Cinco claves del futuro de los cuidados
M¨¢s permanencia en el hogar y una financiaci¨®n que garantice la calidad de los servicios, elimine las listas de espera y reconozca al profesional. Varios expertos apuntan las tareas m¨¢s importantes que tiene por delante el sistema de cuidados
En 2050, el 30,4% de los espa?oles tendr¨¢ m¨¢s de 64 a?os, casi el doble que hoy, seg¨²n datos del INE de 2022. Una longevidad expansiva que acarrear¨¢ m¨¢s necesidades y demandar¨¢ un sistema de cuidados que las satisfaga. Seg¨²n los expertos, las claves para que este mecanismo de protecci¨®n social prospere y se adec¨²e al nuevo panorama son, entre otras, el desarrollo de un ecosistema de servicios flexibles y personalizados que faciliten al usuario envejecer en su casa, y una financiaci¨®n suficiente que sostenga la calidad de las prestaciones y proteja las condiciones laborales de sus profesionales. Estos son los retos m¨¢s importantes en el sector.
Permanencia en el hogar
Combinar y flexibilizar servicios
Expertos, estudios y encuestas coinciden en que m¨¢s del 90% de los espa?oles desea envejecer en su hogar. Adem¨¢s, seg¨²n recoge el informe El futuro de los cuidados, elaborado por Sondea para Clece, el 43% quiere ser cuidado en su casa de forma profesional, con servicios como la ayuda a domicilio o la teleasistencia.
Una de las f¨®rmulas para aumentar la permanencia del usuario en casa consiste en potenciar la combinaci¨®n de distintos servicios y recursos, como la ayuda a domicilio y la permanencia temporal en residencias. Por ejemplo: a un usuario que se opere de una cadera le puede convenir pasar la temporada de recuperaci¨®n en uno de estos centros, donde hay mayores recursos para estos cuidados, y despu¨¦s volver a su casa, donde retornar¨ªa a la habitual ayuda domiciliaria y de teleasistencia.
Natalia Rold¨¢n, presidenta de la Asociaci¨®n de Empresas de Servicios para la Dependencia (Aeste), explica el porqu¨¦ de este enfoque flexible: ¡°Las necesidades del usuario son cambiantes: la situaci¨®n f¨ªsica y cognitiva y los apoyos sociales var¨ªan seg¨²n envejecemos. La atenci¨®n tiene que adaptarse de manera ¨¢gil y sin trabas burocr¨¢ticas¡±.
Combinar estas prestaciones depende de que, en palabras de Jos¨¦ Manuel Ram¨ªrez, presidente de la Asociaci¨®n de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, se produzca un cambio radical en el modelo de cuidados: ¡°La Administraci¨®n va a tener que ser mucho m¨¢s flexible y aumentar las intensidades (las horas prestadas) de los servicios¡±. En 2021, en el servicio de ayuda a domicilio se prestaron 33 horas al mes por usuario o, lo que es lo mismo, una hora diaria por persona, una cifra con la que ¡°no se puede atender correctamente¡±, sentencia Ram¨ªrez, que tambi¨¦n es presidente del Observatorio Estatal para la Dependencia. Otras ¨¢reas a potenciar, a?ade el experto, son los servicios sanitarios en el hogar, la adaptaci¨®n de las viviendas y los cuidados v¨ªa voluntariado y buena vecindad.
Financiaci¨®n
Alcanzar los objetivos y ordenar servicios
La ley de dependencia prev¨¦ que el sistema de cuidados se financie a partes iguales entre Estado y autonom¨ªas. En la actualidad, seg¨²n estimaciones medias de la Asociaci¨®n de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, las comunidades aut¨®nomas soportan la mayor¨ªa del gasto, un 57%, mientras que el 21% recae en la Administraci¨®n central. El 22% restante lo sustenta el copago, la participaci¨®n del beneficiario en el coste de algunas prestaciones seg¨²n su grado de dependencia y nivel adquisitivo ¨Ccomo, por ejemplo, en una plaza residencial¨C. El montante destinado a cuidados se sit¨²a cerca del 0,8% del PIB frente al 1,5% de los pa¨ªses de la OCDE.
