Farmac¨¦uticos para curar la soledad en mayores: ¡°Recogen la medicaci¨®n, se desahogan, comentan problemas y alegr¨ªas¡±
En Espa?a hay m¨¢s de 22.200 farmacias y el 98% de la poblaci¨®n puede llegar andando a una. Cantabria es una de las comunidades en las que funcionan como una red de ayuda contra el aislamiento
¡°Mira, ese es otro restaurante que cerr¨® hace poco¡±, dice Luis Noriega, un farmac¨¦utico de 57 a?os, mientras conduce hacia La Quintana, uno de los pueblos de Valdeolea, un municipio rural al sur de Cantabria, donde algunos no llegan ni a los 10 habitantes. ¡°M¨¢s soledad¡±, resalta, ¡°una cafeter¨ªa se vuelve muy importante porque sin ellos es un lugar menos a donde ir¡±. La soledad. Este...
¡°Mira, ese es otro restaurante que cerr¨® hace poco¡±, dice Luis Noriega, un farmac¨¦utico de 57 a?os, mientras conduce hacia La Quintana, uno de los pueblos de Valdeolea, un municipio rural al sur de Cantabria, donde algunos no llegan ni a los 10 habitantes. ¡°M¨¢s soledad¡±, resalta, ¡°una cafeter¨ªa se vuelve muy importante porque sin ellos es un lugar menos a donde ir¡±. La soledad. Este es el tema por el que Noriega va camino a la casa de Otilia Varona, de 77 a?os.
Va con la tarea de presentarle un proyecto del Gobierno de Cantabria que hace actividades con adultos mayores para que est¨¦n acompa?ados. Noriega, hace unos d¨ªas, detect¨® que Varona podr¨ªa estar sinti¨¦ndose sola, pues cuando acude a su farmacia, en Mataporquera, la capital del municipio, busca ch¨¢chara, un caf¨¦ con alguien, un momento para paliar la soledad. Como farmac¨¦utico funciona como ¡°radar¡± para detectar la soledad no deseada en quienes acuden a la farmacia, especialmente en mayores. En otras zonas de Espa?a hay iniciativas similares articuladas a trav¨¦s de los colegios profesionales, como en Madrid, Barcelona o el Pa¨ªs Vasco.
Rita de la Plaza, tesorera y coordinadora de la estrategia social farmac¨¦utica del Consejo General del Colegio de Farmac¨¦uticos, explica sobre su profesi¨®n: ¡°Es el recurso sanitario m¨¢s accesible, cercano y disponible¡±. A?ade que tiene gran extensi¨®n pues son 22.222 farmacias y el 98% de la poblaci¨®n llega a su farmacia andando: ¡°Nuestro objetivo es convertir la red en una contra la soledad¡±. ¡°Queremos lanzar algo desde una perspectiva total, para todo el territorio¡±, dice. En 2023 firmaron un protocolo de actuaci¨®n con Imserso y ya han hecho diversos cursos y formaciones.
Es una ma?ana lluviosa de invierno y las calles de los pueblos se ven a¨²n m¨¢s vac¨ªas: ¡°Hay mucho tiempo donde te encierras y no hablas con nadie¡±, dice Varona, en referencia al clima. No sabe que a la ma?ana siguiente caer¨¢ una nevada que dejar¨¢ el pueblo, y sus monta?as, completamente blanco. ¡°A veces voy donde el farmac¨¦utico y le doy un poco la chapa¡±, cuenta. Noriega le presenta el programa: ¡°Tiene actividades para gente que quiere pasar un rato juntos. Organizan muchas cosas por ah¨ª: paseos, talleres, manualidades, teatros¡±.
Varona vive en un pueblo de seis habitantes, lo dice despu¨¦s de contar cada nombre. ¡°La vida en el pueblo la tienes que tener muy clara: hay muchos momentos de soledad y los tienes que gestionar¡±, cuenta. Ella regres¨® a La Quintana tras su jubilaci¨®n, antes estuvo en Bilbao m¨¢s de 40 a?os trabajando como enfermera. Ahora vive con su hermano. ¡°Yo doy muchas vueltas por ah¨ª, cojo las albarcas y me voy, o paseo en el coche, o me voy por un caf¨¦. Yo no puedo estar tres d¨ªas sin hablar con alguien. Me comen las hormigas¡±.
