Aulas virtuales y contenidos personalizados: as¨ª ser¨¢ la universidad en unos a?os
Desde el 2000, el n¨²mero de alumnos que estudian en remoto en el mundo se ha multiplicado un 900%. El cambio de modelo hacia la universidad digital trasciende la tecnolog¨ªa y requiere un cambio de mentalidad que dar¨¢ la vuelta a la educaci¨®n superior. Varios expertos dan las pistas sobre qu¨¦ ocurrir¨¢ en los pr¨®ximos a?os

Que, en poco tiempo, la tecnolog¨ªa ha sacudido los cimientos de la actividad humana es obvio. Tambi¨¦n de la educaci¨®n. Basta con echar la vista atr¨¢s y recordar lo que suced¨ªa, por ejemplo, hace un cuarto de siglo en Espa?a. En 1995, el mismo a?o en que nacieron Windows 95, el DVD y el MP3, en nuestro pa¨ªs ni siquiera exist¨ªan los ordenadores port¨¢tiles; el tel¨¦fono m¨®vil era una extravagancia al alcance de pocos bolsillos (apenas lo ten¨ªa el 2,5% de la poblaci¨®n); e internet comenzaba a dar sus primeros pasos a trav¨¦s de InfoV¨ªa, una conexi¨®n mediante la l¨ªnea de cobre telef¨®nica.
En aquel contexto de prehistoria digital, se puso en marcha en Barcelona una universidad ¨²nica y pionera en el mundo en ese momento. Su propuesta era totalmente disruptiva: renunciaba a las clases presenciales y basaba su modelo de educaci¨®n a distancia en un incipiente campus virtual que, junto al correo electr¨®nico, facilitaba el proceso de aprendizaje y la comunicaci¨®n entre alumnos y profesores.

El proyecto de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) parec¨ªa una extravagancia en aquel momento: una apuesta 100% digital concebida en las posibilidades de Internet y en la personalizaci¨®n y el acompa?amiento del estudiante mediante el aprendizaje virtual (lo que ahora se conoce como e-learning). Aun as¨ª, 206 estudiantes se matricularon en Psicopedagog¨ªa y Empresariales, las dos ¨²nicas titulaciones homologadas que entonces ofrec¨ªa la UOC, ambas en catal¨¢n. Han pasado 25 a?os de aquellas primeras clases. Hoy la UOC cuenta con 25 grados, 54 m¨¢steres universitarios, 77.500 alumnos y est¨¢ presente fuera de Catalu?a con sedes territoriales repartidas por Espa?a y varios pa¨ªses.
Un proceso imparable para una nueva mentalidad
Estas cifras demuestran hasta qu¨¦ punto la tecnolog¨ªa ha cambiado el paradigma de la educaci¨®n superior. Desde el a?o 2000, el n¨²mero de alumnos que estudian en remoto se ha multiplicado un 900% en todo el mundo. La propia Unesco admite que uno de los motivos que ha contribuido a ese crecimiento es el uso de las herramientas tecnol¨®gicas, que han mejorado el acceso a los estudios universitarios. El proceso ya es imparable.
Los expertos coinciden en que la universidad del futuro poco tendr¨¢ que ver con la que conocemos hoy. Casi todo ser¨¢ diferente: desde la metodolog¨ªa a la forma de impartir clases, las comunicaciones con los profesores, el tipo de asignaturas, la manera de evaluar e incluso el perfil de los estudiantes y las habilidades que aprender¨¢n en las aulas, muchas de ellas virtuales. Un cambio profundo que implica una nueva mentalidad. En el proceso, las universidades deber¨¢n reformular su raz¨®n de ser.
Podr¨¢ medirse el progreso de los estudiantes y adaptar los estudios a sus necesidades individuales
Algunas pistas sobre c¨®mo ser¨¢ esta instituci¨®n en el siglo XXI: exceptuando aquellas instituciones en las que la virtualidad ya est¨¢ instaurada al 100%, la presencialidad no desaparecer¨¢ del todo en el resto, aunque la mayor¨ªa de clases ser¨¢ en remoto; podr¨¢ medirse el progreso de los estudiantes y adaptar los estudios a sus necesidades individuales gracias a los datos recopilados de cada alumno ??¨Clo que se conoce como anal¨ªtica del aprendizaje o learning analytics¨C; los formatos y recursos educativos ser¨¢n m¨¢s multimedia, con mayor presencia de podcasts y v¨ªdeos, y las clases ser¨¢n m¨¢s interactivas, basadas en el aprendizaje activo, con estudiantes m¨¢s participativos y un nuevo rol de un profesor-mentor que tutele y corrija los trabajos. Todo ser¨¢ menos encorsetado, con aulas virtuales cada vez m¨¢s multiculturales y diversas en las que coincidir¨¢n estudiantes procedentes de distintos puntos del planeta.
¡°Ser¨¢n habituales las microconferencias impartidas por invitados internacionales muy reconocidos, ya que la tecnolog¨ªa facilitar¨¢ que expertos de todo el mundo compartan sus experiencias a trav¨¦s de breves seminarios web¡±, vaticina desde Noruega el responsable de la Nordic Open Online Academy, Morten F. Paulsen. La posibilidad de compartir recursos de aprendizaje, informaci¨®n y conocimiento entre profesores y alumnos enriquecer¨¢ a todas las partes, prosigue Paulsen. Adem¨¢s, en esa universidad que est¨¢ por venir, los libros de texto ¨C¡±caros, voluminosos y, a veces, dif¨ªciles de conseguir¡±, apunta Olsen¨C, se distribuir¨¢n en formato digital mediante una especie de Spotify enfocado al ¨¢mbito editorial.