¡°La ley a¨²n no se ha recuperado de los recortes de 2012, de unos 6.322 millones de euros¡±, incide Jos¨¦ Manuel Ram¨ªrez. Aun as¨ª, en los ¨²ltimos a?os los cuidados han experimentado un ¡°considerable impulso¡± con el plan de choque del Gobierno actual, que contempla inversiones adicionales de 600 millones de euros cada a?o entre 2021 y 2023.
Crist¨®bal Valderas, presidente de Clece, una de las empresas prestatarias del sector, incide en que ¡°es fundamental financiar adecuadamente la ley¡±, la forma de ¡°reducir las listas de espera, asegurar unos futuros cuidados de calidad y proteger las condiciones laborales de las profesionales del sector, en su mayor¨ªa mujeres¡±. La lista de espera de la dependencia en Espa?a asciende a m¨¢s de 300.000, seg¨²n datos del Imserso de diciembre de 2022, con 177.423 personas en espera de recibir una prestaci¨®n que ya tienen concedida y otras 131.810 pendientes de la resoluci¨®n de su valoraci¨®n. El tiempo medio de espera es de 378 d¨ªas, pero existen diferencias abismales por territorio: en Canarias son 993 d¨ªas por los 118 de Castilla y Le¨®n. La ley establece un m¨¢ximo de seis meses en la resoluci¨®n de estos procedimientos. Hoy 13 comunidades exceden estos plazos.
Como argumenta Natalia Rold¨¢n, de Aeste: ¡°El sistema de atenci¨®n est¨¢ infrafinanciado. Tenemos que ver en cu¨¢ntos recursos hay duplicidad de gastos. E integrar y ordenar servicios, como la teleasistencia y la ayuda a domicilio, lo que podr¨ªa eliminar costes dobles derivados de prestatarios diferentes¡±. Una mayor financiaci¨®n tambi¨¦n ha de servir para mejorar las condiciones de los profesionales del sector. Desde Clece, Crist¨®bal Valderas reivindica el papel vital de la negociaci¨®n colectiva: ¡°Es ah¨ª donde se acuerdan las condiciones que dignifican a las trabajadoras y que, despu¨¦s, la Administraci¨®n toma como referencia para elaborar los pliegos de sus licitaciones¡±.
Valderas y Rold¨¢n tambi¨¦n reclaman la derogaci¨®n de la ley de desindexaci¨®n, una norma que ¡°impide revisar los precios de los contratos p¨²blicos durante la vigencia de los mismos¡±: ¡°Genera incertidumbre a la hora de presentar ofertas a las licitaciones p¨²blicas para la gesti¨®n de los diferentes servicios de cuidados¡±, se?ala Valderas.
Ram¨ªrez entiende que la dependencia es un sector ¡°con potencial y un retorno en empleos tremendo¡±: ¡°Por cada mill¨®n de euros invertido generamos 40 puestos estables y no deslocalizables¡±, ilustra. Para Rold¨¢n, de Aeste, es el ¨¢mbito laboral que tiene ¡°un futuro m¨¢s cierto dentro de un contexto incierto. Hay que visibilizar el cuidado profesional como una alternativa atractiva de empleo de calidad. El primer paso para ello es concienciarnos como sociedad de que el envejecimiento es una etapa natural¡±.
Tecnolog¨ªa
Impulsar la asistencia a domicilio
El desarrollo de la tecnolog¨ªa juega un papel central en los cuidados del futuro, sobre todo en la ayuda a domicilio. A corto plazo, ¡°contaremos con robots sociales, algoritmos predictivos con inteligencia artificial relacionada con el control de movimientos, andadores inteligentes¡¡±, enumera Ram¨ªrez. Ser¨¢ ¡°una cuesti¨®n clave en el hogar para apoyar a los usuarios que necesiten asistencia¡±. Algunos proyectos, como la teleasistencia avanzada en cuidados de larga duraci¨®n, ya se han impulsado con las ¨²ltimas inyecciones de fondos europeos.
