, independientemente de sus caracter¨ªsticas gen¨¦ticas. Cuando compramos un coche, queremos especificar el color, el estilo, la forma, la velocidad y la marca. Pero llevar esa mentalidad de hiperelecci¨®n a la crianza de los hijos convertir¨ªa la paternidad en una extensi¨®n del consumismo. Y eso choca con el amor incondicional.
ser un buen padre es reconocer que necesitamos dominar el impulso de control
P. Es bonito lo que dice de la paternidad: que es una escuela de humildad.
R. La paternidad ense?a humildad, porque ser un buen padre es reconocer que necesitamos dominar el impulso de control. En nuestras carreras o en las competiciones deportivas queremos afirmar el dominio y el control, en la medida de lo posible. Pero con nuestros hijos, aunque queremos ense?arles y queremos moldearlos, tambi¨¦n necesitamos aprender a aceptarlos. Dar forma y aceptar. Moldear y contemplar. Todos los padres tienen que hacerlo. Luchar con la tensi¨®n entre estos dos impulsos para nutrir y mejorar a los ni?os, para ayudarlos a crecer, pero tambi¨¦n para aceptarlos, para contemplarlos, para amarlos sin importar lo fuertes que sean, lo inteligentes que sean o lo guapos que sean. La humildad consiste en reconocer los l¨ªmites de nuestra capacidad de control, sean cuales sean nuestros recursos.
P. ?Esa humildad es una actitud que podemos ampliar a otros ¨¢mbitos de la vida?
R. S¨ª. Porque no solo en la crianza de los hijos aprendemos la humildad que se obtiene al reconocer los l¨ªmites del dominio y el control. La paternidad nos ense?a a aceptar lo impredecible, a vivir con lo espont¨¢neo. Y en nuestra vida social, creo que tambi¨¦n debemos reconocer los l¨ªmites de la elecci¨®n del consumidor y los l¨ªmites de nuestros intentos de dominio. Tenemos que aprender a vivir con lo que es diferente, lo inesperado, lo disonante. La humildad limita nuestra tendencia como sociedad a relacionarnos solo con ciertos tipos de personas, por ejemplo. Y nos abre a una aceptaci¨®n respetuosa de la variedad y la diversidad. Creo que la humildad es una virtud c¨ªvica que escasea.
P. La frontera moral en la ingenier¨ªa gen¨¦tica estar¨ªa, pues, en la distinci¨®n entre curar y mejorar. ?Pero c¨®mo saber d¨®nde exactamente termina una cosa y empieza la otra?
R. El uso de tecnolog¨ªas gen¨¦ticas para curar o prevenir una enfermedad, en la mayor¨ªa de los casos, sabemos lo que significa. Y, en el otro extremo, el caso es bastante claro si simplemente queremos que nuestro hijo sea mejor en el f¨²tbol y que pueda correr m¨¢s r¨¢pido. Pero hay casos fronterizos. Por ejemplo, la cirug¨ªa est¨¦tica. Con la ingenier¨ªa gen¨¦tica podr¨ªamos hacernos m¨¢s fuertes, inteligentes y guapos. Eso es cirug¨ªa est¨¦tica en extremo. Entonces, ?cu¨¢l ser¨ªa un caso fronterizo? Supongo que la ortodoncia que endereza los dientes. No es realmente necesario desde el punto de vista m¨¦dico, pero es un tipo de cosm¨¦tica que solemos aceptar.
P. En el libro habla de una pareja de personas sordas que quisieron dise?ar a un hijo sordo.
R. Respeto las demandas de quienes pertenecen al movimiento de identidad sorda que afirman que la sordera no debe considerarse una discapacidad, sino un modo distintivo de ser con su propio idioma y sentido de comunidad e identidad. Pero una cosa es aceptar la sordera y construir una vida en una cultura que reconozca y afirme esa forma de ser. Y otra cosa es intentar utilizar la intervenci¨®n gen¨¦tica o, en su caso, el an¨¢lisis de espermatozoides u ¨®vulos para tratar de tener un hijo sordo. Y la diferencia se puede captar de la siguiente manera. Supongamos que lo hicieran. Y supongamos que terminan con un ni?o oyente. ?Ser¨ªa moralmente justificable al nacer pedirle a un m¨¦dico que realizara una intervenci¨®n quir¨²rgica para quitarle la capacidad de o¨ªr del ni?o? Es bastante dif¨ªcil decir que eso es moralmente permisible. Pero si eso no es moralmente permisible, ?por qu¨¦ es aceptable tratar de concebir un ni?o sordo? Por lo tanto, la objeci¨®n aqu¨ª no es a la afirmaci¨®n de la comunidad sorda de que tienen un modo de vida distintivo en un lenguaje digno de respeto. El problema es no aceptar lo dado.
