La polic¨ªa investiga un segundo caso de presunta agresi¨®n sexual en el mismo colegio de Granada por unos ni?os
La primera de las denuncias ha sido archivada al tener los agresores entre 10 y 12 a?os y ser inimputables, por lo que los servicios sociales de la Junta se har¨¢n cargo
Tres son ya los menores investigados por presunta violencia sexual ejercida contra una compa?era de colegio, tambi¨¦n menor de edad. El caso, seg¨²n Jos¨¦ Antonio Montilla, subdelegado del Gobierno en Granada, se remonta a octubre de este a?o cuando tres alumnos de los cursos superiores de un colegio granadino presuntamente abusaron de su compa?era, bastante m¨¢s peque?a que ellos, de primero o segundo de Primaria. Seg¨²n la narraci¨®n del peri¨®dico Ideal, los hechos ocurrieron durante el recreo. Otras fuentes sit¨²an la agresi¨®n en el comedor, en el rato posterior a la comida de mediod¨ªa. En cualquier caso, la edad de los ni?os hace que la Fiscal¨ªa de Menores no pueda ir m¨¢s all¨¢ de investigar los hechos y hacer una narraci¨®n de lo descubierto. Una vez realizado su informe, lo trasladar¨¢ a la Junta de Andaluc¨ªa para que sean sus servicios sociales quienes asuman el caso y estudien el porqu¨¦ de la agresi¨®n. Este jueves, el subdelegado del Gobierno ha confirmado, adem¨¢s, un nuevo caso de abusos en ese mismo centro. Seg¨²n Ideal, se tratar¨ªa de los mismos agresores que atacaron a otras ni?as.
Juan Antonio Albaladejo, experto en convivencia escolar, mediaci¨®n y resoluci¨®n de conflictos, adem¨¢s de perito judicial en acoso y ciberacoso en los centros educativos, explica que una vez que se establece que los presuntos culpables son menores de 14 a?os y se les determina como inimputables, quedan dos v¨ªas. ¡°Decidir que los padres son los responsables de la actuaci¨®n de sus hijos y denunciarles a ellos, cosa que no es muy frecuente, o trasladarlo a la Consejer¨ªa de Inclusi¨®n Social, Juventud, Familias e Igualdad que, a trav¨¦s de sus servicios sociales, se har¨¢ cargo del caso que, b¨¢sicamente, consistir¨¢ en analizar el ambiente familiar¡±.
Es el C¨®digo Civil el que impone la responsabilidad de los padres, que ¡°son responsables de los da?os causados por los hijos que se encuentren bajo su guarda¡±, seg¨²n el art¨ªculo 1903, o de la administraci¨®n educativa. ¡±Las personas o entidades que sean titulares de un centro docente de ense?anza no superior responder¨¢n por los da?os y perjuicios que causen sus alumnos menores de edad durante los per¨ªodos de tiempo en que los mismos se hallen bajo el control o vigilancia del profesorado del centro, desarrollando actividades escolares o extraescolares y complementarias¡±, se?ala el mismo art¨ªculo del C¨®digo Civil. De ah¨ª, la importancia del matiz de cu¨¢ndo y d¨®nde ocurrieron los hechos. Si fue en el recreo, la presunci¨®n es que es un entorno vigilado y, aun cuando es evidente que no se puede escrutar hasta el ¨²ltimo rinc¨®n de un patio, la administraci¨®n educativa puede tener que explicar por qu¨¦ no lo percibi¨®.
En cualquier caso, explica Albadalejo, una vez que la Junta andaluza reciba la documentaci¨®n desde Fiscal¨ªa, ¡°el procedimiento habitual es hablar con los padres y analizar la posibilidad de que un trabajador social estudie la situaci¨®n familiar¡±. Si la familia es desestructurada, la situaci¨®n puede requerir medidas mayores ¡ªcomo la retirada de la custodia del menor¡ª, pero si la estructura y las relaciones familiares son regulares, los servicios sociales realizar¨¢n un informe, en el que incluir¨¢n medidas educativas, que se trasladan a la Consejer¨ªa de Educaci¨®n para que se tomen las acciones pertinentes en los centros. El mismo art¨ªculo se?ala que se exime de responsabilidad a padres y administraci¨®n ¡°cuando las personas [e instituciones] prueben que emplearon toda la diligencia de un buen padre de familia para prevenir el da?o¡±.
En este caso, los tres ni?os bajo investigaci¨®n han sido trasladados a centros diferentes como primera medida de protecci¨®n de la menor agredida sexualmente. En este caso, son medidas educativas las que se encargar¨¢n de concienciar a los ni?os de la gravedad de su actuaci¨®n.
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