Putellas, Paredes, Codina, Ecube y la manada (buena) de Jennifer Hermoso

Fueron ellas y hoy tambi¨¦n han sido ellas. Alexia Putellas, una de las mejores futbolistas de todos los tiempos, la que el viernes 25 de agosto a las 14.34 puls¨® el bot¨®n de publicar aquel ¡°esto es inaceptable. Se acab¨®. Contigo compa?era Jenni Hermoso¡±; Irene Paredes, la que en el autob¨²s de camino al aeropuerto despu¨¦s de ganar el mundial par¨® las bromas sobre el beso no consentido de Luis Rubiales a Hermoso y dijo ¡°esto es grave¡±; Laia Codina, la que en el avi¨®n de vuelta a Espa?a desde S¨ªdney presenci¨® la presi¨®n del ya expresidente de la RFEF a la futbolista y le dijo ¡°no hagas el v¨ªdeo¡±; y Ana Ecube, la ¨²nica testigo en la sesi¨®n de este jueves en el juicio a Luis Rubiales que no es jugadora de f¨²tbol sino amiga de Hermoso, a la que Albert Luque, el entonces director de la selecci¨®n masculina, mand¨® el mensaje que dec¨ªa ¡°dile a Jenni de mi parte que esto son dos d¨ªas y se encontrar¨¢ despu¨¦s solita solita¡±. Ellas han sido su defensa m¨¢s cerrada.

Las cuatro han sido las testigos que este jueves ten¨ªan que declarar ¨Dadem¨¢s de Francisco Javier Puyol, ya exresponsable de compliance [buenas pr¨¢cticas] de la federaci¨®n¨D, y las cuatro han relatado lo que pas¨® aquel d¨ªa de agosto, y los que llegaron despu¨¦s. El puzzle de lo que vio y escuch¨® cada una ha sido una confirmaci¨®n de lo que cont¨® el pasado lunes Hermoso.

Hoy la sesi¨®n ha sido m¨¢s breve que ninguna, apenas dos horas y media. Pero suficientes para entender cu¨¢l fue el ambiente durante esos d¨ªas. Para Hermoso y para ellas. ¡°Nosotras la arrastr¨¢bamos, somos campeonas, vamos a celebrarlo, y Jenni ya no estaba, ya no estaba. En el asiento se puso a llorar de agotamiento, ya no de enfadada, de agotada¡±, ha dicho Putellas. ¡°?l [Rubiales] quer¨ªa la ayuda de Jenni para solucionar el problema, ella solo quer¨ªa que la dejaran en paz y celebrar el mundial que tanto nos hab¨ªa costado¡±, ha contado Paredes. ¡°Jenni estaba triste, no ten¨ªa ganas de disfrutar¡±, ha a?adido Codina. ¡°Cabizbaja, casi no hablaba. Y ellos no paraban, y yo ve¨ªa que no iban a parar¡±, ha terminado Ecube.

Tambi¨¦n suficientes para entender el enorme vac¨ªo y el despliegue de hostilidad de la Federaci¨®n alrededor de la futbolista. Sus tres compa?eras han confirmado que el psic¨®logo de la selecci¨®n y salvaguarda de las jugadoras para la FIFA no se puso nunca en contacto con ellas. ¡°No, de hecho no sab¨ªamos que era el salvaguarda en ning¨²n momento¡±, ha afirmado Putellas. Luego ha sumado Ecube: ¡°Nadie la estaba ayudando, estaba sola, sola. Porque no hab¨ªa ni una persona de la Federaci¨®n que se ocupara de ella, ni el psic¨®logo, que no movi¨® ni un dedo¡±.

Pero, sobre todo, las apenas dos horas y media de sesi¨®n han sido suficientes para entender dos cuestiones. Una, que frente a aquel ambiente, en realidad, Jennifer Hermoso no estuvo sola. Estuvieron ellas, las mismas que han declarado este jueves, y otras; y que fue precisamente eso lo que de alguna forma hizo que se revirtiera una realidad (una jerarqu¨ªa) que este jueves, hablando de c¨®mo se sientan cuando viajan en avi¨®n, ha expuesto Putellas: ¡°Por protocolo siempre va el presidente en primera fila, el seleccionador, y luego ya las jugadoras¡±.