Desconf¨ªo mucho de los millonarios de Silicon Valley que est¨¢n invirtiendo cientos de millones de d¨®lares en la extensi¨®n de la vida
P. ?Y qu¨¦ hay de los intentos por prolongar la vida?
R. Hay muchos descubrimientos m¨¦dicos que tienen el efecto de prolongar la vida. Si nos volvemos inmunes a ciertas enfermedades, eso tiene el efecto de prolongar la vida. Pero sigue siendo un prop¨®sito m¨¦dico, ya que trata de restaurar o preservar el funcionamiento normal del cuerpo. Otra cosa es la prolongaci¨®n de la vida como tal. Desconf¨ªo mucho de los millonarios de Silicon Valley que est¨¢n invirtiendo cientos de millones de d¨®lares en la extensi¨®n de la vida. Creo que es una extra?a preocupaci¨®n, entre todas las apremiantes necesidades sociales y humanas. Invertir en investigaci¨®n gen¨¦tica que pueda permitir a las personas vivir una vida sana, eso est¨¢ claramente en el lado de la medicina. Pero extender los l¨ªmites de una vida humana normal por s¨ª sola¡ Creo que su inter¨¦s en vivir para siempre tiene algo de arrogancia. Tal vez esto sea injusto, pero eso refleja un cierto vac¨ªo o falta de sentido en sus vidas, porque se trata solo de a?adir tiempo. Y a?adir tiempo sin ning¨²n prop¨®sito, creo, es algo moralmente vac¨ªo.
P. Sostiene que la libertad consiste en una negociaci¨®n permanente con lo recibido.
R. Tendemos a pensar que la libertad significa dominar y controlar la naturaleza para satisfacer nuestros deseos, pero esa idea de libertad es err¨®nea. Estamos viendo lo endeble de esa noci¨®n de libertad cuando consideramos la crisis clim¨¢tica, porque esta surgi¨® precisamente de siglos de pensar que la libertad humana consiste en usar, dominar y dirigir la naturaleza para que sirva a nuestros prop¨®sitos y deseos. Eso fue una enorme fuente de crecimiento, riqueza y prosperidad, no cabe duda. Pero tambi¨¦n llev¨® a un fracaso a la hora de respetar la naturaleza. Creo que la ¨¦tica ambiental que estamos empezando a desarrollar, mientras nos enfrentamos al cambio clim¨¢tico, requerir¨¢ un alejamiento de la idea de la libertad como dominio ilimitado y sin restricciones sobre la naturaleza. Cuando escribo que la libertad es negociar con lo dado, quiero decir eso. La libertad con respecto a la naturaleza significa buscar una forma de vivir en armon¨ªa con ella, que incluya un cierto elemento de aceptaci¨®n, en lugar de una postura sin restricciones de dominio y control. Eso no significa que nunca podamos talar un ¨¢rbol para construir una casa. Pero s¨ª que tenemos ciertas deudas y obligaciones con la naturaleza y que, para vivir en armon¨ªa con ella, es necesario moderar nuestro impulso de control. Eso es la negociaci¨®n. En cierto modo, es paralelo a la ¨¦tica del respeto y la aceptaci¨®n de la que habl¨¢bamos en relaci¨®n con el amor incondicional por los hijos. Queremos moldear y mejorar y ayudar y dirigir a nuestros hijos hacia un punto. Pero tambi¨¦n queremos aceptar qui¨¦nes son como personas diferentes de nosotros y que necesitan tener cierto espacio.