Noriega cuenta que la relaci¨®n con las personas ¡°es muy intensa¡±. ¡°Aparte de venir a retirar la medicaci¨®n, se desahogan, comentan problemas, alegr¨ªas, hay mucha relaci¨®n por lo que los conocemos, sabemos detalles y tambi¨¦n riesgos¡±. Es as¨ª como detecta posibles casos, junto con Eva Fern¨¢ndez y Alexia Garc¨ªa ¨Dquienes tambi¨¦n trabajan en la farmacia¨D. Tambi¨¦n lo hacen con quienes no van, a quienes echan de menos, los que luego de unas semanas no acuden por sus medicamentos y ellos saben que deber¨ªan.
Hace 17 a?os que Noriega tiene la farmacia en Mataporquera, un pueblo que lleg¨® a tener m¨¢s de 4.000 habitantes, pero ahora son unos 884, seg¨²n el INE. ¡°Est¨¢ sufriendo despoblaci¨®n, un alto porcentaje de personas mayores se est¨¢n quedando aisladas¡±, dice. El trabajo contra la soledad no deseada lo realiza desde hace a?os, pero en 2022 se institucionaliz¨® cuando el Gobierno de Cantabria comenz¨® a trabajar con el Colegio de Farmac¨¦uticos de la regi¨®n para el Programa Viernes.
El programa busca prevenir el aislamiento en municipios en riesgo de despoblaci¨®n, explica Eduardo Rubalcaba, director general de Dependencia, Atenci¨®n Sociosanitaria y Soledad no deseada del Gobierno c¨¢ntabro. Desarrollan talleres sobre salud f¨ªsica, encuentros entre vecinos, paseos o cine, pero el objetivo principal es la relaci¨®n interpersonal. Rubalcaba comenta que uno de los pasos m¨¢s dif¨ªciles para combatir la soledad es la detecci¨®n y, por ello, los farmac¨¦uticos son puntos clave.
En Mataporquera, el Programa Viernes ha encontrado aliadas en la Asociaci¨®n de Mujeres Santa Eulalia, que tiene entre 30 a 40 socias mayores de 50 a?os. Ellas, de por s¨ª, hacen actividades casi a diario. Acciones que, seg¨²n cuentan, ¡°significan mucho, son vidilla¡±. Es su forma de luchar contra la soledad. Tambi¨¦n, son quienes participan de las actividades del programa y convocan a m¨¢s gente.
En Espa?a, una de cada cinco personas sufre de soledad no deseada. As¨ª lo afirma el Bar¨®metro de la soledad no deseada 2024, y agrega que casi el 50% la ha sentido en el pasado o lo sigue haciendo. Adri¨¢n Tu?¨®n, responsable de estudios del Observatorio estatal de la soledad no deseada, explica que ¡°tiene una forma de ¡®U¡¯: es muy alta en j¨®venes, desciende en adultos y crece en mayores de 75 a?os¡±. En los adultos mayores, algunos motivos son la viudez, p¨¦rdida de movilidad, fallecimiento de seres queridos, reducci¨®n del entorno de apoyo, indica.
¡ª¡°Este martes hablaremos de la salud del pie, pero pasaremos un buen rato¡±, le dice Noriega a Varona sobre la pr¨®xima actividad.
¡ª¡°Igual es una manera de comenzar¡±, responde Varona, ¡°Luis, t¨² tienes fama de arreglar todos los problemas¡±, agrega.
Pedro Luis Garc¨ªa de 71 a?os vive en otro de los pueblos del valle, Cuena. Noriega ha ido a su casa para dejarle unos medicamentos. Garc¨ªa no tiene coche y moverse por la zona es casi imposible sin uno. Cuando el farmac¨¦utico llega, Garc¨ªa le dice r¨¢pidamente: ¡°Necesito que me ayudes con el WhatsApp, quiero hacer una carpeta [haciendo referencia a un chat grupal]¡±.