Ellas, en plural, y por ese plural se saltaron la estructura. ¡°Han ido todas a una¡±, dec¨ªa una fuente cercana a la acusaci¨®n este jueves, ¡°como ya fueron en la instrucci¨®n¡±, como antes de que comenzara el proceso. Dijo Simone de Beauvoir a Alice Schwarzer en una entrevista en 1980 que ¡°nos aferramos [las mujeres] demasiado a las reglas del juego. Y estas reglas son siempre las de los que detentan el poder. Necesitamos frenar la maquinaria del poder, en lugar de engrasar sus mecanismos¡±.

Las jugadoras pudieron cortocircuitar esa maquinaria porque lo hicieron juntas. Porque despu¨¦s del primer momento de sorpresa por lo intempestivo de ese beso que Hermoso no consinti¨® y dijo ¡°qu¨¦ hago, me ha besado, qu¨¦ hago¡±, Paredes dijo ¡°esto es serio¡± en esa mano que se tienden tantas veces las mujeres para ayudarse a entender que algo no es banal ni nimio aunque as¨ª lo haya querido entender y naturalizar el sistema.

Porque cuando Hermoso no se pleg¨® a lo que le pidi¨® Rubiales por m¨¢s insistente que fue ¨D¡°ella repet¨ªa que no iba a salir y que la dejaran en paz¡±, ha recordado Putellas¨D, el resto la arrop¨®, ¡°que no haga el v¨ªdeo, que hay im¨¢genes, que est¨¦ tranquila¡±, ha contado hoy Codina que le dijo a ella.

Porque cuando ellos comenzaron las t¨¢cticas para presionar a Hermoso, como Jorge Vilda, el seleccionador en aquel momento, yendo a hablar con su hermano en el avi¨®n, ellas se cruzaron. ¡°En un momento voy a la parte trasera, donde est¨¢n los familiares, a ver a mi hermano que estaba a tres filas o cuatro del hermano de Jenni, y all¨ª estaba Vilda, y mi hermano me dijo que hab¨ªa ido varias veces y le dije ¡®se lo voy a decir a Jenni¡¯, porque ella no quer¨ªa que fuese nadie a hablar con su familia¡±, ha relatado Paredes. O, m¨¢s tajante, Ecube, sobre Rub¨¦n Rivera: ¡°Me di cuenta de que su intenci¨®n no era la de ayudarla, sino incomodarla. Perjudicarla. Yo quer¨ªa proteger a Jenni¡±.

Despu¨¦s, ese muro de contenci¨®n lo hizo p¨²blico Putellas con aquel tuit en el que escribi¨® ¡°Se acab¨®¡± y el muro termin¨® de saltar hacia fuera. El ¨²nico hashtag capaz de superar al de #Rubiales, con picos de hasta dos millones de tuits durante algunas horas en aquellos d¨ªas finales de agosto, fue ese, el #SeAcab¨®.

Esas dos palabras pusieron nombre a la experiencia de d¨¦cadas de centenares de jugadoras. Pero tambi¨¦n, en otros lugares y en otros espacios, a la de millones de mujeres en el mundo. Las primeras, controladas, ninguneadas, infantilizadas o sometidas por entrenadores y presidentes de la federaci¨®n; las segundas, controladas, ninguneadas, infantilizadas o sometidas por jefes, compa?eros u otros hombres que, dentro de la jerarqu¨ªa social, tienen poder sobre ellas.

Eso tambi¨¦n tiene que ver en que estos d¨ªas, en la Audiencia Nacional, se est¨¦ dando este juicio. Es ese ¡°hermana, aqu¨ª est¨¢ tu manada¡± que se ve desde 2017 en las manifestaciones, ese ¡°la manada somos nosotras¡±, la conciencia de que la capacidad de romper y rehacer las estructuras reside en diversas cuestiones, entre ellas, en el volumen y en la unidad de quienes quieren, y necesitan, acabar con ellas.