No debemos considerar la tecnolog¨ªa como una forma de adaptarnos al mundo que hemos creado para todos
P. Escribi¨® este libro antes que La tiran¨ªa del m¨¦rito, pero ya apuntaba aspectos que desarrollar¨ªa despu¨¦s en ese otro ensayo. Si revocamos la loter¨ªa gen¨¦tica, advert¨ªa ya, las personas exitosas tender¨¢n a pensar que son enteramente responsables de su ¨¦xito. ?Pero qu¨¦ pasar¨ªa si, en cambio, utilizamos la ingenier¨ªa gen¨¦tica para mitigar las desventajas de las comunidades m¨¢s desfavorecidas?
R. Me parece escalofriante la idea de que los arreglos sociales y econ¨®micos son inamovibles. No podemos cambiar los acuerdos socioecon¨®micos y, por lo tanto, debemos confiar en la tecnolog¨ªa para adaptar a las personas al mundo que nos hemos creado. El contrato social o la forma de gobierno o la forma de la econom¨ªa es un acuerdo humano, sujeto a debate, sujeto a cambios. Pero la naturaleza est¨¢ dada. Ahora parece que pueda invertirse. Estamos en la era de la ingenier¨ªa gen¨¦tica. Ahora, consideramos que la naturaleza es, en ¨²ltima instancia, manipulable y maleable. Pero los arreglos humanos, los arreglos sociales, el gobierno, la econom¨ªa, se consideran m¨¢s all¨¢ del control humano. Creo que no solo es parad¨®jico, sino que tambi¨¦n es perverso porque se abandona todo el proyecto de mejora moral y pol¨ªtica. Todo el argumento del libro es realmente tratar de redirigir el prop¨®sito y la libertad humanos para que reflexionen cr¨ªticamente sobre el mundo que hemos creado y nuestra sociedad pol¨ªtica. No debemos considerar la tecnolog¨ªa como una forma de adaptarnos al mundo que hemos creado para todos.
P. ?Rechaza que la ingenier¨ªa gen¨¦tica sea demasiado grande para la ¨¦tica, que transforma la naturaleza y, por tanto, las nociones de lo que es bueno o malo?
R. Esta es exactamente la actitud que intento cuestionar. Creo que las tecnolog¨ªas gen¨¦ticas son muy prometedoras para mejorar nuestras vidas, curar enfermedades, sanar y permitirnos vivir una vida m¨¢s saludable. Pero el peligro es si esas tecnolog¨ªas gen¨¦ticas pasan a ser utilizadas no con fines m¨¦dicos, sino para modificar a nuestros hijos con fines competitivos o para adaptarnos a las disposiciones sociales y los prejuicios que, al fin y al cabo, hemos creado colectivamente. Me resisto a nuestra tendencia de ver la tecnolog¨ªa gen¨¦tica o cualquier otra tecnolog¨ªa como una fuerza aut¨®noma que no podemos controlar, dirigir o cuestionar.
P. En otro orden de cosas: su pa¨ªs afronta este a?o una reedici¨®n de la elecci¨®n de hace cuatro a?os, entre Joe Biden y Donald Trump. ?C¨®mo ve hoy el escenario pol¨ªtico en Estados Unidos?
R. Estamos profundamente polarizados. Las personas de ambos bandos apenas saben c¨®mo hablar unas con otras. As¨ª que nuestra vida c¨ªvica no va muy bien. Las probabilidades son dif¨ªciles de predecir, pero tengo la impresi¨®n de que es alrededor del 50-50. Si Trump regresa a la Casa Blanca, ser¨¢ peligroso. Incluso m¨¢s que la primera vez. Porque, durante su primera presidencia, a la malevolencia le sucedi¨® su incompetencia. No sab¨ªa c¨®mo funciona realmente el gobierno, por lo que no pudo implementar algunas de sus ideas m¨¢s extremas. Adem¨¢s, es muy indisciplinado. Y ten¨ªa algunas personas que contuvieron algunos de sus peores impulsos. Pero ha aprendido de esa experiencia, si se le puede llamar aprendizaje. Ahora sabe m¨¢s sobre c¨®mo funciona el gobierno y nombrar¨¢ a personas que se opondr¨¢n menos a lo que ¨¦l quiere. Por lo tanto, estar¨ªamos ante una versi¨®n m¨¢s eficaz de Trump. Ser¨ªa muy peligroso, porque esta vez su campa?a no se basa realmente en ideas. Se basa, como ¨¦l mismo lo describe, en la represalia. Y esa no es una receta muy prometedora para una presidencia exitosa desde el punto de vista de la democracia.
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