Incorporar estos sistemas al d¨ªa a d¨ªa repercutir¨ªa en un mejor uso del capital humano: ¡°El mundo de los cuidados requiere personas, pero para tareas espec¨ªficas en las que no se las puede sustituir. La tecnolog¨ªa es una soluci¨®n a muchas labores mec¨¢nicas¡±, se?ala Rold¨¢n.
Es en la ayuda a domicilio, en el cuidado en el propio hogar, donde la tecnolog¨ªa tiene m¨¢s camino por recorrer. Javier Sig¨¹enza, secretario general de la Asociaci¨®n Estatal de Entidades de Servicios de Atenci¨®n a Domicilio, explica que el control de presencia de auxiliares y la gesti¨®n de los turnos, entre otras cosas, son hoy completamente digitales: ¡°El futuro tender¨¢ hacia la integraci¨®n de servicios tecnol¨®gicos y presenciales¡±.
Residencias
Un nuevo modelo centrado en el usuario
Aunque la prioridad es mantenerse en el hogar, algunas situaciones exigen el paso definitivo a una residencia. Esta decisi¨®n es, en muchos casos, ¡°la adecuada respecto al plan de cuidados del usuario¡±, explica Natalia Rold¨¢n: ¡°Todos queremos envejecer en casa, s¨ª. Pero si no se puede, la alternativa son los centros residenciales¡±.
En Espa?a hay cerca de 5.600 residencias p¨²blicas y privadas, seg¨²n estimaciones del Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC). Poco a poco tender¨¢n a un nuevo paradigma, que ya reina en varios centros, basado en la atenci¨®n centrada en el usuario y la lucha contra la despersonalizaci¨®n de los cuidados.
La principal baza de estos centros son las unidades de convivencia, una manera de congregar a los usuarios en familias en funci¨®n de sus afinidades y capacidades. Se caracterizan tambi¨¦n por un r¨¦gimen de visitas flexible y abierto, la consideraci¨®n de los h¨¢bitos de vida del usuario y la implicaci¨®n de los familiares en la vida del centro.
En l¨ªnea con este modelo, la Asociaci¨®n de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales establece algunos de los m¨ªnimos exigibles al sector residencial: acceso libre de las familias al residente, 75% de habitaciones individuales o reducci¨®n de las sujeciones f¨ªsicas y farmacol¨®gicas.
Pacto de Estado
Blindar los cuidados
Seg¨²n las fuentes consultadas, la mayor¨ªa de actores del sector comparten la idea de un pacto de Estado para blindar el sistema de cuidados: ¡°Ha funcionado en las ¨²ltimas d¨¦cadas a golpe de calendario electoral. Reivindicamos un pacto que posibilite su sostenibilidad econ¨®mica en el tiempo¡±, incide Natalia Rold¨¢n.
Crist¨®bal Valderas, de Clece, conmina a sindicatos, patronal, administraciones y usuarios a desarrollar y suscribir ese documento: ¡°Se trata de que todo el sector acuerde unos principios incuestionables que garanticen, a largo plazo, un firme compromiso con las personas mayores y dependientes, sin importar qui¨¦n gobierna en cada momento en el pa¨ªs y en cada comunidad aut¨®noma¡±.
Envejecer, reflexiona Natalia Rold¨¢n, es un indicador de ¨¦xito como pa¨ªs, un ¨ªndice socioecon¨®mico de bienestar: ¡°Para los que trabajamos en este sector, la ¨²nica garant¨ªa real a largo plazo es un pacto. Tenemos una corresponsabilidad con nosotros mismos para lograr lo que todos queremos: un envejecimiento de calidad y calidez¡±.