Los obispos buscan cerrar el esc¨¢ndalo de la pederastia mientras el Defensor del Pueblo defiende un plan urgente para pagar indemnizaciones

EL PA?S puso en marcha en 2018 una investigaci¨®n de la pederastia en la Iglesia espa?ola y tiene una base de datos...

EL PA?S puso en marcha en 2018 una investigaci¨®n de la pederastia en la Iglesia espa?ola y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce alg¨²n caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en Am¨¦rica Latina, la direcci¨®n es: abusosamerica@elpais.es.

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La que empieza esta lunes es la semana clave para las v¨ªctimas de pederastia en la Iglesia cat¨®lica. Tras un a?o de finalizar y entregar su informe sobre los abusos sexuales a menores en el clero, el Defensor del Pueblo defender¨¢ este jueves en el Congreso de los Diputados, ante los grupos parlamentarios, las conclusiones y las recomendaciones para frenar esta lacra y ofrecer justicia a los afectados. La m¨¢s importante: aprobar un modelo para pagar indemnizaciones. El titular de la entidad, ?ngel Gabilondo, que ya expuso en octubre su trabajo en el Senado, ha insistido repetidamente desde entonces que las v¨ªctimas necesitan ser reconocidas y reparadas, que ¡°est¨¢n a la espera¡±. Su proposici¨®n ser¨¢ la creaci¨®n de un fondo estatal ¡°para el pago de compensaciones y que un ¨®rgano administrativo especial, creado para la ocasi¨®n, sea el que instaure un procedimiento de reconocimiento y reparaci¨®n de las v¨ªctimas¡±. Un fondo en el que la Iglesia debe colaborar aportando recursos. Los grupos parlamentos tendr¨¢n que debatir y marcar sus posturas sobre c¨®mo Espa?a abordar¨¢ el esc¨¢ndalo.

La investigaci¨®n de Gabilondo, encargada por el Parlamento en marzo de 2022, ha sido de las pocas iniciativas aprobadas por una amplia mayor¨ªa, solo Vox vot¨® en contra. Los trabajos se alargaron un a?o y medio y los resultados fueron demoledores: un 1,13% de la poblaci¨®n residente en Espa?a ¡ªunas 440.000 personas, seg¨²n c¨¢lculos de este peri¨®dico¡ª ha sufrido abusos en el ¨¢mbito religioso, seg¨²n estima una encuesta a gran escala que encarg¨® para incorporar al estudio. El Defensor lanzar¨¢ este jueves la pelota al tejado del Parlamento: ¡°Es el momento del Legislativo y del Ejecutivo. Las v¨ªctimas esperan que se implementen, lo antes posible y de la mejor manera, las recomendaciones y sugerencias formuladas¡±.

A las indemnizaciones se le suman otras 23 recomendaciones, como la organizaci¨®n de un acto p¨²blico de Estado para pedir perd¨®n a las v¨ªctimas y reconocerlas como tales, estudiar la prescripci¨®n de los delitos de pederastia, la apertura de los archivos eclesi¨¢sticos ¡ªprotegidos y blindados en la actualidad por los acuerdos con el Vaticano¡ª y que la Iglesia reforme su derecho can¨®nico, donde ahora las v¨ªctimas no forman parte activa. Es el momento de que los partidos, que aprobaron la investigaci¨®n del Defensor, se pronuncien sobre estas cuestiones.

Pero la Iglesia no piensa as¨ª. Los obispos espa?oles, que renegaron de las conclusiones del informe del Defensor y que ocultaron los resultados de la auditoria que ellos mismos encargaron a un bufete, subrayan que el momento de abordar las indemnizaciones corresponde ¡°unilateralmente¡± a ellos. Mientras Gabilondo acuda al Congreso, los prelados de las 70 di¨®cesis espa?olas se encerrar¨¢n en Madrid durante su segunda plenaria anual para cerrar el cap¨ªtulo de la pederastia poniendo en marcha el PRIVA, su Plan de Reparaci¨®n Integral Para V¨ªctimas de Abusos. Pero lo cierto es que, de ese plan, aprobado ya el pasado julio, solo se conoce los nombres de los integrantes de la Comisi¨®n Asesora que ¡°tratar¨¢ de verificar el caso y recomendar¨¢ el marco posible de reparaci¨®n, partiendo de lo que la propia v¨ªctima solicita para su sanaci¨®n y buscando siempre una reparaci¨®n integral¡±.

De los pocos retales que se conocen del plan de la Iglesia es que no obligar¨¢ a los obispos y a las ¨®rdenes a pagar indemnizaciones a las v¨ªctimas cuyos casos han prescrito. La comisi¨®n enviar¨¢ una valoraci¨®n a cada di¨®cesis y congregaci¨®n responsable y esta luego decidir¨¢ si cumple o no la propuesta. No obstante, el tanto el presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE), el arzobispo Luis Arg¨¹ello, como el presidente de la Confederaci¨®n Espa?ola de Religiosos, Jes¨²s D¨ªaz Sariego, aseguran que, en el caso de que uno de estos responsables eclesi¨¢sticos no quiera o no pueda hacer frente al pago, lo asumir¨¢ la Iglesia en general.

