30 d¨ªas sin ver el sol y durmiendo junto a los torpedos. Entramos en las tripas de un submarino
La madrile?a Laura Vitalia Gonz¨¢lez, la primera mujer oficial de submarinos, cuenta c¨®mo concilia el sue?o en las profundidades del mar en el reducido espacio de la nave junto a m¨¢s de 60 compa?eros
En el puerto del Arsenal de Cartagena (Regi¨®n de Murcia), descansa una flotilla de tres submarinos de la Armada Espa?ola: tres grandes vainas de color alquitr¨¢n de 70 metros de largo por siete de ancho, especialistas en surcar los mares recolectando informaci¨®n del entorno sin ser percibidas. Cuando salen a navegar pueden sumergirse hasta 300 metros de profundidad -la altura de la torre Eiffel- y alcanzan, con sus 1.740 toneladas, los 37 kil¨®metros por hora.
Aunque se mueven por las profundidades del Atl¨¢ntico y del Mediterr¨¢neo, estas bestias de metal tienen nombres de vientos: Mistral, Tramontana y Galerna. Tras 40 a?os de servicio, en un par de a?os ser¨¢n sustituidos por otros nuevos. Antes de jubilarse, el Tramontana ha visto surgir a la primera mujer oficial de submarinos de la Armada espa?ola: Laura Vitalia Gonz¨¢lez. Una madrile?a, criada a varios cientos de kil¨®metros del mar, que derriba una nueva barrera en las Fuerzas Armadas, donde las mujeres a¨²n no superan el 12%.
La primera vez que Gonz¨¢lez se sumergi¨® en el mar dentro de un submarino no sinti¨® nada especial. Solo pregunt¨®: ¡°?Ya est¨¢?¡±. Navegar por debajo del agua no es como hacerlo sobre la superficie a merced de las olas. No existe el balanceo, pero, en cambio, en las profundidades el espacio escasea. En unos 80 metros cuadrados, el tama?o de un apartamento familiar medio, viajan hasta 66 marinos. ¡°Al principio parece que est¨¢ todo por el medio, pero enseguida te acostumbras¡±, relata la oficial en el v¨ªdeo que abre este art¨ªculo.
Los mandos superiores cuentan con peque?os camarotes en los que descansar, mientras que el resto de la dotaci¨®n, entre los que hasta ahora se encontraba Gonz¨¢lez, duerme en la parte delantera de nave, justo detr¨¢s de los torpedos. All¨ª el trasiego es constante por la noche. Cuando unos se acuestan, otros se levantan para empezar su guardia. Todos comparten, sin embargo, dos retretes y una ducha. Aunque se pudiera pensar lo contrario, miembros de la tripulaci¨®n aseguran que en sus casas tienen que esperar m¨¢s para usar el ba?o.
La falta de luz solar es otro de los grandes problemas a los que se enfrentan los submarinistas, ya que pueden estar hasta 30 d¨ªas seguidos bajo el agua sin ver el sol. Por eso, cuando cae la noche, la iluminaci¨®n dentro del nav¨ªo se vuelve roja. Su calidez no impide, a diferencia de la de las l¨¢mparas blancas, la secreci¨®n de melatonina, la hormona que regula el sue?o. Esto no significa, sin embargo, que los navegantes puedan dormir a pierna suelta cada noche.
Cada miembro de la dotaci¨®n tiene una guardia nocturna de cuatro horas. La peor, para los marinos, es la que va de cuatro de la madrugada a ocho de la ma?ana: ¡°Corta el descanso completamente¡±, aclara Gonz¨¢lez. No obstante, ella no tiene grandes problemas para conciliar el sue?o: ¡°A algunos les ayuda el ruido de la maquinaria¡±, agrega.
Estas incomodidades no desalientan a los marinos. Mientras est¨¢ navegando, Gonz¨¢lez no piensa en volver. ¡°Cuando disfrutamos de verdad de nuestro trabajo es en la mar. Lo que yo quiero es aprovechar el tiempo al m¨¢ximo y disfrutar¡±, confiesa. ¡°Eso s¨ª, cuando llegamos a casa no tengo problemas para conciliar el sue?o, pero de lo que s¨ª tengo ganas es de una buena ducha¡±, reconoce.
Cuando el descanso es un sue?o es una serie de ocho cap¨ªtulos de EL PA?S en colaboraci¨®n con Ikea dedicada a indagar en las rutinas de descanso de algunas personas que, por aquello a lo que se dedican o debido a circunstancias externas, han aprendido a dormir en condiciones an¨®malas para la mayor¨ªa y se han adaptado a ellas. ?C¨®mo duerme un alpinista que asciende una pared vertical? ?Y un matrimonio de sobrecargos que cambia de huso horario y estaci¨®n constantemente y ha de convivir con el jet-lag? ?Se puede dar la vuelta al mundo navegando en solitario y durmiendo solo siestas de media hora? Desc¨²brelo en el resto de episodios.