El peligro de la brecha digital
Para que ese futuro no tan lejano sea una realidad, la conectividad es esencial. Es imprescindible que los ciudadanos, incluidos los estudiantes del ma?ana, puedan conectarse a Internet en cualquier momento del d¨ªa y all¨¢ donde est¨¦n, por rec¨®ndito e inaccesible que sea el lugar en el que se encuentren. La extensi¨®n de la fibra ¨®ptica, y sobre todo el despliegue de la tecnolog¨ªa 5G, ser¨¢ un punto de inflexi¨®n.
En opini¨®n del consultor de la Asociaci¨®n Espa?ola para la Digitalizaci¨®n (DigitalES), Javier Miranda, el esfuerzo de las principales operadoras y del propio Estado para garantizar las mejores conexiones asegurar¨¢ el acceso de toda la poblaci¨®n a la red. ¡°Pero con eso no es suficiente¡±, advierte. Porque en el futuro ya no bastar¨¢ con tener un m¨®vil o un ordenador con el que conectarse. ¡°El gran volumen de datos que vamos a manejar implica que necesitaremos unos dispositivos muy potentes. Deber¨¢n tener suficiente capacidad para que la calidad de la informaci¨®n que recibamos sea ¨®ptima¡±, argumenta. ¡°Acabar con esa brecha digital que afecta a la tecnolog¨ªa es vital¡±, coincide el rector de la UOC, Josep A. Planell.
Competencias sociales y formaci¨®n continua
Pero hay mucho m¨¢s. Junto a los conocimientos puramente acad¨¦micos, los alumnos adquirir¨¢n otro tipo de competencias blandas (soft skills) relacionadas con cualidades como el trabajo en equipo, la creatividad, la comunicaci¨®n o la pol¨ªtica de g¨¦nero, fundamentales para desempe?ar los trabajos del futuro. Esto modificar¨¢ la forma de evaluar. Y m¨¢s all¨¢ de grados y m¨¢steres, se impartir¨¢n cursos cortos muy espec¨ªficos de formaci¨®n continua a medida para profesionales con experiencia laboral, que seguir¨¢n form¨¢ndose para aumentar sus competencias, mejorar su curr¨ªculum o reciclar su carrera.
¡°Las nuevas tecnolog¨ªas nos han permitido cambiar las reglas del juego. Aquellas universidades que aprovechen todas las oportunidades tecnol¨®gicas y las trasladen con acierto a determinadas disciplinas como la biolog¨ªa y la medicina pueden tener ventaja competitiva en el nicho de la investigaci¨®n¡±, vaticina el coordinador del grupo de Formaci¨®n Online y Tecnolog¨ªas Educativas de la Conferencia de Rectores de Universidades Espa?olas (CRUE), Pedro Ruiz.
Por su parte, el rector de la UOC, Josep A. Planell, insiste en que la universidad deber¨¢ transformarse a nivel interno hacia un gobierno de los datos en el que todos los actores y departamentos implicados (profesores, estudiantes, alumni, personal de soporte, administraci¨®n) est¨¦n alineados en la digitalizaci¨®n. ¡°No podr¨¢ haber silos aislados, sino que la tecnolog¨ªa ser¨¢ transversal a toda la instituci¨®n y estar¨¢ presente en todas las decisiones que se tomen¡±, se?ala.
Un esfuerzo transformador que va m¨¢s all¨¢ de comprar determinado software o de que la gente disponga de tabletas o m¨®viles. ¡°Esto significa cambiar la mentalidad de las instituciones, no sirve con reproducir el esquema de la presencialidad y trasladarlo al mundo digital. Se tendr¨¢ que repensar todo¡±, insiste. Retos enormes que requieren de decisiones valientes para que la universidad mantenga su raz¨®n de ser en el futuro y aumente su impacto social en la formaci¨®n de ciudadanos libres, cr¨ªticos y democr¨¢ticos.
N¨²ria y Eul¨¤lia, las pioneras de la universidad en l¨ªnea
¡°Estudi¨¢bamos en un entorno virtual muy b¨¢sico. El material que recib¨ªamos era casi todo textual, en formatos PDF y, de vez en cuando, alg¨²n v¨ªdeo. Las conexiones a la red eran muy lentas, Internet estaba poco desarrollado¡±. As¨ª recuerda N¨²ria Cerezuela (en la imagen) graduada de la primera promoci¨®n de Psicopedagog¨ªa en la UOC, su primera experiencia con la educaci¨®n digital y a distancia. En una ¨¦poca en la que no exist¨ªa la nube ni se pod¨ªa participar en red, los alumnos trabajaban de forma muy artesanal. ¡°No ten¨ªamos las herramientas que hay ahora, todo llevaba m¨¢s tiempo¡±, reconoce.
Eul¨¤lia Hern¨¢ndez, profesora de Psicolog¨ªa y Ciencias de la Educaci¨®n en aquel primer curso, incluso acudi¨® a un taller pr¨¢ctico para entender lo que era Internet pocas semanas antes de empezar en la UOC. ¡°La gente ni lo usaba ni cre¨ªa en sus posibilidades. Tampoco estaba instaurada la cultura de la formaci¨®n continua¡±, explica. Como nadie pensaba que se pod¨ªa aprender en una universidad digital, el primer a?o se impartieron dos clases presenciales. ¡°Todos los profesores tuvimos que aprender a comunicarnos virtualmente de forma efectiva y con el tono adecuado¡±, a?ade.