Pese a que la CEE insiste que, desde hace a?os, est¨¢ acogiendo a las v¨ªctimas para reconocerlas y repararlas, decenas de ellas denuncian p¨²blicamente que la jerarqu¨ªa eclesial sigue desoy¨¦ndolas y no le entrega la indemnizaci¨®n econ¨®mica que la di¨®cesis u ¨®rdenes les prometen cuando inician el proceso de reparaci¨®n. Y es que la gesti¨®n de los abusos es diferente y depende de la sensibilidad de cada obispo u orden religiosa. Una cuesti¨®n que mantiene dividida a la Iglesia espa?ola, especialmente a los obispos. Hasta la fecha, solo dos purpurados espa?oles han realizado un homenaje p¨²blico para pedir perd¨®n a los afectados. El ¨²ltimo fue el pasado mes en la catedral de la Almudena, organizado por el cardenal Jos¨¦ Cobo y al que no acudi¨® una representaci¨®n oficial de la CEE.

Temor a la factura

Los obispos se han negado a pronunciarse sobre qu¨¦ baremos emplear¨¢n para pagar las indemnizaciones. La mayor¨ªa de las compensaciones conocidas pagadas hasta ahora en la Iglesia espa?ola rondan de media los 10.000 euros, seg¨²n los c¨¢lculos de este diario en base a las sentencias y casos conocidos. Una cifra muy por debajo de las ¨²ltimas declaraciones del papa Francisco en las que valoraba que pagar ¡°50.000 euros es una cantidad demasiado baja¡±. El Defensor tampoco ha incluido en sus recomendaciones un rango de cuant¨ªas, pero s¨ª matiza que debe estar en consonancia con lo que ya se ha pagado en otros pa¨ªses. En EEUU, las di¨®cesis han alcanzado los 600.000 euros por v¨ªctima, mientras que en otros estados el monto baja hasta los 6.000. La media en los pa¨ªses europeos es de unos 35.000 euros por afectado. En todo, caso la factura que debe pagar la Iglesia espa?ola es millonaria. En este momento, seg¨²n la base de datos de EL PA?S, hay 1.534 cl¨¦rigos acusados de abusos y casi 3.000 v¨ªctimas.

La factura es el tema m¨¢s espinoso para la jerarqu¨ªa eclesial y cuando Gabilondo anunci¨® su modelo hace un a?o, el que presentar¨¢ ante el Congreso este jueves, la noticia retumb¨® dentro de los muros de la Iglesia como una ristra de petardos. Los obispos criticaron la iniciativa porque solo estaba enmarcada a los abusos en el clero y afirmaron que no colaborar¨ªan del fondo com¨²n porque ¡°se crear¨ªan v¨ªctimas de primera y de segunda clase¡±. La Iglesia dijo entonces que reparar¨ªa por su cuenta. Pero medio a?o despu¨¦s, ante la reclamaci¨®n de justicia la v¨ªctimas, el Consejo de Ministros aprob¨® un plan que integraba el modelo de reparaci¨®n del Defensor para indemnizar a los afectados ¡°con o sin la colaboraci¨®n de la Iglesia¡±. Eso desat¨® la indignaci¨®n entre los obispos que tildaron aquello como ¡°un juicio condenatorio¡± y ¡°un se?alamiento p¨²blico¡±.

El ministro de la Presidencia, F¨¦lix Bola?os, intent¨® un acercamiento con la CEE y, tras un encuentro, inst¨® su presidente, el arzobispo Arg¨¹ello, a ¡°llegar a un acuerdo¡± para que la Iglesia aceptase su modelo mixto de reparaci¨®n. Los obispos se comprometieron en un primer momento a trabajar juntos, pero plantaron a Bola?os y supeditaron reunirse con ¨¦l despu¨¦s de aprobar su plan. Entonces, el ministro envi¨® una ¨²ltima carta en la que advert¨ªa a la Iglesia de que el Gobierno ¡°no aceptar¨¢ ninguna f¨®rmula unilateral¡± para reparar a las v¨ªctimas. Todo el episcopado espa?ol acab¨® ratificando este julio el borrador del PRIVA (Plan de Reparaci¨®n Integral de V¨ªctimas de Abusos), pero por el momento esa comisi¨®n de arbitraje no ha empezado a funcionar. La Iglesia afirma que a¨²n no hay un plan de qu¨¦ pasos deben dar los afectados para solicitar una compensaci¨®n econ¨®mica a dicha comisi¨®n.