Mientras Garc¨ªa saca un rabel, un instrumento de cuerda que toca, Noriega cuenta: ¡°A veces Pedro Luis va a la farmacia y deja los medicamentos que compra a prop¨®sito, dice que los olvida, pero es para que yo se los traiga hasta su casa¡±. Garc¨ªa tambi¨¦n canta en el coro del pueblo. Dos veces a la semana. Otra actividad que lo saca de la soledad que a veces siente.
Jaime Guti¨¦rrez Rodr¨ªguez, vocal del Consejo General de Psicolog¨ªa de Espa?a, explica que algunos s¨ªntomas de la soledad no deseada son ¡°parecidos a una depresi¨®n¡±. Desaparece la motivaci¨®n por salir, hay malestar continuo y sentimientos donde no sienten el refuerzo social, indica. Agrega que esto puede influir hasta en enfermedades, como la demencia.
Alguien con quien comentar el d¨ªa a d¨ªa
Dafne Sicilia tiene 54 a?os y hace 26 lleg¨® a una farmacia en el barrio del Eixample, en Barcelona. ¡°Cuando llegu¨¦ era un barrio de personas mayores y los comenc¨¦ a conocer en la farmacia, que era el centro de reuni¨®n¡±, cuenta. Entendi¨®, r¨¢pidamente, que algunos se sent¨ªan solos, as¨ª que comenz¨® hacer actividades: desde subir al Montjuic hasta ir a bailar a Sants.
A?os despu¨¦s, Sicilia sigue haciendo ese trabajo, aunque enfocado en la detecci¨®n, junto con el proyecto Radares de la capital catalana. ¡°Vienen a preguntar dudas de todo tipo. Te cuentan que les han llamado del gas y les han dicho tal cosa. Ah¨ª te das cuenta que a algunos les falta compa?¨ªa y alguien a quien decirle que le llamaron de la compa?¨ªa del gas¡±, dice Sicilia.
Radares comenz¨® en 2008 y desde el 2017 tienen un acuerdo con el Colegio de Farmac¨¦uticos de Barcelona. Busca paliar la soledad no deseada y conectar a personas mayores con su entorno con actividades y acciones en conjunto con voluntarios, vecinos, comercios o farmacias. Una vez los ¡°radares¡± detectan un caso, ¡°se establece un protocolo de detecci¨®n y actuaci¨®n¡±, explica el ayuntamiento. A?ade que 4 de cada 10 hogares con personas mayores de 85 a?os son unipersonales.
Para Sicilia a veces la soluci¨®n no siempre deriva en llamar a los servicios sociales, sino tambi¨¦n en actuar. ¡°Tal vez est¨¢ en nuestras manos hacerlo¡±, dice.
Noriega est¨¢ de acuerdo. Fue lo que hizo el a?o pasado cuando sali¨® a caminar a la monta?a con Luis De La Fuente, de 81 a?os, que vive en Mataporquera, a quien hab¨ªa visto deca¨ªdo y solo. Sab¨ªa que ¨¦l, durante toda su vida, hab¨ªa ido de ruta por Cantabria. Cuando De La Fuente ten¨ªa solo 20 a?os perdi¨® el brazo derecho y la mano izquierda en un accidente en una f¨¢brica: ¡°Iba a la monta?a a escapar¡±, cuenta. Camin¨® casi todas las rutas de Cantabria y las de otras regiones, subi¨® a los picos m¨¢s dif¨ªciles y lo hizo, tambi¨¦n, en tiempos r¨¦cord, recuerda. Sin embargo, hace unos 10 a?os cuando a su hermana le diagnosticaron Alzheimer, ¡°se acab¨® todo¡±. De La Fuente entr¨® en un cuadro depresivo fuerte y dej¨® de salir de ruta.
A?os despu¨¦s, el farmac¨¦utico lo vio e intervino: ¡°Ponte en forma que vamos a andar¡±, le dijo. Y, as¨ª, meses despu¨¦s se fueron los dos, con otro compa?ero, a la monta?a. Ten¨ªan que caminar unos 40 kil¨®metros al d¨ªa. Entre risas, Noriega acepta que tal vez fue mucho esfuerzo; al final, algunos tramos los hicieron en coche y otros andando menos. Pero lo importante fue que De La Fuente volvi¨® a la monta?a: ¡°La gente me dice que estoy loco, pero lo necesito¡±. Este a?o ya hizo cuatro caminatas.